Partida Rol por web

Cerraste tus ojos, esperando a que todo terminase de una vez por todas. Ya habías tenido suficiente de todo esto. No de el dilema de las mafias en el que se mezclaron hace poco, eso mas bien es poco en relación a lo demas. De lo que de verdad estabas comenzando a cansarte era todo… Absolutamente todo. Desde pequeña no has si no sufrido en esta infinita espiral de dolor al que le llaman vida.

Todo lo que has tenido, todo lo que ha sido importante para ti, todo lo que has tenido en tus manos siempre te lo arrancan de las manos sin que puedas hacer nada. Siempre ha sido así, y estas segura de que siempre será así. Esta vida no tenia nada para ti mas que dolor.

Era desesperante, pero de alguna forma, justo ahora, en el momento en que por fin absolutamente todo terminaría, estabas curiosamente relajada. Saber que ya no tendrías que sufrir mas te calmaba y ese silencio que te rodeaba ahora te llenaba de una paz que nunca habías experimentado antes, siendo el preludio perfecto para el momento que estabas esperando… Pero, el momento no llegó.

- Levantate. -Escuchaste la voz de Onosuke frente a ti- Vendrás conmigo.

Aun tenias los ojos cerrados cuando sentiste como la mano de Onosuke te sujetaba un brazo y te jalaba para hacer que te levantaras.

Al parecer este maldito mundo aun no se ha cansado de hacerte sentir miserable...

Ya con la información de Edward, Midori decidió adentrarse en el café. Esto sin duda era una movida completamente peligrosa, incluso mas que la de esta tarde. Por lo menos en esa ocasión no estaban conscientes de que terminarían encontrándose con uno de los compañeros del Sabueso. Pero ya sea por arrogancia o confianza pura, esta vez no dudaron en lanzarse a la boca del lobo.

Midori abrió la puerta y entro primero. Fue a la cabeza de los dos con Kat siguiendo sus pasos desde atrás, dirigiendo la marcha e inspeccionando el camino para asegurarse de que nadie estuviese por allí. Primero pasaron por un pasillo vació que se alargaba por unos cuantos metros hasta que al final, habia una puerta abierta. Las luces en ese pasillo estaban apagadas, y no habían ventanas, así que estuvieron completamente a oscuras. De todas formas, la oscuridad les dio cierta sensación de seguridad por alguna razón.

Al llegar a la puerta abierta, comenzaron a escuchar voces. En un principio no pudieron identificar de quien eran ni de que estaban hablando. Solo pudieron identificar que eran las voces de un chico y una chica ¿Eran los compañeros de Onosuke? No… Edward dijo que estaban en una mesa del café, no en la parte de atrás.

Al llegar a la puerta abierta, Midori se asomo por ella y vio que esa era la salida trasera a un pequeño almacén donde estaba guardado bolsas de café, platos, tasas y demas utensilios de cocina e ingredientes. El almacén era pequeño, y este si estaba bien iluminado, así que no fue difícil confirmar que no habia nadie allí, así que los chicos tenían campo libre para moverse. Al final del almacén habia un cortina que cubría la entrada a la cocina, que aparentemente era de donde venían las voces que habían escuchado antes.

Ambos chicos se movieron con cuidado por el almacén hasta acercarse a la cortina. Las voces se habían detenido hace unos instantes, así que hasta ahora no podían saber quienes estaban en la cocina. Pero entonces, las voces volvieron a sonar, y esta vez si las pudieron reconocer.

- Como te sientes, -Sonó la voz femenina- ¿Aun estas mareado?

- Si, un poco… Aun no se me ha pasado por completo-Dijo la voz del chico.

No fue nada difícil para Midori reconocer esas voces. ¡Eran Jack e Iris! Fue un alivió escucharlos, eso significaba que aun no los habían atrapado. Etsuko también debería estar con ellos, ella nunca se separaba de Jack, asó que era seguro asumir eso.

Ya que identificaron que quienes estaban tras la cortina eran sus compañeros, Midori se pudo relajar, pero tal vez se relajó demasiado.

Midori se detuvo en donde estaba y cerro los ojos para dejar salir un suspiro de alivió, y en ese momento Kat al parecer no se percato de que su compañero se habia detenido y el siguió caminando hasta que termino tropezándose con el peli-verde por accidente.

No fue un tropiezo demasiado brusco, pero si fue lo suficiente como para hacer tambalear a ambos y, por mala suerte. Midori termino golpeándose en la cabeza contra uno de los gabinetes del almacén que estaban colgados en la pared. El golpe no fue para nada fuerte, pero si causo que varios platos y tazas cayeran del gabinete al suelo, donde se resquebrajaron haciendo un escándalo que se tuvo que haber escuchado por todo el café.

- ¿¡Quien anda allí!? -Sonó inmediatamente la voz de Iris gritando asustada desde la cocina.

Sí, estaba completamente entregada, daba igual, años tan sola y cuando se cree que se está en un lugar, todo se destruye. La verdad es que los chicos sólo fueron un reemplazo de su padre, de Kinomoto, no lamentaba el irse, él estaría asegurado en la casa de acogida y las enfermeras lo cuidaban bien, no podría verla, pero tampoco es que la reconociera. Su recuerdo se diluiría lentamente de ese mundo, hasta que no dejar rastro alguno. Sería agradable eso. Pensó.

Cerró los ojos con fuerza, imaginó que dolería o no, si tenía suerte, sólo serían segundos en que la bala atravesara su cabeza, así que intentó apaciguar sus emociones, que no todo fuese tan luminoso ni estridente. El corazón latía con una violencia tremenda, pero cuando esos dedos largos se colaron por su brazo y la jalaron hacia arriba. Etzuko abrio sus ojos pero no pudo evitar ser llevada, sus piernas temblaron y se recargó en el cuerpo del mafioso. No gustaba de la cercanía de otros, pero en esos momentos, el ser contenida le ayudaba a calmar.

— ¿a dónde?... que sea rápido, por favor, — susurró, bajando la mirada, el chico tendría que tomarla por la cintura para poder hacerla caminar. 

Recorrer de lado a lado la calle, fue una experiencia desde luego... Iba a guardarme lo que ello me hizo sentir y tan solo centrarme en llegar lo antes posible a la puerta trasera sin ponerme a correr por la calle llamando la atención de todo el que pudiera vernos. Me puse con el hombro contra la pared por el lado contrario al que estaba Midori de la puerta, esperando mientras vigilaba que nadie apareciera de repente para pillarnos durante la espera. Ni siquiera con el leve ruido de vibración deje mi labor de vigilancia, tan solo un breve vistazo al remitente.

Lo que encontramos dentro no supe si me calmo o puso en mayor tensión, caminando a oscuras con una mano en el hombro de mi amigo y con el oído completamente aguzado para lo que pudiera escuchar, ya que la vista era inútil en aquel momento. Tuvimos que recorrer primero el pasillo y luego el almacén con el corazón en la mano para llegar hasta donde pudiéramos identificar las voces, casi que al momento reconocí el timbre de Iris y la rasposa voz de Jack cuando se encontraba mal. Caminé hacia la cortina, asumiendo que era la oportunidad para sacarlos de allí, pero entonces noté el leve impacto contra Midori... y el ruido, tensó todo mi cuerpo. Levanté la mirada hacia la cortina mientras mi amigo recuperaba la postura, primero el grito de Iris, esperaba algo más pero solo llego eso- Soy yo... soy yo... no levantes la voz, nos llamaron y vinimos a por él. Entré por detrás, ya sabes que no me gusta mucho la clase de clientela que tienes a veces. Pero últimamente tengo menos gasta de verlo que de costumbre -cuide mis palabras para no decir nada demás y lo hice en el tono justo para que solo me escucharan desde la cocina.

En un principio, Onosuke trato de solo jalarte por el brazo para que lo siguieses, pero al darse cuenta de lo mucho que te estaba costando moverte, el tipo puso su brazo alrededor de tu cintura y te jalo hacia el para ayudarte a caminar sin quejarse o hacer ninguna clase de comentario. Aun tenia la caja agujereada bajo so otro brazo, así que ahora que te estaba ayudando a caminar, no tenia ningún arma afuera. Este seria el momento perfecto para tratar de escapar, o incluso arriesgarte y atacarlo... Pero la tu de ese momento no podía intentar ninguna de esas cosas.

- Silencio. -Dijo Onosuke friamente en voz baja cuando le preguntaste a donde iban.

Hace apenas segundos te habías parado frente al ángel de la muerte y estabas lista para que te llevara para siempre, solo para que incluso eso te decepcionase y traicionase. ¿Que tan miserable podías llegar a ser? Era sorprendente lo mucho a lo que este mundo le gustaba joder con tu vida, era tan absurdo que te sentías como que si fueses el juguete favorito de algún dios o algo por el estilo al que le gustaba hacer sufrir a las personas. ¿Que tanto tardaría en aburrirse de ti esta vida para que decidiese abandonarte de una vez por todas?

Onosuke te guió por la calle. Por la forma en que estaban caminando juntos, parecía como que si ambos fuesen pareja o algo por el estilo. El mafioso te guio en silencio por la calle y para tu sorpresa, te guió nada mas y nada menos que para el mismo café de Iris. Bueno, la verdad tenia sentido, sus dos compañeros estaban allí, desde un principio el lugar al que Onosuke debía estar yendo cuando te encontró era este.

Cuando entraron, varias miradas se dirigieron a ustedes, pero por alguna razón esta vez no se quedaron en ustedes por mucho tiempo y pasaron a ver hacia la entrada de la cocina por alguna razón. Onosuke miró a su alrededor hasta que encontró la mesa en que el pelirrojo y la chica del parche estaban sentados y se dirigió inmediatamente a ella.

Al llegar a la mesa te percataste de que, por alguna razón, la chica del parche no estaba, así que en la mesa solo quedaba el pelirrojo tomandose un café.

- Otto. -Saludo Onosuke cuando llego junto a su compañero y el chico pelirrojo no dijo nada en absoluto, pero si volteo a ver a su compañero y le asintió con la cabeza ligeramente- Oye, no veo a Ami. ¿Donde se metió?

Mientras hablaba con su compañero, Onosuke hizo un esfuerzo para obligarte a sentar en la mesa junto a la ventana, en el asiento frente al pelirrojo. Y luego el mismo se sentó en el asiento junto a ti, encerrándote entre la pared y el. Después de sentarse, el mafioso puso la caja agujereada sobre la mesa y se dispuso a abrirla, pero entonces, la voz de su compañero llamo su atención e hizo que se detuviese.

- Ami escucho un ruido y se fue a la cocina preguntando por Iris... Como sea, ¿Me puedes explicar esto? -Dijo señalandote a ti.

- Mas tarde. -Contesto Onosuke- Lo que necesito ahora es a Ami para largarnos. No hay tiempo para el café de la tarde... Quedate aquí y ponle un ojo encima a esta. Yo voy a buscar a Ami.

Al decir eso, Onosuke se levanto de su silla y se alejo de la mesa en dirección a la cocina, dejando la caja cerrada sobre la mesa y a ti junto al pelirrojo. ¿Que había pasado en la cocina? ¿Habían encontrado a Jack? Mil y un cosas pudieron haber pasado, pero ahora no podías hacer nada. No cuando tenias a el pelirrojo sentado frente a ti mirándote directamente a los ojos.

En un principio no hubo respuesta, y por unos tensos segundos todo quedo en silencio a su alrededor. Pero entonces, la voz de Iris volvió a sonar desde la cocina, sonando evidentemente asustada por lo que estaba ocurriendo.

- ¿K-kat? -Pregunto- ¿Eres tu?

Su voz sonaba, cada vez mas cerca mientras hablaba, y para cuando termino de hablar, la cortina que separaba el almacén de la cortina se abrió y la figura de Iris se pudo ver claramente, así que pudieron ver claramente la expresión de sorpresa que se dibujo en su cara al ver a los dos chicos en el almacén con el montón de tazas rotas en el suelo.

- Oh dios mio. ¡Me alegra que estén bien! -Dijo ella mientras entraba al almacén y se lanzó sobre Kat para abrazarlo- Jack llego hace poco y dijo que estaban en problemas con unos mafiosos y luego le dio un ataque y... -Iris hablaba rápido y parecía estar muy alterada, y bueno, ¿quien la puede culpar en esta situación?. La chica hizo una pausa, pero aun no había terminado de hablar, y lo siguiente que dijo si representó un problema- Etsuko... ¡Donde esta Etsuko! ¡Diganme que ustedes saben donde está!

Escuchar la voz de Iris y quien parecía ser Jack lo relajaron lo suficiente para que pudiera soltar un suspiro. Era bueno saber que estaban bien... aunque lastimosamente se había relajado tanto que fue descuidado. Tropezó con Kat, golpeó un gabinete y tuvo que reprimir un quejido. No había sido la gran cosa, pero quejarse ante un golpe era una reacción de lo más natural, ¿no es así?

Se alteró cuando Iris gritó y, al escucharla tan nerviosa, se preguntó si en verdad había sido una buena idea ponerla en alerta sobre todo eso. Acudir a ella era involucrarla. ¿Era eso algo bueno? No lo veía así. Eso solo hizo que su reproche inicial con sus amigos aumentara. Afortunadamente, Kat reaccionó con rapidez y logró calmar a Iris... al menos por el momento.

Midori se asomó para que la chica los viera y cuando preguntó por Etzuko, suspiró algo fastidiado - Aquí vamos de nuevo - y trató de buscar a la peliazul, ya un poco hastiado de estar tratando de sacarlos de una situación en la que se habían metido por su propia cuenta. Solo esperaba que hubieran descubierto pistas o todo aquello sería gratuito. Se fijó con discreción en el café, para ver si la chica estaba entrando o algo así.

Para cuando se abrió la cortina ya tenía entre las manos algunos trozos de la vajilla rota, aunque aún había mucha más por el suelo, con una sonrisa nerviosa los puse en un estante vacío, del que probablemente cayeran, mientras miraba a Iris acercarse y dándome el tiempo justo para poder recibir el abrazo- Por supuesto que estoy bien, ya sabes lo "escurridizo" que puedo llegar a ser -era una mala broma, en un mal momento, pero me salió sin pensarlo mucho, al notar lo afectada que estaba cerré un poco más el abrazo y la acaricie para que se calmara.

Pero por supuesto tenían que llegar más malas noticias- ¿Etzuko? Se supone que estaba con Jack, fue ella quien nos llamo para que viniéramos... -perdida de pista en un local frecuentado por ellos, en un barrio controlado por ellos, desde luego estaba siendo un gran día- Mira, de momento quiero ver a Jack y luego buscaremos a Etzuko. No puedo afrontar dos problemas separados a la vez... primero quiero asegurarme de que él este bien.

Un poco de amabilidad del lugar manos probable era lo que recibía de aquel pelirrojo que la sostenía para que no cayera, la joven lo quedó mirando hacia arriba, aún preguntándose donde había quedado el cruel sujeto que había intentado matarlos días antes. Lo cierto es que estar en las manos de ellos o de lo otros mafiosos, era casi lo mismo para Etzuko, no podía negar que con este sujeto, extrañamente, se sentía mas en calma, aunque aún se preguntaba el porqué no la mataba.

Pero esa pregunta quedó en el aire cuando quedaron frente del café desde donde había salido, se le erizó el vello de la nuca, e intentó impedir entrar, pero el mafioso la tenía muy bien agarrada, lo que hizo que sencillamente no pudiera prestar resistencia, hasta que se encontró delante del sujeto del que había escapado antes y aquella caja con agujeros.

Etzuko se sentó en esa mesa, no hizo contacto visual, sus ojos iban hacia la puerta desde donde había salido, Jack debía estar aún ahí, pero él había querido quedarse con su novia. La joven apretó los dientes pensando en que a pesar de que no era ya su asunto, debió impedir que Onosuke fuera hacia aquel lugar, así que, intentó hacer algo. Rápidamente llevó sus manos a la caja y la destapó, poniéndose de pie, eso llamaría la atención de Onosuke, dándole minutos a Jack para pensar en algo. 

Pensar en algo, estaba con su novia, la había preferido a ella, sintió como la traición se sentía más poderosa mientras intentaba destapar esa caja con agujeros con la esperanza de que en ella estuviera Dante. 

A pesar de que sentías que Jack te habia abandonado, a pesar de que el habia elegido a otra y te habia dejado de lado, no pudiste si no intentar protegerlo al ver que estaba en peligro. Según lo que dijo el pelirrojo, la chica del parcha ya estaba yendo hacia la cocina, pero de todas formas, si podías evitar que Onosuke fuese hasta allí, si podías aunque sea aliviar un poco los problemas en los que Jack estaba a punto de meterse, lo harías.

Inmediatamente te lanzaste a abrir la caja que el Sabueso trajo consigo. Cuando te moviste tan bruscamente, el pelirrojo reacciono casi al instante y te agarró un brazo y te jaló hacia la mesa con fuerza, pero aun así no pudo detener que abrieses la caja antes de que te forzase a tirarte sobre la mesa.

Como el pelirrojo te jaló con tanta fuerza, por accidente lanzaste la caja al suelo, así que no alcanzaste a ver que era lo que habia adentro antes de que te encontrases a ti misma con la cabeza pegada de la mesa y con la punta de un cuchillo presionada contra tu cuello.

Evidentemente, Onosuke escuchó el ruido, al igual que el resto de gente en el café, quienes voltearon a ver hacia ustedes tratando de entender que habia ocurrido. El mafioso se dio la vuelta, pero no se fijo en ustedes, si no mas bien miro hacia el suelo frente a la mesa por donde habia caído la caja y caminó hacia ella.

Onosuke se agachó frente a la mesa y recogió algo del suelo que no pudiste ver hasta que se volvió a erguir.

Tal vez, el universo si termino por escuchar tus plegarias por lo menos esta vez, aunque no de la forma que esperabas.

Cuando Onosuke se paró frente a la mesa de nuevo, tenia a Dante cargado entre sus brazos.

- ¿Que carajo están mirando? -Dijo el mafioso en voz alta para que todos los demás clientes del café dejaran de mirarlos.

Una pequeña esperanza, un poco de tiempo, Jack podría hacer algo, no sabia que, pero algo podría conseguir, hacer. No, él estaba con su novia, con la chica que había escogido ¿Por qué no había salido con ella? No valía nada, era un gato abandonado que encontró un techo y algo de comida en un lugar, pero seguía siendo un vago vagabundo que nadie buscaría. Era una conocida hacker, pero esa importancia la tenía en otro mundo, no en ese, en ese era una miserable. 

El golpe le dolió, sintió como se azotaba su cabeza contra la mesa y como el dolor zumbó en sus oídos, dolía y la desorientó. Su corazón seguía alterado y las luces eran más brillantes, así como los sonidos. Había conseguido llegar a la caja, sin embargo, no pudo ver lo que había y su cabeza estaba estampada en la mesa, con el cabello cubriendo parte de su rostro, sin embargo pudo ver al pelirrojo llegar y recoger algo. El cuchillo estaba a nada de cobrar su vida y como esperaba, nadie hizo nada ante aquella escena. Esos mafiosos eran los dueños y reyes de esa zona. 

ahí pudo verlo, una sonrisa dulce apareció en su rostro inexpresivo y aunque estaba a nada de ser segada su vida de este mundo, su mano derecha la alargó hacia Dante.

— ahí estás… Dante que felicidad es verte — era feliz de poder verlo, sus ojos se llenaron de lágrimas, pero solo una de deslizó por sus largas pestañas y cerró los ojos esperando que ahora fuese ese cuchillo el que la aparara de ese lugar. Al fin. 

Varias cosas pasaron al mismo tiempo. Primero que todo, al escuchar que Etsuko podía haberse metido en problemas de nuevo, Midori fue hacia la cocina para comenzar su búsqueda por su amiga, pero, sorprendentemente lo primero que vio fue la cabeza de Jack asomándose por debajo de una mesa.

- ¿Midori? -Dijo Jack.

A pesar de que por fin habia vuelto a ver a su amigo desde esta tarde, el chico peli-verde no tuvo oportunidad de alegrarse.

De regreso a el almacén, al mismo tiempo que Midori encontraba a Jack, Iris comenzó a explicarle la situación a Kat con una voz bastante alterada y preocupada.

- Jack sufrió un ataque de pánico después de que ella y yo nos peleáramos un poco, -Explicó la chica- entonces ambas tratamos de ayudarlo, y al final yo pude darle una medicina que Jack tenia para sus ataques. Mientras hacia eso, Etsuko los llamo a ustedes, pero luego, cuando terminé de atender a Jack, Etsuko habia desaparecido. No se que habré hecho pero por fa-

Un ruido proveniente de la cocina interrumpió a Iris e hizo que se voltease bruscamente en dirección de donde vino el ruido a la vez que se separaba de Kat claramente nerviosa.

Midori no pudo siquiera articular una palabra para saludar a Jack, cuando vio como una figura que definitivamente no quería ver, entrando por la puerta.

Era la chica del parche y traía un cuchillo en la mano.

- Iris, que ocu- Sus palabras se interrumpieron cuando vio la escena frente a ella.

Midori y ella se quedaron mirando por un instante, haciendo su mejor esfuerzo de asimilar la situación lo mas rápido posible.

La que se movió primero fue la chica del parche quien inmediatamente salió corriendo hacia Jack, quien era a quien tenia mas cerca en el momento. El chico no fue capaz de reaccionar con velocidad suficiente como para evitar que la chica se pusiera tras de el y le pusiera el cuchillo que traía al cuello.

- ¡Quedate quieto! -Le gritó la chica a Midori- ¡Da un paso mas y le rebanaré el cuello a este imbécil!

Jack debía estar bastante débil como para dejar que esta chica lo atrapase tan fácilmente. Aun debía estar recuperándose del ataque de pánico que sufrió.

Como si no tuvieran suficientes problemas solo con estar en ese lugar, ahora resultaba que Etzuko había desaparecido. Sinceramente, eso lo sacaba de quicio y quería golpearles a ambos fuertemente por ser tan tontos como para dejar que la situación se saliera de control, además de separarse. ¿Qué diablos estaba pensando esa chica? ¿Por qué le gustaba siempre complicarlo todo?

Escuchó lo dijo por Iris, mas intentó enfocarse en su deber... Claro que lo que menos esperaba era encontrarse a Jack oculto bajo una mesa por algún extraño motivo y a la chica del parche. El susto inicial no le permitió actuar, por lo que tomó al pelinegro como rehén. Midori chasqueó la lengua y se paró de modo que cubriera la mayor visibilidad posible del ojo descubierto de la chica para darle a Kat espacio de actuar. Alzó sus manos a modo de rendición, pero no dejó de mirar el cuchillo que tenía el chico apuntando a su cuello. Si lograba desarmarla...

¡Mierda! Si por mí fuera, dejaría a Etzuko sola por imprudente...

Atendía a las palabras de Iris pese a que mis ojos estaban puestos sobre Midori y Jack, según este segundo asomaba desde debajo de aquella mesa. Al parecer Etzuko había vuelto a hacer una de las suyas largándose a vete tu a saber donde sin dar explicaciones a nadie y mientras nadie la veía, incluso a mi me dolía la cabeza llegado a este punto. Fui a llevarme una mano hacia la cabeza cuando el fuerte ruido me sobresalto...

Entonces unos pasos, movimiento frenético y una amenaza en contra de mis amigos, podía ver apenas muy poco de lo que ocurría fuera, por lo que estaba obligado a acercarme más, pero no era estúpido por lo que antes de dar un solo paso saque mi pistola para estar preparado- Iris, sal por la puerta trasera y entra al local de vuelta por la entrada... Mejor que te alejes de esto... -aconseje a la chica mientras avanzaba con el arma por delante, trataba de que mis pasos no hicieran ruido pero iba a ser muy complicado asomarme a una habitación donde ya había alguien alerta, aún así tenía algo de esperanza, solo necesitaba asomarme a la habitación... tan solo línea de visión directa.

- ¡Otto! -Gritó Onosuke repentinamente, e inmediatamente la mano del pelirrojo se detuvo- Nos sirve mas viva que muerta.

El cuchillo habia comenzado a clavarse en tu cuello, apuntando hacia tu yugular con precisión quirúrgica. Si el Sabueso no hubiese detenido la mano de su compañero, definitivamente justo ahora estuvieses estuvieses llenando la mesa completamente de sangre como si una fuente se tratara, en vez de simplemente estar manchando tu ropa.

El pelirrojo quito el cuchillo de tu cuello, La herida fue superficial, así que no estabas en peligro de morir, o por lo menos no por esa puñalada. De todas formas no te soltó del brazo, así que aun estabas con la cabeza contra la mesa.

De todas formas, todo eso importaba poco. Por fin habías encontrado a Dante, aunque no podías entender bien el porque estaba tranquilamente descansando en las manos de el mafioso que intento matarlos hace un par de días. ¿Como fue que Onosuke habia encontrado a Dante? Y también ¿Porque una persona como el decidió quedarse con un gato que encontró en la calle? Se suponía que el sabueso no era humano si no mas bien un monstruo cruel que solo vivía para matar.. ¿Como era que un asesino sin reparo como el se detenía a salvar a un gato perdido en la calle?

Onosuke recogió la caja en la que estaba Dante y cuidadosamente puso al gato dentro de ella. Pero, antes de que pudiese cerrar la caja de nuevo, el gato salto fuera, y rápidamente se paro frente a ti, maullandote y lamiendo tu nariz un poco al reconocer que eras tu.

- ¡Odin! -Dijo Onosuke al ver al gato escapar.

La situación se estaba tensando bastante muy rápido. La chica del cuchillo tenia a Jack por el cuello, y aparentemente no habia nada que Midori pudiese hacer. El único que tal vez podía hacer algo era Kat. La chica del parche aun no le habia visto, y el tenia un arma. Si se movía con cuidado, tal vez pudiese hacer algo.

Era cierto que ahora ambos tenían chicos tenían mucho mas valor que antes, el hecho de que se estaban enfrentando a esta situación lo demostraba. Pero, aun les faltaba mucha experiencia. Kat intento asomarse con cuidado, para poder tener una mejor visión de lo que estaba ocurriendo, pero fue un poco torpe, y a pesar de que la chica tenia un solo ojo, ella fue capaz de ver la cabeza roja de del chica sin mucho problema.

- ¡Oye tu! -Grito ella- ¡Sal de allí de inmediato!

Ahora si estaban jodidos. La chica tenia a Jack, y ahora sabia donde estaban ambos. No habia forma de escabullirse…

- ¡Ami! Calmate. -Dijo Iris mientras salia por la cortina hacia la cocina. Ignorando por completo la advertencia de Kat.

Cuando la chica del parche vio a Iris entrar a la cocina, frunció el ceño. La repentina presencia de la chica se llevo inmediatamente toda la atención de la mafiosa. Ahora parecía estar molesta y confundida al mismo tiempo.

- ¿Que estas haciendo Iris? -Dijo Ami con un tono muy poco amigable.

- V-vámos a hablar un poco, ¿de acuerdo? -Dijo Iris muy nerviosa.

¿Iris conocía a la chica del Parche? ¿que demonios?

Sea lo que sea que estaba pasando entre ellas dos, se llevo por completo la atención de la Ami. Si los chicos se movían bien, tal vez pudiesen hacer algo ahora que toda la atención de la mafiosa estaba en Iris.

Con ambas manos, pero en ninguna de ellas el arma de fuego, cruzo el umbral entre habitaciones y es que aparecer armado solo empeoraría la situación para todas las partes implicadas. Solo debía buscar una válvula de presión, todo el mundo tiene varias, si conseguía encontrar la de esta chica podría rebajar la tensión momentáneamente para salir de aquí lo mejor parados... como siempre nos habíamos metido en las llamas ardientes y debíamos encontrar la manera de no salir calcinados.

- ¿Vosotras os conocéis? -pregunte algo sorprendido por las frases que intercambiaron, era llamativo como mi tono de voz estaba tranquilo y es que quien nos amenazaba sonaba más preocupada y alterada que yo mismo, pese a que tenía a mi mejor amigo a milímetros de ser degollado, camine de lado sin acercarme a ella para quedarme cerca de Iris y alejarme de Midori, forzando que se generara un punto ciego en su posición- Mira, nosotros no estamos en los mejores términos y no pienso pedirte que sueltes a mi amigo porque si... Pero al menos no involucremos este local y sus trabajadores en nuestros problemas ¿quieres?

Iris no supo como reaccionar a toda la situación una vez Kat trato de tomar las riendas. Ella estaba también estaba bastante alterada, aunque tenia la suficiente fuerza mental como para no sufrir un ataque de pánico allí mismo. Por otro lado Ami se estaba comenzando a calmar un poco. Seguía moviéndose de forma agresiva y jalando a Jack por el cabello, pero al ver a Iris involucrarse, un poco de su agresividad se desvaneció. Aun así, cuando Kat alzó la voz, ella volvió a fruncir el ceño agresivamente y escucho a el peli-rojo en silencio.

Una vez Kat termino de hablar, hubo un momento de silencio. Ami miró a Iris por un instante, y luego volvió a concentrarse en el chico frente a ella que estaba buscando una forma de negociar la situación. El silencio fue corto, pero lleno de tensión.

- Kat -Trato de decir Jack, solo para ser interrumpido por la chica, quien violentamente jalo su cabello a la vez que le presionaba el cuchillo contra la garganta.

- No te trates de poner de listo conmigo imbécil, que te voy a romper la cabeza de nuevo. -Le dijo la chica a Kat con agresividad- ¿Quieres sacar esto de café? Bien por mi, pero yo no voy a ir sola a ningún lado con ustedes. -Miró a los chicos por un par de segundos antes de hablar- Uno de ustedes valla y busque a Otto. Esta en una de las mesas cerca de las ventana. Tráiganlo y entonces podemos hablar esto.

Ami tenia la ventaja, pero al mismo tiempo, estaba casi indefensa. Ustedes eran dos, tres incluso si contaban a Iris, pero ella tenia a Jack justo al filo del cuchillo, y los chicos estaban mas que que claros de que esta chica era capaz de matarlo si se llegaba a dar la situación.

Midori chasqueó la lengua cuando Kat fue descubierto. Ese era un as bajo la manga y ahora tendrían que pensar en otro plan. ¿Qué podrían hacer? Empezaba a quedarse sin ideas y es que él no era el listo, esa no era su tarea. Lo que sí notó fue que esa chica parecía tan asustada como ellos.

La idea del pelirrojo no era mala, lo malo era que Jack seguía allí, en riesgo. Podía ser un idiota, pero era su idiota... su amigo. No podían dejarlo morir así como así y menos después de todo lo que había pasado. Por eso, Midori decidió algo, pues ir a la barra era sinónimo de encontrarse de frente con la Royal y, si esta chica no los mataba, lo harían ellos.

- Oye, tienes lo que vinimos a buscar, así que llevas la ventaja de cualquier manera. Solo nos iremos si nos lo entregas, pero si tienes algo en nuestra contra, arreglémoslo afuera. Mira, estoy desarmado - y es que la chica no sabía que Midori era un peleador, así que quería buscar una apertura. Por veloz que fuera, no podría ser más veloz que un arma de fuego.

Era tal como lo había hecho con ella, el demonio pelirrojo tenía una predilección por los abandonados y vagabundos. Es lo que pensó cuando Dante corrió desde los brazos de Onosuke, donde se encontraba muy bien, y ahora lamía su nariz. Etzuko sonrió y movió su mano como pudo para llegar hasta él y acariciar su cabeza.

— se llama Dante, no Odín, aunque Odín es un lindo nombre, pero me gusta más Dante — le dice, le dolía la cabeza presionada contra la mesa. Había conseguido minutos para que Jack supiera qué hacer, debió haberse encargado de la otra mujer sin hacer mucho ruido. Pero ¿por qué se estaba preocupando por él ahora? No había ido tras de ella, ni la había escogido, sino a esa mujer. Una mujer hermosa y no un monstruo como ella. 

Nadie hacia nada, no escuchaba a nadie murmurar ahogado el llamado a la policía o el horror de ver a alguien siendo agredida, más cuando era una muchacha menuda como ella. No, no había ningún ruido que pudiese escuchar o a algún valiente que se atreviera a interceder por ella. Sonrió, en ese lugar sólo había miedo pero al menos estaba Dante ahí, no la había abandonado como ella tampoco a él.

Lástima que tendría que devolvérselo a Jack, pero no importaba, ella si no abandonaba cuando eran leales con ella.