Partida Rol por web

El medico observó como la puerta se abría y se volvía a cerrar tras el paso de la técnica. Tras esperar unos segundos le hizo señas al militar para que la siguiera mientras respiraba profundamente y se preparaba para la investigación.

— Sigues tú — le informó a la científica mientras se preparaba para cubrir la ultima posición. Después de todo si las cosas sucedían como parecía que estaban sucediendo, el no sería demasiado útil para la misión. Solo podría dar apoyo al resto de sus compañeros

Con todo se consideraba bastante observador, por lo que en cuanto ingresó a la nave miró con atención a uno y otro lado del pasillo, definiendo mentalmente cual el sentido en que debían dirigirse, pero mirando en ambas direcciones antes de comenzar a moverse

La estación estaba más que muerta. Silenciosa, oscura, inerte. Val sintió como se estremecía, a pesar de que el traje de vacío mantenía una cómoda temperatura de confort. La visión de la figura inmóvil no ayudó, pero a estas alturas ya estaba claro que eso, y no otra cosa, es lo que iban a encontrarse. La tripulación que no hubiera podido hibernarse, estaría muerta.

— Voy.

Respondió concisa a Robert. Avanzó con los demás, las luces de los cascos revoloteando por el pasillo según miraban a un lado o a otro.

— Vayamos primero a comprobar el estado de ese pobre tipo. No creo que puedas hacer ya nada por él, doc, pero es la prioridad. Luego a por los sistemas. Yo, puesto que vendrá de paso, haré una parada en el laboratorio principal. Quizá me quede allí mientras vais a restablecer la energía, siendo que según los planos la escalerilla de acceso a aviónica es de una sola plaza. Y no creo que haya ya más riesgo que lo que sea que ya ha ocurrido en la Hécate.

Sin esperar respuesta dirigió su haz de luz, y sus pasos, hacia la derecha, hacia la sala de control de atraque, donde la siniestra figura medraba en su asiento. Pero se detuvo un segundo para comprobar que sus compañeros estaban de acuerdo con sus propias prioridades.

Karl no perdió el tiempo, y en cuanto la esclusa estuvo abierta, avanzó llevándose la carabina al hombro. A primera vista, no había ningún peligro, pero se giró con rapidez para comprobar ambos pasillos, a derecha e izquierda. Esperaba que todo estuviera oscuro y frío, sin la más leve muestra de movimiento... pero no hubiera sido buena idea darlo por sentado.

—Parece despejado —dijo tras un instante—, pero vayan con cuidado. Supongo que no necesitarán las armas, pero avisen si hay algún movimiento extraño.

Se colocó en la bifurcación, dejando paso al resto para que pudieran moverse con comodidad hacia la cabina de control. Luego escuchó a Valerie y por un momento pensó en decirle que no hiciera planes para separarse tan pronto... pero lo cierto era que en aquél sitio no podía haber nada vivo que pudiera suponer un peligro. O al menos, nada orgánico...

—Bueno, ya veremos qué pasos damos —dijo—. De momento, creo que estará bien comprobar si se puede hacer algo por ese tipo, aunque yo también lo dudo...

Sandra vio como Karl salía al pasillo circular de la Hécate y comprobaba que a derecha e izquierda estaba despejado. Solo cuando recibió su ok, desactivó las sujecciones de sus botas y se impulsó dentro de la Hécate.

Nunca le había gustado esa sensación. Esa que te invade cuando entras a un sitio oscuro y silencioso cuando se lo supone lleno de luz y de vida, de sonidos. Así que agradecía tener a quien le cubriera las espaldas y poder trabajar tranquila.

—Reviso entonces la puerta de la cabina de control. Vamos allá—dijo a la vez que se impulsaba a la derecha del pasillo—Por que no harán estas luces un poco más potentes...-farfulló para ella mientras flotaba a través del pasillo. Pero bien es cierto, que el foco era lo suficientemente cómodo para iluminar la puerta que ahora tenía delante de ella. Intentó abrirla de forma manual, como la anterior, pero no iban a tener dos veces seguidas la misma suerte—Esta bloqueada, está me llevará quizás un poco más con suerte...—informó al resto por el comunicador.

Robert y Valerie estaban atentos a cualquier cosa que les llamase la atención en el pasillo circular pero no había nada especial. Aunque la situación pudiera no requerirlo Karl no bajó la guardia, cubriendo los movimientos de Sandra, quien comenzó a operar en la terminal para abrir la compuerta. La cosa le llevó su tiempo y la espera en aquel pasillo oscuro no era tranquilizadora pero, finalmente, el sistema cedió. La batería auxiliar de seguridad - que funcionaba incluso cuando la corriente principal era nula - hizo que la compuerta se abriese de forma mecánica.

Malstrom apuntó al interior. El individuo de la silla estaba ahora de espaldas a ellos pero sus haces alumbraban la escena de forma inequívoca. Había un coágulo de sangre en gravedad cero dentro de la sala flotando junto a una pistola y un casco. La cabeza ladeada mostraba medio craneo reventado. O la persona que estaba en la silla se había suicidado o alguien le había pegado en la sien para dejar luego allí el arma en gravedad cero.

Un vez abierta la puerta, Robert espió por sobre el hombro de sus compañeros — Mala cosa — murmuró mientras se preparaba a cumplir la inútil tarea de verificar la muerte de quien tenía delante.

— Supongo que esta vez me toca adelantarme a mí — murmuró mientras se preparaba a entrar en la sala de control.

El medico pasó entre los presentes y antes de ingresar al compartimiento paseó su mirada por los alrededores, dispuesto a acercarse al cadáver e intentar verificar si la muerte había sido auto-provocada o no — El motivo de la muerte está claro — comentó como al pasar, sin preocuparse demasiado por el espectáculo. Como médico había visto cosas peores — la duda es quien fue el que disparó —

— Y cuando — agregó — No creo que se haya sacado el casco si no había aire respirable —

La mirada del médico se dirigió a una zona que estaba bajo el panel de control del sistema de atraque. Allí, atrapada bajo el propio panel, flotaba una pequeña tablet que sin duda había pertenecido al difunto. El cadáver se había quedado enganchado entre la silla y ese mismo panel por una pierna, de ahí que se hubiera quedado sentado en lugar de salir flotando. La identificación de su traje lo identificaba como Mihail Yier, el técnico de mantenimiento. La situación era dantesca pero Robert era un profesional. Aunque se había volado la mitad de la cabeza - estaba casi seguro de poder asegurar que había sido un suicidio - la otra mitad mantenía los ojos abiertos en un rictus de terror total. Esto es algo que sí que sorprendió al médico. Los suicidas, sobre todo aquellos que usaban armas de fuego, solían tener los ojos fuertemente cerrados y un rictus de pena, resignación o anticipación al disparo. Era como si este hombre hubiera visto algo tan horrible que lo condujera a volarse la cabeza pero ¿qué podía haber sido? Desde su posición sólo se alcanzaba a ver el espacio exterior.

Y fue en ese momento cuando todos se dieron cuenta.

La Cira no estaba en su posición en el muelle de atraque. ¡Había desaparecido del firmamento! Eso resultaba a todas luces imposible. Aunque Doble-R hubiera realizado alguna maniobra por leve que fuera habrían escuchado el motor de la nave y el ruido del desacople del puente. Una nave no puede desacoplarse y desaparecer de repente.

Robert estaba comprobando el cadáver del pobre hombre cuando ella se dio cuenta de algo que le dio mucho más pánico que el que le había dado la visión del cráneo estallado. La Cira había desaparecido de su sitio.

Iba a gritarlo, pero ya todos estaban mirando estupefactos el muelle de atraque vacío.

¿Qué podía haber ocurrido...?

Y algo cruzó su mente, una idea absurda. Trató de encajar sus conocimientos con lo que sabía, lo poco que sabía, de proyecto experimental de la Hecate. Y lo que un funcionamiento fallido o anómalo podía representar...

La visión del cadáver no fue demasiado traumática para Karl. Había visto muchas heridas mortales, y esa no era ni de lejos la más horrible. Lo que hizo fluir su adrenalina fue el espacio negro al otro lado de la plancha de material transparente que protegía la cabina. ¿A dónde había ido a parar la nave en la que acababan de llegar?

—¿Qué demonios...? —se llevó una mano a la oreja en un acto reflejo, olvidando que aún llevaba el casco— ¡Doble-R! ¡Hemos perdido contacto visual con la nave! ¿Qué está pasando? ¿Por qué te has desacoplado?

— Esto sí que no tiene demasiado sentido — comentó el médico mientras verificaba la forma en que había fallecido el técnico de mantenimiento — Como suicidio es raro pero además... ¿Que es lo que estaba haciendo en la sala de control? Hubiera jurado que de todos los tripulantes era el que menos posibilidades hubiera tenido de estar aquí — Robert permanece pensativo un momento antes de añadir — E incluso como suicido es muy curioso. Creo que sucedió mientras había aire en la nave y fue causado por... No. No tiene sentido, pero pareciera que prefirió matarse el mismo antes de que sucediera algo. Deberíamos verificar si hay alguna filmación o si ... —

El silencio de sus compañeros lo obligó a interrumpir su monólogo y tratar de descubrir que estaban observando con tanta atención. Repentinamente fue consciente de lo que estaba viendo. O más bien, lo que estaba dejando de ver. Las palabras de Karl fueron el disparador de sus propias acciones. Mientras el militar intentaba comunicarse a través de la radio el comenzó a toquetear su módulo de muñeca intentando verificar si recibía alguna señal de la nave que "debería" estar allí.

Escuchó un leve click de nuevo y sonrió para si misma.

—Puerta abierta. Adelante la caballería—dijo, apartándose a un lado y dejando que Robert entrara en la sala de control. Algo dentro de ella, había pensado que tras ese click hubiera estado bastante bien que un "Gracias, gracias" desesperado saliese de la sala de control. Pero, de nuevo, solo silencio, lo cual dejaba bien a las claras el estado de la persona que estaba dentro.

Inicialmente a ella no se la requeriría más dentro de la sala, así que se quedó en la puerta viendo como Rober actuaba. Gracias a la luz del traje del médico, veía todo más o menos bien, pero fueron sus palabras las que la sorprendieron —¡Venga ya! ¿que se ha suicidado?— y acto seguido, entró en la habitación. Había visto accidentes con anterioridad, pero no un suicidio, y la curiosidad le pudo —¡Joooooder! Menudo destrozo... — exclamó, aguantándose una arcada y arrepintiéndose al momento de haber entrado.

Se volvió para tomar aire y no vomitar. Y las ganas desaparecieron, olvidadas. Sus ojos miraban a donde tenía que estar la Cira, y no había nada. En ese mismo momento, Karl llamaba a la nave requiriendo una explicación y al mirar a sus compañeros, vio la misma cara de sorpresa en todos.

Habló casi sin pensar —No se ha podido desacoplar, ¡la hubieramos sentido! ¡Y no he tardado tanto en abrir esa maldita puerta como para darle tiempo a desacoplarse y perderse de vista!— sonó asustada y enfadada, no le gustaban aquella clase de bromas. Se volvió hacia aquel tipo de la silla y fue entonces cuando leyó el nombre que aparecía en la identificación del traje. El técnico de mantenimiento. Y solamente había una razón lógica de que él estuviera allí. Un problema, uno técnico y bien gordo —¿Tanto para suicidarte, colega?—le preguntó retóricamente. Miró el panel de mandos, con el estómago encogido y la adrenalina a cien buscando alguna razón de por qué aquel tipo estaba allí. Y fue cuando la vio. Alargó su mano y cogió una tableta que flotaba olvidada —¿Es esto tuyo? Espero que sí y que supieras hacer los partes de avería como un reloj.

Echó una mirada ahí fuera, al vacio, solo para asegurarse de que la Cira seguía sin aparecer. Tragó y miró preocupada a Karl, que seguía esperando contestación de la Cira. Todo se estaba volviendo muy extraño, así que lo único que le quedaba era hacer su trabajo, devolver a la vida a aquella estación y llamar pidiendo que otra nave viniese a por ellos si es que realmente Doble R había decidido darse el piro con la Cira —Le va a caer una buena...— dijo, negando con la cabeza y devolviendo su atención la tableta, intentando encenderla para comprobar si había algo interesante allí dentro a primera vista.

Una extraña estática era la única respuesta que Malstrom recibía por su comunicador. Valerie se debana los sesos intentando comprender que podía haber sucedido con la nave. ¿Tenía algo que ver con los experimentos de la Hécate?¹

Sandra, por su parte, resistió las ganas de echar fuera el desayuno y sin dejar de mirar de reojo por la gran cristalera encendió la tablet del difunto. La revisión del panel de control no había desvelado nada roto o modificado. Evidentemente estaba apagado, como el resto de los sistemas de la nave, pero nada extraño. ¿Por qué este hombre había escogido este lugar para volarse la tapa de los sesos? Esperaba que la tablet arrojase alguna luz sobre esto. Al encenderla entró en un menú muy simple que incluía varios correos antiguos, juegos... Fue directa a la carpeta de informes de mantenimiento para comprobar las tareas realizadas en la estación.  El listado era largo y algunas requerían un código² de seguridad, cosa que llevaría tiempo, así que la técnico fue a por las más rutinarias. ¿Cuándo se habían dejado de realizar? Según los registros la última había sido veinte días antes e implicaba los sistemas de comunicación. Eso explicaría el silencio inicial sobre lo sucedido pero ¿y luego? Ya no había registros. De ningún tipo. Sin embargo encontró una grabación de vídeo personal que databa de una semana atrás. Pulsó sobre ella y en la tablet apareció el rostro de Mihail Yier sentado en aquella misma sala. Los sistemas, en esa grabación, estaban operativos.

- Querida Neyal... lo siento.- el hombre casi sollozaba mientras mantenía la vista fija en la tablet - Lo siento tanto... abraza al pequeño Niko. Dile que su padre... oh dios, lo siento tanto...- se llevó las manos a la cabeza, tras un momento recuperó la compostura - Todo ha sido una locura. Sabíamos los riesgos pero no esperábamos... esto. No puedo volver. Ni siquiera puedo estar seguro de que está pasando o qué hemos hecho realmente. No tenemos...

En ese momento se oyeron golpes a su espalda. El hombre parecía ignorarlos.

- He programado la desconexión de todos los sistemas. Espero que eso los detenga. No puedo consentir que sigan adelante. Ni siquiera sé que partes de ellos mismos, si es que queda alguna, rige toda esta locura. Ni siquiera... lo siento amor... ni siquiera puedo fiarme de mi mismo.

Voces iracundas se sumaron a los golpes de la puerta:

- ¡Mihail! ¡Por lo que más quieras! ¡Entra en razón! ¡Ábrenos!

El hombre negó con la cabeza mientras seguía hablando:

- No sé si alguien te podrá hacer llegar esto. Os quiero. Os quiero a ambos. Y es por eso que he decidido poner fin a esta locura. No puedo, no debemos permitir que siga la experimentación de la Dimensión Espejo. Esto nos supera... Las variables... Da igual. No es lo que te quiero decir. No hay tiempo para eso. Lo que quiero deciros es que, digan lo que digan los medios, sepáis que lo que hice lo hice por nosotros, por la humanidad. No me arrepiento de nada. Lo volvería a hacer.

El hombre envió un beso con la mano hacia la pantalla. Afuera los golpes continuaban:

- Adios Neyal, adios Niko. Siento no poder ver como creces. Siempre estaré orgulloso de ti. Cuidaos el uno al otro. Adios.

Una mano se adelantó para apagar la tablet.

Valerie descartó el salto DAS¹ ya que sabía que la Cira carecía del motor necesario para hacerlo. Además para realizar el salto había que alejarse de cualquier masa, así que igualmente requería un desacople y alejamiento. Así que descartando un funcionamiento natural de los viajes solo quedaba pensar en la Anomalía. Cuando una nave entraba en el hiperespacio desaparecía para todos los demás. Los estudios sobre Dimensión Espejo intentaban llevar eso a un nuevo nivel pero no había ninguna prueba de que se pudiera llevar a la práctica. Aunque intuía que lo que sucedía en aquella estación derivaba de las investigaciones allí realizadas no tenía ningún asidero teórico al que agarrarse para explicar la desaparición de la Cira.

Lo cierto es que se quedó perpleja, inmóvil, intentando que el vídeo no interfiriera en su mente lógica. Ver a un hombre desesperado hasta el extremo de quitarse la vida, despidiéndose de su mujer y su hijo, bloqueaba cualquier intento de ser racional. 

No pudo evitarlo, por lo que maldijo el casco que le impedía ponerse a mascar una pastilla de la gelatina neurotrópica que hubiera adormecido sus sentimientos, hubiera estimulado su capacidad cognitiva. Pero inspiró profundamente, y buscó esa lógica científica que siempre la sacaba de los apuros cuando se le ablandaba el corazón. Y es que ahora necesitaban frialdad, más que nada. Sobre todo porque, además, la Cira se había desvanecido.

— Está bien. Tenemos una situación crítica. Hay que investigar qué ha pasado con nuestra nave. Karl no ha obtenido respuesta alguna, y el técnico en el vídeo parece culpar a la experimentación que se hacía en la Hécate de algo que lo llevó a... este extremo. No aclara el qué. No sé si también puede tener algo que ver con lo de la Cira, no encuentro nada que me haga enlazar los sucesos. Pero no podemos descartarlo. Este hombre grabó esas imágenes hace una semana, y el resto de la tripulación estaban vivos, y le llamaban a la cordura. Hay que ver dónde están ahora. Si tenemos suerte, hibernados. Por eso, Sandra, hay que activar la energía ya, reponer los sistemas, y buscar respuestas. Comunicarnos con la Caledonia. No tenemos otra. 

Robert interrumpió su intento de comunicarse con la Cira a través de su comunicador de muñeca cuando se comenzó a escuchar la grabación. Casi sin darse cuenta se acercó a Sandra y observó la imagen por sobre su hombro

Su rostro se volvió serio mientras observaba el rostro del técnico en la pantalla e intentaba analizar su estado mental — O se estresó demasiado e hizo una locura o era el único cuerdo y los que hicieron la locura fueron los demás — comentó tratando de distinguir alguna pista que le diera una diea del estado mental del protagonista de la filmación — Es difícil estar seguro solo con estas imágenes — agregó

Tras pensarlo un momento giró sobre si mismo y observó a todos los presentes — Por cierto, alguien sabe que es eso de la Dimensión Espejo? Reconozco que no es algo que haya escuchado en mis años de médico —

Val asintió lentamente a Robert. Sí, claro que sabía de la Dimensión Espejo. Pero era algo demasiado complejo y abstracto como para explicarlo claramente. Lo intentaría.

— Es una teoría acerca la posibilidad de la teletransportación de la materia, y por tanto de las naves, a través de un motor que conseguiría la alteración del espacio, accediendo a la Dimensión Espejo. Se trataría de que las partículas de todo lo que contuviera la nave, y la nave misma, se desintegraran en el punto de origen y reaparecieran en el punto de destino, recompuestas. Usando la Anomalía. Lo que nos lleva a las complicaciones obvias que, que yo sepa, aún no se han resuelto. Fallos fatales, agujeros negros incluidos. En la Hécate se estaban realizando análisis prácticos de esa teoría. Pero no sé más acerca de los resultados...

La mente de Karl estaba en modo de alerta desde que habían entrado en esa lata, pero después de haber visto la grabación en la tablet de aquél pobre desdichado, su procesos mentales se habían multiplicado. Sin decir nada, repasaba la situación y evaluaba cursos de acción tratando de prever sus consecuencias. La mayoría llevaban a un final desastroso para la misión, y para ellos mismos...

Y había un detalle que no se le había pasado por alto, pero prefirió no decir nada por el momento. No sería buena idea empezar alarmando innecesariamente al equipo.

—Bien, ya investigaremos qué ha pasado, pero hay tres cosas urgentes —dijo—. La primera, reconocer el terreno. Hay que revisar la estación y comprobar en qué estado se encuentra, porque ahora mismo nos movemos en un entorno que no dominamos, y eso es peligroso. La segunda, averiguar qué ha pasado con el resto de miembros de la tripulación. Tenemos que saber si están muertos o alguno logró entrar en hibernación antes de que la Hécate se convirtiera en un trozo de metal congelado. Si encontramos a alguno con vida, quizá logremos más información. Y la tercera, descubrir qué diablos ha pasado con la Cira. Si necesitamos salir rápidamente de aquí, es nuestra única manera de hacerlo...

Las perspectivas no eran esperanzadoras, pero tenían que mantenerse concentrados y no dejarse llevar por el pánico.

El medico observó a Valerie con curiosidad, tratando de interpretar lo que estaba diciendo. Es cierto que sus conocimientos estaban orientados hacia la curación, pero su formación no dejaba de ser científica y era consciente de que la expresión "análisis prácticos" no dejaba de ser un eufemismo por "pruebas de campo".

— Esto no es nada bueno — las palabras se escaparon de su boca antes de escuchar al militar y asentir a sus palabras — Aunque creo que lo prioritario debería ser encontrar a la Cira creo que deberemos avanzar primero con el tema de la energía. Los sensores de la estación deberían ayudarnos a conseguirlo — dio su opinión — Y aunque mi formación médica me obliga a pensar que buscar a las sobrevivientes, si los hay, es prioritario, lo cierto es que sin energía tampoco podremos hacer mucho con ellos. Llevo algo de equipo médico conmigo, pero lo cierto es que las instalaciones más complejas están en la Cira —

Tras analizar un momento lo confuso de sus propias explicaciones se encogió de hombros e intentó aclarar las mismas — O sea, creo que lo mejor es volver al plan original de restaurar la energía. Luego veremos cuales son las siguientes prioridades —

Sujetó la tableta sin quitar la vista de la pantalla. Estaba tan concentrada en la grabación que ni tan siquiera fue consciente de que Rober estaba viendo por encima de su hombro. Por eso, cuando habló, hizo que diera un respingo y casi se le cayera la tableta. La científico habló igualmente y Sandra la escuchó, atenta a si podía dar un poco de luz a todo aquello. Rober hizo lo propio, seguido de Karl, pero Sandra mascaba sus propias conclusiones en silencio con la mirada clavada en la tableta. Mirada que solo levantó cuando Val explicó lo que era la dimensión espejo para centrarla en ella un instante y justo después donde tenía que estar su nave, y no estaba. Después, todo fue un continuo de unos y otros hablando y reestableciendo las prioridades a seguir. Cuando se cansó de escuchar a unos y a otros, levantó la mano y habló.

-¡Oh, oh! A ver si me entero, porque no quiero pensar mal pero me estoy asustando. Chata, ¿nos estás diciendo que aquí estaban investigando con eso del Espejo y… digamos que… podemos imaginar que… lo mismo la Cira está en a tomar por culo o se ha desintegrado en mil pedazos a causa de lo que estaban investigando aquí? A parte, claro, de lo que sucediera aquí antes de que este pobre hombre decidiera volarse la tapadera. Lo digo más que nada por buscarle una explicación a que nuestro transporte se volviese invisible hace unos minutos – miró a la científica con cara de situación - Pues si eso es así, lo siento, esto cambia un poco la perspectiva desde mi punto de vista. Creo que es necesario conocer los últimos registros que tiene esta tableta, los que tienen una clave de seguridad mayor y tengo que intentar saltarme. Si partimos de la idea de que el técnico estaba en sus santos cabales, si decidió apagar esta nave porque entendía que había un peligro potencial en tenerla a pleno funcionamiento podemos cagarla si le damos al botón de ON sin pensar antes en las repercusiones que él ya veía venir. Si es él al que se le fue la pinza, da lo mismo media hora más que menos en bajar ahí abajo e intentar devolver el funcionamiento a la estación. Entre que se cortó la comunicación y esta grabación pasó más de una semana. Si la tableta nos puede dar más información, creo que es mejor empezar con conocimiento de causa que cagándola por las prisas.

Se quedó mirando a unos y a otros, como esperando la aprobación a su idea. Pero, de repente, visualizó todo aquello desde otro punto de vista.

-¡Ja! ¿No seremos nosotros los que estaremos a tomar por culo y Doble R esté esperando a que salgamos de una estación que ya no está donde todos pensamos que estamos? – después de un instante negó con la cabeza y calló las posibles respuestas del resto del personal con un enérgico movimiento de su brazo– A mi no me pagan por deducir esas cosas, es más, ahora mismo no debería ni estar pensando en las posibilidades ni en el por qué ahí fuera no está la nave y Doble R no contesta. Es más, si la estación está apagada, debemos suponer que fuera lo que fuera que estuvieran investigando aquí –miró a la científica a ver cómo iba reaccionando. Era, con diferencia, quien posiblemente tuviera más información de lo que estaban investigando en la nave. Mientras que ella no se asustase, todo iría bien. O eso quería creer- ahora no está funcionando. Así que por mí podéis buscar supervivientes o cualquier pista que tengamos por la estación, pero dejadme un rato que lo intente con esta tableta antes que bajar allí abajo.

Devolvió su atención a la tableta y comenzó a manipularla.

Karl escuchó a Sandra y, tras cavilar un momento, asintió.

—Supongo que no hay problema en que se quede aquí, señorita Hicks —dijo—. Yo también creo que sacar toda la información posible de esa tablet es importante. Y, por lo menos en lo que se refiere a esta cabina, no parece haber peligro inmediato...

Se movió hacia la puerta y se asomó.

—Pero no podemos decir lo mismo del resto de la estación. Tenemos que saber en qué estado se encuentra y con qué podemos y no podemos contar. Así que voy a realizar una inspección, y sugeriría al resto de ustedes que permaneciesen aquí hasta que confirme que todo está despejado. La Hécate no es muy grande, así que no debería tardar demasiado...

No sabía si los demás le harían mucho caso, pero cuanto más tiempo pasaba en un lugar en el que no sabía lo que había o pasaba, más amenazado se sentía. Preparó el arma y se dirigió al pasillo circular.