El día continúa y antes del anochecer el capitán llama vuestra atención, en la orilla norte del río se encuentra lo que parece una encantadora posada con un pequeño embarcadero para el Abacus.
Parece que hemos llegado a nuestro destino. Nosotros nos quedaremos en el barco durante la noche mientras vosotros hacéis lo que tenéis que hacer.
Antes de que desembarquéis, el enano osiriano os llama la atención.
Seguid mi consejo si en algo estimáis esta misión. Evitad usar la violencia en suelo razmirano siempre que sea posible.
En un raro giro de los acontecimientos, tanto Metella como Passad están de acuerdo.
Un camino de piedra lleva desde el embarcadero y tras doscientos metros pasando algunos arbolillos llegaría a la posada.
Ale, maniobra de aproximación y cualquier otra cosa que yo deba saber antes de que vayáis a la puerta ;-)
¿La opción de comerciantes con su guardias entontces? - pregunta Harold mirando a ambas sacerdotisas, temeroso de una nueva discusión entre ellas.
- Sí. ¿Quién hará de comerciantes y quiénes de guardias?
- Me gustaria hacer de comerciante. ¿Cual es nuestra mercancia? ¿Trofeos de caza?
- Creo que está claro que yo haré de guardia. - dijo Lorik
Cuando lo tengáis decidido, me lo decís :-)
- Sólo tienes qe decir que estás "explorando" las posibles "avenidas" comerciales de la zona, Ethelnir, no tienes que llevar nada.
No me veo como mercader por lo que haré de guardia también. - dice Harold.
Ethelnir medita unos instantes antes de responder a Larissa.
- Si, algo no muy definido podría funcionar, pero antes de entrar, tendríamos que acordar de donde venimos y en que tenemos negocios, sólo para asegurarnos de no caer en alguna incongruencia.
Tengo la diplomacia alta, por eso quiero estar entre los que hablen aunque sé que el pobre paladín las pasara putas al lado de las dos arpías que tenemos en el grupo.
XDD
- Bueno, negocios... yo alquilo carne y la chelaxiana compra almas pero nada de eso interesará a los Razmiritas ya que usarán la carne de sus seguidoras y sus almas ya están vendidas...
- ¡Ya se! Comercio de objetos mágicos y religiosos humanos, darás el pego como erudito aventurero elfo, yo seré tu experta, Mirella será tu experta en contratos y los demás tus guardias ¿De acuerdo?
Ethelnir sonríe levemente.
- No parece mala idea, Larissa. Veamos que nos encontramos.
Comenzáis a ascender por el camino de piedra hasta que llegáis a la entrada de la posada. Encima de la misma hay un cartel de madera que reza Bienvenidos a la posada de la Revelación Gris.
La puerta está abierta, como invitando a que entréis en el amplio patio que hay tras ella. El olor a flores frescas flota en la fresca brisa vespertina.
Harold se colocó en la retaguardia del grupo, dejando que los supuesto comerciantes avanzaran primero.
Larissa se colocó junto a Harold, esperando que los guerreros tomaran la delantera.
Ethelnir echa un último vistazo a sus compañeros, mientras evita recordar sin éxito el último error en una situación parecida que los había conducido al altercado en los muelles de Razmiran. Confiando en que tenga mejor suerte, espera a que todos tomen posición y finalmente entra en la posada.
Cruzáis la puerta de la posada para entrar en un gran patio en el que la profusión de flores plantadas en él llena el aire con una fragancia encantadora. Hacia el norte hay una puerta de roble que es la obvia entrada a la posada, mientras que al sur se ven las amplias puertas de un establo.
Hacia el este, podéis ver otra puerta de salida de la posada y un pozo.
En cuanto os hacéis notar en el patio, un muchacho asoma la cabeza por las puertas del establo.
- Muchacho ¿trabajas aquí?
Saco algunas monedas para animarle...