Partida Rol por web

Cita:

Tienes acción preparada, pero los demás no tienen porqué saberlo. ¡NO POSTEES, QUE ES SORPRESA!

Valandil está tan acostumbrado a los escalofriantes ruidos y sonidos de la noche que no consigue despertarse del todo. Hasta que los gritos de sus compañeros le hacen ponerse en pie, pero demasiado lentamente. Busca a tientas su cimitarra y su escudo mientras lamenta no haber estado de guardia para intentar apaciguar a sus atacantes sin que fuera necesario destrozarles.

Aunque bien mirado tendrán carne para una muy buena temporada e incluso para cambiar en el poblado por cuentas de metal.

El halcón no sería de ayuda en esta desigual lucha contra sus primos, por lo que se queda en lo alto de la rama.

UUUUUUUUUUUUUURK

Desesperado por la muerte tan atroz de su compañero, el monstruo toma de una zancada el flanco de Nugruk para ver los restos de su... ¿hermano? ¿pareja? Los restos de uno de los suyos.

Ñok kok ik urk pek pek

Con rabia, descarga su fuerza contra el asesino, y a pesar de las coces y picotazos que reciba, Nugruk soporta todas las embestidas sin retroceder ni hincar la rodilla en la tierra. Wilbur, al ver que no repara en él, deja su actitud defensiva y conservadora para pasar al ataque, aunque no está a la suficiente distancia como para que la carrera aumente la fuerza de sus golpes. Su maza puntiaguda no consigue acertar ni impedir el arrebato del vengador emplumado: la vorágine con la que ataca hace que se mueva demasiado como para golpearla certeramente.

Aún en el suelo, Valandil sufre el primer grito del encuentro en sus propios tímpanos. Cosas del fino oído élfico. Pero parece que se recupera. El testarudo bichejo que azota a Nugruk está ahora en inferioridad númerica, y coloca su espalda contra la hoguera para evitar ser atacado por la retaguardia. De poco le puede servir contra cinco aguerridos mercenarios.

 Borateo hace un amago de ir hacia la izquierda para hacerlo a su derecha en un canvio súbito de dirección, desorientando un instante a la criatura, para descargar una terrible lanzada con la lanza, empleando ambos brazos y un quedo gemido al hacerlo.

 La lanza encuentra el cuerpo, cerca de la unión del cuello con el cuerpo, penetrando la lanza varios palmos...

Las sangre empezaba a manar a raudales del cuerpo del poderosos bárbaro, pero ello sólo hacia que incrementar su furia, dando lugar a una devastadora lluvia golpes con su espada que tras el golpe del batidor deberían ser suficientes como para acabar con la vida del maldito animal.

Me acerco a la criatura mas llevado por que no se alargue su agonía que por considerarla ya una amenaza.

Intento decapitarlo para que todo acabe bien pero no me sale un movimiento fluido y le doy al aire al echar su cuello a un lado.

– Acabemos con su sufrimiento no atraiga con sus gritos de dolor otros animales hasta nosotros.

- Si, el bicho este me empieza a resultar bastante cargante.

Dicho esto levanta una mano hacia la avestruz y...

Ha sido una lucha justa y mis compañeros han actuado en defensa propia. Vuestra carne será aprovechada y vuestra muerte no habrá sido en vano. Gracias por vuestro sacrificio. Que vuestro espíritu encuentre pronto su lugar en las verdes praderas del mundo de los espíritus.

Dice el legañoso druida dirigiéndose hacia los sanguinolentos cadáveres, un poco triste por no haber podido despertar a tiempo para poder ayudar a evitar una confrontación. Ahora tenían mas carne que la que necesitaban y siempre podrían vender el excedente para que no se pudriera y así evitar que los espíritus que hace poco habitaban esos emplumados cuerpos se enojaran.

Finalmente, Borateo se cobra la última pieza de la noche. Se coloca detrás de Nugruk, y aunque su compañero le estorba, logra clavar la lanza en el corazón del intruso que quedaba en pie.

Toca recoger campamento. Afortunadamente, este ataque llegó justo al final de la última guardia. Aunque ha sido una noche intranquila, no os sentís cansados, y es que prácticamente habéis dormido todo lo que os pedía el cuerpo. Pero queda una cosa por hacer... ¿cómo vais a llevar toda esa carnicería ambulante?

Finalmente la última de las criaturas deja de gritar y agitarse.

Guardo mi espada y mientras mis compañeros mas expertos debaten como preparar las piezas o si venderlas como caza voy a preparar el desayuno.

Mientras lo hago intento recordar alguna cosa sobre su comportamiento.

Cualquier niño sabe que las gallinas, por grandes que sean no atacan como hicieron ellas pero lo han echo…

Tú razonamiento es el correcto. Esos bichos no pelearon como animales salvajes. Eran seres inteligentes. Incluso te hace cavilar sobre su último cacareo:

UUUUUUUUUUUUUURK

Ñok kok ik urk pek pek

Jurarías... jurarías que se trata de un idioma articulado. Un idioma que desconoces, pero la repetición del urk y el número de palabras de la última frase... Sí, sin duda es un idioma articulado, con sus verbos y sus sujetos. Lo que significa que estas cosas eran más listos que la simple astucia cazando del depredador. Incluso se te plantea el dilema moral de si está bien que se conviertan en vuestro alimento: comer seres inteligentes, con su propia cultura y sistema lingüístico, podría considerarse en cierto modo una manera de antropofagia, solo que estos "homínidos" tienen forma de pollo gigante en lugar de una forma humana.

 De una seca sacudida el robusto Borateo libera la lanza, haciendo que un denso chorro de sangre salga, manchando el suelo.

 - Han sido duros los bichos esos.- Comenta anadie en concreto antes de mirar a Nugruk.- ¿Estás bien? ¿Podrás llegar al pueblo?

 El pelirrojo saca un trozo de tela y la usa para limpiar la sangre que empieza a tornarse cremosa, en la punta de la lanza.

 - Descansa y desayunad, voy a limpiar la carne, aún podremos costearnos unas noches en posadas y alguna copa con esa carne. son muy preciadas las carnes de caza, son bajas en grasas y tienen un gusto fuerte. Excelentes para hacer guiso.

 Sin decir más saca la daga y empieza a quitar las víceras de la última ave, para evitar que se pudran dentro. Luego se pone a faenar con la que está partida, despiezando la carne.

 - Podeís buscar una larga rama, nos irá bien para transportar la carne, entre un par de nosotros podremos llevarla bien, y no nos retrasaremos más que Valandil con su armadura de pieles.

Tras darle muchas vueltas al asunto en mi cabeza les comento lo que me ha parecido más coherente.

– Escuchar, no habéis encontrado extraña la actitud de esos animales. Nunca he oído hablar de una cosa así. Ni unos depredadores se habrían lanzado de esa manera sobre nosotros. Defenderse si pero atacarnos de esa manera…

Mirando a Valandil. - ¿Tus conocimientos como druida pueden aportar alguna luz? Hasta aunque me tratarais de loco no se sino serán algún tipo de criatura civilizada*.

Me quedo en silencio volviendo a pensar en todos estos extraños sucesos.

Estoy absorto. Es la primera vez que veo a esa especie de pájaro tan agresiva y con un comportamiento tan poco natural si consideramos que lo natural hubiera sido alejarse y esconderse de los humanos. Incluso ya visteis como una de ellas emitió un doloroso quejido al ver caer a su compañero como si tuviera unos sentimientos... humanos.

Valandil inspecciona los animales y asiente a las palabras de Borateo referente a la carne.

Pero como no son seres demasiado, digamos, naturales, quizás deberíamos degustar una de las piezas en el desayuno, no sea que arrastremos durante el camino hasta el pueblo varias libras de carne desagradable al paladar humano.

Y creo que mis dotes como druida me permitirán, si así lo deseáis, suturaros esos feos picotazos que lleváis como recuerdo de esta agradable velada.

 Con las manos manchadas de sangre, el pelirrojo dice mientras va faenando con el despiece.

 - Esos sentimientos no solo son humanos, está claro que son criaturas sociales, como perros, lobos, conejos y demás. Pero eso no significa que sean una sociedad o civilización.- Sus manos van trabajando con la daga, separando la carne de los huesos, tras haberlas separado anteriormente por articulaciones, muslos, alas, costillar, cuello...