Partida Rol por web

No esperaba verlo allí, pero alguna razón, aquello le hizo sonreir con suavidad. _{- Lo siento mucho. No pensé que me seguiria dentro -} puso cara de disculpa  _{- es muy amable de su parte dejarlo comer aquí. Le aseguro que luego le saco fuera. No quisiera ocasionarle problemas -} extendió sobre la barra una moneda para que la tomase la mujer como agradecimiento.

Mientras le servía miró a sus dos compañeros, ambos bien acompañados. Luego miró con disimulo a la posadera, observando los atributos de la mujer que tanta atención debian llamar en los hombres.

_{- Imagino que habrá deducido que soy sierva de Berath... ¿Sabe si hay algun sacerdote aquí o algún templo que le rinda culto? Quizás hayan acudido a la casa del señor de este lugar pues nos dijeron que las campanas que sonaron antes eran señal de defunción.. -}  no quiso hacer mención a la otra posibilidad y esperó la respuesta de la mujer

Tuerzo un poco el gesto al oír hablar de los Caballeros del Crisol. La guerra es mala para los negocios. Más específicamente, es mala para el tipo de negocios que me permiten dormir tranquilo por las noches - Los enfoques son distintos. Ulverius trabaja más a nivel teórico mientras que los Caballeros son más... prácticos. Así que supongo que debo darle la razón en que los Caballeros poseen unos conocimientos más avanzados que los del bueno de Ulverius, pero no puedo evitar cierta intranquilidad al reflexionar sobre qué deben haber hecho para conseguirlos - levanto mi copa y doy un pequeño sorbo con aire meditabundo - Todo eso del "Soldado eterno" me suena a guerra interminable. Y disculpe mi franqueza, pero de todas las actividades en las que podemos embarcarnos los seres autodenominados "inteligentes", la de chinchar al prójimo me parece una de las más absurdas. No me tengo por un idealista que sueña con un mundo sin guerras. Sé que a veces son necesarias, pero nunca serán deseables.

La explicación sobre el ataque de los elfos me trae de nuevo el recuerdo de los arqueros disparando sin piedad, aquella bestia lupina intentando devorar a Morrigan y el viento mortal que nos persiguió hasta las ruinas - Comprendo. Lo único que puedo decir es que me alegra no haber sido yo quien provocase el ataque, a menos que beber y bailar en torno a una hoguera sea un acto sacrílego para ellos - Vuelvo a meter el morro en la copa obviando el chiste tonto. No quiero seguir hablando del tema porque aunque hubiera pagado a aquella gente por traerme hasta aquí los consideraba buenas personas. Honestos, al menos. En cualquier caso, no se merecían eso simplemente por acercarse a una "Piedra-tan-sagrada-que-mereces-morir-sólo-por-mirarla". Ni siquiera el cabeza hueca de Heodan - No... no sabrá si han llegado más forasteros aquí aparte de nosotros ¿Verdad?

El silencio se haría incómodo de no ser por la oportuna actuación de los bardos. Meriel cambia de tema y yo se lo acepto encantado - Venga, vamos. No será para tanto. Una taberna sin licores es como un guiso sin sal. Te alimenta, pero no lo disfrutas. No obstante agradeceré conocer todas las disposiciones legales. Seguro que algún atajo se puede encontrar. En cuanto al bardo, no necesita sujetavelas. Si desea presentarse créame que lo hará el mismo y con un montón de zalamerías. Realmente quiero que le aplique su ojo crítico por una apuesta conmigo mismo: la primera noche que contraté sus servicios me sacó una botella de mi mejor vino fascinándome con su actuación. Me gustaría que me dijera si en su opinión su talento era merecedor de aquella botella...

En cuanto termina la actuación, miro a Arthur con la sonrisa que no se me ha borrado desde que empezamos. Con apenas un pequeño suspiro de cansancio, hago una rimbombante reverencia ante los aplausos, siempre contento de que el público lo haya disfrutado tanto como yo. Al levantarme, me giro y veo a Arthur tendiéndome la mano. Sin dudar, se la doy con fuerza y confianza, aún con el sabor del triunfo en los labios. No soy mal ganador... aunque ya sabía que iba a ganar, pero no me gusta restregárselo y menos cuando ha sido algo más difícil de lo habitual.

- Oh, no tanto. Seguro que con tres conciertos más me superas, sin duda. - termino riéndome - Pero por supuesto que aceptaré esa copa. Y no te preocupes, Elias, comprendo vuestra inquietud. Para la mayoría de parejas siempre es difícil aceptar un tercero.

Aún medio riéndome, tomo asiento junto a los hermanos, no sin antes echar un vistazo al resto de mesas. Todos parecen contentos y felices y aunque no veo a la divina por ninguna parte, sí me encuentro con la mirada atenta de Ekron y su curiosa acompañante. Les sonrío a ambos y les guiño el ojo, sin importarme cuál de los dos se quiera dar por aludido. Si no fuera porque tengo que mantener la atención de Pasca, la peliblanca también habría sido una buena opción.

- Imagino que vosotros lleváis más tiempo aquí, así que dejaré que me recomendéis bebida. - declaro sin miedo alguno, dejándome caer sobre una de las sillas - Claro que si es mala... A la siguiente ronda tendré que invitaros yo. - sonrío de forma pícara, terminando por dejar mi mandolina con cuidado a mi lado. Después centro mi atención en ambos - Y contadme, ¿qué hace un par de músicos como vosotros por aquí? ¿Habéis venido también por la promesa de tierras? ¿U os ha interesado algo en especial de este pueblo con un gusto curioso sobre la decoración de árboles?

- Descuida mujer, si no lo adopto es porque pondría nervioso al viejo pulgoso que está descansando arriba. Le debemos el nombre de la taberna a él.- te comenta quitándole peso mientras acaricia la cabeza del perro mientras este ya devora el plato con avidez.- Y bueno prefiero no suponer nada, han pasado gente de toda índole por la zona en los últimos meses y no todos los de tu condición eran felices con su ascendencia.- te explica mientras sirve otra jarra.

Sin embargo cuando nombras lo de las campanas su sonrisa se tuerce y gesto ensombrece

- Uy pero que mal servicio que no te he traído la comida, disculpa.- se excusa de manera obvia mientras corre a donde supones, por los olores, que debe estar la cocina. Al poco rato vuelve con un bandeja en la que porta varias raciones, una te la deja delante mientras que la otra reposa al lado de la barra. Acto seguido tira de una campanilla y milagrosamente, pues tu amigo el bardo parece haber animado a toda la gente de tal manera que era difícil escuchar nada, una camarera aparece para recoger las viandas.

Por su parte Pasca parece que finalmente se relaja y termina por contestarte.

- Mira, el único templo que tenía la aldea pertenecía a Eothas pero con la guerra ya te puedes imaginar como ha acabado. Alguno aún se acerca a rezar pero no te lo recomendaría, se rumorea que hay fantasmas, en cuanto al lugar de culto más cercano a tu diosa... solo se me ocurre la capilla en el castillo del señor. Antes era un hombre mucho más amable y no duraría ni un segundo en decirte que fueras si necesitabas guía espiritual pero los últimos tiempos le han cambiado...

- No estoy entrando en moralidad ni mucho menos, pero sus avances demuestran que el alma no está atada al cuerpo, propiamente. También decirte que los caballeros nunca han iniciado una guerra, siempre han sido protectores, al fin y al cabo como artesanos no tienen tanta necesidad de conflicto para mantener sus arcas llenas.- aclara su punto de vista de manera tranquila, tampoco es que estuviera echándole nada en cara a Ekron.- Y descuida que no te considero idealista, por querer un mundo sin guerras. Debería ser lo que todos deberíamos buscar pero lamentablemente no toda la gente piensa así y hay que estar preparada contra ellos.

Por último la mujer sonríe de buen humor ante tu tonta broma mientras le da un trago a la copa para acto seguido llevarse el dedo índice a la barbilla pensando.

- Pues aparte de los bardos, vosotros y una servidora creo que no ha llegado nadie nuevo a la villa y sinceramente no me extraña yo solo estoy de paso y es más que probable que salga de viaje en pocos días, antes de que consideren mis conocimientos suficientes para colgarme de un árbol.- su tono pasa a ser un poco cenizo por lo que cuando empieza la actuación de los bardos, ciertamente se la nota agradecida con distraer algo la mente. Termina aplaudiendo cuando terminan y termina por reírse cuando le explicas.

- Sinceramente no soy una experta en música, diría que los tres son bastante hábiles pero que tú amigo tiene más experiencia, al menos más que la del humano. Sea como sea ni loca quiero que me salte con zalamerías, esa gente piensa que por decir dos cosas bonitas ya les debes el mundo o al menos la cama caliente por una noche.- hace un gesto con la mano como quien aparta una mosca y se vuelve a reír.- Pero volviendo al tema dependería de la calidad del vino, aparte que si vas apostando la mercancía mucho negocio no vas a poder hacer, ¿no te parece?- realmente se la veía entretenida con la conversación, pues su plato de comida seguía sin tocarse empezando a sufrir el mismo destino que el anterior.

- Descuida que me bastaran con dos.- te dice sin ningún veneno pero claramente parece una promesa, más que apagar el ánimo del humano, su derrota solo había conseguido encenderlo aún más.- Pero para eso hay tiempo de sobra, por ahora lo dicho una buena copa de vino es lo que toca.- hace un gesto a una de las camareras alzando la mano.- Hermosa joven, aunque su belleza ya es bastante para saciar la mirada de todo buen hombre, necesitamos tres copas y una jarra del mejor vino para también saciar el gaznate...- le suelta

La joven se sonroja un momento, no sabes si por el piropo o porque le gustará el humano (probablemente ambas), mientras algunos de los clientes se ríen y silban, sea como sea la chica afirma con la cabeza y corre hacia la barra a cumplir el pedido. Momento que el hombre se atusa el bigote mirándola de arriba abajo... probablemente más abajo que arriba.

El elfo por su parte niega con la cabeza y te hace un gesto para indicarte cual es la mesa, espera a que escojas tu primero donde sentarte y luego toma asiento con calma mientras desmonta su flauta y la guarda en una caja finamente adornada.

- Ni uno ni lo otro, mi hermano lleva años practicando pero iba siendo hora que conociera lo que era actuar ante gente y ver mundo. Sin embargo tampoco quiero que se muera en una cuneta así que le hago de guía y mentor.- se explica el elfo con calma.- Como has dicho este sitio tenía fama por dar tierras así que pensé que sería un buen sitio para que probara públicos de distintos gustos, sin embargo la prueba paso a ser capaz de crear un ambiente o al menos lo fue hasta que llegaste tú. A lo de prueba me refiero, en ese aspecto se lo has dejado fácil.- por un momento el elfo dibuja una media sonrisa en sus labios como si estuviera picando a su aprendiz y hermano.- Pero dime, ¿en tu caso si que es conseguir tierras? Sería una pena que los caminos perdieran unas manos como las tuyas.

En ese momento llega la camarera que deja la jarra con cuidado en la mesa y posa las tres copas, momento que Arthur aprovecha para susurrarle algo y rozarlas "sin querer" poniendo a la chica más nerviosa.

Mientras la mujer se marchaba a la cocina a por la comida, se quedó acariciando la cabeza del famélico perro con un mohín que indicaba que estaba intentando analizar lo último que le habia dicho la mujer. Para cuando volvió, agradeció el alimento mientras cogia el cubierto con su diestra.

La mujer volvió a hablar antes de que pudiera preguntar, así que la escuchó primero _{- Entiendo... será dificil gobernar un sitio así, aunque... cambiar tanto el propio talante me parece algo drástico... ¿quizás le sucedió algo personalmente? -}

No dejó apenas espacio antes de volver a presentar la duda que todavia le rondaba la mente _{- No se si le he entendido bien antes... ¿Se refiere a que han pasado más divinos de la muerte o a los divinos en general? -} su voz susurrada no denotaba enfado ni nada similar, solo necesitaba aclarar aquello. Ahora si comenzó a comer mientras dejaba que la voz y el sonido del instrumento de Fenial la envolviera. Era bastante bueno en lo suyo, no podia negarlo.

Me río ante el comentario de Arthur, sin tener miedo alguno porque realmente me supere. Sinceramente, me gustaría seguir rivalizando con él pero supongo que eso será si nos volvemos a encontrar. Cuando me contengo la sonrisa es cuando le veo hablar así a la camarera y le echo una clara mirada al humano. No hace falta que fuerces tanto, ya la tienes prácticamente en tus brazos y tu lecho. Me giro más interesado al escuchar a Elias y asiento, sin poder estar más de acuerdo.

- Aunque seas malo, fuera es donde se aprende. Yo llevo años viajando... y bastantes pocos practicando por mi cuenta. Cuando empiezas a tocar realmente bien, lo notas. Las miradas, las sonrisas, los vítores y las monedas... - suelto un largo suspiro, con la vista perdida en mi imaginación - No importa lo bien que suenes en tu habitación, esas sensaciones nunca las conseguirás si no ves mundo. 

Casi me siento un viejo dando consejos al humano "nuevo" en el oficio, así que sacudo la cabeza, desembelesándome, y vuelvo a centrar mi atención en la mesa. La idea de Elias no es mala, un lugar como este podría ser un buen sitio para practicar. Me llevo la mano al pecho, halagado por sus palabras y voy a responder, cuando llega la chica con ese líquido de dioses y además, las copas. Doy un sorbo al vino y alzo las cejas sorprendido. El de Ekron estaba mejor, pero este tampoco está nada mal. 

- Oh, no, no. Para nada es mi intención... Bueno sí, pero en realidad no. - hago un gesto con la mano, tomo un poco de vino y me aclaro para responder - Sí, he venido por las tierras pero mi idea era quedarme un tiempo para arreglar lo que sea necesario y pagar a alguien para que se encargue de ellas en mi ausencia. O esperar por si mis padres deciden venir. Pero no, no creo que pueda abandonar los caminos y mucho menos asentar la cabeza tan pronto. - niego con ella, echándome el flequillo hacia atrás. Sigo sonriendo amablemente pero mi tono baja un poco - Claro que ese era el plan... antes de ver cómo es este lugar. Viendo la acogida que hemos tenido, tanto por el hombre serio, gris y seguramente importante del pueblo, como por los glanfathanos de la zona... ¿Vosotros habéis tenido algún problema al llegar?

Sonrío con indulgencia al darme cuenta de que Meriel ha pasado al tuteo. Me alegra no ser el único que se sienta cómodo en esta conversación - Debo decir que estoy en desacuerdo con esa teoría. Para mí viene a decir que el cuerpo es como una botella vacía que lo mismo puede ser rellenada con agua que con cerveza - meneo la cabeza. Quisiera sonreír, pero para mi sorpresa quiero mantener una conversación seria con esta mujer. Cierto es que al principio quería encandilarla, que me entretuviera durante la cena y después... quién sabe. Ahora quiero impresionarla - Creo que ese vínculo es como una unión inextricable en la que cuerpo, mente y alma se moldean entre sí para crear un individuo único e irrepetible. No creo que yo fuera yo mismo si en vez de tener el alma que tengo tuviera otra distinta. Ni tú tampoco. Aunque claro, defiendo esa teoría porque me parece más defendible que la alternativa. No tengo pruebas empíricas de lo uno ni de lo otro. - Tomo sorbo de vino y sonrío - La verdad es que te creo más informada que yo sobre los caballeros, de los que hablo de oídas. Sin embargo, como comerciante te diré que he visto muchas formas de ofrecer "protección" y que algunas de ellas son bastante cuestionables. No digo que sea el caso de los caballeros, pero tomaré con cautela lo que oiga sobre ellos hasta que haya podido conocer en persona a al menos uno.

El trozo de carne que estaba tragando hace un intento de salir huyendo de mi garganta cuando Meriel menciona lo que podría ocurrirle por sus conocimientos. Echo un trago de vino para empujarlo hacia abajo y bajo la cabeza - Espera un momento - digo en voz baja - ¿Me estás diciendo que la erudición es punible aquí? - me lo pienso dos veces antes de añadir - ¿De qué clase de conocimientos estamos hablando exactamente?

Me relajo un poco cuando la conversación pasa a tratar sobre los bardos - Ah, pero todo negocio es una apuesta, señora. Por ejemplo: si estoy aquí es porque he apostado que podría obtener beneficios de los bienes que ofrezco. Con Feniel fue lo mismo: una botella de un excelente Narceder dulce a cambio de una actuación que... francamente, todavía me hace reír al recordarla. Digamos que fue una pequeña inversión en el divertimento. No toda la riqueza de este mundo se mide con monedas, aunque no se lo digas a mi anciano padre o sufrirá mil ataques...

La mujer sonríe con pena ante tu pregunta sobre el señor de las tierras. Se la ve que no es un tema que disfrute mucho tratar e incluso mira alrededor para asegurarse que estáis a solas.

- Lord Raedric era un gran seguidor de Eothas, así que cuando se declaro la guerra del Santo y vio como seguidores de su dios empezaron arrasar sus tierra tuvo una crisis de fe. Por eso toma actualmente medidas tan drásticas contra el Legado, su fe ahora esta con tu patrón pero algunos dirían que lo lleva a extremos demasiado grandes...

Si antes ya parecía molesta ahora lo incómoda que se sentía era notable hasta por el perro, así que no es de extrañar que acepte con facilidad el cambio de tema.

- Oh, no muchos pero por las antiguas promesas de tierra ha pasado gente de todo tipo y entre ellos varios divinos de distintos dioses, aunque ninguno en grupo la verdad. Es la primera vez que tenemos dos divinos juntos en la posada. ¿Eres su guarda espaldas o algo?- termina preguntando con curiosidad.

El elfo asiente a las palabras de Feniel sobre tocar en público, mientras le dedica una mirada al humano con un significado más que claro. "Ya te lo decía yo"

- Si no sabes llevar un público, como artista has fracasado. Puedes vivir de virtuoso y componiendo canciones para que las toquen otros. Algunos se contentan con ello pero estoy seguro de que, al igual que nuestro nuevo amigo, no es tu caso.- suena a sermón pero iba con bastante desenfado para pasar por un simple comentario.

El humano se le ve bastante contento mientras deja ir a la chica y termina por escucharos poniendo los ojos en blanco.

- Vamos a ver, por supuesto que enardecer un público es importante pero si no sabes tocar e interpretar como un maestro nunca llegarás a más que un juglar de tres al cuarto. Yo aspiro a ser trovador de la corte, que cuando me oigan cantar no digan que gran héroe que acabo con el dragón y se quedo con la princesa. Si no que digan que voz y que arte quiero escuchar más me da igual la historia.- de repente muestra una sonrisa.- Y en caso de que sea una bella dama que sea ella la que me quiera enseñar como canta.

Sin embargo cuando el tema cambia a la razón de la llegada del divino su sonrisa desaparece.

- Ciertamente has tenido que viajar lejos para que no te llegarán las nuevas, pero bueno Lord Raedric y su pomposo culo enlatado ha decidido usar el Legado como motivo de caza de brujas. Tu como divino estás libre de sospechas pero para el resto... supongo que ya has visto el árbol.

- ¡Arthur!- le llama la atención al humano de manera cortante.- Da igual lo buenos que seamos si te metes con el señor de las tierras y hoy por una vez me gustaría dormir en una cama decente, aparte que dudo que la chica te vaya a seguir si nos denuncian a la guardia.

Después de la reprimenda te mira con gesto de disculpa y vuelve al tema anterior.

- ¿Glanfathanos? ¿Pisasteis algunas de sus ruinas? Esos salvajes no suelen atacar si no es el caso, aunque bueno si vas vestido no diferencian entre unos civilizados y otros.- comenta el elfo un poco extrañado.- Por nuestra parte venimos desde el noroeste y no hay ninguna ruina que protejan esos locos, así que tuvimos un viaje tranquilo. Seguramente sigamos hacia el sur hasta Bahía del Desafío en dirección las repúblicas Vailianas al sur. Para el final del viaje este deslenguado ya debería poder valerse por si solo. ¿Por tu parte algún plan o donde te lleve el viento?- concluye con curiosidad pero sobre todo cortesía.

- Pero los recipientes tienen formas distintas. Si echas agua en una jarra será una jarra, si la echas en una botella será una botella. El alma es como el agua y se adapta al cuerpo pero no por ello deja de ser la misma alma. El agua y la cerveza en una botella tendrán en común la forma pero precisamente se diferenciaran en el contenido que es otra alma.- comenta entretenida siguiendo el propio símil del hechicero y llevándolo con facilidad a su terreno.- Es cierto que la animancia aún está dando sus primeros pasos y que mucha gente la considera una blasfemia, pero realmente es un tema interesante y claramente un avance necesario viendo lo que ocurre actualmente en esta tierra. Pero además aquí en particular ha habido algunos charlatanes o quizás gente no muy capaz que han venido por petición de Lord Raedric. Todos han fracasado en encontrar un cura, así que hay que tener cuidado con quien hablas de que.

Ciertamente la conversación estaba tomando un matiz demasiado serio así que el cambio hacia los bardos y apuestas es más que bien recibido por parte de la chica de pelo vilano.

- Bueno si consideras que sacaste beneficio, no voy a ser yo quien te lleva la contraria. Además que en cuanto a las riquezas estoy de acuerdo. Muchos se atan demasiado a su codicia de dinero y poder.- por un momento parece que esta recordando algo que la molesta.- Sea como sea me alegra que no padezcas de ese defecto. Aunque dime, ¿sigues pensando que hay negocio en este lugar?

Me quedo un rato rumiando las palabras de mi interlocutora y la forma más adecuada de decírselo. Por más vueltas que le doy sólo consigo llegar a una conclusión - Admitiendo que el símil es simplón e incluso un poco tonto, la verdad es que tras escucharte creo que me estás dando la razón - señalo mi copa de vino - Tomemos por ejemplo esta copa. Podemos llenarla de vino, de agua o un purgante. En cualquier caso el efecto que haga al ingerirlo cambia: puedo embriagarme, saciar mi sed o sufrir unas indecorosas náuseas. Incluso aunque lo llenásemos de agua, sus efectos cambiarían si es agua fresca de manantial o el agua del río tras pasar por la ciudad, cosa que por cierto no recomiendo - río por un momento mi propio chiste. Ay, Ulverius, creo que nos habríamos llevado bien tú y yo - Mi postura es que con el alma pasa lo mismo: no es lo mismo una que otra. Dependiendo del alma que llene tu cuerpo tus relaciones con el resto del mundo cambian, pero eso no es todo. Ahora mi vino tiene forma de copa, pero si lo pusiéramos en un vaso su forma sería la de un vaso. Y más cosas: puede influir que el recipiente esté mal hecho, o que esté sucio, o cualquier otra alteración que puedas imaginar. Todo eso puede alterar las propiedades del vino, realzando su sabor o volviéndolo nauseabundo. Con las personas es igual: uno puede tener un cuerpo fuerte o débil,  humano o no-humano, masculino o femenino, sano o enfermizo... todo eso influye tanto en el alma como en las relaciones que tienes con el resto del mundo. Mi conclusión final es que tanto cuerpo como alma se influyen mutuamente en la constitución de un ser vivo y que en ningún caso son intercambiables - levanto mi copa y hago un gesto de saludo hacia ella antes de vaciarla de un trago - Salud.

La música hace rato que dejó de sonar y resulta un poco incómodo. Aunque parezca que no me he tomado muy en serio las advertencias de mi acompañante y no sé hasta qué punto la conversación está yendo por derroteros peligrosos (suponiendo que haya alguien que nos esté escuchando y no esté más cocido que el repollo de mi cuenco) - Pues sí, mi señora. Creo que este sitio bien merece un intento de hacer negocios, si bien tendré en cuenta lo que hemos hablado. Ahora te hago una propuesta: puedo pedirles a los bardos una nueva canción para que podamos iniciar un baile o podemos salir a dar un paseo juntos. Seguro que este lugar tiene otros sitios con una decoración menos... menos "mira-lo-que-pasa-si-me-tocas-las-narices"...

_{- Comprendo -} dijo asintiendo despacio mientras seguía comiendo con parsimonia hasta que le explica el tema de los divinos que ha pasado por allí

_{- Pero ha dicho usted que no estaban contentos con su ascendencia... -} se rascó con suavidad el cuello logrando que sus collares tintinearan suavemente mostrando parte de su cicatriz sin darse cuenta. _{- Es cierto que no todos nuestros dioses son benevolos, pero.. ¿existe tanta crisis de fe? -} volvió a recorrer el local con la mirada, para no perder de vista a sus compañeros, y asegurandose que el perro seguía tranquilo a su vera.

Sonrió ante su última pregunta _{- Coincidimos en la caravana que nos traia hacia aquí, pero fuimos interceptados por un viento mortal que nos obligó a refugiarnos en una cueva. Luego topamos con unas ruinas que no están muy lejos de aquí... ¿las conoce? -} se habia inclinado ligeramente hacia delante para que la mujer la escuchara sin problemas, y así depaso, tanteaba las reacciones de Pasca

Me mantengo con una sonrisa escuchando la discusión de los dos hermanos. Está claro cuál de los dos es el experto, de eso no hay duda. Sigo bebiendo vino hasta que Arthur se dirige a mí directamente. Lejos, o... 

- Venimos de Final del Camino, aunque antes de eso es verdad que he estado un poco ausente del continente. Aunque es cierto que me extraña no haber oído nada allí. - le respondo a Arthur.

Tomo otro sorbo de vino, levantando la mirada como si no hubiese oído nada mientras su hermano le abronca. Claro que yo no diría menos, pero no me oirán decirlo en voz alta, no mientras el señor corazón-y-cara-de-piedra siga por aquí cerca. De nuevo, esbozo una sonrisa y hago un gesto de quitarle importancia con la mano al pobre Elias. Me encojo de hombros casi con pena con sus preguntas. Para una vez que no la lío yo...

- Sinceramente, no lo sé. Viajábamos en una caravana, con muchas personas, alguno de ellos borracho... Nos avisaron pero obviamente alguno se pasó de listo. Solo sé que no fui yo. - concluyo con la conciencia tranquila. Les miro atento mientras parecen estar decidiendo su próximo destino y se me escapa una pequeña risa con el final - Para un plan que hago y casi termino muerto. No, gracias, me olvidaré de pensar y a ver dónde acabo... Como siempre. - sonrío casi con satisfacción al pensarlo. Aunque ya que estamos... - Por cierto, si lleváis tiempo aquí, ¿podríais contarme algo más de Lord Readric? O de cómo van las cosas por aquí aparte de lo obvio. Lo suficientemente importante como para no terminar metido en problemas. - bajo ligeramente el tono, esperando que ninguno de los de las mesas vecinas se pueda ofender de la lengua más que larga de Arthur.

La chica mira a Ekron un momento extrañada, ante su afirmación de que le está dando la razón.

- Pero eras tú el que defendía que el cuerpo y el alma estaban entrelazados al igual que el autor. Y por lo que acabas de decir ahora estás de acuerdo conmigo. Independiente del contenedor, lo contenido tiene características propias y diferentes y viceversa el contenedor lo mismo. Y bueno el alma implica muchas veces el poder de alguien independiente de como lo canaliza pero una vez cruza la puerta de Berath no tiene los recuerdos de sus vidas pasadas. Si se pudiera coger la misma alma una vez atraviesa la puerta y meter en el mismo cuerpo tendría curiosidad de ver si sería la misma persona.- se queda un segundo pensando con el gesto particular que ya se le ha visto antes del dedo en el mentón.- Y creo que ahí está el problema tú te estas centrando en que una persona es la suma de ambas partes que su mezcla da resultados únicos, vamos que estás confundiendo alma con personalidad. Y en definitiva estamos hablando de cosas distintas.- la chica se ríe un poco, pero queda claro que no es del hechicero si no de la situación cuando brinda con él sonriendo.

Ante la mención del baile se le abren los ojos y niega la cabeza nerviosa.

- Supongo que para sus negocios necesitará poder caminar y no quería destrozarle los pies con pisotones indiscretos. En cambio ese paseo suena maravilloso, tengo entendido que por el sur del pueblo hay una zona tranquila por la que disfrutar de la naturaleza- te es bastante obvio que el paseo lo está usando como escapatoria a la idea de bailar pero que tampoco parece contrariada de ir con el noble.