Partida Rol por web

Cora empieza a subir con cautela con la intención de colarse en el barco y robar cosas de valor.

Y al fin y al cabo... llego el momento que muchos esperaban...

Las dos embarcaciones en paralelo... una con la proa hacia el norte, la otra con la proa hacia el sur...

Lentamente, ambos navíos se cruzan... muy despacio, por lo que todos podéis ver las caras de todos...

La docena de hombres de la tripulación de Jabob van armados con pistolas y con sables, mientras que el malo más malo, está pertrechado con una especie de espada larga... que impone bastante miedo.

Los hombres de Jacos toman pocisiones junto a la barandilla de la cubierta, dispuestos a saltar al Berenice en cuanto lo tenan a tiro...

Todos tienen una sola misión, capturar vivos o muertos a los hombres de Mery Red... y eso es lo que van a hacer.

Aunque estáis todos concentrados en el ataque, un sonido sordo, como de algo que cae sobre la cubierta os hace girar la cabeza...

Caroline se a tropezado con unos cabos y su lobo le está lamiendo la cara...

Que chica más extraña...

Elisabeth mira hacia Coraline tan solo unos segundos, y vuelve a mirar al frente... ha llegado el momento que esperaba. Ya estaba suficientemente cerca para poder hacer algo más que disparar cañonazos sin ton ni son.

De no se sabe donde, 2 cuchillos aparecen en sus manos. Uno en cada una de ellas. Su mirada se clava en la tripulación del otro barco... pero va más allá. Busca alguna soga que parezca sostener algo importante. Alguna soga que poder cortar y crea el caos en ese navío. Con suerte, una de las grandes velas caería sobre los tripulantes, ganando tiempo y creando algún que otro contratiempo.

Cuando ha localizado su objetivo, los dos cuchillos salen despedidos de entre sus dedos en dirección al otro barco.

El ruido de un golpe resuena detrás de mi. Pero ahora, no es el momento de prestar atención a otras cosas.
La fragata enemiga, se cruza ante nosotros y todos podemos ver, que la tripulación enemiga esta lista para el abordaje.
Pero también podemos ver, que su cubierta humea en los lugares en donde han impactado nuestros proyectiles.
Y también, que ya hay mas de un cadáver tirado por en medio. Elisabeth aprovecha la proximidad de ambos navíos y ya dos de sus cuchillos vuelan buscando un objetivo.
Y yo, desenfundo mis pistolas y, tras apuntar, abro fuego.
Dos de nuestros oponentes parece que han sido alcanzados. Y mientras enfundo y me preparo para repeler el abordaje, digo.
¡Sigamos ablandándolos!. ¡Cuantos menos lleguen hasta nosotros, mejor!. No olvidemos que nuestro objetivo es Jacob. Ese cerdo miserable, ya ha vivido suficiente.

En los segundos en los que el tiempo parece pararse y las tripulaciones se miran las unas a las otras Stan aprovecha para coger el rifle que tiene en su puesto y se aposta para disparar al barco que tienen enfrente.

Pasa la vista por la cubierta hasta encontrar a Jacob y cuando el holandés da el grito de abordaje aprieta el gatillo descargando el arma contra el caitán, al cual impacta.

-¡Chúpate esa Jacob!

Dicho eso se agacha en su puesto para recargar de nuevo el arma y evitar ser visto.

El cielo, eso veía Cora en estos momentos. ¿Un momento? ¿El cielo? ¿Qué narices...? Mierda. Vaya metedura de pata. Solo esperaba que la capitana no lo hubiera visto o ya se veía en el fondo del mar. Aparta sonrojada a su lobo con cuidado, y se queda en un rincón.

En el cielo, que estaba parcialmente despejado, aparece una única nube negra, que casualmente se encuentra encima de Cora. Se encuentra sentada, con el lobo al lado, mirando como si fuera un muerto viviente a todos. Iban a abordar el barco, así que esperaría hasta entonces...

La Capitana apuntó con su pistola, hacia Jacob. Sonrió con su mirada fija en él y tras esto desvió rápidamente a cualquier pirata que intentara subir a bordo por sogas y cuerdas, dispuesta a evitar el abordaje a su Berenice.

De reojo miró a Coraline. Esa chica misteriosa y curiosa...¿A qué estaría esperando? De todos modos consideró que la chica era suficientemente hábil como para sobrevivir por si misma. Volvió a prestar atención a los que se acercaban, empuñando la espada.

¡¡ Uuuuuuu~ !! - gritaba agilipollado Vargo moviendo sus dos espadotes como si de plumas se tratase arriba y abajo, entre emocionado y nervioso.

¡¡ Vengaaaaa~ !! - para quieto y espera a ver quién sería el primer pirata que pondría un pié en el Berenice para cortárlo.

Los piratas de Jacob salen de su cubierta dando gritos y escupiendo al suelo en señal de "que malos que somos los vamos a matar". Algunos se parapetan sobre la barandilla de la cubierta, preparados para saltar al Berenice, mientras otros, cogen sogas de su barco y se preparan para salir volando al mejor estilo tarzan sobre el barco de nuestros aventureros.

Pero en ese momento, los hombres y mujeres de Mery Red reaccionan con celeridad.

Elisabeth hace gala de su buen hacer con sus cuchillos, cortando una de las sogas de los piratas que se lanzaban con ellas, haciendo que uno de estos caiga al agua y quede aplastado entre los dos cascos de lso barcos.

Por otra parte, la Capitana y Peter utilizan sus armas para dar cuenta de tres piratas más, los cuales son impactados en pleno vuelo, haciendo que estos caigan también al agua, pero con la diferencia que cuando sus cuerpos tocan el líquido elemento, ya están más secos que la mojama.

En ese momento, un disparo suena del palo mayor del Berenice. Todos veis como Jacob, en la cubierta de su barco, se lleva la mano a una de sus orejas y luego da un grito atronador. Ha sido Stanley, que desde arriba y con su rifle, le ha volado la oreja al pirata y después se ha escondido para recargar. Spade está a su lado, entre dormido, preparando sus pistolas para cuando llegue el momento.

Vargo no hace nada. Sólo rie. Rie y espera con sus espadas en la mano. Espera que los enemigos crucen a su barco para dar cuenta de ellos. A su espalda esta Rodrigo, el cual también está preparado para lo que se avecina.

Coraline, en cambio, ya se ha recuperado de su caída y enfadada, está lista para realizar cualquier acción beneficiosa para la tripulación y claro, para ella misma.

En ese momento, una escotilla se abre en el Berenice, por la cual se asoma la cabeza de Markus Raven. Al cabo de unos segundos, el pirata sale del escondite con su espada en la mano. Detrás de el, un viejo conocido se asoma, le cierra la bragueta y también sale. Es Iñigo, que se ha unido a vosotros en el último momento.

Carmen también se encuentra lista para el ataque, con el rifle que les arrebato a los muertos vivientes en la mansión de Necros.

Los hombres de Jacob caen sobre el Berenice, encarándose cada uno con un hombre o mujer de la cubierta. En total son seis, ya que cuatro han caido muertos por los disparos y cuchillos arrojadizos...

Hola amigos. Soy Iñigo Montoya. Vosotros no matastéis a mi padre... pero igual deberéis morir. Dice el bigotudo mientras prepara su estoque asesino.

Ya saltan los enemigos sobre nuestra cubierta. Y naturalmente, desenvaino y me apresuro a cargar contra el primero de ellos.
Pero es tal mi ímpetu que, finalmente, es que no se ni donde acabo.

Elisabeth retrocede un par de pasos para poner distancia entre ella y el posible enemigo que se acerque. Preparando de nuevo un par de cuchillos sacados de "quien sabe donde" y agachándose para para no ser un blanco fácil.

A pesar del ambiente en el que se encuentra, rodeada de disputas y heridos, Elisabeth y sus rizos consiguen permanecer con ese aura de elegancia y nobleza, en cada uno de sus movimientos.

Elisabeth lanza dos cuchillos con celeridad, impactando en otro de los piratas que vienen lanzados con sogas hacia el Berenice. En cambio, Peter de Vries se hace un lio con la pistola, con la cual comienza a trastear y al parecer, esa pistola estaba defectuosa ( o no la ha limpiado correctamente ) ya que le estalla en la cara, haciendole una fea herida en el rostro y dejándolo un poco ciego durante unos segundos.

En ese momento, seis de los piratas enemigos que quedan en pie, llegan a la cubierta del Berenice y se disponen a vender cara su vida, matar a los tripulantes de Mery Red y llevarse con vida a las mujeres para que sean las nuevas esclavas del pirata supremo.

Jacob se coloca una venda en la oreja, la cual no deja de sangrar y con su alfanje en alto, comienza a dar órdenes a los tripulantes que quedan es su navio para que carguen los cañones.

Los enemigos que se encuentran en la cubierta, no se dan cuenta de esa orden. Si disparan los cañones de la fragata hacia el Berenice, caeran junto con los piratas de Mery, pero al parecer eso a Jacob le importa muy poco.

Al manipular una de mis pistolas, un resto de pólvora que queda en el mecanismo de percusión, se inflama y una esquirla producto del estallido, me golpea en la cara.
Arrojo la pistola a un lado y mientras que con la mano izquierda me limpio el rostro de sangre, con la derecha alzo mi sable.
Finalmente, la vista se me aclara en el preciso momento en que uno de estos malnacidos, aparece ante mi.
Mi reacción, es instintiva. Lanzo un tajo sobre el pecho de mi oponente y este, retrocede sangrando por su pecho.
Y en ese momento, miro a la fragata que nos aborda y me percato de cierta actividad en su cubierta.
¡Están intentando cargar sus cañones!. ¡Acabemos aquí lo antes posible y devolvamosles la visita!
¡Y si alguien puede, que mate a los artilleros!

No demasiado satisfecha con cómo estan saliendo las cosas, pero sabiendo con la conciencia tranquila que está luchando por su vida, Elisabeth vuelve a agacharse para sacar dos nuevos cuchillos, de sus botas, y lanzarlos al siguiente enemigo que se acerque.

Al oír las órdenes del enemigo de disparar los cañones, Cora corre dónde sus cañones y empieza a cargarlos como antes había hecho. En cubierta poco podría hacer, almenos intentaría hacer el mayor daño posible al barco. Lo hacía de mala gana, pues estaba segura de que en ese barco habría muchas cosas de valor.

Carga el primer cañón, y cada poco tiempo va asomándose a la cubierta, por si alguno de sus compañeros necesitaba ayuda.

Ve.. Le dice a su lobo, haciéndole una seña con la cabeza. El animal no duda ni un segundo en lanzarse al primer enemigo que tiene al lado.

¡¡Me cago en vuestra madre!! - grita Vargo al ver que esos artilleros se están preparando para cargar esos cañones dirijidos hacia nosotros. Acto seguido, con las dos espadas en mano coje carrerilla en la cubierta del Berenice y hecha a correr hacia la borda, posando un pié en el límite y saltando al otro barco pués había poca distáncia entre los navíos. Una vez dentro, a golpe de espadazos se abre camino hacia la artillería enemiga para acabar con los enemigos.

Stan da una patada a uno de los tablones de su puesto para hacer un agujero por el que disparar.

-¡Vamos Doctor! ¡No se quede ahí parado!

Se tumba en el suelo para ganar estabilidad y coloca su rifle apuntanto a la cubierta de la fragata.