Partida Rol por web

Lott se pasó todo el trayecto hasta Holmet en silencio, intentando ordenar sus ideas sobre aquellas, y extrañas sensaciones.  Al llegar a la posada, Lott permaneció de pié, y esperó a que Dack guardara el caballo en el establo anexo.

- Entraremos a refrescar la garganta. El camino ha sido largo. Contestó, e intentó esbozar una sonrisa.

La verdad es que propuso adentrarse en la posada, pensando en más en sus compañeros que en si mismo. Además, una posada siempre era un buen lugar para recoger información, y esperaba que Alton fuera capaz de ello.

El interior de la posada es la viva imagen de un local lúgrube y sin vida. A la derecha hay una larga barra con taburetes, y una abertura permite pasar a, con toda probabilidad, la trastienda. Al fondo hay unas escaleras que suben al piso superior.

Todo lo demás son mesas vacías y sillas sin culo, salvo por dos personas que están sentados próximos a la escalera. Uno de ellos lleva ropas de montaraz, con una pañueleta tapándole la boca y el ala de su sombrero tapándole los ojos. En la misma mesa, a su lado, hay un humano que juega con una daga, clavándola sobre la madera en los espacios que dejan sus dedos desplegados.

El hombre de la daga levanta la mirada y deja su pequeño juego para mirar a los tres extraños fijamente. El montaraz sigue sin inmutarse.

No hay posadero, ni camarera de voluptuoso escote.

- Amigo… Dirigiéndose a Dack. – ¿No hay tabernero para servir las bebidas en este local? Preguntó cándidamente el clérigo. Que aunque era grande y robusto, y estaba lleno de determinación, también era algo ingenuo en asuntos mundanos, pues se había pasado media vida entre los muros de un convento.

Lott miró con desconfianza a los lugareños, e inclinó la cabeza en su dirección a modo de saludo. Luego, buscó con la mirada un lugar para sentarse.
 

Se escucha un ¡ESTÁ CERRADO!, que por el modo de removerse en la silla pertenece al hombre de la daga. Parece nervioso con vuestra llegada, además de que está sentado en una mesa más, como un cliente. Pero eso no significa que no sea el legítimo propietario del establecimiento.

Con los aventureros en la entrada y los dos desconocidos en la otra punta de la posada, no es posible ni familiarizarse con la cara de los que hablan, o de los que solo observan.

¡No está cerrado para mí, granuja!

Dack se dirige con paso apresurado hacia la otra punta de la posada, desenfundando su espada en el proceso. El hombre de la daga se levanta y también saca una espada. Ambos filos se entrechocan en pleno combate. Luego paran y ríen.

Estás hecho un colador, Dack. ¿Quién te provocó esas heridas? ¿Y quienes son ellos?

Dack hace un gesto para que los aventureros se acerquen y hace las presentaciones.

Estos son ehmmm... Llock, Falcon y no sé quién más-no acertó ni una, no prestó mucha atención cuando conoció a sus salvadores-. Me guardaron el culo mientras luchaba con un bichejo que me atacó en el bosque. Chicos, este es Francis, otro soldado del Rey. Oh, y él...-dice señalando al hombre inmóvil del sombrero-él es nuestro buen amigo John. Saluda, John.

John no se mueve ni una pulgada. Francis le toma de la muñeca y la levanta como si fuera un titiritero, para luego dejarla otra vez en el regazo del silencioso John.

John no es muy hablador.

-Mi nombre es Alton, Alton Buenbarril, fiel siervo de Heironeus el invencible, estamos siempre comprometidos con su causa, mi buen amigo es Lott, un clérigo de la misma iglesia, su pericia en el mazo es legendaria y su nombre es conocido en Velvetia entre los nuestros, y si vienes de allá, sabrás que no son pocos. Él es nuestro sirviente, Orodeth, encargado de las tareas mas mundanas y menos significantes.

El buen mediano hace una reverencia de cortesía y esbosa una gran sonrisa, como estaba acostumbrado a hacer -Venimos de largas y penosas semanas entre las montañas, comiendo poco y no mas que bichos encontrados en el bosque y alguna ración de pan rancio que intentabamos racionar lo mas posible, disculpa las molestias, Francis, pero asumo que eres el dueño de este lugar?, siendo así, lo único que pretendemos es un lugar donde pasar la noche, un plato de comida caliente, y un baño para lavar nuestros cuerpos y nuestros pecados, eso es todo!!

El clérigo agradeció para sus adentros que Alton tomara la palabra para hablar con aquellos tipejos. La verdad es que no le merecían la menor confianza, no sabía porque, pero así era. Pasó la su severa mirada por los parroquianos del lugar. Esperaba que en cualquier momento uno de aquellos tipos arrancara a gritar señalándolo, vociferando en estado de pánico al percibir que estaba muerto.

Lott se movió algo inquieto a la espera que respondieran las demandas de Alton.

No, chico. Yo soy un orgulloso soldado del Rey, no tengo tiempo para regentar un negocio. Iré a traer a ese maldito cojo hasta aquí. ¿Te ocupas tú de John, Dack?

Dack asintió mientras se sentaba en la misma silla que Francis dejó. De ahí a un rato, Francis baja acompañado de dos hombres.

El cojo resulta ser un hombre de unos cincuenta años. Su rostro es áspero y parece enojado-¿Qué quieren para comer?-. Ni siquiera ha dado los buenos días.

El otro acompañante es un chico de no más de veinte años. Es bajito y delgado, así que aún aparenta ser mucho más joven de lo que es-No nos hagas perder el tiempo a mis nuevos amigos y a mí, lisiado. Trae cualquier cosa. Para servir algo incomible tanto tiene lo que les arrojes al plato.

El cincuentón resopla como si ya estuviera harto, pero se marcha cojeando tras la barra y cruza la puerta hacia la cocina. Al joven en ese momento le cambia la cara, despliega una sonrisa y da un abrazo a Lott y otro a Alton. A Orodreth ni si quiera se digna a mirarle.

Bien, bien, bien... Mi nombre es Gregor, y soy un alto funcionario de Velvetia. Recaudador de impuestos, por si os lo preguntáis. Contadme que os ha traído a estas tierras, paladines.

El mediano recibe el abrazo algo consternado ante tal chiquilín -Un recaudador de impuestos tan jóven?, seguro es el hijo mimado de algún noble del interior del reino!! -de todas maneras el mediano recibe el abrazo con una risa que a leguas se notaba que era finjida.

-Señor -Alton no se creía lo que acababa de decir -Un señor?? -Somos Alton y mi compañero es Lott, miembros de la iglesia del invencible, actuamos en su causa en cada momento. Vinimos a las montañas en una búsqueda, junto a varios otros compañeros, perdimos a nuestra líder y luego nos separamos debido a terribles acontecimientos, del grupo original solo quedamos Lott y yo... y bueno, nuestro sirviente Orodeth, a quien rescatamos de los brazos de la muerte y juró servirnos hasta saldar su deuda -Las últimas palabras salían algo temblorosas del mediano, no era muy bueno mintiendo, pocas veces lo había hecho, pero una mentira piadosa no enojaría a Heironeus, o al menos eso esperaba.
-Durante días estuvimos perdidos en las montañas, aguantando penurias y hambre, pero el invencible es muy grande y nos concedió la oportunidad de sobrevivir, creo que tiene planes mas grandes para nosotros dos, sus mas fieles seguidores.

Te me haces conocido joven, me recuerdas a alguien..... de que casa eres?? -El mediano podría no ser mentiroso, pero si algo fanfarrón, cosas muy distintas a su entender.

Si no ha dicho su apellido es porque no tiene. Eso significa que no pertenece a ninguna casa. Es más: o tiene origen humilde, o directamente es un bastardo. La gente influyente de la corte suele ser lo suficientemente buen padre como para procurar que sus hijos bastardos accedan a puestos importantes del funcionariado de la corte.

Pero lo cierto es que sí te suena su cara... En una ocasión viste un cuadro del Rey Shaddor, y tiene bastante parecido físico. Eso no significa que sea bastardo del rey, también podría ser descendiente de un bastardo de un antecesor de Shaddor. Es decir: Shaddor y Gregor son padre e hijo, o primos con un antepasado común.

Gregor se desconcierta ante la incómoda última pregunta de Alton. Se ve que tarda en reaccionar.

N-no. De ninguna casa en particular...-y cambia de tema-Sentaos, sentaos. Tengo cosas que contar.

Así terminan en una misma mesa Gregor, Dack, Francis, Jonh el silencioso, Alton, Lott y Orodreth. A lo largo de la conversación, el cojo aparece para servir seis platos de carne estofada con guisantes y puré de patatas, acompañado de vino tinto. Tan solo John no tiene comida, pero ni siquiera se queja por ello, prefiere seguir inmóvil y con halo de misterio.

Hay un problema en esta zona, una secta de Orcus cuyas actividades me preocupan. Orcus es un dios demoniaco del abismo, literalmente-aclara-. Recientemente el alcalde ha contratado un grupo de mercenarios para tareas menores. Sin embargo, mi persona tiene razones para pensar que alguna o todas de esas espadas de alquiler se están llevando un segundo sueldo trabajando para la secta de Orcus. Quizás me podríais prestar vuestra ayuda...

Lott se removió en su sitio al oír las palabras de Gregor. Un dios demoníaco, eso era malo y ofendía al poderoso Heironeous. El clérigo hizo crujir sus nudillos casi sin darse cuenta. La verdad es que su desconfianza inicial hacia aquellos hombres, dejó paso a una curiosidad casi fanática por el tema del demoníaco dios.

- ¿Qué clase de ayuda podríamos prestarte? El rostro serio de Lott no podía disimular el interés creciente por aquel culto al dios llamado Orcus.

Tan concentrado estaba en averiguar más sobre el tema, que se olvidó de la comida servida, y aun más de hacer ver que comía o bebía.

La reacción del mediano no era muy diferente a la de su compañero, tenía un sorbo de vino en su boca cuando escucha pronunciar el nombre del príncipe de las tinieblas, escupe lo que tenía en la boca ante la sorpresa, por fortuna no alcanza a salpicar a ninguno de los presentes.

Se limpia con su manga sucia la boca -Orcus?, por el guantelete de Hexor!!, que hace un séquito de semejante blasfemo en estas tierras?? -dice con tono sorprendido y ojos bien abiertos, ve como Lott apretuja sus nudillos y de repente siente algo de tranquilidad al darse cuenta que "la muerte" de su compañero no ha cambiado su devoción por el invencible ni ha mermado el odio a los enemigos de la causa.

-Nuestra causa no es solo hacer el bien y expandir el honor y la justicia, también es nuestro deber expugnar todo mal de esta tierra!, así que cuentas con mi brazo y mi cabeza para hacer lo que se requieraa en contra de esos blasfemos herejes!!.

La cólera había hecho olvidar el propósito inicial de la visita al pueblo, de lado habían quedado Valthonis y los suyos, y también aquella hermosa mujer.... -Aunque nosotros también buscamos algo de ayuda, buscamos a alguien y no sabemos ni por donde empezar!!

Tuve ya en dos ocasiones un lance con ellos, y ambos acabaron en tablas. En la primera casi logran robar el cofre de los impuestos, y por fortuna mis hombres se aplicaron lo suficiente como para obtener una tregua.

Ese mismo día me enteré de su relación con Orcus, y comencé mi investigación. Pero me aventuré más de lo necesario, y casi me atrapan. Uh, santo cielo, creí que mi cuello no se salvaba aquel día.

Sus nombres son Borateo y Wilbur, dos humanos bastante hábiles. Lo más seguro será matar a uno de ellos y capturar al otro. Necesitaré interrogar a alguien para sonsacarle dónde se encuentra el campamento o templo de la secta. Sospecho que disponen de un destacamento en una mina de los alrededores, pero el grueso de nuestros enemigos están ocultos. He ahí la importancia de la misión.

Bueno, en eso consistiría vuestra tarea, valerosos caballeros. Luego yo convocaría todas las alianzas de las que dispongo en este pueblo para atacar el corazón mismo de la secta, y por supuesto ustedes estarían invitados a participar en el fin de esa plaga.

Ya que prestarán su espada a mi causa, si puedo ayudarles a localizar a esa persona que buscan...

El mediano queda pensativo durante unos instántes -Sii cuenta con ello, Lott y yo deseamos acabar con un mal como ese, sobre todo si se cierne sobre este humilde pueblo!!.

La persona a la que buscamos, en realidad es un viejo conocido de una persona que fué amiga de nosotros y ahora no nos acompaña; es un semielfo llamado Lyrander, es fácilmente identificable por su cabello plateado y una fea cicatriz en su cara, no sabemos con certeza, pero creemos que se encuentra cerca de esta zona.

El mediano suspira y come otro bocado con unos modales dignos de la realeza, cogiendo los cubiertos delicadamente y llevándose finos bocados cada vez, evitando ensuciar su ya desgastada ropa. -Claro que primero necesitamos recuperar fuerzas, verás, venimos de pasar penurias en las montañas y necesitamos reponer algo de peso, comprar nueva ropa y lavar nuestros cuerpos y pecados, o acaso no ven la pálidez de mi amigo? -Se inclina un poco hacia GRegor y pone una mano cerca de su boca, como si fuese a decirle un secreto, pero el susurro que desprende sus labios es suficiente para ser escuchado por todos -Verás, él si realmente paso por cosas horribles por defenderme, a este hombre le debo la vida, y quizá mas!!.

Vuelve a inclinarse en su silla -Y por favor señor, sirvale un plato de sopa a mi sirviente, nosotros necesitamos a alguien con fuerzas para que carge nuestro escaso equipo!!

Puede que esté pálido, pero son los campesinos que trabajan bajo el sol a los que se les tuesta la piel. Yo siempre consideré la palidez como un rasgo atractivo-el blanquecino recaudador de impuestos guiña un ojo a Lott-, como los cuerpos vigorosos y las proporciones grandes.

¡Ese es el semielfo que me rajó ayer!

Chssst. Mantén la compostura y guardia silencio, soldado. Recuerda tu posición y déjanos hablar a la gente importante-tras la regañina vuelve a dirigirse a Lott y Alton-. Lyranden forma ahora parte del grupo de mercenarios de Borateo y Wilbur, así que sed cautelosos. Se unió a ellos hace poco, no tiene porqué estar trabajando para la secta, puede que esté siendo engañado. Intentad poner a ese sucio mestizo de nuestro lado, si lo creéis conveniente. Su actual morada es un barracón en la zona oeste de la ciudad, junto a un almacén. Tan solo buscad dos edificios grandes uno al lado de otro.

Por supuesto, a Orodreth también le sirven estofado, pero lo colocan en una mesa aparte debido a su posición como simple sirviente. Es de suponer que sus largas orejas y su buen oído élfico le permiten seguir la conversación.

Lott siguió la conversación atentamente, asintiendo solemnemente cuando Alton tomo la palabra, pues reflejaban también los anhelos del clérigo.

- Bien, es un buen sitio por donde empezar a buscar. Respondió Lott tras las últimas palabras de Gregor.

Casi de forma impetuosa, el enorme clérigo hizo el gesto de levantarse y ponerse enseguida manos a la obra, más se refrenó justo a tiempo, pues recordó que sus camaradas necesitaban descansar y alimentarse.

- En cuanto descansemos y recuperemos fuerzas después del largo viaje, nos pondremos a ello. Añadió mirando a Gregor.

Amén a eso señor Lott -Asiente el mediano a las últimas palabras del clérigo -y tengamos un baño de escencias aromáticas y.... -Abre los ojos y mira alrededor, con algo de culpabilidad; se inclina hacia el jóven con cara delicada -de mujer- y susurra algo mas suave que la última vez -Algo para.... satisfacer.... bueno ya sabes...... placer... ehhmmm tu sabes..... distraer la mente y ejércitar el cuerpo, si son elfas, mejor!! -El mediano se levanta repentinamente, bajándose del butaco diseñado para grandes humanos, desamarra su cinta de bolsa y la vacía sobre la mesa, dejándo caer 5 monedas plateadas -pero verás que no tenemos nada mas que esto para permitirnos esos lujos, quizá algun magnánimo benevolente se apiade de nuestros cuerpos y nos invite a algo para subir la moral........ y el espiritu, claro!!!.

Se queda parado, observando con una adorable sonrisa al jóven ese, esperando su aprobación....

Lo llevas claro, pequeñajo. No hay zorrupias. Este pueblo de enanos es tan enano que si hubiera una puta, las dos tetas estarían empadronadas en las afueras.

El otro día vimos a una elfilla guarrilla. Una de esas rubiacas de orejas puntiagudas que quitan el hipo.

Es verdad, es verdad... Y qué buena que estaba. Madre mía. En el mundo hay tantos semielfos porque las elfas se abren de piernas ante cualquiera. Y la posadera no es elfa, pero también está muy rica.

Yo vi ayer por la tarde a una enana con unas tetazas así de grandes.

Ostia, a ti te va todo. A mí lo de las enanas es que me tira para atrás.

Formalidad, caballeros-los dos soldados se callan ante la llamada a la calma de su afeminado líder-. En fin, yo no tendría inconveniente en invitar como celebración a nuestra recién adquirida colaboración pero, antes de que eso pase, las mujeres tendrán que encontrarlas ustedes mismos.