Partida Rol por web

Los golpes le llueven a las arañas por todos lados, espadazos por aquí, muerdos por allá, espadados por acullá y cuchillos que vuelan. Lentamente, todas y cada una de ellas, hasta la que escapaba son reducidas a cenizas. Bueno, cenizas no que no son vempiros, a una masa sanguinolienta de color verde mostaza y que huele que alimenta.

Sin embargo, uno de los cuchillos de Elisabeth sale disparado a cualquier parte. Bueno, no, a cualquier parte no, en dirección al perro de Coraline el cual no logra esquivar la certera cuchillada y de repente, se queda sin rabo.

Por lo menos ha sido un corte limpio.

Mientras tanto, los jadeos y gritos de placer se siguen sintiendo y las sombras no dejan lugar a dudas. Lo están pasando muy bien estos dos.

Cita:

Markus se puso en pie y comprobó que toda la tripulación, salvo el pobre perro que le había liberado, se encontraban bien. El pirata puso el filo de la espada sobre su hombro y se dirigió al interior de la cueva.

Dadas las circunstancias, ya tarda más de la cuenta. Murmuró mientras caminaba, decidido.

Rodrigo se une a Markus espada en ristre nada más acabar con las arañas

-si, vamos a acabar con ese bastardo- No tenía más que decir

Elisabeth se encoge de hombros al ver cómo uno de sus cuchillos corta limpiamente la cola del lobo de Coraline.

Bueno... es un cambio de aspecto. No le queda mal.

Mira de solslayo a Coraline y hace una pequeña inclinación de cabeza a modo de disculpa. Al fin y al cabo, sabía lo que era que su mascota sufriera daños...

Se pone en pie y se sacude el polvo de la falda antes de echar a andar tras Vargo y Markus.

Cuando todos salís corriendo tras la capitana y dáis la vuelta a la esquina, veis una escena que, bueno, realmente no deberiáis haber visto.

La capitana está atada de manos contra una pared, de espaldas, mientras que el enano le está dando en las nalgas con su látigo. ¡Con el látigo de la capitana!

Parece disfrutar dejándole marcas rojas en los cachetes del culo y no podriáis decir lo mismo de Mery Red, por que bueno, está amordazada y no puede hablar.

El enano gigante se gira y sonríe.

Veo que habéis matado a mis pequeñas y ahora venís a por mi, ¿no es así? ¿Eh? Dice el enano mientras suelta el látigo y saca su hacha. Pues cuando termine con todos vosotros, me suplicaréis que no os mate.

Raven frunció el ceño y quedó inmovil tan solo un segundo al ver la escena, tras lo que se quitó su chaqueta de teniente y la lanzó con la mayor certeza posible para tapar cuanto pudo el desnudo cuerpo de la capitana.

Muere. Dijo secamente mientras se abalanzaba contra el enano-gigante al cuerpo a cuerpo.

Elisabeth gira la cara al recibir la primera imagen de lo que allí estaba pasando. Y no se atrevea volver a mirar hasta que Markus ha cubierto el cuero de la capitana.

La rubia, furiosa por una falta tan grave hacia el orgullo de una mujer, saca sus cuchillos y los lanza hacia la mano del enano para que suelte su hacha.

Enfermo...

Murmura apretando los dientes, como si escupiera la palabra.

Coraline corre hacia su mascota en cuanto ve lo que ha ocurrido, y cuando se asegura de que está bien mira a Elisabeth de reojo.

¿Es que no había suficientes dianas con las arañas? Suspira y acaricia a su mascota, dándole cariño.

Luego se encamina junto a los demás.

Una mueca de repulsión se dibujó en su cara tras la escena. Iuuuujj... murmura con asco. Cuando sus compañeros empiezan a atacar, ella le hace una señal a su lobo, para que se ponga manos a la obra también. Mientras ella... bueno, ella haría lo que mejor sabe hacer. Para empezar, intentar desatar a la capitana discretamente mientras el enano está ocupado y luego, intentaría robar todo lo que pudiese.

- Jujuju. - Rio con soltura mientras golpeo al enano con mi espadón de metro una y otra vez. Al parecer el primer golpe no hace mella en su armadura, pero el segundo entra bastante bien junto a su pecho.

Miro a Markus y vuelvo a sonreir. - ¿Ya te has desatado, pequeño? Jujuju. -

Rodrigo también intenta golpear con saña al enano, en su mano derecha aferra con fuerza el sable español y sale a la carga, espoleado por su falta de palabra y el trato que le estaba dando a la capitana. Más valía que aquel cabrón no fuera muy resistente o iba a sufrir de lo lindo de manos del oficial...

El enano recibe hasta en el carné de identidad.

Todos, de alguna manera, hacen lo posible para darle por culo al enemigo, el cual está cortado por todos lados, sangrando profusamente.

Pero eso no parece amedrendarlo, ya que aún herido, levanta su hacha y grita...

¡¡¡Ahora veréis lo que es bueno!!!

El enano, ahora gigante, levanta su megahiperhacha y golpea el suelo justo en el centro de donde os encontráis. La onda expansiva parece poca, y se expande hacia todas direcciones.

La mayoría podéis saltar, pero Elisabeth cae presa del terremoto y recibe daño.

Bueno, una mierda de daño, lo cual lo le impide seguir atacando al Gigante.

Tras esquivar de un salto la onda expansiva, Markus intenta volver a la carga rápidamente con su espadón en alto...

Elisabeth se tambalea a causa del movimiento de tierra y pierde el equilibrio cayendo al suelo. Logra apoyar las manos al menos para no dejarse sus preciosos dientes blancos incrustrados, consiguiendo que sólo sus rodillas sufran algo de ese daño.

Será cretino... ¿Cómo se atreve?

No tarda demasiado en levantarse. Estar a cuatro patas no era algo que la hiciera especialmente feliz. Es más, su orgullo estaba herido ahora, no sólo el de la capitana, y ese enano iba a pagar por ello.

Saca dos de sus cuchillos y los lanza sin pensarlo hacia él.

- Jujuju. Vas a morir. - Rie Vargo mientras ataca con sus espadas.

El lobo de Coraline ahora sin rabo, sigue al ataque, mientras ella intenta de nuevo desatar a la capitana aunque ya de paso sigue buscando algo qué robar.

Al final, después de varios intentos, la capitana es desatada y se puede sumar a la lucha. Mientras tanto, los demás se encargar de herir más y más al gigante, que ahora parece muy pero que muy furioso.

Markus Raven, sin embargo, no parece estar pasando por uno de sus mejores momento, ya que en su estocada, su espada se parte en dos, quedándo en su mano solamente su empuñadura, la cual mira extrañado y hasta parece que le pregunta su nombre.

Pero ahora, le toca al enano, que vuelve a levantar nuevamente su hacha enorme y la hace descender hacia el grupo...

¡CLANK! Hace el hacha al golpear el suelo y a levantar las rocas en dirección a Markus, Vargo, Elisabeth y Rodrigo, los cuales son tumbados hacia atrás, dejándolos maltrechos.

Después de desatar a la capitana, Coraline ha desaparecido (por propia voluntad) detrás de unas cortinas, pero su lobo sigue ahí.

Una gran sonrisa se forma en el rostro de Coraline.

Inspecciona de arriba a abajo la puerta y la ruedecita, le llevaría un tiempo averiguar el código.