Partida Rol por web

Sonriendo macabramente, el duendecillo que Elnara tenía enfrente en las vigas, por un segundo pareció lanzar un hechizo momentáneamente y, dirigiéndose directamente a Roxie, le dijo:

Pugwampi 6: если ты сдаешься, не обижай гнома.

El resto de pugwampis, girándose hacia la presencia de la gnoma y su roc, parecieron preparar sus arcos apuntando hacia ella mientras sacaban nuevas flechas, observando sus movimientos atentamente, listos para disparar. Desde más allá, justo encima del armatoste de madera, cuerdas y redes, encima del altar arruinado, una gran figura, más grande que el resto de los pugwampis, parecía reposar encima de una pila de calaveras, rehabilitada con un trono, guardado por dos pugwampis más, que armados con lanzas miraban hostilmente a la gnoma. A su lado, un pequeño martillo de guerra de mitril brillaba, reflejando los rayos del sol.

Veo que los mequetrefes están haciendo de las suyas entre las vigas, y entonces es cuando me preocupo:

"¡Como la lien y rompan las vigas, el techo se nos cae encima!" profiero.

Sin dudarlo, cargo una nueva perla de hierro frio. Un metal rojizo y prácticamente como el minero la sacó de la tierra. Y para mi sorpresa ¡Parece que esta vez disparo bien y sin complicaciones!

"¡Guijarro, Elnara!" os digo "Procurad no destrozar las vigas con vuestra magia ¡Como tireis el techo, os toca a vosotros reconstruirlo, eh!"

Edriel se alejó de la pared y disparó su arco contra el Pugwampi 4 pero su saeta apenas rozó al duendecillo, que sólo recibió una herida superficial.

Elnara ejecutó una serie de gestos con las manos y un proyectil energético surgió de su mano izquierda, volando hasta emnerrarse en el pecho del mismo pugwampi al que había atacado Edriel.

-Amigos! Justo encima del armatoste de madera, cuerdas y redes, encima del altar arruinado, hay una gran figura, más grande que el resto de los pugwampis, en un trono guardado por dos pugwampis más. A su lado hay un pequeño martillo de guerra de mitril!

Tiene pinta de ser el líder!

El roc ignoró las palabras de los pugwampis y se lanzó al ataque. Aunque su mordisco falló, gracias a la magia de los duendecillos, sus espolones sí desgarraron la carne del pugwampi 6.

El graznido de Roxie dejó claro a su interlocutor que él no iba a abandonar a su amiga.

El enano volvió a avanzar otro paso y replicó -si hay que reconstruirlo así sea - sin insultos claro. Las piedras trabajadas no merecían ser tratadas con despecho. Los cazurros e inútiles de los ingenieros y trabajadores que crearon una construcción tan endeble como para poder derrumbarse tras un par de décadas de inactividad eran harina de otro costal.

Seguro que podemos hacer mejor trabajo que esos inútiles que lo construyeron en primer lugar - añadió el enano bastante ufano. No era un constructor ni arquitecto, pero eso no quitaba para saber que si se ponía a ello sería mejor que cualquier advenedizo.

Y Guijarro había seguido acumulando poder kinético que después de atraer tanta tierra había creado una pequeña nube de polvo que acompañaba al enano y llegaba casi hasta su cintura. La tierra se arremolinaba hasta tomar forma de una lanza que después salía disparada para empalar a un pugwampi.

Los dones de Kei estaban ya algo resentidos, y acaban de entrar el monasterio. La parte buena:  todavía tenía varios ases bajo la manga. La parte mala: Tenía que ponerse en riesgo tontamente.

Usando como distracción el ataque del enano salió como una exhalación tras las columnas, hasta llegar al crucero del monasterio, buscando la cobertura de los bancos derruidos.

Lybious rápidamente sacó su honda y, haciéndola girar rápidamente, como era de esperar de alguien con la fuerza del pugilista, soltó un proyectil de hierro frío, dejando una estela roja a su paso cuando impactó en el hombro del pugwampi más cercano, haciéndolo estallar en una sangrienta explosión. Retrocediendo por el impacto del proyectil, la criatura miró aterrada a Lybious y casi pierde el equilibrio de encima de la viga.

Edriel rápidamente tensó la cuerda de su arco en reacción al ataque de su amigo, para rematar al pugwampi que Lybious ya había dejado tocado. Con precisión élfica, su flecha viajó directa hacia el pugwampi, pero pareció simplemente deslizarse a través de su piel sin hacer efecto. No obstante, palideciendo repentinamente, sus músculos parecieron simplemente fallar mientras se precipitaba a una muerte terrible cayendo desde 20 pies de altura contra el agrietado suelo de la capilla y destrozando su cabeza como si fuera un melón.

Guijarro por su parte seguía acumulando energía kinética, lentamente atrayendo la arena y escombros a su alrededor para seguir creando esquirlas de piedra. Gritando visiblemente por el esfuerzo que le tomaba acumular toda esa energía a través de su cuerpo, desató de nuevo otro proyectil contra otro pugwampi, a quien, a pesar de la cobertura que les ofrecían las vigas, atravesó el pecho y, sin siquiera darle tiempo a procesar que estaba muerto, cayó inerte desde las vigas.

Roxie se abalanzó sobre la osada criatura que sugería que traicionase a su amiga, clavándole sus garras y mordiéndole con su pico, y aunque la criatura consiguió esquivar una de las garras, la otra le desgarró el pecho. Al clavar su pico, pudo ver que la piel dura del repugnante duendecillo se endurecía absorbiendo el daño, mientras la criatura sonreía cruelmente. En ese momento, un proyectil de energía arcana salido de la mano de la hechicera le impactó en el lado izquierdo de la cabeza, dejándole inconsciente y lanzándole en una dura caída hacia el suelo.

No obstante, los otros pugwampis, que la estaban apuntando con sus arcos, soltaron sus flechas en dirección a la gnoma. Con un batido de alas, Roxie las paró en el aire, mirando con furia a esas aberrantes criaturas que osaban atacar a su amiga. Parecían estar ganando la batalla y Keylissa se apresuró a internarse en la capilla, corriendo para tomar cobertura tras uno de los bancos medio rotos.

Los tres pugwampis, desorganizados y con cara confusa se retiraron hacia el interior de la capilla, saltando entre las vigas a través de una red que colgaba entre varias de ellas y se retiraron hacia una pesada plataforma de madera que se sostenía encima del altar.

Desde allí, los otros dos pugwampis con lanzas se les unieron, cubriendo su retirada mientras los arqueros disparaban de nuevo en dirección hacia la gnoma. Esta vez sus flechas se clavaron en ella, causándole 2 puntos de daño no letal, no eran más que meros pinchazos. No obstante, el tercero parecio disparar más arriba, a la cuerda de una antigua polea que colgaba aún de las arruinadas vigas del monasterio, pero fallando estrepitosamente su flecha se perdió en la nada.

"Buen tiro, Edriel!" le comento al élfo. De no ser por su empuje final, aun tendríamos más enemigos por los que preocuparnos.

Así que cargo un nuevo proyectil de hierro frio en la honda, la agito a gran velocidad y la disparo, eso si, con una precisión patética. Un valioso fragmento de hierro frio que se pierde de nuestra vista

"Y mal tiro, Lyb"  pienso para mi.

En ese momento, de la plataforma de encima del altar sale una voz grave e imperiosa que, hablando en el mismo idioma que los pugwampis, grita:

?????: ты! иди туда! захватывать длинные ноги!

De repente, otro pugwampi aparece entre las vigas, saltando entre las cuerdas de la polea y, sacando otro pequeño arco corto, se prepara para disparar.

La voz misteriosa proviene de esta figura grande que ha visto Elnara antes, que ahora se ha levantado y parece estar ordenando al resto de pugwampis. Es también un pugwampi, pero mayor que el resto, quizás del tamaño de un enano, claramente obeso y con su cara rechoncha y deformada, grotescamente enfermizo y con una sonrisa macabra, toma el martillo de guerra de mitril y señala a Elnara con él mientras grita.

Edriel le guiñó el ojo al semiorco con gesto cómplice. A continuación, cargó el arco y volvió a disparar pero su flecha se perdió en la inmensidad de la capilla.

¡Ja! ¿Habéis visto como se hacen las cosas? ¡Dejad de jugar con estas cagarrutas y eliminadas de una vez!-dicho eso el enano empezó a avanzar con mayor rapidez hasta uno de esos insectos sobre las columnas. Cuando hizo eso toda la energía que había estado acumulando empezó a caer al suelo pero eso no quiso decir que Guijarro no atacase, la lanza de tierra que formó era mas fina pero igualmente letal y el enano la lanzó con muy mala idea al pugwampi que tenía casi encima.

Elnara pudo ver cómo aquel pugwampi obeso la señalaba con su maldito martillo.A la gnomo y a su roc no les impresionaba. Elnara susurró algo en los oidos de Pixie y éste se zambulló desde lo alto, dibujando un arco que cruzaba toda la capilla hasta acabar junto al grupo de pugwampis que acababan de bajar los escalones. Elnara conjuró en el aire mientras su amigo volaba y liberó su conjuro cuando llegó a su altura. El roc pasó de largo, arriesgándose al ataque de uno de ellos si superaba el conjuro de su amiga.

-No le hagais caso y dormid, pequeñines!

Los duendecillos se habían replegado, haciendo que Keilyssa estuviera fuera de rango de nuevo. Confiando en que alguno de sus compañeros redujera al ser del averno que había quedado en su retaguardia, aislado tuvo que volver a acercarse a la masa de enemigos. 

Cuando uno de los pugwampis disparó contra el techo las alarmas saltaron en su cabeza. -¡¡Alejaos del dentro de la capilla!! ¡¡Intentan derribarnos el techo encima!!- advirtió al grupo. Por suerte la fecha pasó lejana y sin causar ningún daño. “Me toca atraer algo de fuego… Espero que la Dama esté conmigo” rezó antes de dejar su cobertura y correr adentrándose en hacia el altar.

Edriel y Guijarro desatan sendos disparos a los pugwampis, pero mientras que la flecha certera del elfo impacta contra el arco bajo de la puerta de la capilla que no permite mucha visibilidad en el interior, la descarga kinética del enano se pierde en la capilla y termina disolviéndose en una pequeña lluvia de arena.

Elnara y Roxie sobrevuelan la capilla, por encima de las vigas y de los dedos de la gnoma surge un abanico de colores del arcoiris, los pugwampis intentan cubrirse los ojos con las manos, pero es demasiado tarde, los brillantes colores los fascinan y, de repente, como si fueran dos sacos de patatas, caen desplomados, sus cuerpos rodando hacia abajo de las vigas e impactando contra el frio suelo, donde sus pequeños cuerpos se rompen con el visible sonido de huesos quebrados. El otro pugwampi, mira a la gnoma aterrado mientras aferra su arco y saca una nueva flecha como puede.

De mientras, Keylissa corre por debajo hacia un nuevo punto de cobertura entre dos de los bancos arruinados de la capilla. La clériga se mueve con propósito, al parecer tiene un plan. Por encima de ella, los pugwampis parecen reorganizarse, listos para seguir las órdenes de su misterioso jefe. Batiéndose en retirada, uno de ellos baja de un salto desde la polea donde estaba hasta las vigas, y se gira para observar a Lybious fijamente con una mirada macabra. Los otros dos pugwampis, batiéndose en retirada para apoyar a su amigo, disparan con sus arcos a Elnara, uno de los cuales impacta contra la gnoma, causándole otro punto de daño no letal. El tercero, el que ha resistido el conjuro de la gnoma, tomando una antorcha, le prende fuego y se acerca amenazadoramente hacia Elnara mientras le susurra a Roxie cosas horribles.

Con el martillo de guerra en mano, el pugwampi grandote señala a Elnara y Roxie, y sin pensárselo dos veces se lanza encima de Roxie con un salto desde encima de la plataforma, confiando en que la amplia red que hay debajo le recogerá si cae, pero contra todo pronóstico, se agarra vigorosamente a Roxie, sonriéndole macabramente a Elnara mientras se aferra con una mano a la parte trasera del majestuoso roc.

Girándose hacia sus secuaces, les grita:

??????: сбить гнома первым! тогда отдыхай длинными ногами!

Otro pugwampi parece descender del techo para hacer pie en la parte sur de la capilla y, desenvainando otro arco corto, apunta hacia Guijarro.

"Tenemos que acabar con Pugwampi 6" exclamo.
Queda este rezagado, este que en verdad no nos deja avanzar, y que su aura de mala suerte puede puñetearnos, MUCHISIMO. Así que resuelto, vuelvo a cargar una bala de hierro frio en la honda y la disparo, acercandome 5 pies a esa infecta criatura.

El proyectil viaja con toda la fuerza que puedo darle y... Bueno ¿Librará el camino? Eso no lo sabemos aun.

"Resiste, Elnara ¡Vamos en camino!"