Partida Rol por web

La actitud de Morrigan cambió en cuanto aquellos bandidos se percataron de la presencia del grupo. Sus andares adoptaron un aire desenfadado y algo chulesco, y su sonrisa era algo torcida, como si estuviera escuchando un secreto que ella ya conocia. En su diestra seguía el látigo, pero no parecia esgrimirlo en actitud amenazadora, y su zurda se encontraba enfundada en el bolsillo de sus ceñidos pantalones.

Se colocó al lado de Ekron y descansó el peso en la cadera izquierda mientras su pie derecho estaba ligeramente separado.

Pero, y aquí es donde entran usted y sus compañeros, necesitamos otros socios que conozcan la zona y con los que podríamos explotarla aún más a fondo -

- Recuerda que Jhon Sin Dientes* dijo que aquí había gente competente -  un gesto hacia el que llevaba la gente cantante _{- Quizás se referia a ellos -} solo entonces sus ojos ocultos por el caparazón se clavaron en el tipo _{- ¿Lo conoceis? -}

Gruñó por lo bajo al escuchar a Feniel, como si fuera con ellos pero para disgusto de ella. Después de todo solo habia hecho mención de una señorita, y esa era sin dudar Meriel, así que no desentonaria que el discurso del divino fuera algo distinto al suyo

Veis como el aumaua mantiene la sonrisa pero baja las armas y hasta le brillan los ojos con codicia al ver el anillo.

- ¿Venís de parte Jonnhy? Haberlo dicho antes, hombre. Sentaos, sentaos.- el jefe os hace unos gestos para que os acerquéis como si fuerais amigos de toda la vida. Sus hombres se miran extrañados por un momento y uno de ellos, ya sea el más listo o el más tonto se acerca y le habla.

- Pero jefe, ¿qué van a que...- antes de que pueda acabar la frase recibe un puñetazo en la cara del aumaua demostrando que realmente era el más tonto de su banda.

El gigantón se gira hacia vosotros con una sonrisa y una mirada de disculpa.

- Perdonad a mis chicos, son buenos en su trabajo pero precisamente por ello no entienden mucho de negocios. Así que dígame, ¿en que consisten esos negocios tan lucrativos? ¿Esclavos? Estos dos parecen artesanos así que deberían tener un buen precio en los sitios adecuados.- los dos presos miran ahora asustados tanto al grupo como al resto de bandidos.- ¿O quizás algún negocio más misterioso?- concluye el bandido con interés.

Por su parte Meriel no está segura de lo que está ocurriendo pero teniendo fe en vosotros simplemente se mantiene callada y preparada por si algo se cruza.

Compongo una sonrisa ladina para disimular la sorpresa que me produce el hecho de que realmente tengamos posibilidad de solventar esto sin derramar sangre.

Bueno, no te vengas muy arriba Ekron. Cuando el conjuro termine el cacho becerro éste va a saber que le has trasteado la mente, así que más te vale lucirte.

Pues porque si el Desdentado se entera de que hemos hecho negocios querrá sacar tajada - lo digo como lo más normal del mundo - Y aquí de lo que se trata es de sacar dinero - hago énfasis en la palabra "dinero" - y cuantos menos seamos a repartir a más tocaremos ¿No les parece, caballeros? Por cierto, mi nombre es Ekron Winterbite, de las famosas bodegas Winterbite. Recuerden este nombre porque puede hacerles muy ricos.

Reprimo el respingo cuando el aumaua revienta las narices de su compañero.

Habla rápido y lárgate de aquí cuanto antes ¡YA!

¿Esclavos? No, algo mucho más lucrativo y considerablemente menos arriesgado. Permítanme una pregunta, caballeros ¿Cuál es la diferencia entre una víctima saqueada y un cliente agradecido? - pregunta retórica. No espero respuesta - Que de la primera se podrá sacar un botín que rápidamente se escurrirá entre los dedos y un cliente agradecido no sólo les dará su dinero voluntariamente sino que además volverá y también traerá a otros consigo, quienes a su vez entregarán su dinero por voluntad propia.

Bien, buena presentación ¡Al grano, leches!

¿Y cómo conseguir clientes agradecidos en esta tierra? Muy sencillo, caballeros. Miren a su alrededor: suelo negro, plantas negras, unos huesos de draco blanqueándose a la entrada, seguro que más de una turbera esperando tragarse a algún incauto... Este lugar tiene un enorme cartel de PELIGRO esperando a que alguien le saque provecho. Si ustedes se dedican a asaltar a pobres desgraciados como esos tres - señalo a los prisioneros con un gesto de la mano - la mala fama de este lugar crecerá y sólo pasarán por aquí los más desesperados, de los que poco o ningún beneficio se puede sacar, o aquellos lo bastante ricos como para permitirse una escolta que convertiría cualquier ataque en un suicidio. Pero eso no es necesario. En pocas palabras, caballeros: servicios de guía. Si ustedes ofrecen una guía de paso seguro a través del Prado Negro vendrá más gente. Incluso yo mismo estoy aquí para intentar establecer una ruta comercial hacia Caed Nua y las tierras de más allá. Imagínenlo: caravanas comerciales pasando por aquí y pagando sustanciosas cantidades de dinero para que les conduzcan por la ruta más segura a través de estas tierras infernales. Puede ser que alguno de los habitantes naturales o sobrenaturales de la zona quiera causar problemas a sus clientes, pero eso es un extra que se paga aparte. Si alguien es lo bastante tonto como para rechazar sus servicios la selección natural les mostrará su error y ustedes podrán recuperar lo que les interese más tarde. Por supuesto, Bodegas Winterbite serían sus primeros clientes.

Bien. Ahora el golpe de gracia.

Y por si eso no fuera suficiente, no hay necesidad de quedarse aquí sentados a que llegue el dinero. Ya he mencionado los huesos de draco que dejaron junto al carro ¿Saben a cuánto se pagan los huesos y escamas de draco en una tienda de alquimista? Hay muchos usos para las partes de un draco: pociones de fuerza, de virilidad, armaduras de escamas, armas de hueso encantadas... Conozco a un alquimista que les haría un buen precio por ese pequeño tesoro y sólo pido un modesto porcentaje por hacer de mediador. Digamos un cinco por ciento. Y eso es sólo el principio. Seguro que repartidos por la zona hay más cadáveres de animales cuyas partes tienen usos alquímicos o en la industria de la armería.

Dejo pasar unos segundos para que todos asimilen la propuesta antes de mostrar mi mejor sonrisa.

¿Y bien, caballeros? ¿Hacemos negocios?...

_{- No le digas desdentado -} Morrigan le dió un codazo a Ekron acompañando sus palabras _{- Sabes que no le gusta -} Además tenia oidos en todas partes. Su gesto era de enfado, como si le molestara que se metiera con él. Tenia que seguir fingiendo por si acaso aquel tipo era demasiado amigo de Jhon.

Tras eso cruzó los brazos debajo del pecho y separó ligeramente las piernas, tensando los músculos que delineaban sus muslos dejando bien claro cual era su papel en el grupo. El latigo seguía en su mano. Escuchaba la conversación, asintiendo conforme, pero también iba valorando la ubicación de los prisioneros, las probables vias de escape, las zonas que más le benficiarian a ella si todo se torcia y entraban en batalla...

Porque siendo sincera consigo misma... no esperaba que la jugada les fuera a salir tan bien. A ver cuanto duraba

Me aparto un poco al sentir el codazo de Morrigan - Hey, no me culpes por intentarlo - Digo fingiendo ofensa - Cuantas menos manas haya metidas en el pastel a más tocamos. Aunque siempre podemos ofrecerle una pequeña compensación si la cosa sale adelante y empezamos a tener beneficios...

Aunque mantengo la sonrisa, estoy tan o más sorprendido que los otros bandidos. Me acerco con los demás y busco algún sitio cómodo en el que sentarme, mientras dejo que Ekron haga su magia con las palabras. No sé cuánto tiempo vamos a tener, así que mejor me preparo por si acaso... Con cuidado de no hacer ningún movimiento sospechoso, voy cogiendo mi mandolina y toco algo suave y tranquilo a medida que Ekron cuenta su plan. Voy asintiendo a lo que dice dándole la razón, y luego sonriendo a los otros bandidos esperando que también vean bien el plan, terminando con algún que otro guiño a los más desconfiados.

La mención de hacerse ricos por un simple nombre, hace que algunos de los bandidos sonrían mientras se llevan las manos a sus armas. Sin embargo viendo lo que había pasado al que había protestado hacía unos segundos se mantienen a la espera. Solo distraídos por la música que empieza a tocar Feniel.

Por su parte el líder de los bandidos escucha atentamente a Ekron, aunque se le ve algo perdido. Durante la conversación se puede apreciar como dos de sus secuaces estaban más atentos a la música del bardo que a vigilar a nadie. Mientras que los otros tres, entre los que se incluía el pobre desgraciado que ya había recibido un buen golpe, seguían sin entender porque su jefe escuchaba a ese pijo de ciudad.

- A ver Ekron, no te digo que no sea un buen plan. Pero es que hasta hace poco estos caminos estaban bastante llenos de gente como ellos.- te comenta el aumaua con tranquilidad.- Sin embargo desde hace un par de meses estos han sido los únicos que han pasado y mientras tanto Caed Nua ha empezado a estar abandonada. Hasta consideramos hacerla nuestra fortaleza, pero las puertas están cerradas y cuando intentamos colarnos, sentimos que había algo que nos observaba. No sé que negocios quieres plantearte pero si realmente consigues algo decente estaré encantado de hacer negocios contigo.- en ese momento se gira hacia Morrigan.- Sobre todo si tenéis el visto bueno de Jonnhy. Es difícil ganarse el visto bueno de ese paliducho. Pero vamos, lo que te digo Ekron. Es una locura comerciar en esa fortaleza, parece encantada y fue de un día para otro. Joder, a estos dos pipiolos los pillamos de vuelta del lugar cuando no pudieron cruzar e iban rezongando de que mal contrato. Ni siquiera solemos cazar por aquí, pero el lugar tiene tan mala fama que es perfecto para evitar a los guardias del Lord.

Y esa, amigo mío, es precisamente la oportunidad de oro llamándonos a todos - respondo como si ya lo supiera todo - Vamos a hacer cuentas: yo quiero una ruta de paso seguro a través de estas tierras negras y las que haya más allá para las caravanas de mi familia y un cinco por ciento de los beneficios que se consigan de los componentes alquímicos que se puedan sacar. Y vosotros queréis una base de operaciones estable y gratuita además de un flujo continuo de clientes que os paguen por una guía segura - sigo manteniendo un discreto énfasis en las palabras que creo que les van a llamar más la atención. Básicamente, que sea beneficioso para ellos - El problema es esa fortaleza y lo que sea que se haya instalado en ella... mmmm - me rasco la barbilla, pensativo - Muy bien, puesto que vamos a ser socios en esto mis compañeros y yo nos ocuparemos de eliminar el problema. Para ello necesitaremos a... - me lo pienso durante unos momentos. O más bien lo finjo porque ya lo tenía claro desde el principio - Esos dos - señalo a los prisioneros - Porque si venían por aquí es que saben algo - Me saco dos de los anillos más vistosos y brillantes que lleve en las manos y se los ofrezco al aumaua - Toma, un anillo de oro y joyas por cada uno.. Descontando los gastos del transporte y mediadores ya es más beneficio del que sacarías por ellos en Valle del Oro y además no tendréis que arrastrarlos de aquí para allá con el riesgo de que se escapen, amén de otros engorros que suponen el transporte de prisioneros. Y si lo que sea acaba con nosotros, al menos os lleváis los anillos, el carro y el pony. Es un negocio redondo y sin fisuras ¿Ves lo que significa tenerme de socio? Muchos beneficios, cero riesgos ¿Cómo lo ves, futuro protector de Prado Negro?...

Los malos empezaban a impacientarse y a poner trabas, pero parecia que Ekron tenia labia para rato, asi que decidió mantener los nervios a raya...

Permaneció en la misma postura, si acaso cambiando el peso del cuerpo de una cadera a la otra, alerta a cualquier movimiento extraño y/o sospechoso

Me mantengo tocando tranquilamente mientras Ekron ejecuta su plan, asegurándome de que por lo menos unos cuantos más no planean atacarnos por sorpresa. Suelto una pequeña risa al escuchar lo de la fortaleza y levanto las cejas, dirigiendo una mirada de reojo hacia Morrigan. 

- No creo que dé más miedo que ella al despertarse... - murmuro con gesto confidencial hacia uno de los bandidos cercanos.

Como si la cosa no fuera conmigo, sigo tocando y me encojo de hombros al ver que paga por los comerciantes, con un "os lo dije" en la mirada. Paro de tocar un momento, mirando expectante al líder de los ladrones, preparado para felicitarle por el trato o salir de allí corriendo si la cosa se complica.

Mientras la conversación continúa parece que todos los subalternos, incluido el nariz rota, han quedado completamente prendados por la música del divino. Por su parte tanto el mediano como el enano no dan crédito a la escena y para alivio de Morrigan y Meriel parecía que nadie estaba sacando un puñal de la espalda.

Todo sigue así hasta que el bardo interrumpe su tonada y las miradas se tornan al capitán de los bandidos. Este parece considerar un segundo todo lo que se le ha dicho mientras un pequeño brillo aumenta en su mirada, la cual no se aparta de los anillos que le ofrece Ekron.

- Tiene usted un trato.- dice finalmente aceptando los anillos y estrechando la mano del hechicero.- Raspa, Zarcillo, soltadle las piernas al par de desgraciados, ¿o prefieres que tu guardaespaldas cargue con ellos?- esto último se lo dice a Ekron mirando por un momento a Morrigan con una sonrisa mientras ya se guardaba el pago en un bolsillo.- Bueno, espero que tenga suerte con su exploración. Mañana nos pasaremos por la entrada para ver si hay buenas noticias...

Por su parte dos de los bandidos, un elfo y un humano se acercan a los presos y esperan la confirmación para desatarles las piernas.

Estrecho la mano del aumaua con la misma fuerza que él - De acuerdo. Nos veremos mañana. Para entonces espero poder deciros que la fortaleza es vuestra.

O no podré deciros nada, pero eso ya lo sabéis.

Al preguntarme por los dos prisioneros asiento con la cabeza - Que caminen que nosotros no somos niñeras. Supongo que ya saben lo que les puede pasar si caminan solos y desprotegidos por estos parajes ¿Verdad? Intentar huir sería una auténtica estupidez. El pelifuego maneja tan bien la ballesta como la mandolina, y en cuanto a mi compañera... Bueno, digamos que preferirán los virotes de mi amigo a la espada de ella.

Espero a que desaten al mediano y al enano antes de dar una palmada entusiasta - Bien, damas y caballeros. El tiempo es dinero. Pongámonos en marcha cuanto antes - Pongo las manos sobre mis dos "adquisiciones"

Seguidme el juego, no os separéis y no os pasará nada - les susurro rápidamente al oído

Acto seguido les doy un empujón más con el ánimo de aparentar que de tirarles realmente al suelo - Vamos, moveos, que no tenemos todo el día. Tú por delante - le indico a Morrigan - Cúbrelos con la ballesta - es la indicación para Feniel...

Ya bien lejos del grupo de bandidos me permito ponerme un poquito nervioso. Hablo en voz baja por si acaso alguno de los bandidos se ha olido algo raro y decidido seguirnos.

Vale, tenemos poco más de media hora para alejarnos de esos tarugos antes de que al aumaua se le pase el efecto del conjuro que le lancé y vengan a buscarnos hechos unos basiliscos. - Me dirijo ahora a nuestros nuevos compañeros de viaje - Lo siento por el carro y el pony pero negociar por ellos habría sido arriesgar demasiado ¿Conocéis algún atajo para llegar a esa fortaleza?...

Doy un pequeño acorde triunfal con la mandolina, empezando a guardarla y a preparar de nuevo la ballesta. A la orden de Ekron, me levanto y me quedo en la retaguardia apuntando a los mercaderes y despidiéndome con una de mis encantadoras sonrisas de mis embobados fans.

- Otro negocio bien hecho, ¿eh, Ekron? - le digo una vez nos alejamos lo suficiente y luego mirando a Morrigan con gesto de disculpa - Espero que no te hayas enfadado por lo de antes... Sabes que no lo decía en serio, Morri.

Aunque el hecho de que Ekron esté tan nervioso no me tranquiliza en absoluto, así que me quedo a la espera de lo que digan los mercaderes mientras vigilo nuestras espaldas. Eso sí, está bastante tranquilo todo.

Increible, pero cierto. Lo habían conseguido. Al menos de momento, claro estaba. Se despidió de los rufianes con un gesto de dos de sus dedos que trazaron una linea imaginaria desde su sien derecha hasta poco más de un palmo de distancia hacia el cielo.

_{- Muy buen jugado -} le dijo a Ekron cuando se hubieron alejado. Miró de reojo a Feniel cuando se le aproximó para pedirle disculpas _{- No me he enfadado. Ya me estoy acostumbrando a vuestras sandeces -} no lo dijo en tono de enfado, si no de quien se resigna a viajar con dos hombres a los que no entendia ni entendería. Se dió una palmada en el muslo para llamar a Legend y que se quedara cerca de ella mientras permanecia alerta por si habian decidido seguirlos tal y como alertaba el humano.

Si era verdad que les habia lanzado un hechizo y se daban cuenta... bueno, podía imaginarse lo que sucederia, aunque ella desde luego no se arrendaria. Si habia que luchar se luchaba y si tenia que reunirse con su señora... así seria.

Los dos bandidos terminan por cortar las cuerdas de las piernas de los prisioneros y los empujan hacia Ekron antes de reírse por un segundo. Por lo demás no se muestra ninguna acción por parte de los bandidos que parecen más que encantados con la situación y hasta se despiden del grupo moviendo las manos en el aire.

Por su parte los prisioneros mantienen una cara de extrañeza ante la situación que deja claro que solo la ballesta de Feniel apuntando hacia ellos evita que se lancen a preguntas de que demonios estaba ocurriendo.

Así es hasta que ya estáis lejos del campamento ya cerca de los restos del carro y es cuando el orlano explota.

- ¿Un atajo? Venimos de lejos a entregar materiales y ni nos abren la puerta, luego somos asaltados y a los pocos minutos comprados y todo para indicar un ata...- el orlano se corta ante un capón del enano que parece más sereno.

- Gracias, señores. Disculpad a mi aprendiz pero lo que dice es cierto, el único camino que conocemos es el principal y apenas nos llevará una hora llegar a la puerta. Pero el puente estaba levado y no sé sobre fantasmas como decían esos cabrones, pero ciertamente tenía un aire abandonado...

Mientras estos se explican, tanto Feniel como Morrigan pueden comprobar con tranquilidad que ningún bandido les  ha seguido. Es más por si hubiera alguna duda, Legend esta simplemente al lado de su ama sin gruñir a nadie.

Por su parte Meriel que ha estado callada durante todo ese rato mira a Ekron.

- No te vi hacer ningún gesto o entonación. Eres toda una caja de sorpresas, por lo demás estoy de acuerdo en que deberíamos seguir avanzando y la fortaleza parece el mejor destino cercano ahora mismo...

Si hubiera tenido cejas, habría enarcado una al ver como el enano cortaba al otro. Se deslizó de forma fluida pero implacable hasta colocarse justo delante del retaco. Sus puños cerrados se acomodaron a ambos lados de su cintura y sus piernas se separaron ligeramente para afianzarse bien al suelo.

Su voz brotó susurrante pero áspera como la lija _{- ¿Estais seguro... completamente seguro.... que solo hay un camino? No se te ocurra mentirnos -}

Al final parece que había salido todo bien. Estoy seguro de que debo haber agotado mis reservas de suerte para bastante tiempo. Empezando por el momento en que al Caballero Pescado se le pase la pájara y se dé cuenta de lo que ha pasado. Peeeeeeero mientras tanto nada me impide disfrutar del éxito, qué demonios.

Sí, negocio redondo - digo satisfecho - La oferta es real, pero falta que esos cenutrios vean que pueden ser algo más que salteadores de caminos. En fin, a ver cómo se lo toma el jefe.

Saco un par de anillos más de mi bolsa y me los coloco en los dedos.

Ah, eso. Muchas gracias - me sonrojo ante las palabras de Meriel - Puedo ser muy sutil con la magia cuando hace falta. Es un pequeño  Truco del oficio.

Suspiro cuando el enano disciplina al joven orlano.

Pero hombre, no le dé tan fuerte que se le van a salir sus enseñanzas por las orejas - me dirijo al chico - Por lo demás, lo único que se ha comprado aquí ha sido vuestra libertad. Los Winterbite nunca hemos comerciado con esclavos. Es una práctica deplorable y mal vista en la mayoría del mundo civilizado.

Luego hablo con el enano - Nosotros nos dirigimos precisamente ahí y me temo que vamos a tener que comprobar nosotros mismos que está abandonada. Por mi parte pueden hacer lo que gusten: venir con nosotros o seguir camino.

La reacción de Morrigan me parece exagerada, como si se hubiera quedado con ganas de abrirle la cabeza a alguien.

Sí, probablemente sea eso.

Hey hey. Tampoco hace falta ponernos hostiles. No creo que estas personas tengan nada que ganar engañándonos...

El enano queda traga saliva pero mantiene la mirada a Morrigan cuando esta le aprieta un poco las tuercas.

- Como he dicho es el único camino que conocemos. ¿Qué puede haber otros? Probablemente, pero eso ya se lo puede preguntar a los autóctonos. Nosotros veníamos con un encargo de reparaciones y reconstrucciones.- el enano suspira mientras su aprendiz se mantiene callado mirando de un lado para el otro bastante nervioso pero en silencio.- Ahora hemos perdido la mercancía y herramientas. No me malinterpreten agradezco que nos hayan rescatado, pero si esos bandidos vuelven seremos peso muerto para ustedes. Creo que volveremos al pueblo más cercano y de allí ya veremos. Que tengan suerte, caballeros.

Y con esas palabras el enano hace una pequeña reverencia y se dispone a marchar mientras le da una pequeña palmada a su aprendiz para que empiece andar. Esté salta algo sobresaltado pero sonríe a su maestro y se despide de vosotros de manera similar.

Sin nada que os retenga allí y conscientes de que el tiempo, y por tanto el encanto de Ekron, iba pasando sin más decidís avanzar hasta la fortaleza siguiendo el camino. Os lleva unos buenos veinte minutos pero finalmente los campos negros y los árboles se van acabando dando paso a una muralla regia pero antigua y maltratado por el tiempo.

El camino lleva directamente a lo que debe ser la entrada del susodicho lugar, pero entre vosotros y ésta se encuentra un río con único acceso visible un puente levadizo levantado.

Meriel se queda mirando el lugar intentando encontrar una entrada.

- Parece que decían la verdad, a no ser que enganchemos una cuerda a lo alto de la muralla no se me ocurre como pasar...- es lo que comenta la peliblanca mirándoos en busca de alguna otra idea. Sin embargo lo que ella parece no ver y vosotros sí es un ente humanoide violáceo. A diferencia de los anteriores que habíais visto este mantenía una forma más definida y parecía un soldado.

¿SoIs la ViSiTa QuE eSpErA eL sEñOr?- es lo que termináis por oír en el viento cuando la figura se centra en vosotros.

Permanezco en silencio mientras Morrigan y Ekron interrogan a los comerciantes. Ah, que de verdad pretendían preguntarles... Claro que el hecho de ir a una fortaleza vacía no entraba en mis planes. ¿Adónde rayos se supone que nos quiere enviar Meriel? Me encojo de hombros y sigo mirando el camino hasta que parece que vamos a dejarles ir sin más, despidiéndome de ambos con un gesto de mano. 

Al llegar al lugar, lo observo de arriba a abajo y levanto una ceja mirando a Meriel. Si tuviera fuerza, la lanzaba yo mismo a ella con la cuerda. Aunque al ver a la figura, hago un esfuerzo por contener una sonrisilla y me acerco muy seguro de mí mismo y haciendo una reverencia. 

- ExAcTo, sOmOS sU vISiTa. - respondo en el mismo tono sin poder evitarlo, carraspeando después y hablando en mi tono normal - Disculpa; sí, venimos a ver a tu señor. ¿Podríais tener la amabilidad de bajar el puente y guiarnos hasta él?

Giró el rostro despacio, casi como si fuera un engranaje mal engrasado y clavó sus oscuros ojos en Ekron. Iba a replicar algo, pero en el último instante decidió apartarse y dejar paso a aquellos mentirosos. Estaba cansada de pelear. Mentalmente, claro estaba. Siempre estaba dispuesta a bailar con su acero cuando fuera preciso.

Siguieron camino, alerta por si volvian a toparse con más imprevistos, hasta que llegaron a la fortaleza. Colocó una mano sobre la otra delante de sus piernas, esperando que fueran sus compañeros quienes parlamentaran con aquella silueta espiritual. Cada vez le generaba menos escalofrios percibirlas. Se inclinó ligeramente hacia Meriel para explicarle a quien le hablaba Feniel.