Partida Rol por web

Al fin llegó Sylver al gimnasio Gres, Estaba ansioso por empezar, por lo que tal vez no se habia preparado decentemente. Pero siempre habia pensado que con ingenio y suerte podria salir de cualquier situacion. 

- Asi es Milo. Yo soy Sylver, de la region de Hoen. Tengo muchas ganas de demostrar al mundo que yo y mis pokemon podemos ser los mejores. - Dije, con total y absoluta confianza. 

Dicho eso, Milo lanzó su pokeball y presentó a su pokemon. Evidentemente uno de tipo planta. Pero uno que Sylver no habia visto nunca. Sacó su pokedex y le informó de que era un pokemon planta/hada. Menuda su suerte... Tenia una ventaja tremenda contra su Salamance... A Sylver le dio la sensacion de que este seria un combate de pura velocidad. Quien antes atacara, antes venceria. 

- Ve a por él, Dracarys! - Gritó a la vez que lanzaba su pokeball. Salamance parecia enorme frente al pequeño rival. - Parece pequeño, pero no te confies. -  Pensé un instante y decidí como actuaria. Por el momento iria sobre seguro. - Dracarys, Colmillo Igneo! 

Que el gimnasio Gres fuera uno de los gimnasios con más puntuación no era una simple casualidad. Milo sabía como defender su gimnasio y como evitar que cualquier pokemon pudiera derrotarle. Estaba preparado contra una gran variedad de ataques y la velocidad de su pokemon bajo la luz del sol era lo que terminaba por darle siempre la victoria.

Y así fue, Whimsicott empezó a recibir la energía del sol del gimnasio haciéndole más ligero y subiéndole la velocidad y entonces creó una gran esfera rosada que impactó de lleno en Salamence.

Desde que se habían descubierto los pokémon hada, no hace muchos años, habían sido un tipo de lo más efectivos contra los dragones y los siniestros. Esos pokémon ya no resultaban tan poderosos como antes y terminaban por caer ante movimientos como esos.

Lo lamento. Pero mi Whimsicott ha sido especialmente entrenador para enfrentarse a dragones. Pero quizá tengas más suerte con mi compañera Mimi y la medalla Inocencia. Dijo ofreciéndole una copa de vino dulce para hacer las paces.

Sylver se quedó de piedra al ver caer a su Salamance de un solo ataque. Habia pensado que tal vez en un gimnasio de tipo planta podria vencer, pero no habia contado con un pokemon tipo planta/hada. Su pobre Salamance caido y derrotado tenia un aspecto terrible... corrió  a abrazarlo tan pronto Milo dio el combate por finalizado. Con palabras suaves trató de reconfortarlo... - Lo siento, Dracarys... No habia contado con esto... Es culpa mia... - Sylver se levantó triste y declinó la copa de vino que le ofrecia Milo. Era un buen ganador. - Gracias, pero no bebo vino. Y gracias por el consejo. Lo intentaré. - El entrenador derrotado sacó la pokebol de Dracarys y señaló con ella a su pokemon. - Dracarys vuelve. - En cuanto estuvo ya en la pokeball, a salvo le susurré. - Vamos a ir a curarte. Mientras descansa... 

Sylver se despedió de Milo con un apretón de manos y saló triste del gimnasio. 

 Milo suspiró profundamente en cuanto vio llegar al entrenador que tenía frente a él. El joven de pelo verde se hallaba sentado en un campo de hierba junto a una cesta y un mantel de cuadros, mirando a la puerta por la que acababa de entrar. En lo alto del gimnasio se podía ver un hermoso cielo azul con un potente sol que calentaba la piel de todos los presentes.

Bienvenido a mi gimnasio, mi nombre es Millo y este es el gimnasio Gres. Veo que ya tienes tres medallas, así que la Medalla Rama será la cuarta por la que optarás. Entendido. Dijo poniéndose en pie para prepararse para el combate. Lucharemos dos contra dos y el que derrote a cuatro pokémon vencerá, y por cierto, no habrá cambios posibles en este combate. Así que elige bien. Dijo sonriente y con buen ánimo mientras se retiraba un pequeño palito de hierba seca. Después se agachó para tomar una botella de vino y servirse una copa para finalmente sacar un par de pokéballs y lanzarlas al aire. 

¡Bien, Whimsicott! ¡Demuestra a este entrenador de lo que tú eres capaz! ¡Tú, también, Serperior!

Un camino normal, por fín, Iba susurrando Ryu tras su último combate. Al llegar a la curiosa estampa, ya daba por hecho que el clima estaría en favor del lider, aunque pensando rápido, Ryu tomó un par de decisiones mientras el rival sacaba a sus dos pokemon.

Adelante Hydreigón!, Jumpluff Tú también!

Así, salió primero el imponente dragón, apareciendo por detras de su espalda, también volando el pequeño Jumpluff.

Hydreigón, Usa lanzallamas, destruye a Serperior!

Jumpluff, Tú usa Somnifero sobre Whimsicott!, Duermele y haz que su regla de no poder cambiar se vuelva en su contra!

Millo sonrió al ver que uno de sus primeros adversarios era Hydreigon, el pobre no tendría nada que hacer contra su pokémon hada y la actuación por su parte fue más que clara. ¡Whimsicott, acaba con Hydreigon de un solo golpe! ¡Usa fuerza lunar! La velocidad que le otorgaba el sol al pokémon le llenó de energía y actuó más rápido que cualquiera provocando un poderoso ataque hada que derribó al dragón de un único impacto. Supongo que contabas con que tu pokémon fuera más rápido que el mío. Dijo lamentando la decisión de que su adversario se lo hubiera puesto tan fácil escogiendo a un pokémon tan vulnerable contra el tipo hada.

Serperior, ahora ha llegado tu turno, usa pulso dragón contra ese Jumpluff. Una potente llamarada de color azul salió de la boca de Serperior que de no haber derrotado con anterioridad a Hydreigon hubiera impacto sobre él. El golpe no fue demasiado fuerte, así que Jumpluff trató de contraatacar durmiendo a su enemigo pero sin ningún éxito. Ryu, ¿no sabes que los movimientos de esporas o polvos no afectan a los tipo planta? Le preguntó sorprendido al ver que él también poseía un pokémon de tipo planta.

Ryu bajo la cabeza, en una mezcla de sorprendido y avergonzado, al fin y al cabo era nuevo en esto, pero eso no significaba que tuviera una escusa. 

Pensó en retirarse, pero quería poder remontar, también era parte de entrenar el superar las adversidades, así forjaria una relación con sus pokemon basada en el esfuerzo. Este combate de una manera u otra sería una lección que Le acompañaría durante toda la liga. 

Adelante metagross! Da todo de ti como están haciendo tus compañeros. 

Usa puño hielo en Serperior! Tú Jumpluff, usa drenadoras en Wimsicott! No tenía muy claro si drenadoras si funcionaria, pero era un combate de aprendizaje, el rival había dicho polvos y esporas, y claramente no lo eran. 

La aparición de Metagross en el campo de batalla provocó que Millo torciese el rostro de preocupación. La presencia de aquel pokémon metálico provocaba cierta frustración en el entrenador pues no sabía cómo iba a ser capaz de derrotarlo. Empezó a pensar y a dar varias vueltas a su cabeza para crear la estrategia necesaria para ganar aquel combate. Por fortuna, la velocidad seguía estando de su parte.

¡Whimsicott, aunque no le haga demasiado daño, golpea a Metagross con tu Rayo Solar! ¡Debemos debilitarle cuanto antes o su fuerza nos devastará! Aquel movimiento habitualmente tardaba mucho más en cargar, pero el sol que brillaba en lo alto del gimnasio provocó que se cargara con más velocidad y golpease en el mismo turno. Serperior, tú también, provoca una fuerte lluvia de hojas sobre él. De su boca empezaron a salir montones de hojas que lograron hacer varios cortes en el pokemon de metal, pero ni con ambos golpes tan potentes lograon tumbar a Metagross. Millo tenía razón, aquel pokemon para temerlo de verdad.

Una vez más Ryu cometió un error con su Jumpluff al intentar lanzar el movimiento drenadoras sobre un pokémon planta pues volvió a fallar. Millo sonrió pero no le dijo más, creía que al ver el resultado sería suficiente para que aprendiese y supiese el error que había vuelto a cometer.

Y dado que Metagross aún seguía en pie, aprovechó para contraatacar con su puño de hielo, un movimiento perfectamente fuerte contra los pokémon de planta de Millo. El impactó recayó sobre Serperior que a duras penas logró aguantar el golpe y se mantuvo en pie. Metagross era un hueso duro de roer, pero su Serperior también lo era y pretendía luchar hasta el final.

El siguiente ataque causaría la destrucción de Metagross, y Jumpluff apenas tenía velocidad.

Me rindo, eres sin duda el mejor líder contra el que he luchado en esta liga, espero que en algún momento en nuestro futuro me des la revancha. Dijo mientras devolvía a sus pokemon a sus pokeball. 

Lo habéis hecho bien, aún no estamos preparados para esto. Bien hecho chicos. 

Les decía a sus pokemon mientras se acercaba al líder ofreciéndole la mano, había sido mejor y merecía el respeto. Veía a Millo como el futuro, como una lección. Con optimismo. 

 Milo suspiró profundamente en cuanto vio llegar al entrenador que tenía frente a él. El joven de pelo verde se hallaba sentado en un campo de hierba junto a una cesta y un mantel de cuadros, mirando a la puerta por la que acababa de entrar. En lo alto del gimnasio se podía ver un hermoso cielo azul con un potente sol que calentaba la piel de todos los presentes.

Bienvenido a mi gimnasio, mi nombre es Millo y este es el gimnasio Gres. Veo que ya tienes una medalla, así que la Medalla Rama será la segunda por la que optarás. Entendido. Dijo poniéndose en pie para prepararse para el combate. Lucharemos dos contra dos y el que derrote a ambos pokémon vencerá. Dijo sonriente y con buen ánimo mientras se retiraba un pequeño palito de hierba seca. Después se agachó para tomar una botella de vino y servirse una copa para finalmente sacar un par de pokéballs y lanzarlas al aire. 

¡Bien, Whimsicott! ¡Demuestra a este entrenador de lo que tú eres capaz! ¡Tú, también, Serperior!

Esta vez Tarako sólo iba concentrado en el combate, meditaba continuamente sobre los tipos y debilidades que podían hacerle más daño y en parte sabía que se había arriesgado, pues los planta eran efectivos contra garfio. Sin embargo, cuando Milo saco el Whimsicott su peores temores se cumplieron, pero eso no  lo desanimo, sino todo lo contrario. 

Con una gran sonrisa y la mirada más decidida que había tenido nunca se presento a su oponente. Mi nombre es Tarako, encantado. El joven se situó en su lugar correspondiente del campo de batalla y saco a sus pokemon. Adelante chicos. Vamos allá de nuevo. Les dijo alentándolos mientras lanzaba sus dos pokeball. Garfio y Ryu aparecieron y saludaron a su dueño con entusiasmo, se notaba que no querían que se repitiera lo de la última vez.

Cuando el combate comenzó, Tarako ya tenía la estrategia en su cabeza y no dudo en ordenar a sus pokemon rápidamente para que saliera como el queria. Lucario, onda vacío contra el Whimsicott. Garchomp, tú tambien, acaba con ese Whimsicott con tu colmillo igneo. Con esto Tarako esperaba acabar rápido con su mayor escollo en el combate, confiaba en que sus pokemon aguantarán más que en la anterior batalla.

El brillante sol que había en el campo de batalla cargó de energía rápidamente a Whimsicott que no tardó ni un momento en hacer caso de la orden que Millo le dio: ¡Adelante, Whimsicott, ese Garchomp seguramente sea muy poderoso y tiene que ser cosa tuya! Acaba con él. Luego miró a su Serperior que le acarició en la mejilla para después darle también una orden. ¡Serperior, lanza llueve hojas sobre Lucario! ¡Acabemos con esto cuanto antes!

Ambos pokémon, que poseían una velocidad muy superior a los de Tarako se abalanzaron contra sus rivales para acabar con ellos. Pero su sorpresa llegó cuando Lucario sabía un movimiento que les pillaría por sorpresa y que golpeó de lleno a Whimsicott sin que éste fuera capaz de esquivarlo.

Whimsicott golpeó con toda la fuerza que pudo con un movimiento de tipo hada, que Garchomp, gracias a su increíble salud pudo aguantar aunque quedó muy debilitado. La cara de Millo fue de auténtica sorpresa, pues confiaba en que lograría abatarirle de un solo golpe.

La lluvia de hojas de Serperior golpeó a Lucario, que tampoco llegó a debilitarlo, pero eso sí que se lo esperaba el entrenador de tipo planta, pues sabía que sus movimientos no eran muy potentes contra el acero. Pero la lluvia de hojas, lejos de desgastar la potencia de Serperior le hizo aún más poderoso logrando que se convirtiera en un enemigo difícil de abatir.

Por fin había llegado el momento de Garchomp que gracias a su resistencia había logrado sobrevivir al golpe. El dragón clavó unos colmillos ardientes sobre él que por culpa del sol ardiente que había en el cielo y del ataque anterior de Lucario debilitó al instante a Whimsicott. 

Ya solo quedaba Serperior en aquel combate, pero Millo había decidido continuar la batalla. Su pokémon estaba en un más que perfecto estado de salud y con su ataque mejorado, y ambos pokémon de Tarako habían sido heridos. Aquel combate aún estaba lejos de tener a un claro ganador.

El gran aguante de Garfio había puesto a Tarako y su equipo en ventaja, ahora era dos contra uno, pero el joven no se confiaba pues el pokemon de su rival estaba intacto y los suyos heridos, sobretodo su querido Garchomp. 

¡Garfio aguanta un poco más! Lo animoó con todas sus fuerzas antes de ordenarle el siguiente ataque. Hazlo igual de bien con otro Colmillo Igneo sobre Serperior. Tarako sabía que eso no iba a gustar a Millo pues igual que con Whimsicott eso podría acabar con su otro pokemon, por lo que decidió cambiar de estrategia con Lucario, puesto que no creía que la velocidad fuera a ser clave esta vez. ¡Ryu! ¡Tú atácalo con Esfera Aural! 

Tarako no tenía claro que el combate fuera a terminar tras esta ronda de ataques, sin embargo, salvo que Millo se guardara una gran sorpresa, si que confiaba en que durara un poco más, pues como demostraba su enorme sonrisa se estaba divirtiendo de lo lindo.

Millo sabía que tenía que quitarse de en medio a Garchomp a pesar de que estuviese muy debilitado. Si no lo hacía corría el riesgo de que repitiera el movimiento de tipo fuego y lo debilitase exageradamente. Lucario también podría suponer un peligro, pero lo cierto es que hasta donde él sabía, no poseía ningún movimiento que fuera peligroso para Serperior. ¡Repite llueve hojas sobre Garchomp! Sigamos potenciando tu ataque y acabemos con él para después hacerlo con Lucario!

Tal y como había dicho el líder, Serperior lanzó sus hojas con más fuerza que antes dejando al dragón totalmente inconsciente. Tarako, que ya se imaginaba lo que iba a pasar decidió cotraatacar con la potente esfera aural de Lucario que lo dejó gravemente herido.

El combate había quedado reducido a un "uno contra uno". Lucario era capaz de ejecutar un movimiento mucho más rápido que Serperior, pero ¿sería suficientemente fuerte como para debilitar a serperior? De lo contrario, el pokémon planta cuyo poder se había intensificado muchísimo gracias a su habilidad respondón acabaría de un golpe con Lucario siempre y cuando éste no fuera capaz de esquivar el golpe.

Todo ocurrió como Tarako había imaginado y su pobre Garchomp estaba fuera de combate. Agarro su pokeball y la dirigió a él. Vuelve Garfio. Lo has hecho genial. Le dijo mientras se colocaba la pokeball de nuevo.

Ahora sólo eran Ryu y él y Serperior y Millo. Ambos pokemon estaban heridos y este iba a ser el ataque definitivo, sólo había una opción de golpear primero y hacerlo era la única forma de tener alguna opción de ganar. ¡Termina con él, Ryu! ¡Onda Vacío! El joven ordenó el ataque a su pokemon con la esperanza de que fuera suficientemente fuerte para derrotar a Serperior, pero igualmente, de no hacerlo, no importaría, pues habría sido un gran combate justo a sus valientes pokemon.

El combate estaba de lo más igualado. Ambos entrenadores dieron sus órdenes a la vez pero Lucario fue un poco más rápido. Una esfera que combinaba a la perfección luz y oscuridad salió de las manos del pokémon de acero mientra que una potente lluvia de hojas salió del alargado cuerpo de Serperior. Ambas impactaron una contra la otra y generaron una enorme explosión que nubló por unos momentos el campo de batalla.

Ni Millo ni Tarako eran capaz de ver lo que había pasado hasta que no se despejó y cuando eso ocurrió lo que se encontraron fueron dos pokémon tirados en el suelo gravemente debilitados. Millo contuvo la respiración esperando que alguno de los dos pokémon reaccionase, y una sonrisa se dibujó en su rostro cuando comprendió que quien había abierto los ojos y se había incorporado a duras penas había sido Serperior. ¡Buah! ¡Hacía tiempo que no disputaba un combate tan igualado! ¡Enhorabuena, ha sido muy emocionante! Y creo que igualmente te mereces la medalla Rama. Aunque te la de, no se considerará una derrota para mi marcador. ¡Así que mis felicitaciones! Y esto es para ti:

Cuando se disperso la nube de humo y Tarako vio a Lucario totalmente debilitado echó rápidamente mano de su pokeball y la dirigió a él. En cuanto Serperior se puso en pie y hubo perdido el combate hizo volver a su pokemon. Muchas gracias Ryu, has hecho un gran combate. 

Tarako se sintió tan emocionado como Millo por el combate. Comparado con sus anteriores combates que fueron por la vía rápida, este había sido un combate emocionante e intenso, como hacia tiempo que no había tenido. ¡Si! Ha sido genial, muy intenso. Contestó a Millo con el mismo tono de emoción. No la merezco, no he ganado... Comenzó a decir haciendo aspavientos en cruz con las manos, reacio a obtener la medalla. Sin embargo, no estaba en su capacidad decidir si la obtenía o no, así que rápidamente estiro la mano y la cogió. Está bien. Muchas gracias Millo. Le tendió la mano al joven en señal de respeto, mostrándole una sonrisa de oreja a oreja. Millo no solo había demostrado ser un gran rival, sino que además demostró ser un joven amable y generoso. Tarako se fue muy contento, más por haber conocido a un joven tan bueno como Millo que por el combate o la medalla obtenida.

 Milo suspiró profundamente en cuanto vio llegar al entrenador que tenía frente a él. El joven de pelo verde se hallaba sentado en un campo de hierba junto a una cesta y un mantel de cuadros, mirando a la puerta por la que acababa de entrar. En lo alto del gimnasio se podía ver un hermoso cielo azul con un potente sol que calentaba la piel de todos los presentes.

Bienvenido a mi gimnasio, mi nombre es Millo y este es el gimnasio Gres. Veo que ya tienes una medalla, así que la Medalla Rama será la segunda por la que optarás. Entendido. Dijo poniéndose en pie para prepararse para el combate. Lucharemos dos contra dos y el que derrote a ambos pokémon vencerá. Dijo sonriente y con buen ánimo mientras se retiraba un pequeño palito de hierba seca. Después se agachó para tomar una botella de vino y servirse una copa para finalmente sacar un par de pokéballs y lanzarlas al aire. 

¡Bien, Whimsicott! ¡Demuestra a este entrenador de lo que tú eres capaz! ¡Tú, también, Serperior!

Zakkai debía admitir que de todos los gimnasios que habían visto hasta ahora este era el más hermoso,con un gran Prado y clima perfecto realmente era el aspecto de un líder de tipo planta.

Zakkai saludo al líder y saco a sus Pokémon para combatir -Soy Zakkai y vengo por la medalla rama- una ves ambos sacaron a sus Pokémon Zakkai no dudo en ordenar su ataque -Kommo-o usa Cola de Hierro,Aggron usa puño Hielo contra Whimsicott.

La luz del sol bañó los pétalos de Whimsicott y recargó de energía al pokémon dotándole de una extraordinaria velocidad. Whimsicott, acaba con Kommo-o de un solo golpe. Es fácil para ti. Y tú, Serperior, usa tu lluvia de hojas contra Aggron, y hazle el mayor daño posible.

Millo sabía lo vulnerable que era el dragón luchador de Zakkai contra movimientos de tipo hada y por eso ordenó hacer aquel ataque el primero. El pokémon golpeó con una potente luz granate que dejó inconsciente de un solo golpe a Kommo-o siendo éste incapaz de haberlo esquivado.

Serperior también siguió las instrucciones de Millo y empezó a agitar su cuerpo para desprender una ingente cantidad de hojas que dañaron el duro golpe de Aggron, aunque no fue lo suficiente para derrotarlo pero si para dejarlo bastante herido.

Y ese fue el último momento para que Aggron hiciera algo en aquel combate y con la poca energía que le quedaba propinó un fuerte puñetazo helado contra Whimsicott que ni siqueira llegó a debilitarle.

Finalmente, Millo ordenó un par de ataques combinados contra Aggron que finalmente lo debilitaron.

Lo lamento, le dijo Millo a Zakkai mientras se acercaba para darle un par de bayas a Aggron y a Kommo-o. Has arriesgado mucho trayendo un pokemon dragón y un pokémon de tipo roca a mi gimnasio. Es habitual que los pokémon de tipo planta sepan movimientos de tipo hada. De ahí que te haya ganado sin mucho esfuerzo. 

Espero que te dirijas a ver a Mimi cuando tengas un grupo más variado y mejor equipado. Le dijo realmente triste porque Zakkai hubiera perdido tan rápido.