Partida Rol por web

-Vi el estandarte, majestad, reconoció Lord Evan. Trataba de recordar lo sucedido aquel fatídico día. Una serie de ofensas y palabras vertidas que acabaron de la peor forma. -Mas su comportamiento no fue el que se espera de un enviado del rey, y en repetidas ocasiones nos dijeron que ese estandarte les daba el derecho de insultarnos y de humillarnos, e incluso juzgarnos como asesinos sin ninguna prueba. Por eso, y por otras cosas que habían pasado durante nuestro viaje, mi corazón albergaba muchas dudas de si realmente eran emisarios, o simples bandidos o mercenarios contratados para provocarnos y para atacarnos. Actuaron de una forma nada adecuada para un caballero, y menos para alguien que ostenta el estandarte por el que luchamos tantas Casas en la guerra.

Las palabras de los Claviger aún resonaban en su cabeza. -Cobardes. Asesinos de hombres desarmados, de mujeres y de niños. Así nos llamaron nada más vernos, y luego nos amenazaron a pesar de intentar mediar por todos los medios para evitar el conflicto. Era como si tuvieran decidido de antemano atacarnos, pues rápidamente nos exigieron una rectificación, cuando los insultos y las acusaciones las profesaban ellos. Y decían hablar en nombre y con la autoridad del Rey Robert, lo que es falso. Por lo tanto parecían desconocer por completo las funciones de un mensajero real. Varios de mi familia les avisaron de las consecuencias si sacaban las armas y nos atacaban, pero hicieron oídos sordos y ...

Suspiró. Recordaba cómo había querido darles una lección, y cómo Lady Scarlett le había instado en privado a asesinarlos para evitar males mayores. Pobre Whalen, siempre había sido un pelele en las manos de aquella bruja...

-Como fuere, Lord Crogall. Aplicar tal sentencia era algo que me correspondía a mí. Si siquiera levantáis la espada contra alguien que porta el pabellón real, es como si me atacarais a mí mismo. Pero volveremos a eso más tarde. Lady Iris, ¿habéis terminado?

La dama bajó levemente la cabeza cuando el Rey se dirigió de nuevo a ella y recogiendo con gracia su vestido dio un par de pasos hacía el frente.

-Majestad, el trato que los hijos de Lord Claviger recibieron por parte de los Crogall no sólo fue una afrenta contra su familia y contra la Corona, sino que además muestra la naturaleza criminal de esta familia. Pensad que poco les importó que esos jóvenes llevaran el estandarte real como emisarios vuestros, ¿qué rubor o conciencia entonces mostrarían hacia los campesinos de las tierras de mi padre o con mi hermano? Incluso la esposa de su heredero, una Tully nada menos, ha declarado aquí la falta de gallardía de esta familia. Del mismo modo que asesinaron a los Claviger cuando pedían clemencia, asesinaron también a los Quince de Marshbury y urdieron un complot para envenenar a mi hermano y librarse de las acusaciones. Os he mostrado los motivos, la naturaleza de los Crogall, una teoría más que posible de lo sucedido y os he traído al propio mercader de venenos que les facilitó la sustancia. Creo que todo señala hacia los Crogall de manera inequívoca, por mucho que ellos quieran hablar de conspiraciones y manos negras de las que, os adelanto ya, no podrán presentar prueba alguna.

La dama hizo una reverencia al Rey antes de volver a su lugar en la sala.

-Nada más por mi parte.

-Bien, pues si la acusación ha terminado, es turno de la defensa. Lord Crogall, cuando gustéis. - El Rey hizo un gesto con la mano, concediéndole el turno de palabra a los Crogall.

Evan Crogall le hizo una reverencia al rey Baratheon al ser nombrado por el monarca, y dio un paso al frente. -Majestad, solicitamos un receso de un día para poder evaluar las nuevas informaciones y los testimonios, y preparar nuestra defensa.

-Sea pues. - Otorgó el Rey, quien también estaba cansado tras las largas horas que había llevado el juicio en aquella mañana. -Volveremos a reunirnos al despuntar el alba, tampoco quiero alargar esto mucho más.

El rey hizo un gesto para que los allí reunidos pudieran retirarse y se giró hacia el guardia real que custodiaba a los Crogall para que les acompañara hasta sus aposentos, de igual modo hizo con Iris Dannett, como pudieron ver, sólo que la dama abandonó el salón del trono por la puerta contraria.

Las palabras del rey no eran muy halagüeñas, así que se retiró a los aposentos meditabundo. Solo traspasar el umbral de la puerta, empezó a hablar a su padre y su compañera.

- Tenemos poco tiempo y mucho trabajo.- Miró a ambos con intensidad.- Nosotros no podemos salir así que propongo lo siguiente. Lo primero sería enviar a Nicholas a visitar a ser Roshar, a ver si nos puede informar de qué estaba haciendo cuando lo hirieron y que nos confirme si Rata es suyo o no... y porque hizo esa maniobra tan arriesgada del laxante sabiendo lo que sabíamos de la daga con veneno...- Y allí miró especialmente a su padre. No podía creer que Roshar hiciera algo así sin el consentimiento de su padre.- Quizás tabién podriamos intentar contar con el testimonio del anciano caballero que nos ayudó con el Caballero Zorro. Comparte hospital con ser Roshar. Nos iría bien para dar una imagen exterior de ese canalla del caballero Zorro.

- Otra cosa muy importante sería saber más cosas de ese envenenador tan providencial. Quizás Roshar nos puede indicar alguien del mundillo que pueda conocer a ese hombre...

- Sobre el escudo... Nicholas, una vez más, podría pedirle a alguien de la biblioteca que le busque detalles de la batalla Greyjoy, para saber qué casas podían tener opciones a robar el escudo de mi tio.

Hizo una pausa, cargada de emoción. Se sentía ultrajado por Iris. y pensaba arrastrarla por el barro por todo lo que había dicho y no dudaba que era cómplice de la muerte de su hermano.

- Y deberíamos hacer una visita al prostíbulo de Iris. Lo ideal sería alguna ardillita de Roshar, pero si no es posible, que fuera alguno de nuestros hombres. Necesitamos interrogar la compañera con la que tuviera más confianza. O en caso de no tener ninguna, cosa que tampoco me extrañaría, la puta más astuta. Lo mejor sería conseguir un testimonio sincero de las intenciones y ambicioes de Iris. y quizás descubrimos conquien se relacionaba allí. Seguro que en ese ámbito conoció a Orten... y si no conseguimos nada real, siempre podemos pagar a la puta para que haga un buen relato que nos interese. Deberíamos aprovechar su orgullo, al preferir irse a vivir a un lupanar antes que casarse con el marido que había decidido su padre... E incluso interrogar a ese marido ultrajado. seguro que su testimonio también nos puede ser beneficioso.

La dama salió de la estancia del juicio en pos de los hombres de su casa, apenas se había cerrado la puerta de las habitaciones cuando la voz de su hijastro resonó dando voz a todas las ideas que tenían que mover para su defensa. Varya asintió a algunas y se dispuso a matizar otras.

—Las compañeras de prostíbulo y la dueña no le tienen mucha estima a Iris, conmigo no dijeron más que lo que ya os comenté, pero quizás pueda ir Ruth y enterarse de si conoció a Orten antes de estos días de torneo pues era él quien negoció el matrimonio concertado de su hermana y para eso tuvieron que verse él y el prometido; preferiría no pagar para que nadie mintiese por nosotros, el dinero cambia de dirección rápidamente. Luego os cuento mis sospechas, primero lo que me parece saber. —la señora de la casa se apoyó en la mesa cercana con la cadera mientras comenzaba a desgranar lo que sabía o intuía, para luego decir las conclusiones a las que eso le llevaba —Sobre el escudo estoy de acuerdo con preguntar a los maestres, además me he dado cuenta que lord Konrad Lugus se ha mostrado sorprendido de verlo aquí cuando ha salido a la luz que era el de Joseph. Ha mirado alrededor preocupado, supongo que por si alguien ajeno lo relacionaba con él, y cuando sus ojos se han topado con los de su hijo menor ha sido como si comprendiese que había sido él quien se lo había dado a los Dannett. El lord es a quien hay que buscar si estuvo en la zona cuando acaeció la muerte de Joseph, quizás hasta tuvo algo que ver con ello, algo personal... la muerte de un hermano o alguien cercano por la mano de Joseph y su posterior venganza obteniendo el escudo como trofeo y prueba de ello. Aquí podría entrar en escena lord Clayton Archay, recuerdo que Orten dijo que luchaba a favor de los Targaryen y según él estaba en deuda con su padre porque éste salvó la vida de Archay durante la guerra, que sufrió una terrible herida y lord Konrad le rescató del campo de batalla y curó sus heridas personalmente. Lástima que su Casa esté demasiado lejos como para traer un sirviente que haya visto ese escudo allí, pero si ambos combatieron del lado Targaryen y los Crogall del lado de los Baratheon y los Stark, ahí puede estar el motivo.

Trató de hablar de manera que no hiciese mucho daño a su esposo con la mención de su hermano, pero sabía que eso iba a ser imposible. Chasqueó la lengua, con suerte podrían obtener la posición y el bando de sus guerreros, con más suerte sería lo suficientemente cerca de los Crogall como para poder poner un motivo y una oportunidad a todo aquel engaño.

—En relación con el comerciante, después de que Iris le haya dado la patada diciendo que es necesario que pague por lo que ha hecho, ha mirado hacia los Lugus con la mirada del perro que ha obedecido y aún así se lleva un castigo, de ellos sólo Marita ha demostrado preocupación y pena por lo que le pudiese pasar. Con este tema veo una historia que no sé si podremos demostrar, os voy a poner en situación: a Marita la llaman la Viuda Negra porque ya se le han muerto algunos maridos en misteriosas circunstancias y Langley estaba nervioso por ser el siguiente marido, ahora resulta que va y pierde la vida en el torneo; durante el juicio Orten ha dejado ver que podría haber sido envenenado con las Lágrimas y para nuestra desgracia el combate que ha perdido ha sido también contra Whalen... —un suspiro de pesar salió de sus finos labios, parecía que hasta el sorteo del torneo se había puesto de acuerdo para inculparlos aún más —Yo creo que las muertes misteriosas se deben a que son envenenados y utilizan los servicios de Petk/Vierro para conseguir el veneno; es posible que después de varios contactos con el hombre, y viendo la labia que tiene, éste haya conquistado a la joven y ella se pase todo el día bebiendo para olvidar que se tiene que volver a casar con alguien a quien no quiere y a quien su familia matará; para quedarse con su dinero es lo más normal que sea el motivo, pero no sé de las finanzas de los Lugus. Quizás podríamos tratar de dividir por ahí, si Marita está enamorada del hombre y hastiada de casarse y enviudar, igual dice la verdad sobre su familia para que él pueda escapar de la horca.

La señora de la Casa se atusó el cabello poniendo en su sitio algún que otro rebelde mechón que le caía sobre la frente, era arriesgado poner el foco en Marita, sus maridos muertos y el también muerto prometido Langley Woods, al fin y al cabo había caído del caballo por la lanza de Whalen, tal y como le había pasado al Dannett.

—Deberíamos hacer que trajeran urgentemente a Giana Ríos, la chiquilla de la Posada de Dag en el Camino Real que vio y oyó a lord Archay y a su partida de bandidos cuando iban hacia el norte, ¿podría ver el cadáver y atestiguar que es el mismo hombre? su descripción debería valer de todas formas, junto a la de ser Joris.

«Hay que pedir a Tomas Brasero y a su hija Alyce que vengan, es muy posible que el mercader con acento exótico que la instó a decir que el padre de su hijo era Galdrín y la amenazó con hacerles daño si lo contaba, sea Petk/Vierro y debe decirlo para que se vea el complot.

«Tengo una nota que le escribieron a un muchacho al que se le acababa de morir la madre, o quizás la mataron también viendo el reguero de cadáveres, diciendo que su padre es lord Evan. Deberíamos hacerlo encontrar, se llama Neil Ríos y se mueve por el Lecho de Pulgas, pero antes tenemos que conseguir una muestra de la escritura de todos los que es posible que la hayan escrito para compararlas. La caligrafía es muy buena. Orten, Konrad y Marita Lugus, Petk/Vierro e Iris Dannet son mis mejores candidatos pero no descarto a nadie excepto a nosotros tres. Con algo de suerte el muchacho quizás pueda confirmar que Petk/Vierro fue quien se la dio y se la leyó.

«En el tema del veneno, hay que resaltar que fue nuestro maestre el que le dijo al suyo de qué veneno podía tratarse para que no perdieran tiempo y le administrasen el antídoto lo más pronto posible. En el caso que dirán de que la hubiésemos administrado nosotros y supiéramos que la dosis era demasiado alta como para que surtiera efecto, lo mejor para nosotros hubiese sido permanecer callados y que no lograsen saber qué veneno era.

«No debemos olvidar la muerte de Hamish Flores en el camino, que iba a testificar sobre todo el tema del ataque a los siervos de los Dannet y de como se pagó para que plantasen nuestro escudo, además de que utilizaron el nombre de lord Dannet para el encargo, supongo que queriendo emponzoñar nuestros oídos contra su casa; los detenidos fueron Michael Kraft y Thomas Hen deberían estar en las mazmorras de Desembarco pues los pusimos a disposición de los Capas Doradas, ellos también dijeron que los contrató lord Alfric Dannett para tender una emboscada y que los arqueros los habían abandonado, a esos arqueros no los encontramos pero quizás puedan dar los nombres o una buena descripción... igual se encuentran entre los que compitieron en la prueba de arquería del torneo, aquel disparo fue muy certero. Y recordar que otro testigo que iba a hablar a favor nuestro fue silenciado de nuevo, esta vez aquí mismo en Desembarco, aprovechando que todos lo achacarían a otra reyerta más; Rog Thanders merece ser recordado por su intento de decir la verdad y encontrar a quien lo asesinó a sangre fría simplemente porque le truncaba los planes de venganza. 

Varya dejó un corto silencio donde cogió aire y lo dejó salir sonoramente en un suspiro antes de lanzarse al alegato final.

—Al principio dudaba de si Orten Lugus era culpable o sólo estaba influenciado, ahora sé que es quien lo ha organizado todo. Recuerdo que durante el torneo me dijo que vio a Roshar con un pañuelo, como si hubiese contactado con alguna dama, seguro que ya sabía que él iba tras Iris y quería que yo pensase mal del caballero, también están sus mentiras en el juicio con respecto a que él vio a Roshar entregarle la daga a Whalen y que piensa que nosotros compramos el veneno... es una víbora que solo emponzoña oídos.

«Mi sospecha es que Orten conoció a Iris cuando vino a negociar el matrimonio concertado de Marita con Woods e ideó una forma de dejar de ser el hazmereír de su casa. Haciéndose pasar por su padre contactó con lord Clayton Archay y lo usó para que contratase a los que asaltaron las tierras Dannett, le dio el escudo que Konrad tenía para que fuese una prueba, o quizás ya lo tenía y por eso necesitaba a Archay, y le dijo que se hiciera pasar por Alfric Dannet para enemistarnos mas. Giana Rios vio a Archay cuando los contrataba y seguro que puede identificar su cuerpo. Luego los mató mientras dormían y, como Flores se le escapó, contrató a Michael y Thomas para entretenernos mientras él u otro se encargaba de matar a Flores. Ellos también podrán decir que él fue quien los contrató haciéndose pasar por lord Dannet... a no ser que misteriosamente hayan muerto también. Esperemos que no, que Orten no supiera de ellos porque no sabía que Flores se había escapado en un primer momento y no sepa nada de esa segunda contratación. Según sus cálculos sólo le quedaba lord Clayton para eliminar a toda la gente que supiera de esas pruebas falsas, por lo que le mandó misiva para quedar con él al tiempo que hacía lo mismo con ser Joris Landseer, muy apropiadamente conocido mientras se acercó a nosotros en la posada. Al llegar al lugar del encuentro vos mismo Whalen nos relatasteis que lord Archay esperaba a lord Lugus, no a su hijo y mucho menos a ser Joris.

«Supongo que para poder ser lord necesitaba fuera de la ecuación al joven Dannett y se aseguró de ello envenenándolo, el juicio por combate decretado por el rey era la oportunidad ideal para inculparnos más directamente y como ya conocía a un envenenador de sus negocios con los maridos muertos de Marita, sólo tuvo que asegurarle que era un trabajo más y prometerle que como anteriormente esto no le salpicaría. Él y Marita siguen vivos, como he dicho deberíamos aprovechar e intentar hurgar ahí. Si Alyce identifica a Petk como quien le pagó y la amenazó, y Neil como quien le entregó y leyó la carta de su madre, lo tenemos por difundir rumores contra nuestra Casa, por amenazas e incluso por la muerte de la madre de Rios. Un trato es que delate quien lo ha contratado a él, pues él no saca nada con todo esto más que dinero.

«Respecto a los Claviger, si podemos probar todo lo anterior podemos decir que el instigador de todo este complot es el responsable de su muerte, no le han importado ninguna de las muertes que ha causado pues cuantas mas muertes más teníamos en nuestra contra. Nosotros hemos reaccionado a la amenaza con contundencia, pero recordar que no hemos matado sin motivo, que hemos hemos prisioneros cuando ha sido posible como pueden atestiguar Michael Kraft y Thomas Hen y los Capas Doradas.

Por fin la señora de la casa Crogall calló, si tenían suerte que no había ningún muerto más, quizás pudiesen salir bien de aquel entuerto.

Whalen asintió  a las palabras de Varya. Se sorprendió de las cosas que no conocía, yq ue habían pasado bajo sus narices.

Esta mujer sería un buen sustituto de Roshar. Pensó el muchacho.

A pesar de desear una respuesta de su padre sobre la orden de darle un laxante a Adham, no pudo más que contestar a las propuestas de su madrastra.

La idea de Marita es muy interesante. Si es cierto algún tipo de vínculo sentimental entre ella y ese envenenador, lo podemos aprovechar. Conseguir el testimonio de Marita a nuestro favor sería definitivo. Lo veo complicado, pero vale la pena probarlo, aunque eso sea mostrar nuestras cartas.

Me parece, además, muy necesario recoger el testimonio del herrero y su hija y el de ese muchacho que comentáis. Si alguno de ellos puede identificar al envenenador como el instigador de esos rumores, su versión se hunde, y lo convierte en cómplice de todo este complot.

Hace esfuerzos para recordar su encuentro con Joris y en qué puede ayudarlos.

Seguro que ser Joris aún tiene encima el desafio del Caballero Zorro, que en realidad debió de redactar Orten. Seguro que si alguien puede acercarse a recogerla nos serviría para cotejar la letra con la de las otras cartas... Y seguro que podemos conseguir alguna carta o escrito que hayan podido realizar los Lugus durante estos ajetreados días de corte.

Avanzó hasta servirse una copa. La necesitaba después de todo lo sucedido aquel día. y lo que quedaba.

Y desde luego me parece la mejor línea de acción vincular el asunto Claviger a las mentiras de Iris y Orten. Sin su sucio complot jamás habría ocurrido lo que ocurrió. Dijo señalando a Varya con la copa. Unos jóvenes engañados por las mentiras de los conspiradores sacan las armas contra nosotros, esperando limpiar una afrenta imaginaria, imbuidos por los colores reales, creyendo actuar de forma justa como si fueran el mismo rey. Fueron engañados para convertirse en víctimas de esta odiosa conspiración.

Se tomó un largo trago de vino. Necesitaba ese trago para hacer bajar la bilis de querer disfrazar su carnicería sin sentido por una acción de sus enemigos. Era como si hubieran decidido matar al herrero y su hija y quisieran justificarse diciendo que en el fondo era culpa de los que les habían engañado.

Por fortuna a esos no los matamos... Pensó.

Puede salir bien. Añadió, chasqueando los labios. A veces era difícil ser un Crogall.

Lord Evan llenó su copa, y permaneció en silencio largo rato mirando el vino. Finalmente bebió, brindando en silencio por el recuerdo de su hermano Joseph. Suspiró una vez más, y alzó la visto. Su mirada buscó la de Lady Varya, y mostró su admiración por la astucia de su esposa. -Me parece un relato más que convincente, asintió. No quiso pasar por alto el tema del envenenamiento mediante laxantes. -Fue cosa mía, sí. No la mejor opción, pero nuestros destinos estaban en tus manos, Whalen. Quería darte una pequeña ventaja en el combate.

Una tras otras, las decisiones que había tomado Evan se habían vuelto en su contra, y en contra de los Crogall. -Nosotros no podemos salir, así que dependemos de mensajeros y del Maestre Nicholas. Mi duda es si enviarle a ver a Roshar, o directamente a la Biblioteca. Creo que es prioritario hablar con Roshar. Tal vez podamos solicitar libros de la Batalla Greyjoy, y avanzar mientras Nicholas visita a Roshar.

Sobre los testigos, enumeró mentalmente los nombres. Giana Rios, Tomas Brasero, Alyce, Michael Kraft, Thomas Hen... -Cuántos más, mejor. Según qué nos dice Roshar, igual puede ayudarnos a encontrar a Neil Rios.

Evan Crogall se mostró cauteloso en el tema de Orten Lugus. -Podría ser, pero tenemos pocas pruebas como para acusarle directamente. De momento. Necesitamos un testimonio desde dentro, y la opción de Marita me parece la mejor. ¿Pero cómo podemos llegar a ella? Interrogarla delante del rey no parece la mejor forma para que hable, pero tampoco se nos permite salir de aquí para buscarla. ¿Una carta tal vez? ¿O es demasiado arriesgado?

Se sintió muy dolido cuando escuchó la respuesta de su padre. Era cierto. Seguía pensando que no estaba a la altura. No le creía capaz de desmontar a Adham. No pasó por la cabeza del joven que también podía ser una prueba de amor. Ese amor que su padre siempre le había negado.

Abrió la boca para quejarse por la decisión de su padre, pero miró sus ojos y calló. No era el momento de reproches. No se podía cambiar lo que estaba hecho y era necesario mantenerse firmes y unidos. Pensó en su mujer, o lo que fuera ahora. Había tenido la oportunidad de unirse a los enemigos de los Crogall pero no pudo hacerlo. En aquel viaje había descubierto muchas cosas sobre su padre. Sobre su familia.

Cuando dijo lo de Marita, decidió intervenir.

Podemos solicitar que venga. Debemos de tener derecho a interrogar a los posibles testigos con antelación, para preparar la defensa. Siempre se puede decir, en caso de quejas, que es para ver si puede ser un testigo útil con anterioridad y evitar así hacer perder el tiempo al Rey.

Se lo pensó un poco mejor, antes de añadir una segunda reflexión.

Lo ideal sería atraerla aquí con otra excusa, para conseguir una mayor sorpresa. Quizás por algo relacionado con el envenenador. Enviar a alguno de nuestros hombres para que contacte con un capa dorada y que sea él quien nos traiga a Marita, para no despertar sospechas en su familia. Conozco a uno a quien le encargué que investiagra la muerte de Thanders que seguramente nos podría ayudar para eso a cambio de unas monedas. No le pedimos nada ilegal.

La familia no podía abandonar los aposentos y la zona concreta de la Fortaleza Roja que la familia real les había asignado, sin embargo, pudieron contactar con Ruth a través del maestre Nicholas y dejar en manos del maestre todos los encargos para contactar y recuperar información de las diversas fuentes. Al maestre le llevó todo el día hacerse cargo de aquellos cometidos, y para cuando regresó al caer la noche estaba rojo, sudoroso y exhausto, una vez más parecía a punto de desfallecer. Estar corriendo de un lado a otro de la ciudad no parecía una buena tarea para su edad, sin embargo, logró cumplir con todo lo que le habían encargado y tras recuperarse con algo de agua y una pizca de vino, les puso al corriente de lo averiguado. 

-Lo primero que hice fue visitar la casa de sanación donde descansa ser Roshar. - Explicó Nicholas. -Allí contacté con Ruth y le transmití sus instrucciones, es una buena muchacha esa, cuidando de su maestro. Ahora mismo vengo de la casa de curación, donde quedé de nuevo con ella para que me informara de lo averiguado por su parte. Fue al Manantial de Jade y estuvo indagando entre las muchachas sobre Iris. Le dijeron que Lidda, como ellas la conocían, llevaba un tiempo trabajando en el prostíbulo, pero que era muy selecta con la clientela, y que por contra sacaba mejores ingresos que el resto. Sin embargo, al joven Orten no le vieron por allí en ningún momento. Ruth insistió bastante en este punto, según me dijo, pero las muchachas del Maniantal le dijeron que a los Lugus no los vieron jamás por el Maniantal, solo en la posada Árbolverde cuando iban a conquistar clientes. Y ninguno de ellos se vio a solas con Lidda. Por otro lado, la joven logró contactar con el tal Neil Ríos en el Lecho de Pulgas, donde se mueve como ardillita en el árbol. Me temo que de haber intentado yo buscar al muchacho en aquel lugar hubiese tardado un año en localizarlo, pero Ruth lo consiguió en una sola tarde. ¡Magnífica muchacha! Neil aceptó testificar mañana, y pasará la noche con Ruth para asegurarse que está a salvo.

El maestre tomó algo de agua fresca de una jarra de barro y se aclaró la garganta antes de continuar con las novedades.

-Cuando nuestra amiguita se fue, tuve una conversación con ser Roshar. Asegura que, en efecto, el tal Rata trabaja para él, aunque dice que lo creía muerto tras no haberse presentado a su última cita. Probablemente fue cuando los Dannett lo capturaron. Admite que es cierto que mandó a Rata a envenenar a Adham Dannett con el laxante, pero jura y perjura que lo de las lágrimas de Lys no es cierto. Todavía está bastante débil, por lo que nuestra conversación no fue muy larga. Tras eso fui a consultar el tema del escudo con el maestre Heldam, experto en Historia militar. Asegura que durante la rebelión de Greyjoy los Lugus pusieron un destacamento al servicio del Rey Robert, comandado por el propio Konrad Lugus. Ignora si en los devenires del conflicto los Lugus y los Crogall pudieron cruzarse, pero me ha revelado que Lord Konrad tiene como costumbre coleccionar escudos de las distintas batallas en las que toma parte. Algo que me parece muy interesante dadas las circunstancias.

Nicholas iba recuperando el resuello bastante rápido, daba la sensación de que podría vivir otros sesenta años.

-Contacté con el herrero, no tiene inconveniente en hablar con vos o incluso declarar si es necesario. Si así se olvida la afrenta causada por su hija. No olvida que está en deuda con los Crogall por todo el alboroto causado. Tras esto me dirigí a la posada que me indicó Whalen para dar con el Capa Dorada que él conoce. Le pedí que contactara con Marita Lugus y la trajera hasta los jardines de la fortaleza, donde podréis hablar con ella. Acordamos que fuera esta noche y con bastante discreción. Si los otros miembros de su familia no se enteran del encuentro, tanto mejor. Puso un precio alto pero aseguró que puede cumplir con la tarea. También le pregunté por Michael Krafft y Thomas Hen, todavía siguen en los calabozos, por lo que no habría problema en que mañana acudieran al juicio si así lo demandáis.

-Y... creo que no me dejo nada. - Dijo haciendo memoria mirando a los Crogall para que le recordaran si se había olvidado de algún asunto o le preguntaran por algún detalle concreto que él hubiera olvidado mencionar.

-Gratitud, maestre Nicholas, dijo Lord Crogall y le mostró el respeto que aquel erudito se merecía. -Habéis servido bien a nuestra Casa, una vez más.

Maestre Nicholas había conseguido mucho en poco tiempo. La historia del escudo captó la atención de Evan. -Es más de lo que pensaba que ibamos a conseguir. Si Lord Konrad tiene esa costumbra, nos sirve para situar el escudo de mi hermano en manos de los Lugus. ¡Excelente!

En aquel complejo puzzle, aún faltaban algunas piezas. -¿Y qué hay de ser Joris? Si conseguimos la carta del desafío del Caballero Zorro, igual podemos atar más cabos. Pero nos falta conseguir alguna muestra de la letra de los Lugus, concretamente de Orten Lugus.

-Mucho me temo, - dijo turbio el maestre, - que ser Joris ha perdido la cabeza y la razón por completo. Agoniza en una cama y cuando tiene fuerzas para hablar desvaría sobre su enfrentamiento con el Caballero Zorro e insiste a las enfermeras que le dejen partir para luchar con él en duelo.

Whalen le sirvió un vino a su mentor. Era envidiable su compromiso con la casa. Enseñaban bien en Ciudadela a los maestres. Se comportaban con mayor lealtad que muchos de lo smiembros de las mismas casas a las que servían. El joven heredero sintió como se sonrojaba ante sus propios pensamientos.

- Creía que alguien como él, obsesionado con aquel hombre, guardaría su carta de desafio. Es una lástima. Nos iría bien algún objeto para apoyar nuestras palabras. Algún símbolo, por poca relación que tenga, para darle más fuerza a nuestros argumentos.

Él mismo se sirvió otra copa y se sentó.

- Tenemos bastantes testigos y argumentos como para plantar una duda en el Rey. Aunque lo ideal sería poder señalar a los verdaderos culpables con el dedo. Ojalá acuda Marita. Seguro que vos, Varya, conseguís convencerla. De mujer a mujer.- Añadió. Algo le decía que el pasado turbio y misterioso de Varya podría ayudar a convencer a la Lugus.

En pocas horas, la familia había logrado preparar su defensa de mejor manera que en los días anteriores. Y todo ello gracias a que el maestre Nicholas contaba con libertad para moverse por toda la ciudad y había cumplido sus recados de la mejor manera. Habían teorizado muchas hipótesis, y él les había conseguido algunas pistas y pruebas que podrían resultar muy útiles. Al menos para poder plantear una duda en la mente del Rey, y evitar que les condenase por todas las acusaciones vertidas sobre ellos.

Llegó la noche, y el maestre llamó a la puerta de los Crogall para indicarles que el Capa Dorada había llegado con Marita Lugus a los jardines y allí les aguardaban. Tal y como había prometido. Tendrían que recompensar bien a aquel guardia, pero ahora debían encargarse de Marita.

-Marita es nuestra mejor baza, comentó Lord Evan. -Creo que lo mejor es que la veamos todos en el jardín, pero en cualquier momento si Lady Varya lo considera, puede llevarla a un lugar más privado para una charla personal. Mientras tanto, Whalen y yo podemos recompensarle al Capa Dorada. ¿Vamos entonces?

Whale se sintió complacido al ver que el capa dorada había cumplido. El encargo no era fácil y temía que ya no quisiera ayudarles más después del revuelo del juicio pero o bien no se había enterado o bien era codicioso. Que creyera en su inocencia no entraba en sus posibilidades.

Asintió a las palabras de su padre y se dispuso a seguirle.

Lady Varía había tratado de descansar mientras el maestre había estado ausente, pero no había podido, lo irreversible de lo que se les avecinaba la tenía con los pensamientos alterados. Pensaba en todas las posibles salidas y recovecos de sus argumentos, queriendo tener otro punto donde atacar en caso de que los objetivos de sus acusaciones trataran de escaparse con argucias y mentiras, a la vez que intentaba encontrar la manera adecuada de enfrentar a Marita Lugus para que traicionara a su familia y ponerla de su parte.

La llegada de Nicholas la sacó de ese estado y prestó toda su atención a lo que el aniano les contaba.

—Muchas gracias maestre Nicholas.

Se quedó un rato pensando y reordenando la historia que había narrado hacía ya horas, había algunas cosas que parecía no eran correctas, al menos tal y como las había planteado en un primer momento, pero eran nimias y las podían dejar más abiertas.

—Bueno, dado que no sabemos con seguridad si se habían visto antes es posible que Iris no supiera nada del plan de Orten, por lo que deberíamos dejar de atacarla a ella frontalmente, si realmente no ha tomado parte en la muerte de su hermano, y no tenemos constancia que se llevasen mal como para eso, debemos hacerle ver que quien se ha acercado a ella es la víbora que la ha dejado sin familia. Todo lo demás es más o menos como suponíamos. La muestra de escritura de Orten debemos conseguir que nos la facilite Marita, si no, creo recordar que el acuerdo de matrimonio lo negoció él. Y como bien dice Whalen nos faltaría el desafío que recibió ser Joris para enlazarlo con esa otra parte... Maeste, quizás podáis pedirle a Ruth que busque entre las pertenencias del caballero, no creo que tirase esa misiva.

La dama trataba de mostrarse tan serena como siempre, pero los ojos de Evan seguro notaban en ella la tensión que la recorría por dentro, aunque en su rostro podía leerse la determinación de hacer todo lo que estuviera en su mano para que su familia, su marido, no resultase culpable de toda aquella encerrona.

Marita y el guardia se encontraban en uno de los bonitos patios ajardinados que la Fortaleza Roja tenía en su interior. La dama estaba sentada en un banco de piedra con una pierna sobre la otra y agitaba impaciente el pie que colgaba en el aire. El Capa Dorada, en cambio, aguardaba pacientemente. Cuando Marita se percató de la llegada de los Crogall se puso en pie de un salto, nerviosa.

-¿¡Qué ocurre aquí!? ¿¡Qué clase de encerrona es esta!? - Se giró hacia el Capa Dorada y sus ojos brillaron con malicia. -¿Es que no sabes que estos han envenenado a mi prometido? ¿Por qué me traes aquí?