Partida Rol por web

Gaulf acepta tu ayuda mientras os dirigis a la posada.

Ja! Yo siempre la he llamado hacha, pero tu mismo. Aunque no te encariñes demasiado, solo te la presto hasta que nos separemos, eh?

Llegais hasta la puerta de madera que por suerte no esta cerrada con llave. Al entrar nadie va a recibiros aunque se oyen unos extraños ruidos detras del mostrador.

Escucho los ruidos y tengo presta el hacha. - Pareciera ser que esto sigue. - Me asomo del mostrador listo para bajar el hacha sobre lo primero que veo.

Te asomas al mostrador preparado para machacar a cualquier monstruo que pudiera quedar escondido pero ante tu sorpresa, lo unico que hay detras es un hombre delgado y con bigote acurrucado en un rincon sujetando un enorme cuchillo de cocina. Cuando te ve con el hacha casi parece que le vaya a dar un infarto, los ojos se le abren como platos y se echa las manos a la cabeza.

NO!!! N...no me m...mate, por favor!!! Lle...llevese lo que quiera, p...p...pero dejeme vivir! Tengo mujer y tres hijos, debo mantenerlos!!!

Miro al pobre hombre y comprendo su temor. - No te lastimaré y tampoco sacaré nada, pero ayuda a mi compañero en lo que necesite y te daré las gracias por ello. - Miro a Gaulf un momento pensando como preguntar sin equivocarme. - ¿Esto fué obra de el emperador no? -

Cuando por fin el hombre se tranquiliza se levanta de su rincon y deja el cuchillo en un rincon del mostrador, luego saca dos vasos con agua y los deja ante vosotros.

Siento no poder ayudarles con las heridas, esto es una humilde posada, no tenemos medicinas ni conocimientos de curacion. Lo unico que puedo ofrecerles es una cama donde descansar. Por supuesto, no les cobraria.

El orco niega con la cabeza mientras pone cara de sorprendido.

El emperador? No controla a estas bestias, ademas, por que iba a querer hacer algo asi? No tendria sentido!

De pronto empieza a poner muy mala cara y cae al suelo semiinconsciente. El posadero se acerca para ofrecer su ayuda si puede ser. Gaulf te mira mientras habla con voz debil.

Ugh, chico, estas bestias me han dejado mas tocado de lo que pensaba. Busca a Mailen, vive en esta ciudad. Ella podra ayudarme.

Cuando termina de hablar pierde la consciencia. El hombrecillo del bigote te dice que no te preocupes, que hara todo lo que pueda por mantenerlo con vida.

- ¿Y quién demonios es Mailen? - Seguro es una doctora y debe tener una clínica u hospital por aquí cerca. - La conoce. - Mirando al posadero. (Si no responde, salgo y le pregunto a algún guardia o persona que pudiera saber el paradero de la tal Mailen.

El posadero se queda pensando un momento, pero a los pocos segundos niega con la cabeza.

No, no me suena de nada... Espera! Puede que sea la hija del loco de Nard, creo que se llamaba asi, pero no estoy muy seguro. De todas formas tal vez sea un buen sitio para empezar a buscar. Su casa esta tres calles mas abajo, la reconoceras facilmente porque es la unica puerta pintada de negro de toda la ciudad.

No te confies, son gente muy extraña.

Salgo raudamente hacia el lugar indicado, esperando que sea el que tiene que ser. ¿Pero a que se habrá referido con lo de ser extraños? Sin importarme mucho ahora, voy hacia ese destino en busca de la doctora para mi nuevo "compañero" o lo que sea.

Cruzas varias calles, por donde se empieza a restablecer un poco la calma. Parece que la gente de por aqui no se ha extrañado demasiado del ataque de los monstruos. Hay gente que ayuda a los heridos en medio de la calle y otros que simplemente recogen sus pertenencias del suelo para volverlas a poner en venta en su puesto.

A los diez minutos o asi llegas hasta lo que parece ser la casa indicada por el posadero. La puerta esta destrozada y solo aguanta en su sitio gracias a una bisabra que a resistido el embiste.

- ¿Hola? - Atino al decir al llegar al lugar, doy un paso dentro del lugar. - Necesito la ayuda de Mailen. ¿Se encuentra? - Esto no va bien, no va para nada bien. Hago un par de pasos más esperando lograr encontrar a alguien dentro.

Cuando entras a la casa ves que esta todo destrozado, supones que por culpa de los pequeños monstruos que atacaron el pueblo. Te encuentras en lo que parece ser una sala de estar no demasiado grande. En un rincon hay una mesa de roble partida en dos y varias sillas tiradas por el suelo. Papeles, estanterias y libros tambien yacen por todos lados dando la sensacion de que haya pasado un huracan.

Ante ti, unas escaleras suben al segundo piso, mientras que a tu derecha ves dos puertas abiertas. Una lleva a la cocina, otra a una especie de salita.

- Pero que mal que la han pasado aquí. - Observo con cierto detenimiento si hay arrañones como los que me produjeron las criaturas en las cosas, para saber si fueron ellas. Luego hago un paneo de las dos habitaciones en la planta baja, si no hay personas ahí subo. - Hola ¿Alguien? -

Cuando registras la cocina y la salita no encuentras nada de utilidad ni a nadie ni vivo ni muerto, pero si que ves arañazos por todas partes, desde las paredes hasta el techo. Subes las escaleras y te encuentras ante un pequeño pasillo con dos puertas a cada lado. Una de ellas cerrada a cal y canto, dos llevan a ambas habitaciones. En cada una de ellas hay una cama pequeña, una mesita, una comoda y un armario de una puerta, parece que aqui no llegaron los monstruos. La otra puerta conduce a otras escaleras que suben a lo que parece ser una buardilla cerrada con llave.

- ¿Alguien? ¿Mailen? - Reviso debajo de las camas con cierto cuidad, no vaya a ser que encuentre a alguien debajo asustado y me ensarte algo. Luego voy a la puerta que se accesa por la otra escalera y la golpeo. Si nadie responde, la trato de abrir con el cuerpo o el hacha, lo que pase primero.

La casa sigue sin mas ruido que los que provocas tu. No parece haber nadie o al menos no se deja ver. Golpeas la puerta de la buardilla con el mismo resultado que hasta ahora, ninguno. Pruebas a darle un empujon con el hombro pero solo consigues hacerte un poco de daño. No es asi cuando le das un hachazo y la puerta se parte en varios pedazos.

Estas en un sitio de techo bajo, lleno de trastos polvorientos, desde estanterias hasta lamparas y demas utensilios. Hay varias cosas tapadas con sabanas y plasticos, en teoria para que no se estropeen.

Algo tiene que haber para poder ayudar a Galouf, algo, lo que sea... Reviso el lugar buscando un botiquín o lo que se le parezca. Si no hay nadie, por lo menos tiene que haber algo que sirva para tal función. Mi mamá siempre tuvo un botiquín a mano para estos casos.

Registras la buardilla en busca de algo que te pueda ser util, pero no encuentras demasiadas cosas. Al menos hasta que te topas con una pequeña caja de madera llena de monedas. Antes de que puedas siquiera pensar si te las llevas o no, notas como alguien te sujeta por la espalda y te pone un cuchillo en la garganta. La voz de una mujer llega a ti como un susurro.

Quien demonios eres? Que haces en mi casa y porque me estas robando?

Me sorprendo con la facilidad que la gente me pone una daga en la espalda a estas alturas. - No estoy robando, estoy buscando medicina y hace rato largo que vengo gritando el nombre de Mailen. La necesito para que cure a un compañero mío y el dinero no me interesa. - Respondo algo indignado por la acusación.

La presion del cuchillo en tu garganta no disminuye lo mas minimo.

Quien te ha dicho ese nombre? Habla o no veras mas la luz del puñetero sol.