Partida Rol por web

-Amigos mios.- Dijo la voz de Samuel generando sorpresa en todos, ¿de donde había salido el muchacho? se preguntaron tanto sus ex-compañeros como sus familiares.
-Creo que ya es hora de terminar esta persecución, ya no tienen lugar para escapar ni tampoco los recursos para hacerlo.- Sugirió el muchacho sobrando a los chicos con los que había compartido el viaje.
-Acompañen al joven Junior al sótano y terminara su sufrimiento, prometemos no hacerlos doler tanto.-
 

Sidney golpeó frustrada el volante. - ¡Joder! - La rubia sentía el dolor pulsante de la pierna mientras su estómago se llenaba de frustración. Estaba a punto de salir del vehículo para acudir en ayuda de Noe cuando vio a Samuel salir por la puerta. - Oh, joder... - Masculló en voz baja. Le temblaban las manos por el miedo, pero tenía que hacer algo. 

Sacó el teléfono del bolsillo rápidamente y con cuidado de mantenerlo fuera de la línea visual de los de fuera. Quería comprobar si la llamada aún seguía activa y en caso de que hubieran colgado, volver a llamar. Pediría socorro rápidamente y dejaría el teléfono escondido en la camioneta por lo que pudiera pasar. Después saldría para ayudar a Noe.

 Por fin estaba libre y sin ningún lunático a la vista. Bill no había vuelto y a esas alturas podía estar muerto o preso. Mire en todas direcciones buscando algo. Pero solamente se veía la casa y una vieja Dodge 200 la cual estaba cerca del cobertizo. Samuel tampoco había vuelto pero podía llegar en cualquier momento, por lo que tenia que actuar deprisa. No podía dejar a mis amigos. Vale igual no siempre habíamos sido los mejore amigos del universo pero no merecían morir en esta maldita casa. Tenia una idea era una idea loca pero una idea al fin y al cabo y tenia el hacha. Ahora todo dependía que la furgoneta funcionara. Por lo que me acerque a la furgoneta para ver si estaba abierta , tenia motor o unas llaves puesta. Pues solo había visto hacer un puente en las películas.

La camioneta en cuestión estaba muy descuidad, el tapizado de cuero que en un momento debió de haber sido de un color mostaza ahora era de un leve color miel y se encontraba resquebrajado en un millar de lugares, el polvo y la tierra cubrían el asiento de acompañante y el trasero, además de que faltaban las alfombras y varias partes que alguna vez hicieron a la comodidad del vehiculo.

 Las puertas estaban cerradas y las llaves no estaban puestas, pero el vehiculo tenia motor y parecía a simple vista funcional

El gigante le tiene miedo a Jeremías... quizás esa sea nuestra única oportunidad. Quizás si le matamos... ya está herido de antes... que dios nos asista.

Ignorando las palabras de Samuel y aprovechando que Junior parece estar distraído mirando el cuerpo de Tobías me lanzo a pegar un hachazo a Jeremías.

Sidney comprobó con horror que el celular se encontraba roto, la pantalla estaba astillada y el equipo apagado y supuso que se había roto en el salto por la ventana ¿de que otro modo se pudo haber roto sino?

 No sabia cuanto era lo que había sido transmitido ni cuanto tiempo estuvo en contacto con el operador del 911, la ultima esperanza de la muchacha residía en implorarle a los cielos que hayan oído lo suficiente como para poder ayudarlos

Cuando vi la camioneta no pude evitar pensar.

-Pero ¿de quien era? ¿La familia Monster? Aunque claro a su lado la familia Monster eran agradables samaritanos.

Mire las puertas para ver si seria capaz de abrirlas o tal vez las llaves estuvieran encima de la rueda delantera mucha gente de pueblo las dejaba ahí.

La rubia soltó un gruñido mientras lanzaba el teléfono hacia el suelo de la camioneta. No estaba acostumbrada a gestionar la frustración y menos en una situación tan extrema como la que tenían entre manos. En ese momento, tan sólo le quedaba la esperanza de que la policía hubiera podido escuchar lo suficiente y hubiese rastreado la llamada. 

Se bajó del vehículo y se acercó cojeando al lugar donde Noe se había detenido. Le dolía horrores la pierna y sabía lo que estaría sufriendo en ese momento Noe. Pegó sus labios a la oreja de su amiga. - La camioneta no arranca y se me ha roto el móvil. Joder.  - Susurró antes de poner las manos sobre la trampa para intentar abrirla. - Vamos, ayúdame, entre las dos, como antes. - Dijo ya en voz alta mientras empezaba a hacer fuerza.

- ¡Ay, Bill! ¡Qué malo estoy! - Exclamo sintiendo cómo pierdo la sangre de un modo frenético. Trato de levantarme mas mi cuerpo es pesado, muy pesa. ¿Será porque estoy débil por perder sangre? Nunca me había sentido tan débil antes. Tampoco me habían dado un hachazo anteriormente. Como una animadora pongo mis esperanzas en Bill. Sigo reptando, como llevo haciendo minutos aunque mi herida se llene de arena o el saco de mis esperanzas se llene de sueños rotos. ¿Qué otra manera queda? Huir o morir. No voy a morir. - ¡Cárgatelos Bill!

-Ufff, duele muchooo-dijo la chica entre sollozos mientras tratba de hacer fuerza para liberar su pierna.

En tarea conjunta Noe y Sydney lograron liberar la pierna de la muchacha no sin que la pobre sufra una puntada de dolor paralizante.

 Una vez removido el artefacto y que el dolor no fue tan intenso llego el momento de pensar en los siguientes problemas, la camioneta no funcionaba el móvil de Sydney estaba roto, los muchachos heridos y el gigante del machete se acercaba a paso raudo mientras que Samuel parecía observar todo como en un partido de ajedrez esperando a hacer la jugada con la que culmine el encuentro.

Katherin comprobó que no había llave en ninguna de las ruedas y aunque esto la decepciono no la sorprendió, en las historias siempre había una salida pero esto era la vida real y en la vida real nada era tan sencillo.

- Joder. - Repitió la rubia por enésima vez en la última media hora mientras ayudaba a Noe a levantarse, ya libre de la trampa. - Joder. ¿Y ahora qué hacemos? - Las manos le temblaban y empezaba a sentirse cada vez más desesperada. No parecía haber ninguna salida, no podía correr en condiciones con la pierna así, la furgoneta no funcionaba y esos animales parecían dispuestos a cargarse a sus amigos, pero no quería rendirse. 

Viendo que estaba bastante lejos de la casa me decidi a romper un cristal de la furgoneta. Luego veríamos si era capaz de hacer un puente como en las peliculas. Con el hacha di un golpe al cristal aguantando la respiracion mientras escuchaba el golpe.

-Espero que no lo hayan oido. Mire bien a todos los lados no queria que el Loco de Samuel apareciera de la nada. Una vez estube tranquila mire por dentro para poder hacer un puente.

Jeremías vio que Bill se arrojaba contra el, lo cual lo sorprendió de sobremanera, la osadía del muchacho no parecía estar en los planes del que seria el patriarca de la casa.

Pese a sus viejos huesos o tal vez debido a que Bill estaba muy herido el hacha no dio en el blanco, de hacho no logro pasar ni cerca de algún lugar que pudiera herir al viejo.

-¿Que piensas que puedes hacer maldito muchacho? ¡Júnior acábalo!- ordenó el viejo

Junior no dudo un segundo, Cuando Jeremías le dio la orden este descargo un poderoso golpe contra Bill, esta vez intentaría matarlo de una buena vez.

 El machete descendió con fuerza e impacto en la espalda del muchacho tal y como había ocurrido las veces anteriores pero esta vez la musculatura no fue suficiente para refrenar el golpe.

 El machete se incrusto en la espalda clavándose también en la columna vertebral del muchacho, en cierta forma haber cortado esa vía de transmisión nerviosa tan vital que hay en la columna le aminoro el dolor al muchacho que quedo sobre un charco de su propia sangre esperando que su carne les caiga muy mal a lo White.

El cristal se rompió ante el primer golpe de la chica, el mango del hacha astillo el vidrio que cayo en cientos de pequeños fragmentos dentro y fuera del auto.
 Logro abrir la camioneta y meterse adentro, ahora debería poder encender el vehiculo si es que este funcionaba. La muchacha saco la parte extraíble del volante dejando al descubierto el cableado.
 Era hora de poner manos a la obra y salir de ese maldito lugar.

¡ Agh  ! - Se me escapa, casi como un susurro.

No... justo ahora no...  

Con su último aliento les busco con la mirada, queriendo grabar su imagen en su memoria, le costó años encontrar a alguien a alguien a quien llamar amigo, no pensaba dejar que la muerte se los robase, nadie podría robarle ya ese recuerdo... hasta siempre amigos.

-¡Samuel! ¡Diles que paren!¡Por favor!-suplicó Noe desesperada.