Partida Rol por web

Gracias por la preocupación chico peliverde - Que pena no saber el nombre del chico pero era bueno que la gente se preocupara - disculpa Ryu - busco a Ryu entre los presentes - Te quiero retar por el título de Maestro siniestro

Himitsu vió a Chartreuse acercarse. ¡Oh, hola! Le contestó. ¡No, no es ningún problema! ¡Sólo es Izzy, el líder de Tipo Psíquico, que- Algo le interrumpió. Drama. El chico tenía un sexto sentido para detectarlo.

Para su más absoluta desgracia, la conversación terminó antes de que él pudiera inmiscuirse. Menuda pena. _{Si, si realmente no crees que se merezca el título, siempre puedes retarle por él.} Dijo por lo bajini. Esa era la idea, ¿no? Si este tipo, quien quiera que fuera, realmente tenía 6 Pokémon de tipo Bicho, debería ser él quien tuviera el título. Eso, y Himitsu tenía una ligera sed de sangre.

Tardó un poco en enterarse de que había interrumpido su propia conversación para meterse en esa otra. Chartreuse le estaba haciendo una pregunta.

¡Ah! ¡Sí, sí! ¡Izzy! ¡Que es un pelmazo de tío! Durante todo el combate ni me ha mirado, ni ha reaccionado de ninguna manera. Todo el tiempo ahí en su oficina desordenada, trabajando y dejando que sus Pokémon lo hicieran todo. Incluso cuando ha perdido, ni caso. "Coge la medalla y largo". ¡Si que, si que le quita la gracia a los combates, ese imbécil!

Chartreuse se vio animada de saludar Himitsu, hasta que escuchó a otros dos entrenadores entrar en discusiones, argumentos y hasta insultos. Con todos eso, se vio sorprendida de como el ambiente en el centro cambiaba, del espacio amistoso y de relajación a uno más digno de una batalla pokemon. Por suerte, Kenryu intervino calmando la situación.

La entrenadora hizo una mueca al escuchar las palabras casi murmuradas de Himitsu sobre el asunto. -No siempre se trata de cantidad. Sino de la habilidad que tengas para sacarle provecho a un tipo de pokemon. Azura tiene todo el derecho a presumir si es una buena entrenadora. Y a mí me consta que lo es. Me gano el título de Maestra Planta, a mí, Chartreuse, la Promesa de Hoenn -dijo eso último sin una pizca de humildad y procedió a levantarse en con sus manos en la cintura en una pose heroica, sin embargo, sus piernas cedieron por el cansancio y tuvo que aferrarse al sillón nuevamente-. ¿Has ido al Gimnasio Cuento? Si vas, te recomiendo ir preparado es un camino muy, muy... muuy largo.

-Ese Izzy sí que suena a un pelmazo -Chartreuse asintió, algo molesta sólo de imaginar a ese líder de gimnasio tan poco profesional-. Con esas ni siquiera dan ganas de ganar la medalla. Es más, ¡eso ni siquiera suena como una batalla! ¡Argh! ¿Porque ponen a gente así a dirigir un Gimnasio Oficial?

Algo sonrojado por los nervios que le causaba hablar con gente nueva para el, se acerco a Tarako, te debo una disculpa, tras mi derrota en el Gimnasio Verde me enfoque demasiado en mi siguiente paso para poder mejorar, pero si aun estas dispuesto, yo estoy listo para combatir por el titulo de maestro acero

No te preocupes. Le contestó un sonriente Tarako al chico de pelo verde. El reto de los gimnasios también es más importante para mi. ¡Libremos ese combate! Dijo animado ofreciéndole el puño para chocar y cerrar el reto.

Mientras espero la respuesta de Ryu veo la lista de gimnasios - Iré a este, claro que sí - digo apuntado con el dedo un gimnasio de tipo Acero

Ryu estaba algo perdido por el centro pokemon, evaluando como hacer frente al alto mando cuando la entrenadora de pelo azul llegó hasta él. eh, dijo girandose sonriendo hasta ella, Claro, estoy deseando seguir enfrentando los títulos de tipo, ¿siniestro entonces?, que sepas que fue el pokemon con el que inicié esta aventura. Dijo sonriendo, dando la sensación de que no era ningún tipo de amenaza ni nada similar, sino que realmente disfrutaba de los combates ganara quien ganara.

Kenryu sonrio ante la amabilidad y alegria mostrada por Tarako y aunque tardo un poco respondio el choque de puños, ¡gracias! vamos entonces, luego tomo su pokeball y la dedico unas palabras, confio en ti Shoko, para luego salir del centro pokemon y lanzarla de la cual salio un Lucario lleno de animos para combatir.

Ryu llegó con su primera derrota en el alto mando bajo el brazo, enfermera Joy, puede curar a mis pokemon, creo que están doloridos. Comentó algo decaído aunque sin perder la sonrisa.

Veamos, iba comentando al aire mientras miraba los gimnasios, creo que este estará bien. 

Últimamente pasaba más tiempo en el centro pokemon que combatiendo. Pataleaba frustrado tirado en el sillón mientras decidía su nuevo destino. La derrota le había dolido, había sido muy peleado. Para cuando la enfermera Joy le llamó para que recogiera a sus pokemon recuperado ya tenía un lugar fijo en mente - Amigos, vamos a por el otro gimnasio normal - Anunció a las pokebolas de sus compañeros, y salió corriendo hacia allí.

El peliverde regreso al centro pokemon, Señorita Joy, cure a mis amigos por favor, la enfermera se acerco sonriente hasta que noto un cierto rasgo de tristeza en su cara, claro, que ocurre Kenryu, el chico responde a la pregunta, es solo que no he logrado encontrar a un nuevo compañero que me ayude a derrotar a la señorita Jessie, a demás también quisiera derrotar a Giovanni, pero empiezo a temer no poder volverme un entrenador digno del respeto de ella, Joy le responde, no deberías decaer tan fácil, una mala racha le puede pasar a cualquiera, él la vio, tiene razón señorita Joy, y acompaño sus palabras con un gran sonris.

Las puertas del centro pokemon se abrieron dejando ver a un chico de cabellos azulados cubiertas con una gorra que estaba girada hacia atrás,con las manos en los bolsillos el joven entrenador empezó a caminar hacia el interior del edificio sonriendo de una forma bastante gentil bastante emocionado por haber empezado su viaje,cada paso que el entrenador daba para avanzar estaba acompañado por varias miradas a los demás entrenadores que se encontraban en el lugar.

Es un placer conoceros me llamo Daiki Yukimura- El chico se presento llevando su puño derecho junto a una gran sonrisa levantando sus propios ánimos acelerando un poco el paso hasta llegar al tabloide donde estaba toda la información de los gimnasios echándole un rápido vistazo a cada uno de ellos inclinando su cuerpo sin mover los pies del lugar -Se ven difíciles- Como si de un niño pequeño se tratara dio un pequeño giro y camino en dirección a la salida tambaleando su cuerpo un poco con cada paso apretando los puños -Buena suerte a todos- Fueron las ultimas palabras de Daiki antes de que las puertas del centro pokemon se cerraran a sus espaldas.

Por casualidad, Kenji había oído las palabras de Kenryu sobre su intención de enfrentar a Giovanni y su actitud negativa debido a una mala racha, así que se acercó a él para intentar consolarla.

- Hola de nuevo pelo lechuga. - Llamó la atención de Kenryu colocándose cerca suya. - He escuchado que quieres enfrentar a Giovanni. Si quieres, podría ayudarte con tu estrategia pues precisamente vengo de enfrentarme a él. Por cierto, me llamo Kenji. 

Kenji se ahorró el comentario sobre su victoria, pues no quería ni dar falsas esperanzas a su compañero ni mostrar un atisbo de superioridad. 

Kenryu se sorprendió de escuchar la propuesta de Kenji, pensando que quería que se hiciesen amigos, claro, el consejo de un amigo siempre viene bien, por el momento estaba pensando ir a visitar al gimnasio viento

Kenji ofreció a Kenryu hablar en un sitio más privado, principalmente para no molestar a los demás entrenadores. Una vez en un rincón del propio centro pokémon, mientras descansaban sobre unos sillones, Kenji empezó su discurso. 

- No te miento cuando digo que mi combate contra Giovanni fue el más difícil hasta el momento, su estrategia es destructiva y te pondrá contra las cuerdas desde el primer momento, si es que no acaba el combate nada más empezar. 

Antes de seguir hablando, pensó que tal vez aquellas palabras desmotivaran a su compañero así que intentó cambiar el discurso a uno un poco más empático. 

- Aunque sólo enfrenté a cuatro de sus pokémon, quizás te pueda ayudar si me cuentas tu estrategia a seguir durante tus combates. 

Kenryu vio a su compañero entrenador y un poco desconcertado respondió, ¿Mi estrategia? por el momento Meitsuki, una Gardevoir, es quien se especializa en los ataques especiales, Konami, una Vaporeon, es quien resiste mejor los ataques en especial los ataques especiales y por ultimo Shoko, un Lucario es el que ataca físicamente, trato de que mis compañeros manejen diversos tipos de ataque y tengan formas de recuperar energía, después de un breve, silencio el chico pregunto, entonces ¿que me recomiendas?

- Pinta complicado, pues nada más empezar el combate se evocará una tormenta de arena que dañará a tus pokemon. - Respondió Kenji y tras meditar un poco, continuó. - El pokémon que me pareció más fuerte de los presentados por Giovanni fue un Krookodile, un poderoso atacante físico que con su terremoto podría dañar gravemente a tus pokémon, que no destacan por su defensa física. Además, si debilita a algún pokemon su ataque se hace todavía más monstruoso y puede que ya no tengas muchas opciones de vencerle si eso ocurre, pues no es un pokemon precisamente lento. Quizás pudieras arriesgar a debilitarle con un movimiento lucha de tu Lucario si confías en su velocidad, pero si fallas todo se volverá más difícil. 

- Tu vaporeon también debería funcionar bien contra sus pokemon de tierra, pues su Nidoking, Gliscor y Hippowdon son sensibles al agua, aunque en la tormenta de arena te será más difícil golpear a Gliscor. Como ya dije, no es un combate fácil y puede que con esos tres pokémon no seas capaz de derrotarlo ahora mismo, así que puedes pensar en fortalecer tu equipo antes de hacerlo. 

La conversación no había sido muy alentadora, pero esperaba haber podido ayudar a su compañero. 

Si, también creo que no estamos listos para ello, gracias por tu apoyo.

Por ahora buscare otro objetivo, espero podamos hablar nuevamente en otra ocasión, después de eso Kenryu sale del lugar camino a su siguiente destino.

Kenji volvía al centro pokémon con sus compañeros más heridos que nunca. La última pelea había sido brutal y había acabado con un montón de pokémon debilitados, sin embargo la suerte había estado de su lado y se había alzado con la victoria en un combate muy reñido donde unos errores estuvieron a punto de hacerle perder.

Tengo que plantear una mejor estrategia, estos rivales no perdonan los errores. - Pensó mientras ojeaba la lista de gimnasios. 

Una vez hubo fijado su objetivo, pensó que con sus pokémon tendría algo de desventaja, pero no le importó, pues a los demás había ido con supuestas ventajas y se habían acabado volviendo en su contra, así que probaría de nuevo su suerte en el gimnasio de tipo lucha. 

Tarako llegó como siempre al centro pokémon, sonriente. Las ocho medallas que lucía en la pechera no eran para menos. 

El muchacho pelirrojo llevó a sus compañeros a curarse, los necesitaba en la mejor de sus formas para lo que venía ahora. Ahora llegaba lo verdaderamente importante, la Liga Pokémon. 

Miro el cuadro de gimnasios para ver a quien quería retar y no tardó en decidirse. Con sus compañeros como nuevos se dirigió a su objetivo, el gimnasio Poni. Un gran reto para una nueva etapa en la competición.

El joven entrenador regresa alterado con la enfermera Joy, por favor señorita Joy cure a mis amigos, al tiempo que hablaba extendía sus pokeballs a la chica quien respondió con una sonrisa, claro estarán listos en un momento.

Mientras esperaba el chico se puso a pensar con murmullos sobre como debería proseguir, _{esa batalla realmente no me ayudo en mi búsqueda, además cada vez estoy mas lejos de poder impresionar a la señorita Jessie y le estoy fallando a mis amigos ¿pero como podria mejorar?} en ese momento la alegre enfermera lo saco de sus pensamientos con sus palabras, tus Pokemon ya están listos, Kenryu volteo a verla, muchas gracias señorita Joy, le respondió con una dulce sonrisa.