Con mano temblorosa, Spade recoge las cosas que le trae Westen. Enrolla el paño en la cuchara de madera, lo impregna con ron y se lo mete en la boca al pirata.
- Muerda fuerte. Creo que tiene una astilla de hueso clavada...
Comienza a escarbar con el cuchillo, mientras apoya la rodilla en la mano del hombre para que esté quieto.
- Westen, calienta el aceite hasta que hierva y echalo en la herida cuando te avise...
Tirada: 1d20(+10)
Motivo: Curar al Pirata Herido
Dificultad: 20+
Resultado: 11(+10)=21 (Éxito)
- Glllll... glllllll... -
Son las últimas palabras que dice el pirata antes de desvanecerce por el dolor.
El Doctor, en su saber hacer, le ha extraído la bala al primo de Carla, y cerrado la herida con maestría. Sus conocimientos de medicina dejan pasmados a todos los presentes, que suspiran aliviados cuando el buen Doctor se gira con una sonrisa y con un perdigón en las manos.
Carla te abraza y te llena de besos mientras te tiende una bolsa con algunas monedas de oro por tu atención. El pirata continúa desvanecido, pero se ha salvado de esta.
Vargo se aproxima hasta llegar justo delante de la chica a la que le sacaba casi dos cabezas, la mira muy de frente y extiende la mano con la palma hacia arriba.
Veo como Vargo se adelanta y, tras hacerle una señal con la cabeza a Markus, yo también me adelanto.
Pero yo me giro y, aparte de controlar al supuesto borracho, observo la zona derecha del callejón en el que estamos.
Y a media voz, digo.
Sigamos teniendo cuidado. Pues aunque las circunstancias parecen haber cambiado, nunca se sabe en esta ciudad.
La chica mira desde abajo a Vargo, ya que es mucho más alto que ella y observa la mano extendida del pirata. La muchacha no entiende a que se debe el gesto del guardaespaldas, y toda su intención es la de darle la mano en señal de amistad y todo olvidado, pero al último momento se contiene, sin saber por qué...
- ¿Por qué me extiendes la mano? -, te pregunta extrañada. - No sé muy bien que hacer en este momento. Sois tres hombres contra una mujer indefensa y un hombre que está borracho... ¿qué es lo que queréis? -
Sin dejar de controlar mi lado del callejon, hablo esta vez en un tono un poco mas alto.
No se lo que mi compañero querrá. Quizá obtener algún beneficio a cambio de su oro.
Y una leve sonrisa aparece en mi rostro.
Pero desde luego, no esperes de mi que me relaje. Conozco esta ciudad. Pues ya he estado en otra muy parecidas. Y no voy a cometer el estúpido error que pareces estar esperando.
Rowina abre los ojos como platos.
- Sigo sin entender. -, dice. - ¿Quieres el oro que hemos conseguido? Se lo acabo de dar a los chicos. -
No lo quiero el oro chica.. dame la mano. - le sonríe.
Westen le da un largo trago a la segunda copa de ron después de ayudar al doctor.
-Joder Jim, nunca me voy a acostumbrar a estas cosas... Al menos esta vez no había órganos al aire...
Se apoya en la encimera de la cocina algo mareado mientras Carla abraza al médico y le paga.
Westen da otro trago al ron.
-Lo que decía... nunca me voy a acostumbrar.
Se seca el sudor con un trapo, y entonces se da cuenta de que es el que está empapado de sangre.
-¡Ah!- lo suelta y lo lanza en dirección contraria, estampándolo contra una pared.- ¿Tienes a alguien que lo lleve a una cama, guapa?- dice mientras se limpia la cara como puede con la manga.
- Prefiero quedarme aquí con mi primo hasta que se recupere un poco. -, te dice sonriente. - Pero cuando queráis, podéis pasaros por la casa que se encuentra aquí al lado, seguro que encontraré la forma de compensar todo lo que habéis hecho por mí. -, termina mientras te da un beso en la mejilla a ti y al buen doctor.
Cuando Carla le besa a Stan se le erizan los pelillos del bigote.
-¡Vamos doctor! Dejemos descansar al hombre, ¡y mañana tendremos que pasarnos por su casa para ver si mejora!
Stan sale de detrás de la barra y vuelve a su mesa.
-Bueno... esta ha sido una noche fructífera para los dos, si señor...
Stan busca a la capitana con la mirada. Siempre está ocupada en sus asuntos, pero de vez en cuando no viene mal relajarse.
-¡Capitanaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!- le grita Stan- ¡Venga aquí! ¡Que el doctor le invita a una copa! ¡Pon una copa para nuestra Capitana, Bill! ¡Invita Spade!
- ¡Claro! ¡Los amigos de Carla son amigos míos! -, te dice mientras saca una botella de buen ron de debajo de la barra. - Mi mejor cosecha para celebrarlo. -
Deja varias monedas sobre la mesa.
- Oporto, Bill. Y algo de comer también, que no lleve mucho tiempo muerto si es posible.
El doctor se deja caer en la silla junto a su capitana y al joven inglés. Lentamente, comienza a limpiarse la sangre de debajo de las uñas.
- ¿A dónde ha ido el resto? Creo que estaban por aquí hace un rato...
- ¡Por supuesto, doctor! ¡La mejor comida para usted! -
El tabernero desaparece durante unos segundos para después regresar con varias fuentes de diversos tipos de carne, bañadas con una salsa que huele exquisita. También, os trae una tabla de patatas hervidas, cortadas en rodajas, bañadas en salsa de queso.
Con algo de miedo, Rowina le da la mano a Vargo, mientras trata de no pensar en lo peor. Sabe que es imposible ganarle al pirata en una lucha, así que decide seguirle la corriente a ver donde lleva todo esto.
Stan coge un trozo de carne y se lo coloca en su plato. Después comienza a comerselo cortándolo con cuchillo y tenedor, en contra de la costumbre local de hacerlo con las manos.
-Creo- dice entre bocado y bocado- que han salido a apalear a un borracho que ha humillado al guardaspaldas. Ese tío es un salvaje, el pobre borracho solo se había acercado a Crow y el guardaespaldas se ha puesto como un energúmeno. Ten cuidado con él Capitana, no me gusta.- y vuelve a atacar a la carne.
Al posar su mano encima de la del pirata, este la coje, se la gira, y con la otra mano le pone un par de monedas sobre esta y se la cierra. - Algún dia.. puedes encontrarte con gente peor que nosotros. Yo que tu dejaría de robar a piratas. - una vez le ha dado las monedas.. le suelta la mano, le sonríe y da la vuelta.
Tíos, vámonos de aquí que el sentimentalismo me pone enfermo.. necesito unas copas. - comenta a sus compañeros mientras les hace una señal para volver a la taberna.
Y yo asiento levemente en silencio mientras me doy la vuelta. Al fin me relajo un poco y mis armas se separan de mis armas.
Y mientras volvemos a la taberna digo.
Bonito gesto Vargo. Después de todo, somos piratas, no carniceros.
Aunque antes de entrar en la taberna, no puedo evitar añadir.
De todos modos, espero que reserves esa compasión para momentos como este. Pues en alta mar, en el curso de un combate, la compasión puede ser una debilidad por la que tendrías que pagar un alto precio.
Me encojo levemente de hombros y concluyo.
En fin, ya se vera lo que ocurre. Vamos, apresuremonos pues tengo la sensacion de que el buen doctor miraba lo que queda de mi bebida con cierta codicia.
La taberna hierve de actividad. Todos están bebiendo de botellas mientras que en el escenario continúan cantando el mismo grupo de antes, ahora una más movida. La mayoría se encuentra sentado en las mesas, bebiendo de las jarras y botellas, pero algunos pocos, bailan entre las mesas siguiendo la pegadiza música.