Partida Rol por web

Volvéis otra vez a la tienda y en la puerta no hay nadie, al parecer el chino está dentro.

Cuando entráis, veis un rastro de sangre que va desde la puerta, hasta una de las cabinas cubiertas por una tela negra que no deja ver nada en su interior.

Escucháis una voz que parece estar insultando en mandarín tras esa tela y veis una mano que sobresale por debajo...

- Hum... una lámpara... es muy antigua, sí, sí. -, dice Stan, aún moviéndose de un lado a otro.

- ¿Quieres que la repare? Hum... tardaré un par de días, los cristales están hechos añicos y hum... por lo demás parece que está bastante bien... Hum... te saldrá un poco caro... unas... veinte monedas o así... -

- ¿un par de días?no tenemos un par de días - digo pensativa mirando a elisabeth
- ¿20 monedas? - suspiro sintiendo que perdíamos el tiempo
- ¿no hay otra cosa? no se podemos traerte algo de comida .... o ... no se ... no ahi manera de conseguir esa reparación mas barata y en menos tiempo ... por favor - digo mirando al artesano

Elisabeth pone una mano en el brazo de María y le guiña un ojo sin que el tendero pueda darse cuenta.

¡Aaaaaaaaaaaaai María! Mi dulce María... ¿en serio creeis que el trabajo de un hombre con unas manos tan valiosas como las de el buen señor Stan merece menos que dos días y 20 monedas?

Mira al tendero con tristeza exagerada en su rostro, llevando una frágil y blanca mano a su pecho, acariciando el borde del escote, bajando luego la mirada y hablando en tono de voz cohibido.

No... la inocente fui yo al pensar que podría conseguir esos servicios con nuestros recursos actuales... ¡Pobre de mí! Que perdí todas mis pertenéncias en ese naufragio y ahora no puedo más que arrastrar en un sucio saco la única relíquia de mi família que pude salvar... hecha añicos.

Miro a elisabeth sin comprender bien pero luego ...
- oh elisabeth no entristezcas mi señora, aun os quedo yo ... aunque se que nada puede superar ese recuerdo familia ... el único que te queda supongo que nos tendremos que ir sin que puedas repararlo ... que vida esta, siempre dependiendo del tiempo y del dinero - trato de apoyarla, no se me daba muy bien mentir

- Estem.... yo... mirad... bueno... -, os dice temblando más si puede. - Pu-pu-puedo cobraros... ¿14 monedas? ¿E-e-ese precio está bien...? -

Miro a elisabeth, yo no tenia 14 monedas ... ¿las tendria ella?

Elisabeth toma la mano del tendero entre las suyas y la lleva a sus labios.

Dios lo bendiga, buen señor... Además de manos milagrosas poseéis un corazón de oro. Muchísimas gracias por vuestra ayuda...

Suelta la mano del hombre mientras sube el saco con la lámpara rota encima de la mesa.

Aquí os doy... 5 monedas y os dejo esta reliquia familiar que tanto valor tiene para mi. Coge las monedas de su escote y las pone en la mano del tendero cerrándola después y volviendo a rozarla con sus labios.

El día después de mañana volveré para agradecéros vuestro seguro magnífico trabajo, con el resto de lo que pedís si no tenéis inconveniente.

Miro la actuación de elisabeth, yo no podría ... ¿o si? mmm bueno dejemoslo así
- vamos anda ... que es muy mayor para ti - bromeo abrazándome al brazo de mi nueva amiga y saliendo de alli

Stan se siente pletorico y cuando le dejas la lámpara sobre su mesa, sale rápidamente hacia la trastienda. Vosotras os dais la media vuelta, cuando vuestros oídos pueden escuchar un leve sonido...

Extraño sonido... parece como si alguien... nah, ¿una zambomba? Nah...

Salis de la tienda y os encontráis nuevamente en el barrio comercial...

¿Cual será vuestro próximo destino?

A la derecha tenéis el barrio chino, donde acabáis de venir. Ahora os encontráis en el barrio comercial, hacia la derecha se encuentran los Barrios Bajos, lugar sórdido si los hay mientras que hacia el frente, tenéis el muelle con la taberna y más alla, los barrios altos.

El sol se está ocultando en el horizonte...

Salgo con elisabeth de la tienda
- ¿que fue eso? los hombres de aqui son un poco raros - murmuro a elisabeth

Spade se acerca y cruza la cortina, dejando su saca en el suelo y remangándose las mangas en un gesto automático.

- ¿Qué ha ocurrido?

Abres la cortina lentamente, y lo primero que ves es al chico cogiéndole la cabeza a una chica completamente pálida. A simple vista, parece que está muerta, pero cuando te acercas para ver con más detalle, te das cuenta que la señorita tiene un sencillo corte sobre una de sus muñecas, justo sobre la arteria que cruza su antebrazo.

Buscas con la mirada manchas de sangre, o alguna otra cosa que te indique que es lo que ha pasado, pero no puedes ver nada. Sólo un par de gotitas que salen de la cabina hacia el exterior, pero nada más.

La examinas con más detenimiento, y te das cuenta que la chica ha sido drenada de sangre por completo. Ya no tiene una gota más de sangre en su organismo.

Al salir de la tienda Elisabeth no puede evitar echarse a reir, aunque delicadamente, llevando una blanca y fina mano a sus labios para cubrirlos con elegancia.

¿Habéis visto? No ha sido tan difícil convencerlo... Echa a andar por el barrio mientras añade. Ahora sólo he de conseguir 6 monedas de oro para dentro de dos dias.

Echa a caminar tranquila, con su porte elegante de siempre e intentando no separarse demasiado de la morena.

¿Se os ocurre algún modo de conseguirlas?

- no lo se, pero me temo que si a cada hombre de es ta isla, le sacáis monedas de vuestro escote y le besais la mano con ese roce de labios, no quedaria titere sin cabeza- bromeo recordando la actuación de elisabeth
- no podemos pedirselas a la capitana y todas mis pertenencias se las quedaron en el barco como pago por poder quedarme con ellos - explico
- quizas rodrigo pueda ayudarnos, es un encanto de hombre y muy amable, podria decirnos como conseguirlas o algo de eso - propongo como solución

-¿Es grave Doctor?

Spade se acerca y pone los dedos en el cuello de la joven. Busca el débil aleteo del pulsojusto antes de morir, los latidos residuales de un corazón que se ha rendido pero es incapaz de abandonar las viejas costumbres.

- Está muy mal, Stanley. Muy mal.

La medicina no puede hacer nada por ella, ya no.

Pero si muere, entonces quizás... quizás...

Tus dedos se apoyan sobre el cuello de la chica. Sientes sobre tus yemas la fría pero suave piel de la jóven, mientras presionas un poco más sobre su cuello, intentando notar algo... por mínimo que sea...

*Tup*

Tus ojos se abren como platos al sentir un latido... después nada...

*Tup*

Otro... su corazón aún continúa bombeando sangre... puede ser que le quede algo dentro del cuerpo...

- ¡Aún hay una posibilidad!

Spade se arrodilla junto a la joven y rebusca en su bolsa. Hilo de seda. Telarañas. Laudano. Hierros de cauterizar. Lancetas.

- Vamos, pequeña... vamos...