Partida Rol por web

Poco a poco voy encajando las piezas lo que hace que aumente mi intranquilidad.

– El ser que grita así no es para amenazar, lo esta haciendo de terror o dolor pidiendo auxilio, aunque podría estar alertando a otros.

Al ver la reacción de Borateo intento buscar cobertura tras un árbol para poder intentar tener algo de protección.

- Pues a mi no me deja dormir ¿Qué tal si vamos a buscarlo y lo rematamos de una puñetera vez?

Lo mismo hasta nos ganamos algo presentable para el desayuno de mañana...

Se gira para ver que dicen sus compañeros y cuando ve como algunos están medio escondidos no puede evitar sonreir ligeramente.

 Medio oculto tras unos árboles cercanos, Borateo escucha la deducción de Roger. Entonces escucha de otra manera, como si lo quisiera cotejar o deducirlo de la misma forma él. Tal vea.

 Con la lanza entre las manos, no puede evitar sorprenderse ante las palabras fanfarronas del mago, enarcando fugazmente las cejas.

 - Te veo muy aguerrido, especialmente por no vestir armadura ni portar más arma que una maza de armas, Wilbur.- Comenta en voz queda.- Creo que Roger tiene razón. Voy a dar un vistazo, para salir de dudas, aguardad.

 Entonces, empieza a avanzar medio agazapado, lanza en mano, hacia la fuente del sonido, tomando la precaución de hacerlo escondido y sin hacer ruido.

Valandil intenta recordar entre todas las bestias y alimañas a las que ha conocido aquellas que pudieran emitir un graznido tan horrible.

Puede que no sea peligroso, o puede que si. Acerquémonos. Pero os pido que no ataquéis si no es en defensa propia o hasta que yo os de la orden. Puede que sea simplemente  una alimaña salvaje presa del cepo de un cazador.Creo que incluso sabría comunicarme con esa criatura si fuera preciso.

Wilbur se ríe de lo absurdo de la situación y le responde a Borateo.

- Si, lo mismo para acabar con el pobre bicho ese hace falta un ejército legendario.

Espera, mejor llévate al bardo para que glose tu gesta. Además estoy seguro de que no solo podría cantar tu inmortal hazaña sino que incluso te defendería con su vida si es que acaso llegase a atacarte una mariposa o algo así...

Me preparo a seguir a los que van a ver que ocurre cambiando mi laúd por mi ballesta cargada.

No es buen momento para comenzar con disputas entre nosotros.

Las palabras de Roger tenían sentido, la criatura podía estar perfectamente aullando de dolor.

Borateo se adelanta a fin de encontrar el origen del sonido, y yo saco mi espada, lamentado haber hecho un trueque por mi antiguo arco. Con el hacha presta me adelanto ligeramente a lo demás, esperando la información que nos traiga Borateo.

Este hechicero del tres al cuarto… veamos que tal se las apaña si hay algún peligro.

El grupo se interna en el bosque, siguiendo el origen del ruido. En medio de la espesura, llegan hasta el origen del escándalo...

Un rechoncho pájaro ha caído en una de las trampas de lazo que Borateo colocó al establecer el campamento. Aletea con sus torpes alas, presa del pánico, mientras cuelga boca a abajo de una liana flexible que le tiene apresado por la pata. Oscila caóticamente y de vez en cuando su movimiento le lleva a golpearse la cabeza contra el suelo o a veces incluso contra algún árbol cercano.

ÑIAAAAAC ÑIAAAAAAAAAC ÑIAAAAC

El primero en llegar es Borateo, que lo hace tan discretamente que la criatura no repara en él. El ridículo pajarraco mide algo menos de tres pies de largo y debe de pesar unas 35 libras. Sus alas son tan cortas que hace intuir que el animal no puede volar y se desplaza correteando por el bosque.

Pronto llegan los demás. La estúpida ave parece consciente de que su destino es la cazuela, y empieza a gritar más histérica que nunca.

ÑIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAC

ÑIAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAC

 Mierda. Con este alboroto, si había alguien cerca ya se habrá enterado.

 Sin perder el tiempo el joven se acerca y atraviesa a la ave con la lanza. Silenciando así la noche. Con desenvoltura, una vez el ave cualga inerte de la liana, la desata y la vuelve a parar. Ante la mirada de sus compañeros.

 - Un poco de carne fresca en el desayuno.

Wilbur se acerca al pájaro con gran dignidad y solemnidad, se planta delante de el y, mirándole fijamente mientras se quita un guante, le dice:

- Has interrumpido mi sueño, exijo una satisfacción, te reto a duelo.

Para seguidamente darle con el guante en la cara al pájaro.

Seguidamente, y en un movimiento rápido y veloz como una centella, su maza de armas cruza el aire y aplasta el craneo de la desgraciada ave, que es de este modo enviada al otro mundo.

- Bueno, otra gran victoria que apuntar en mi lista de heroicidades legendarias. Y ahora, si me disculpan, creo que volveré a irme dormir.

Dicho lo cual se marcha a dormir con toda tranquilidad.

No deberías burlarte de esa pobre criatura. Ha sacrificado su vida para alimentarnos. Deberías estarle agradecido y tratarle con el repeto que merece. reprocha el druida ofendido ante los modales de Wilbur.

Continuad vuestro sueño. Los que estemos de guardia, Nugruk y yo, aprovecharemos las horas de vigilia para separar la carne del hueso y la pluma.

Asiento con la cabeza ante las palabras de Valandil.

Este hechicerillo se las da de héroe… El tiempo hablará por todos…

Si Borateo no lo impide tomo el cuerpo de la criatura y la llevo al campamento, esperando que su olor no atraiga a depredadores hambrientos.

Bueno afortunadamente no ha sido nada.

Borateo se ha mostrado respetuoso con la presa no haciéndola sufrir no como Wilbur.

– Tienes razón, Valandil volveré a dormir.

Wilbur se va a dormir.

 Borateo no dice nada, simplemente contempla al enclenque mago, su mirada es fría y poco amistosa. Cuando Nugruk le pide el ave el pelirrojo se la da. Finalmente deja de mirar a Wilbur. Para fijarse en el entorno para ver que no haya nada destacable.

 - Regresemos al campamento, mañana tendremos un día largo.

 Tras esas escuetas palabras se pon en marcha siguiendo al grupo hacia su campamento.

Tiradas ocultas

Última hora de la guardia: Borateo (escucha), el halcón (escucha y ve) y Wilbur (ve) despiertos.

22 Nugruk

21 Halcón

21 Wilbur

15 Borateo

16 Roger

12 Avestruces extrañas

10 Valandil

Asalto sorpresa:

-Borateo y Wilbur

-Avestruces extrañas

-Halcón

Segundo asalto:

-Borateo, Nugruk, Roger y Wilbur.

-Avestruces extrañas.

-Halcón.

Tercer asalto y subsiguientes:

-Borateo, Nugruk, Roger y Wilbur.

-Avestruces extrañas.

-Halcón.

-Valandil.

El resto de la noche ha transcurrido con normalidad. Amanece. Todos duermen aún, salvo el halcón y los dos encargados de la última guardia: Borateo y Wilbur.

De pronto, las ramas se empiezan a agitar movidas por algo más que el viento. Wilbur se percata de dos criaturas que les acechan y que están a punto de atacar el campamento.

El resto de la noche ha transcurrido con normalidad. Amanece. Todos duermen aún, salvo el halcón y los dos encargados de la última guardia: Borateo y Wilbur.

De pronto, las ramas se empiezan a agitar movidas por algo más que el viento.El halcón agita sus alas nervioso, posado en su rama pero con intención de alzar el vuelo.

Wilbur se levanta de un salto y con la maza de armas preparada. Da un salto por encima de la hoguera (con la intención de ponerse en la casilla 4,3) para interponerse entre el durmiente bardo y el enemigo que se aproxima por el oeste sudoeste y entablar combate antes de que este enemigo ataque a alguien más vulnerable.

Grita:

¡Nos atacan y son dos!

¡Borateo, ponte junto a Nugruk y mientras que se pone en pie protégele de la criatura que le va a atacar desde el oeste noroeste! ¡Yo me ocupo de defender al bardo de la otra!