Partida Rol por web

Orodreth le había perdido el miedo a la muerte ya hace mucho, y no tenía miedo de nada, lo que más le importaba en ese momento era poder ayudar en algo, su orgullo y honor eran tan fuertes como las rocas de un acantilado, prefería abrazar la muerte antes que la deshonra. Miro a todos y con una sonrisa picara dijo en voz sube y tranquila- no tengo problema, hagámoslo-dicho esto sonó sus dedos y espero a sus compañeros.

Los dos enanos se miraron el uno al otro. Estaba claro que no les gustaba ceder a su rehén, pero no podían arriesgarse a perder la colaboración de sus nuevos espías tan pronto. Quizás cuando quemen a Orodreth en la hoguera, Lott y Alton se mostrarán más contrarios a la causa vélveta.

Os daremos una cuerda para que podáis atar a Orodreth. Las ropas son las adecuadas para un prisionero o un sirviente. Tendréis tiempo de pensar una buena historia antes de llegar allí. Recordad que los elfos con los que han tratado hasta ahora en ese pueblo eran asaltantes de caminos, robaban a comerciantes y viajeros en el camino de la llanura. Ni que decir tiene que omitáis que lo hacen para que el camino deje de utilizarse.

Gadrian ayuda a Orodreth a levantarse y todos juntos salen de la mina. Allí esperan tres elfos.

El del centro Orodreth ya le conoce. Es Valthonis, su antiguo compañero de promoción. Está pensativo sobre una roca, contemplando el horizonte escarpado, pero una sonrisa se le dibuja de oreja a oreja cuando ve a Orodreth caminando por su propio pie.

Oooorodreth... viejo estirado-bromea-, menudo susto me has metido. Hierba mala nunca muere. Tenemos que ponernos al día...

Pero eso no será hoy. Orodreth se va a Holmet con el mediano y el humano.

Entonces aún tengo tiempo de hablar con él de camino a la capilla.

No. Quiero que te quedes aquí. Yo mismo les guiaré.

Valthonis le aguanta la mirada a Berruetto, pero sabe quién manda, y el elfo se limita a abrazar a Orodreth como despedida.

No creas nada de lo que digan de mí en el pueblo de Holmet-susurra mientras abraza a Orodreth-. Dirán que me colé en la aldea por la noche para espiarles. Dirán que yo maté a un hombre. Nada de eso es cierto. El asesino del muerto que me cargaron encima es la posadera, no te fíes de ella. Se cauto.

Esa última llamada a la cautela estaba bien planteada. Orodreth no podría acusar a la posadera del asesinato sin reconocer que Valthonis se lo había contado. Y si se lo contó el propio fugitivo, ¿qué credibilidad tiene semejante acusación?

El mediano hace una cortés reverencia con la cabeza y una sonrisa a los dos elfos que no conocía, parecia que esta causa no era de unos pocos orejudos, cada vez aparecían mas y mas Debí haberme quedado unos días, a ver si podía ligarme alguna elfa..... Elfas!!!.

-Bueno Valthonis, intentaremos hacer lo mejor posible por reunir algo de información sobre los movimientos de la villa -El mediano intentaba subirle la moral al responderle a él y no al enano, como si él estuviese a cargo, refuerza su propósito con una palmada en la espalda -muy abajo- donde alcanzaba sus cortos brazos.

-Ya inventaremos algo y puede ser cierto que los elfos sean mal vistos en ese pueblo, pero eso no te da una condena simplemente por ser de esa raza; a mi amigo nadie nunca lo ha visto allá, por lo menos no haciendo algo malo o cometiendo algún crimen, y no creo que se atrevan a arrebatarle un sirviente a dos seguidores del invencible, a ver si se atreven a contradecir a miembros de una iglesia con gran presencia en el reino..... No sería sabio, ni prudente.... piénsalo un poco!!

Lott siguió en silencio a sus compañeros hasta e exterior de la mina. La decisión había sido tomada, para bien o para mal. Tendrían que inventar una historia coherente al respecto del sirviente elfo, pero Lott confiaba que a Alton se le ocurriera una buena. Sin duda parecía que al mediano se le daban mejor las palabras que a Jenssen.

- ¿Porque no puede guiarnos el elfo? Preguntó algo ingenuo el hombretón. - Nos guió con presteza hasta llegar a este lugar, no veo problemas para que nos guie de regreso...

En realidad fui yo quién os guió. Valthonis aún está aprendiendo a familiarizarse con la zona. Y me parece bien que quieras seguir confiando en el que ya te ha mostrado el camino. Decidido, Hermano. Seré yo quién vaya con ellos.

Está bien... pero guíalos solo hasta la capilla, desde ahí hasta un orco sabría llegar a Holmet. No quiero que te expongas demasiado. Si te llegan a ver con ellos, tendrás que hacerte pasar por el cuarto miembro del grupo. Finge acento de enano dorado, a todo el mundo le caen bien los enanos dora...

Sí, sí... No te agobies. Eres el hermano pequeño, debería ser yo el que se andara preocupando por ti. Jajajajaja...

Los dos enanos se funden en un abrazo fraternal. Berruetto no llega a reír con Guicel, pero en sus labios se dibuja una sonrisa amable. Por muy malos que sean estos dos enanos, la familia es la familia. Los villanos también tienen padres y madres, o hermanos, como en este caso.

Valthonis, entiendo que te pueda frustrar no ir con ellos, pero no sería prudente...-dice Ledizia apoyando su mano en el hombro-A tí ya te conocen, no bastaría con que fingieras acento de enano dorado... ¿verdad?

La broma hace sonreír también a Valthonis. Al final, entre enanos y elfos, esta despedida parece un cuadro familiar lleno de felicidad y amor. Así son las cosas.

Lott era muy consciente de quien les había guiado. La noticia que el enano los acompañaría, no tranquilizó al clérigo. Él hubiera querido cruzar unas palabras con Valthonis a solas, sin la presencia de los enanos, pero estaba visto que no podría ser durante el viaje. Si quería hablar con el elfo, debería de ser ahora.

El problema era que al clérigo no se le ocurría que escusa o que razón dar para poder hablar con el elfo sin levantar sospecha. Seguro que a Alton se le hubiera ocurrido mil, pero él no era Alton. - Maldición.

Lott, Alton, Orodreth y Guicel se marchan. El enano no guía al grupo por el mismo camino de antes, así que es difícil precisar si está tomando un atajo o dando una vuelta más larga para que no sepáis memorizar el camino. Llegado a cierto punto, las lindes de la montaña dan paso al bosque. Aquí las ramas bajas de los árboles y las altas de los arbustos obstaculizan un poco la visión.

Guicel os da el alto. Parece que ha escuchado algo. Se adelanta y otea por entre unos arbustos. Os llama moviendo la mano y al final todos pueden acechar desde el mismo punto. Un insecto gigante, más o menos del tamaño del escorpión que casi estruja a Buenbarril en su pinza, pero de otra raza, está acosando a su presa. Un jinete desmontado lucha con su espada contra el monstruoso bicho, interponiéndose entre el caballo y las poderosas mandíbulas del insecto.

Mira tú que oportuno... Este es el momento. Salvad a ese hombre y uniros a él para ir a Holmet. Yo me despido de vosotros aquí.

No cabe mucha réplica. Ponerse a discutir con Guicel es dar tiempo a que el bicho se coma al caballo... o a su dueño. O a los dos, si tiene mucha hambre.

Lott no replicó a los comentarios de Guicel. Si había un hombre en peligro él lo ayudaría, no tenía que decirle como actuar un enano  de moral dudosa.

Sacando su espada y agarrando con fuerza el escudo, sonrió de medio lado a sus compañeros de hazañas. - Hay que hacer cantar el acero amigos míos. Que Heironeus esté con nosotros.

Decidido, Lott se adelantó, dispuesto a socorrer a aquel hombre del inmenso insecto.

Orodreth miro a todos y sonrió, este combate sería diferente, no quedaría inconsciente y se cobraría una víctima esta vez. Saco su lanza y se preparo a combatir con su oponente, además nunca dejaría a un hombre a su suerte, su código era ayudar y morir en el intento.
-No te preocupes, aremos que sea rápido y doloroso- dijo con una voz fuera de sí.

El mediano iba caminando prestando poca atención al entorno, iba maravillado contando los refulgentes anillos de Mithril que formaba su camisón, finos pero de una resistencia mayor a la del acero y muy ligeros, aún se preguntaba como algo tan duro podía dar tanta libertad a sus articulaciones, sin duda era manufactura Enana y estuvo a punto de elogiar a Guicel y a su raza en mas de una ocasión, pero prefería quedarse callado y evitar el contacto lo máximo posible con él.

Mira tú que oportuno... Este es el momento. Salvad a ese hombre y uniros a él para ir a Holmet. Yo me despido de vosotros aquí.......Hay que hacer cantar el acero amigos míos. Que Heironeus esté con nosotros.......-No te preocupes, aremos que sea rápido y doloroso.... -Escuchaba de fondo mientras seguía el conteo de los anillos, hasta que algo lo hizo caer en cuenta de la realidad y alzó la cabeza para darse cuenta de la amenaza que estaba ante ellos.

Viendo como sus compañeros reaccionaban primero que él, no tuvo otra opcion que seguirles susurrando algo que solo los tres -y tal vez Guicel- pudieran oir -Orodeth, no lances hechizos, no será tan convincente una historia donde un sirviente sea mas poderoso que sus amos.......

Bsssst. Bst-bst. Bsssssssst. Bsssst.

¡Lárgate, chinche superdesarrollada! ¡No dejaré que te comas mi caballo!

Yo me abstengo de pelear, ya que no tendría caso exponer mis conjuros.

La criatura estaba muy lejos para llegar, así que Lott se limitó a cercarse hasta ella escudo y espada en mano. Acortando las distancias hasta que estuviera lo suficientemente cerca como para propinarle un buen espadazo.

La armadura del clérigo tintineaba sonoramente mientras se acercaba al lugar del combate.

El insecto muerde al hombre que trataba de proteger a su caballo y le estruja hasta que pierde la conciencia. Ahora el posible testigo afín a las mentiras de Alton, Lott y Orodreth, ya no podrá corroborar que les encontró casualmente en el bosque. Pero el pobre hombre aún podría estar vivo.

- Noooooo!! Un grito de furia surgió de la garganta del clérigo resucitado. El hombre se plantó delante del asqueroso bicho, intentando interponerse delante del hombre moribundo.

La espada de Lott silbó cortando el aire, y aunque su determinación era alta, al parecer su sangre fía no.

El mediano se estremecía al ver al hombre siendo aplastado por las tenazas de ese raro bicho, a su mente llegaban recuerdos de cuando a él le ocurrió algo similar, no hace mucho tiempo atrás!!.

El mediano no hace mas que acercarse a la bestia, pero por su cabeza también pasaba ayudar al pobre hombre.

Al ver que el extraño pierde el conocimiento, Orodreth se ve libre para conjurar sin comprometer su identidad. Un orbe de ácido sale de sus manos y golpea en el abdomen de la criatura.

Con un humano entre sus fauces, el insecto gigante pasa por al lado de Lott y Alton en su huída. Es un camino extraño si lo que pretende es huír. En el momento en el que pasa tan cerca, los servidores de Heironeous pueden ver unas burbujillas verdes en las mandíbulas que empiezan a corroer las ropas de su presa.