La enfermera Joy había ido recibiendo uno por uno a todos los entrenadores que habían llegado al Centro Pokémon. Iba tomando nota del nombre, apellido y el pokémon que iba a usar en la Arena de Combate. Aquel centro era exactamente igual que todos los que anteriormente habían visitado. La única diferencia era el tamaño y que en los extremos del mismo había 18 tubos con carteles y cada uno de ellos señalaba un tipo de pokémon.

Pidió a todos los participantes que se acomodaran en los sofás que había en la sala de espera y sacó un mando para encender la televisión que había en la sala.

La imagen del aparato electrónico era un listado relacionado con las reglas del Battle Royal y las dejó ahí varios minutos para que calaran en todos ellos.

Reglas del Battle Royal

• Cada participante sólo podrá tener un único pokémon en juego. Y éste siempre irá fuera de su pokéball. Guardar al pokémon en su pokéball provocará que el entrenador quede descalificado de la competición.
• Cada pokémon tiene tres vidas. Si esas tres vidas son gastadas, el entrenador quedará fuera de la competición.
• Si un entrenador es derrotado será trasladado automáticamente al Centro Pokémon donde podrá permanecer un máximo de dos turnos antes de ser teletransportado a una sala aleatoria. Y perderá todos los objetos que tuviera quedándoselos así el entrenador que lo hubiera vencido.
• En el Centro Pokémon están prohibidos los combates. Cualquier pelea que se desarrolle allí implicará la expulsión del entrenador que la inició. Cualquier entrenador puede dirigirse hacia el centro pokémon y curar allí a su compañero. Pero para eso tendrá que encontrarlo.
• Si dos o más entrenadores se encuentran en la misma sala. Podrán suceder las siguientes cosas
  • Combatir: Si el entrenador quiere combatir, tendrá que lanzar 2d100 indicando en el motivo el movimiento que usará y el objetivo al que irá dirigido. Ese post deberá ir "solo al director"
  • Hablar: Si el entrenador quiere hablar, posteará automáticamente y podrá hablar de lo que quiera.
  • Un entrenador habla y el otro quiere combatir: Si ambos no actúan de la misma forma. El entrenador que quiere combatir tendrá que dar margen a su oponente para:
    • Enviar a su pokémon al combate.
    • Huir: En ese caso, tendrá que hacer una tirada de "1d10+Rapidez". En ese caso el otro entrenador podrá:
      • Dejar que huya. En ese caso podrá actuar de forma normal. Y solo podrá huir por la puerta por donde ha venido.
      • Evitar que huya. Para eso lanzará un ataque (Físico o Especial) seguido de una tirada de Rapidez. Si es mayor que la tirada del que huye, el ataque tendrá efecto y evitará que el entrenador y su pokémon salgan huyendo.
• Si un pokémon derrota a otro pokémon recibirá 15 P.E. en el STAT más alto que tuviera su oponente. (Es decir si derrotas a un pokémon con el Ataque más alto que las demás, tu pokémon aumentará 15 PE en ese STAT). Los PS no se tendrán en cuenta y no podrán aumentar. 
  Además, podrá cambiar uno de sus movimientos por otro que pudiera aprender del mismo tipo que el pokémon derrotado. Es decir que si tu pokémon puede aprender "Pistola agua" y tu pokémon derrota a un pokémon de tipo agua, podrás añadir ese movimiento a tu lista cambiándolo por otro.
• Si un entrenador permanece más de tres turnos en una sala en la que no hubiera ningún combate, su pokémon sufrirá cada turno un daño equivalente al 25% de sus PS.
• Están prohibidos usar los movimientos de los pokémon fuera del combate. Para superar cualquier problema que haya en la Arena de Combate, usaremos los valores agilidad, percepción... etc.
• Los objetos sí que se pueden usar fuera del combate. Si queremos equipar o dar uno de nuestros objetos a nuestro compañero, gastaremos un turno por objeto en hacerlo (hay que tener en cuenta la limitaciones de turnos dentro de las salas). Es decir, que si queremos usar una "Hiperpoción" y ponerle una "megapiedra" gastaremos dos turnos en hacerlo.
• Los entrenadores son libres de unirse y formar equipo, pero no hay que olvidar que el objetivo final es ser el ganador y es para lo que los entrenadores han ido al battle royal. Así que tarde o temprano habrá algún tipo de traición ya sea fuera o dentro del mismo combate. (¡Habrá que darle salseo a esto! XD)
• Cada turno que un jugador no postee será un turno perdido, si está en medio de un combate sufrirá el daño del ataque y él perderá el turno. Si pasan 4 turnos seguidos sin postear y sin haber avisado, el entrenadpr quedará automáticamente descalificado de la competición. Si por el contrario he sido avisado, el entrenador será enviado al Centro Pokémon donde permancerá hasta su regreso. Allí estará un máximo de cuatro asaltos más antes de ser descalificado. (Independietemente de si se me avisó o no de la ausencia).
• El ganador o ganadora del torneo recibirá el "PRIMER TROFEO DEL BATTLE ROYAL" (Quien sabe, si me gusta la partida y el sistema puede que la repita y puede que esto influya).

Echadle un vistazo a las normas del Battle Royal y cualquier cosa o duda que tengáis os la trataré de resolver de inmediato. Además, estas reglas pueden irse actualizando sobre la marcha, pero podréis verlas desde cualquier lugar de la Arena en el que os encontréis.

Es un buen momento también para hablar, charlar y conoceros mejor. Recordad que es un torneo pokémon y que aunque el objetivo sea conseguir el Primer Trofeo de Battle Royal nada os impide que de aquí salga un buen amigo o un compañero de viaje.

Con una sonrisa se sentó en una mesa debajo del televisor para resolver cualquier duda que le quisieran plantear los entrenadores.

En cuanto estén todas las dudas resueltas os indicaré cuál será el paso previo al combate.

Al terminar la explicacion de la enfermera Joy se dirigio calmadamente a uno de los sillones donde sento y empezo a leer las reglas del torneo. Los segundos pasaban y los unicos sonidos que hacia eran unos que daban entender que estaba entendiendo las reglas. "Aha", "Ummm" Sonidos sencillos, al pasar el minuto y medio hablo de una forma que se dirigia asi mismo "No parecen tan complicadas estas reglas. Me pregunto que tan grande sera el terreno donde estaremos y que clase de pruebas nos presentaran" Al terminar dirige su mano  derecha hacia su barbilla con una expresion que demostraba una reflexion. Solo le quedaba meditar hasta que se le ocurriera alguna inquietud, todavia habia tiempo por lo que empezo a prestar atencion a las demas personas en el cuarto por el momento lo unico que podia captar era su apariencia le llamo la atencion la chica de pelo negro con dos coletas pero evito mantener la mirada como respeto, nadie le ha de gustar que te observen por mucho tiempo o eso pensaba el. 

Mientras estaban en la fila, anotandose con la enfermera Joy, Rakan notó que la mayoría de los participantes eran mayores que él. Se intimidó un poco, pero luego de la explicación de la enfermera, retomó sus ansias de participar. Sin si quiera revisar las reglas (o en su caso, tomar mucha atención a lo que explicaban) se sentó en uno de los sillones mientras, con ambas piernas, golpeaba la parte frontal inferior del asiento, en señal de ansiedad.

El rubio miró a su alrededor nuevamente. Intentó fijar la mirada en los chicos de su edad, quizás era buena idea entablar una conversación previa con alguno. Se aprontó a una chica rubia, al parecer había alcanzado a escuchar su nombre mientras estaban en la fila.

-¡Hola!- Dijo con una gran sonrisa a la chica. -Tu debes ser Kumi Hoshi, ¿No? Escuché tu nombre mientras nos registrabamos- continuó mientras le extendía la mano y decía -Mi nombre es Rakan Jinguji, ¡mucho gusto!- se emocionó, diciendo lo último a todo volumen. 

Por su parte Kumi estaba algo nerviosa, como si no supiera dónde se estaba metiendo o en qué se estaba apuntando; y el hecho de ignorar por completo las reglas y a la misma enfermera Joy no ayudó que la situación de comprensión del entorno que la rodeaba fuera a mejor. Al contrario, parecía haber perdido su oportunidad de enterarse de que este "Battle Royale" no era un concurso de pasteles con la ayuda de Pokemon.

-Un Pikachu -dijo fijándose en la estatua de Pikachu- ¡Pero qué adorable!.

Entonces interrumpieron su enajenación mental con una presentación, a lo que la joven, lo único que pudo hacer fue girarse y encontrarse la mano a unos pocos centímetros de su cara; por desgracia para ella, tampoco parecía haber escuchado al joven amable que tenía al lado, por lo que se limitó a sonreír y a dar la mano.

-¡Alola! -Dijo apretando y levantando y bajando la mano de forma energética- ¡Soy Kumi Hoshi, pero puedes llamarme Kumi!. ¿Serás mi pinche de cocina?. ¡Espero que sí! ¡Tenía pensado hacer un pastel de limón de Pikachu! ¡A todo el mundo le gusta el limón! ¡Y los Pikachus! ¿A ti te gustan los Pikachus!. ¿Y el limón?. ¡¿Y LOS PIKACHUS?!.

Los ojos de la joven se abrieron como platos mientras sus pupilas se dilataban y esta se acercaba cada vez más al otro joven, mirando desde abajo los cristalinos ojos azules de su compañero, tratando de llenarlo de emoción por los Pikachus. Pues, si no era evidente, ella adoraba a los Pikachus. De hecho, tan ilusionaba estaba que agarró la mano del joven con ambas manos mientras la acercaba a su pecho, todo sin dejar de mirarle con una amplia sonrisa.

Llegó el ansiado día en el que el futuro de Lara podía estar un poco más cerca.
La situación económica familiar no era especialmente buena y tenía el sueño de estudiar arqueología en una prestigiosa universidad con la especialidad de fosiles pokemon. Su única opción era conseguir una de las becas que se otorgaban a aquellos entrenadores que obtuvieran medallas en torneos, y el Battle Royal era su primera aportunidad antes de acabar el último curso.
Tras marchar de su casa despidiendose de sus padres llegó al Centro Pokemon. Ya había mucho revuelo en la ventana de inscripción, asi que cerró los ojos un instante, respiró profundamente e intentó liberarse de los nervios que notaba en su estómago.

"-Vamos Lara, estás preparada y Rhyperior está de lo más motivado, podemos hacerlo".

Abrió los ojos y miro detrás de ella para sonreir a su pokemon, pero para su sorpresa lo descubrió dormitando, apoyado en una columna mientras otros entrenadores se divertían viendo como una pequeña pompa de su nariz se inflaba y se desinflaba al ritmo de su respiración. Los colores de la vergüenza asomaron en las mejillas de Lara que no sabía donde meterse.

"-¡¡¡GEODA!!!....", aquel grito sacó súbitamente al pokemon de su estado de ligero letargo, haciendo que perdiera el equilibrio y callera de bruces contra el duro suelo. Algunas risitas comenzaron a escucharse entre el grupo de curiosos, "...¿como puedes quedarte dormida en un momento como este mentecata?, sabes que me estoy jugando mi futuro en este torneo y...". La retaila de reproches continuó un rato más mientras comenzaron la replicas de la enorme pokemon en actitud sumisa y apesadumbrada, "-Ryphe, ryphe".

Aquel bochornoso espectáculo duró lo que tardó Lara en darse cuenta de que todos los del hall les prestaban atención. Fue suficiente para que la chica agachara la cabeza, y seguida de su pokemon se inscribiera en el torneo y se escabullera en la sala de espera.

Al fin había llegado a ese Centro Pokémon. El viaje desde Teselia había resultado algo pesado para Arion, pero supo que había merecido la pena nada más llegar. Mientras se colocaba en la fila para que la enfermera Joy lo registrara, estuvo observando lo enorme del lugar. Las reglas eran sencillas, no había mucho que aclarar acerca de ellas, pero le llamaron especialmente la atención esos extraños tubos con los símbolos de los 18 tipos de Pokémon. Era probable que fueran una parte importante de este torneo, por lo que estuvo analizando que posibles tubos escogería al iniciar todo esto. Tras registrar su nombre con la enfermera, se apartó un poco de todo el gentío y se sentó en uno de los varios sofás que suele haber en los Centros Pokémon.

Con los brazos cruzados y expresión indiferente, comenzó a analizar a los que serían sus oponentes en aquel torneo. El primero que llamó su atención fue un chico rubio bastante ruidoso, se había presentado casi a gritos a una joven que iba peculiarmente vestida, por decir poco. Si la fijación de esa chica con los Pikachu era tan fuerte como parecía, era más que probable que ese fuera su Pokémon. No representaría un riesgo para él, siempre que tuviera cuidado. Un fuerte estruendo lo sacó de sus cavilaciones. Al mirar a un lado pudo ver a una chica echarle la bronca a su Pokémon, un Rhyperior "¿Ya ha sacado a su Pokémon? El torneo aún no ha empezado, no veo motivos para revelar a mi compañero tan pronto" fue su primer pensamiento. De cualquier forma, aquello sólo le convenía, ya podría pensar en alguna estrategia contra ella.

Arion cerró los ojos y suspiró, comenzando a impacientarse, gesto que expresaba moviendo levemente su pie arriba y abajo. Se moría de ganas de enfrentar a aquellos entrenadores, así podría hacerse más fuerte y estaría más cerca de completar su venganza. Porque sí, quería hacerse con el título de este torneo y demostrar su habilidad y fuerza, pero sobretodo quería fortalecerse más y más, siempre teniendo en mente su primer y más importante objetivo. Volviendo a abrir los ojos, se dedicó a observar al resto de participantes para distraerse hasta que esto diera inicio.

Por fin había llegado el día en el que el aburrimiento había llegado a su fin ¡iba a participar en el primer Battle Royale de la historia!

Cualquiera del resto de participantes podía ver su emoción, pues Jorge no paraba de andar para arriba y para abajo, lleno de emoción y nerviosismo. ¡¿Cuándo demonios iban a empezar?! Gracias a los cielos, llegó la enfermera Joy ¿sería alguna de las que trabajaba en Kanto? ¿O era una de las tantas hermanas que aún no había conocido?

Cuando terminó de parlotear y Jorge leyó las normas de arriba abajo, con cara de bastante cansancio, pues leer no era lo suyo, saltó en medio de todos y se presentó. - ¡Hola a todos! ¡Soy Jorge Joyero, aunque mis amigos me llaman JoJo! ¡Espero que pasemos una agradable velada y me proporcionéis unos combates interesantes! ¡Me muero de ganas por saber como lucháis todos los presentes! - era un tipo ruidoso, pero una sonrisa en su cara mostró que sus intenciones eran buenas.

El día del Batlle Royal había llegado y un montón de entrenadores estaban allí apuntándose. Isao se quedo mirando las normas y leyéndolas detenidamente. Cuando leyo que el pokemon debía ir a fuera, dejóp ir una sonrisa de alegría. Saco de su mochila una pokeball y la lanzo a su lado. Allí apareció un majestuoso Greninga. Miro la pantalla de normas y le puso su mano en el hombro, el chico le contesto con una mirada. Habían viajado tiempo juntos y muchas veces con una simple mirada sabían entenderse. A veces le confundía saber si estaba tratando con un pokemon o un ser humano. Pero no le preocupaba nada, a su lado tenia un amigo y compañero.

¡Siendo libre estarás más en tu salsa, Gri! Si ganamos, demostraremos a mi padre mi valía como entrenador. Le dijo con confianza.

Antes de apuntarse se acerco a esa niña encantadora.

No estaría mal hacer algún contacto.

Hola, me llamo Isao. ¿Sabes cocinar? ¿Te salen bien los postres de limón? Le preguntó con una sonrisa esperando hacer alguna amistad.

Abiko se sentó en uno de los sofás cuando se lo indicaron y atendió a todas las indicaciones. Sin duda era el mayor de los que allí habían pero eso no le avergonzaba si conseguía ganar el torneo de Pokemon Royale, sus infructuosos años como entrenador de zubats en el MtMoon quedarían atrás y comenzaría de cero su carrera pokemon por todo lo alto.

Trató de no girar la cabeza cuando el resto hablaban pero no podía evitar mirar de reojo. No era de buena educación en Kanto mirar directamente a los ojos y se preguntaba de donde vendrían todos aquellos muchachos. En cualquier caso, éste era un centro pokemon donde siempre estaban prohibidos los duelos pokemon, así que por fin se decidió a girar la cabeza para observar a algunos de los presentes y sus pokemon.

Observó a aquel Greninga y al Rhyperior y apretó los dedos contra sus rodillas - Maldición, esos pokemon parecen muy fuertes

Por fin había llegado el día del Battle Royal. Al parecer había bastante gente, con paso decidido entró al centro Pokémon con su fiel compañera. Se coloco en la fila.

Buenos días, mi nombre es Haru Tsuki. Quería inscribirme en el torneo.

Una vez inscrita se sentó en uno de los sillones e hizo hueco a speon para que se pusiera con ella mientras miraba al resto de posibles participantes.

Rin entró con seguridad en el centro Pokémon, había entrenado muy duro para este torneo, y se sentía preparada. El momento de demostrar a su familia que no era una inútil, como la habían llamado en repetidas ocasiones, había llegado. En la entrada fue recibida por la doctora Joy, quien apuntó todos sus datos, y le instó a sentarse en uno de los sofás del centro. Una vez allí sentada, Rin leyó atentamente las normas del torneo, y, al terminar, estudió con curiosidad a los que, más tarde, serían sus contrincantes. Aunque le sorprendió ver cómo dos de ellos dejaban sueltos a sus pokémon, su rostro siguió impasible. Así que, un Rhyperior y un Greninja... interesante. 

Al notar la mirada de otro de los entrenadores, Rin giró la cabeza rápidamente, y le guiñó el ojo coquetamente, para después reírse levemente. Poco después, sus ojos repararon en un joven de blanco que parecía moverse algo impaciente. Estaba ansiosa por enfrentarse a todos ellos, y demostrar de lo que era capaz. Una vez escudriñados sus futuros rivales, sacó su cuaderno de bocetos, y comenzó a dibujar al Rhyperior que andaba suelto.

Lara observaba al resto de inscritos al torneo, aunque realmente todos se observaban mutuamente. Le resultó curiosa la actitud de uno de ellos en particular, una chica con un larguisimo cabello azabache que mantenia sujeto con sendas coletas a ambos lados de la cabeza. La chica parecía haber posado su atención sobre Geoda y daba la sensacion de estar... ¿dibujándolo?
No podía negar que sentía orgullo de que su pokemon atrajera tanta atención así que decidió devolver algo de gratitud ofreciendo una buena postura.

"-¡Geoda, posa para nuestros amigos. Enseñales tu grandeza!"

El pokemon siguió las instrucciones de su entrenadora sin rechistar mientras Lara aprovechó para acercarse a la joven desde un lateral.

"-Valla, tienes un talento natural. Si tu pokemon tiene la mitad de pericia en el combate que tu en el dibujo serás una contrincante formidable en el torneo. Por cierto me llamo Lara, Lara Hiromi", y le tendió la mano con una leve inclinación respetuosa de cabeza y una sonrisa en el rostro.

Observo como la situación se desenvolvía alrededor, había terminado de leer las reglas y buscaba disfrutar de este corto tiempo de paz. Le sorprendió la acción de un par de competidores de revelar sus pokemon en este momento pero a él le daba igual verlos ahora o en el evento también alcanzo a escuchar el entusiasmo de la chica fanática de pikachu y el joven que se le acerco pero no dio mucha importancia.

Entre los dos pokemon le sorprendió más ver al Rhyperior y lo consideraba un gran rival para el torneo, continuo observando cuando en un momento el jura haber visto como la chica le guiña forma coqueta para luego sonreír y empezar hacer un dibujo, no sabía a ciencia cierta pero se dirigió para introducirse aunque no tan rápido como la chica del Rhyperior que empezó a presentarse y escuchar su nombre.

Espero unos segundos para acercarse a las dos chicas con suficiente espacio para iniciar una conversación “Mucho gusto, me presento también, Yoel Bennet, pero pueden llamarme Yoel”  Tenía una sonrisa amigable y calmada, dirigió una mirada inquisitiva a la chica que al parecer hacia un boceto de Rhyperior, todavía no lo alcanzaba a observar. Claramente esperaba conocer el nombre de la chica que le llamo el interés. “Debo decir que tienes un impresionante compañero” Comento a la chica del Rhyperior.

Isao se le acercó a Kumi, por lo que esta dando un salto por la sorpresa de que alguien más se hubiera fijado en ella, teniendo en cuenta los poderosos pokemons que estaban pululando por el plató del concurso -que quizás no sea de cocina-, era algo que infló levemente su ego, y a su vez sus mofletes.

-¡Ey! -Exclamó encarándose desde abajo a aquel nuevo chico- ¿Eres mi amigo o enemigo?. ¡No revelará el secreto de echarle una capa de gratinado de limón por encima al pastel, a mis enemigos!. Oh... no... -Su cara se transformó en desesperación de un instante y comenzó a temblar al darse cuenta de sus error, con lágrimas en los ojos, cogió las manos de Isao- ¡Di que no eres mi enemigo! ¡Di que no eres mi enemigo! ¡Di que no eres mi enemigo!.

¡Júralo por Pikachu!

Tras eso señaló a la pequeña bolsa (con forma de Pikachu) que tenía colgada en su costado izquierdo, la cual, al nombrar a "Pikachu", esta comenzó a moverse lentamente, como si un pequeño Pokemon estuviera ahí, desperezándose de lo que podría ser un cierto letargo.

Los gritos de un chico bastante ruidoso llamaron la atención de Arion, o más bien el foco de su molestia. Ignorño el saludo del chico y miró a otro lado, no le gustaba la gente tan ruidosa. Esta vez se fijó en otro chico que tenía un Greninja a su lado, ese sí que sería un duro rival, debía de tener cuidado con él. Se fijó entonces en que la chica del Rhyperior se acercaba a una morena que parecía estar dibujando algo, ¿acaso se trataba del Rhyperior? Eso parecía por las poses que estaba poniendo el Pokémon.

Movido por la curiosidad, y en parte por el aburrimiento, se levantó de su asiento silenciosamente y caminó disimuladamente hacia ese grupo. Quería ver el dibujo, pero no le apetecía entablar conversación con ellos, por lo que intentaría no ser visto. Rodeó al grupo y se colocó tras el sofá en el que estaba sentada la chica morena dibujando. Entonces se acercó disimuladamente al sofá, poco a poco, como si fuera un acercamiento más fortuito que voluntario, con la intención de mirar con encima de su hombro lo que dibujaba.

Pero el destino no estaba de su parte. Cuando le faltaba poco para llegar, se tropezó con una silla y cayó en dirección al sofá. Por suerte, logró agarrarse al respaldo de éste, justo detrás de donde la chica estaba sentada. "Oh mierda" aquello sin duda llamaría su atención. Adiós a su plan.

-Eh... lo siento, he tropezado.- dijo simplemente mientras miraba a otro lado. Ni siquiera sabía porqué se había excusado, no es como si tuviera que darle explicaciones a ninguno de los presentes acerca de lo que hacía.

La reaccion de aquella niña emociono a Isao. Su reaccion ante si era amigo o enemigo le dejo ir una sonrisa mientras entre suplicas le acaracio la cabeza como si fuera un pokemon. Se agacho y le hablo para estar mas a su altura.

Sabes Kumi, eres una niña muy simpatica. No me considero enemigo de nadie, pero sabes bien de que va el torneo y es inevitable que nos tengamos que enfrentar tarde o temprano. Pero no me importa hacer equipo si me prometes hacerme uno de esos pasteles tan ricos.

El show de Geoda parecía estar causando el efecto deseado, atrayendo la atención de los entrenadores.

Cita:

"-Muchas gracias Yoel por tu comentario, lo cierto es que estoy muy orgullosa de Geoda, la mayoría de las veces...", echó una mirada inquisitiva a su pokemon para comprobar que seguía cumpliendo sus órdenes, "...¡Uis! que maleducada soy, no me he presentado, mi nombre es Lara, Lara Hiromi, es un placer conocerte", y repitió el gesto de saludo que anteriormente compartió con la talentosa dibujante.

Michiko entró en el lugar un poco tímida, porque no conocía a nadie. Vió a mucha gente allí, todos parecían venir a lo mismo que ella. Había gorras con pokebolas por todas partes, jaleo de algunos pokemon, y se escuchaban también algunas charlas.

Estar sola nunca se le dio bien, así que respiró hondo y caminó hacia el mostrador, donde había más gente.

-¡Hola! -dijo como saludo general.