Partida Rol por web

La doctora se fijó en los ojos de aquel tipo para ver si tenía algún tipo de característica de las drogas mas comunes pero los ojos no estaban rojos y las pupilas dilatadas. Eran blanquecinos, como si fueran los ojos de un ciego solo que las venas se veían oscuras.Pero no había tiempo para hacer un examen completo.

Los cuatro corristeis hacia el coche dejando atrás a esos dos colgados. En la parte delantera estaba el coche, aparcado sobre la valla contra la que había chocado deliberadamente el Mayor y frente al coche había otro de esos hombres. Tenía el aspecto de ser un hombre de aquel vecindario, de mediana edad que parecía normal de no haber sido por la pierna que tenía ensangrentada y que arrastraba con dificultad hacia vosotros.

Tornes se acercó decidido a aquel tipo, dio la vuelta al fusil y golpeó en la cara a aquel hombre con la culata del rifle. No estaba dispuesto a perder a ninguno de sus hombres por ser paciente con alguien que desde luego no escuchaba lo que se le decía.

Deberías haberte quedado quieto.

Echó los brazos hacia atrás y le golpeó en la cara cuando lo tuvo a la distancia adecuada.

Vamos, entrad en el coche.

Sus palabras resonaron junto al sonido del golpe.

Nutty se sento en la parte trasera, bajando la ventanilla, tras decirle a su compañero. Miller, hoy te toca conductor designado, colega.

Miró por la ventanilla, tras amartillar su pistola, para asegurarse que no veía enemigos.

Sargento, una paradita en un Seven Eleven o cualquier sitio con medicinas vendría de perlas. Y, visto lo visto, una droguería con productos químicos haría las delicias de un servidor. apuntó.

Elizabeth se subió rapidamente al asiento trasero del coche, sin mirar siquiera si había algo dentro y automaticamente se puso el cinturon de seguridad. Sin embargo tras sopesarlo unos segundos se lo desabrocho. No la apetecía nada que se atascase en un mal momento.

Productos quimicos ninguno, pero medicinas-Elizabeth sacó de la mochila el botiquín de primeros auxilios que la habían dado antes de salir a aquella misión suicida- aquí tengo unas cuantas, cortesía de los jefes.

A mi, con llegar a la maldita ZA antes de tener que usar esos productos me vale

¿Y los sacas ahora, guapa? preguntó Nutty a la científico rebuscando el botiquín, en busca de antibióticos y anestésicos. Mataría por un par de vicodines. cuando se dio cuenta de lo que había dicho, en la situación en la que estaban y sonrió a la doctora con un No literalmente, por ahora.

Tornes golpeó la mandibula del hombre herido con la culata. Un fuerte crujido sonó y el hombre cayó hacia atrás por el impacto al no poder apoyarse en la pierna. Pero, lejos de mostrarse herido, el hombre empezó a levantarse de nuevo mientras emitía un extraño gemido, podía verse como la mandíbula se le había fracturado y le colgaba abierta mientras os miraba con la mirada perdida.

Blam!-restalló la ametralladora de Miller saltándole la cabeza en pedazos, partiendola como un melón maduro desde la mandíbula hasta arriba. El cuerpo cayó hacia atrás y no se volvió a mover.

-Lo siento jefe, pero ese tipo era hostil y no atendía a razones. Si el mando quiere explicaciones después de toda esta mierda estaré encantado de explicarles por que he disparado en defensa propia-replicó el soldado antes de que Tornes pudiera decirle nada.

Tornes se giró y no dijo nada mientras se metía en el coche. Pero aquello era un mal presagio, Miller había desobedecido una orden directa. El hombre estaba  en el suelo y no suponía una amenaza para llegar al coche, sin embargo le había disparado.

Vamos a tener un grave problema antes de irnos de este pueblucho.

Arrancó el motor y empezó a maniobrar para dirigirse al centro. Destino. La oficina del sheriff.

Al ver como reventaba la cabeza de aque´hombre y el aire se llenaba de sangre, la doctora no pudo evitar pegar un salto dentro del coche y sentarse acuclillada en el gran asiento mirando al suelo y tratando de respirar con normalidad. Cada vez la resultaba todo más dificil de soportar y temía que en cualquier momento romperia a llorar o quedaría inmovilizada en medio de aquel infierno.

Pero que demonios es esto

Tornes no estaba de humor, parecía que hoy era el día que le tocaba tener la regla.

Nutty se acurrucó en su asiento, agradecido de descansar.

Se dio un par de palmaditas suaves. No te duermas, colega. se dijo en voz alta, afectado ya por el disparo.

Doctora, donde nos lleve Bautista. señala a Tornes. Le agradecería que localizaramos lo primero un buen botiquín.

Cuando el coche se puso en marcha había más personas. Algunas salían de algunas casas y otras vagaban por las calles hacia el coche. Podíais ver por el retrovisor del coche como lo seguían, a paso lento, y como poco a poco se iba congregando una pequeña multitud detrás de vosotros que por suerte ibais dejando atrás. La radio del coche lejos de dar la noticia hacía el mismo sonido que vuestras radios, algo hacía que las hondas de radio no funcionasen en la zona. 

A medida que os ibais adentrando en el centro de la población el camino se hacía mas complicado de transitar con el coche. Muchos otros vehículos estaban abandonados de cualquier manera en mitad de la carretera con las puertas abiertas. Los restos de sangre por el suelo ya se habían fundido con aquel paisaje que llevabais viendo desde hacía unos minutos. Todas las personas que observabais parecían presentar el mismo comportamiento lo cual dificultaría aún mas la tarea de saber que estaba ocurriendo.

Tornes observó por el retrovisor como aquellas personas se iban congregando al ruido del coche. Parecían estar completamente idos, como los tipos de la casa. Fuera lo que fuera lo que había afectado a aquellas personas estaba claro que lo había hecho con todos los habitantes del pueblo. Suponían un peligro para el grupo, pero ¿cómo actuar contra ciudadanos americanos? No podían abrir fuego así como así contra aquellas personas...

Tal vez tirándoles un cubo de agua a la cara despierten.

Pensó de forma sarcástica cuando pensó en los que había golpeado con la culata del rifle y aún así habían seguido avanzando hacia él. Miró a la parte de atrás para dirigirse a Nutty.

De momento nos dirigiremos a la oficina del sheriff. En cuanto podamos contactar con el exterior iremos al centro médico del pueblo. Puede que allí...

Un fuerte golpe cortó la frase del Sargento Mayor.

Al girar para no chocar con un coche Tornes no puedo evitar chocar con una chica joven que, aturdida y drogada, caminaba por la carretera y que no había visto por el mismo coche. La chica chocó contra el cristal y cayó en un lado quedando tirada en medio de la carretera. La luna del coche había quedado agrietada por lo que, unido al resto de problemas de conducir en aquel pueblo, se hacía mas complicado aún el manejo del coche.

Elizabeth pegó un bote que llegó hasta el techo del coche al darse cuenta de lo que habían hecho y no pudo evitar la tentación de bajar la ventanilla para ver si la chica seguía viva

Nutty iba medio amodorrado en su asiento, sabía que lo que mejor podía hacer ahora era descansar todo lo posible para cuando volviesen a tener acción.

Cuando notó el impacto, volvió a abrir los ojos, apuntando con la pistola en dirección al golpe por pura inercia.

Joder, Miller, suelta una ostia a ese cristal con la culata para que Tornes pueda ver. indico a su compañero mientras miraba por su ventana la situación.

Tornes detuvo el coche.

¿Estáis todos bien?

Miró por el retrovisor para ver si la chica se movía.

No la he visto. Intentando esquivar todo lo que hay por aquí tirado... maldición.

Miller se recostó en el asiento y di un par de fuertes patadas a la luna del coche que salió volando.

-Hecho-dijo con una sonrisa.

Dios, cualquiera diría que se sacó el carnet de conducir en Canadá. bromeó Nutty, con una mano en la herida y la otra en el arma.

Detrás, tumbada en la calle se podía ver a la chica que había quedado tendida junto al coche que había provocado el accidente y no se movía. Por el contrario varias personas se dirigían hacia vosotros a un paso lento y calmado, pero aunque estaban lejos estabais seguros que eran de esos tipos. Se movían como si fueran zombies de una película antigua, y fuera cual fuera la droga que los había llevado a ese estado se movían con la misma calma y lentitud que en el mayor estado de relajación. Quizás eso fuese lo que evitaba que notasen el dolor de las horribles heridas que cubrían sus cuerpos.