Partida Rol por web

Stan se pone entre Elizabeth y la chica sin nada de cuidado y agarra a la chica de los hombros ayudándola, o casi obligándola, a levantarse.

-¿Pero qué? ¿Que llevas ahí?- coge el relicario que lleva la chica colgado del cuello y observa la foto con más detalle

La chica que poco a poco iba a levantarse sin la ayuda de la rubia mirandoles a todos de reojo, siente las manos del hombre que la ha liberado en sus hombros y como le coge con violencia el relicário.

Ella para defenderse, empuja al hombre todo lo fuerte que puede provocando que caiga de culo de nuevo en el suelo y que el perro-lobo negro se ponga a su lado a gruñir. Luego coge su relicário con ambas manos, escondiéndolo mientras mira al hombre con rencor.

- No, amigo... no sabes lo que es estar condenado.

Spade se levantó, dejando atrás el cadáver de Crow para acercarse a los demás. Las heridas de Rodrigo no parecían necesitar de su ayuda, pero las de Vargo, tras la chapuza realizada por Elizabeth, eran más serias.
Spade enhebró aguja e hilo y cosió la carne del pirata para que dejara de sangrar.

El doctor se pone a trabajar con los heridos...

El primero en ser atendido es Crow, con el que lo único que puede hacer es taparle los ojos con dos monedas y elevar una plegaria al cielo...

Después se encarga de Vargo, estabilizando al pirata y deshaciendo lo que ha hecho hace un rato Elisabeth.

Tras unos segundos de trabajo, Vargo vuelve a estar en pie...

Pero Crow... Crow ya no se moverá jamás...

REQUIEM POR CROW

Salgo de la habitación cuando veo que Spade se va a ocupar de nuestros heridos. Vargo por fin se recupera y parece que los torniquetes que le hice a Rodrigo, aguantan de momento. Pero cuando Spade va a ocuparse de Crow, todos podemos intuir el resultado.Inclino la cabeza en silencio por unos segundos frente a los restos de nuestro Navegante. La alzo a continuación para decir.
Esta es la otra cara de nuestro oficio. Pero todos aceptamos nuestra suerte nos sea adversa o favorable. Y Crow, sabia esto desde el día que embarco.
Lentamente me alejo del cadáver de nuestro hermano caído y, mirando el charco de inmundicia que señala el lugar en don estaba Necroos, escupo sobre el.
Miro entonces la cabeza que cuelga de mi cinturón.
Espero que realmente valgas lo que ofrecieron por ti. De lo contrario, ya contratare a un bokor para que nuestras maldiciones te sigan hasta en el infierno.
Encamino mis pasos hasta la habitación en donde estaba encadenada la dama, asomo la cabeza por el umbral y digo.
Si ya hemos acabado aquí, larguemonos. Yo voto por saquear este lugar y prenderle fuego después. Sera un buen mausoleo para nuestro compañero caído.

Spade, con voz queda, responde a las palabras de Peter.

- Me parece una buena idea, Holandés.

Sin esperar nada más, arroja una antorcha contra los cortinajes y sale por la purta principal del edificio, hacia el cementerio.

Hay cosas que nunca se deben mezclar...

Fuego y telas viejas es una de ellas...

La antorcha de Spade alcanza una de las cortinas de un ventanal de la mansión y esta rápidamente comienza a prenderse fuego...

La antorcha prende rápidamente en los cortinajes y pronto, una lengua de fuego lame el entramado de vigas del techo.
Estas también prenden en un instante y el crepitar del fuego, se torna un rugido devorador.
El calor sube rápidamente en la sala y yo, voy encaminándome hacia la salida de la mansión.
Una vez que he llegado, me giro.
Apresuraos. Supongo que no querréis que esto se derrumbe encima de vosotros.

Stan se levanta del suelo dispuesto a decirle algo a la chica cuando Spade lanza la antorcha sobre las cortinas.

-Vamos, tenemos que irnos- dice con un tono serio que pocos habíais oído antes en él.

Dicho esto, poniendo su brazo tras las rodillas de la chica, la alza y cogiéndola en brazos se dirige a la salida.

-Cuando estemos fuera vas a dejarme ver eso, ¿entendido?- dice, ignorando los golpes de la chica.

Efectivamente, la chica no paraba de dar golpes y patalear entre los brazos de Stan, además de dejar ir ruidos inenteligibles.

Para su desgracia, no era demasiado fuerte y además estaba bastante malherida a causa de las posibles torturas que podía haber sufrido, por lo que sus intentos por hacer que la baje no tenían mucho éxito.

Su perro-lobo se encontraba siguiéndoles, gruñendo a Stan y sin quitarle ojo de encima.

CAGON!!! -grito en español levantandome como un resorte a la vez que me hecho mano a la herida en cuanto la toca el holandes- ¿Que coño estas haciendo? a parte de curarme creo...

Me incorporo como puedo cojeando, sin saber nada de lo que ha pasado y viendo que hay un gran ajetreo alrededor de mí, simplemente intento mantenerme en pie y salgo detrás de mis compañeros en cuanto veo que abandonan con prisas el caseron.

Elisabeth va a decirle unas cuantas cosas a Western sobre cómo tratar a una dama, cuando, sin creerse todavía lo que están haciendo sus "compañeros" mientras ella misma sigue dentro de la casa y embadurnada en ron, empieza a correr hacia la salida como alma que lleva el diablo.

¿¿Os habéis vuelto locos?? ¡Si queréis deshaceros de mí, sólo tenéis que decírlo!

Grita furiosa mientras aparta a empujones a quien sea para salir antes que nadie, sujetándose las faldas del vestido para que no rocen ninguno de los cortinajes ni nada que esté ardiendo en llamas ya.

Maldita sea!!! Al menos tendrás un buen entierro, Crow!!! - Sigue a Stan y al perro, evitando las llamas todo lo que puede, se detiene junto a Rodrigo y se ofrece a ayudarle a salir. - Locos... están todos locos...  - murmura cuando Elisabeth pasa dando codazos para salir la primera de allí.

Carmen me ayuda a andar a pesar de que no la conozco demasiado, de pronto Elisabeth pasa como alma que lleva el diablo y Carmen murmura algo.

Ya los iras conociendo... por cierto... ¿estamos todos?

digo a la vez que me apresuro a salir de allí percatandome del incendio

Vargo se semidespierta, pero ha perdido mucha sangre y se encuentra muy pálido y mareado.. aunque se mantiene en pié. - ¡¿Pero que hacéis cabrones?!¡No me dejéis aquí! - grita como es costumbre a los piratas, aunque esta vez sin aliento e intentando seguir al grupo que sale corriendo hacia la puerta de salida.

Todos los piratas salen corriendo de la mansión... bueno, todos no, ya que Rodrigo sale a la pata coja y Vargo, sobre los hombros de Markus, el cual no puede contener una risilla al ver que su compañero no soporta ni una sola batalla sin caer desmayado.

La mansión estalla a los pocos segundos de que todos salen fuera, haciendo que muchos se cojan los oidos por la tremenda explosión que ha provocado Peter con sus explosivos, que colocó en plan comando.

El polvo que levanta el derrumbe os deja ciegos durante unos segundos pero estar ciegos os agudiza el oído... y claro, podéis escuchar los gritos de un montón de gente que parece venir subiendo por la ladera de la montaña...

Cuando el polvo desciende al suelo y podéis ver de nuevo, veis a decenas de personas subir corriendo por la ladera de la montaña que sube al cementerio. Los gritos de júbilo se pueden oir por todos lados...

También veis a un animalito... que os mira triste y niega con la cabeza...

Vargo salta de la espalda de Markus, enfadado por su risilla. - ¡Déjame coño! - lo empuja quedándose de pié ya apartado del edificio.

¡Y tu!, ¡¿que miras cabrón?! - le dice al animalito to' enfurecido levantando un brazo con el puño cerrado

Elisabeth se lleva la mano al pecho para intentar recuperar la respiración después de la carrera que se ha pegado. Luego se pone a salvo de cualquier llama que haya cerca y es entonces cuando se da cuenta del gato que los mira negando con la cabeza y lleno de vendajes.

Envía una mirada severa a Vargo cuando le habla en ese tono y luego le da un pequeño golpe con el dorso de la mano en un sitio donde no esté muy magullado.

¡No le digas eso! Pobre animal... Lo mira con dulzura, acordándose al instante de su gata persa blanca... en manos del pirata Supremo.

Una vez se han alejado a una distancia prudencial de la edificación y cuando esta explota Stan deja en el suelo a la chica.

-Vamos, déjame ver eso -dice cogiéndo el relicario con la mano y acercándoselo para ver la foto a la luz del fuego.

¡No lo toques! Son las primeras palabras que se oyen salir de su boca. Palabras que pronuncia a la vez que coge de nuevo el relicário entre sus manos.

Y no se te ocurra volver a tocarme... le dice mirándole de reojo con odio.