El tubo del centro pokémon ascendió en el mismo momento en que se cerró la puerta de cristal. Una sensación de temor y nervios inundó su estómago. ¡Era la emoción del principio! Segundos después se encontraba en un extraño lugar:

Había llegado a la cueva del dragón, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, era como si miles de ojos les estuvieran observando. Por lo demás era un lugar lleno de piedras y rocas que fácilmente podría confundirse con un lugar dedicado a ese tipo. Había muchas zonas oscuras y recónditas y parecía que en cualquier momento algún pokémon pudiera atacarle.

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

El estómago de Arion se revolvió un poco cuando la puerta del tubo se cerró y éste comenzó a ascender. Cerró los ojos durante unos segundos para evitar, o al menos disminuir, cualquier sensación de mareo que pudiera surgir. En un santiamén, llegó a un lugar desconocido y volvió a abrir los ojos. Aquel lugar era curioso, parecía una zona montañosa, estaba llena de piedras y recovecos. También podía ver 4 portales de colores, pero aún era pronto para pensar en marcharse de allí.

-Lo primero es lo primero.- dijo recordando las normas del torneo. Tomó la Pokeball de su cinturón y la lanzó al aire, liberando así a su majestuoso compañero. Su Salamence apareció en un brillo de luz, soltando un rugido feroz -Vamos compañero, investiguemos un poco.- decidió el joven mientras echaba a andar seguido por su fiel Pokémon. Buscaría detrás de cada piedra y en cada hueco, quizá con un poco de suerte encontrara el objeto que le hacía falta para fortalecer a su amigo.

Salamence y Arion se pasaron un buen rato buscando entre los recovecos de la cueva. Tras acabar bastante cansado se dieron cuenta de que allí no había nada, y si lo había, no habían sido capaces de encontrarlo.

Tras un buen rato de búsqueda, Arion no dio con nada más que piedras. Viendo que aquello no estaba resultando, miró a sus alrededores mientras pensaba alguna otra forma más efectiva de buscar. No tardó mucho en venirle la inspiración, y en pocos minutos ya se le ocurrió algo.

-Ya sé, Drake, vamos a buscar los dos juntos desde el aire.- dijo el joven mientras saltaba a lomos de su Pokémon y éste emprendía el vuelo. El dúo comenzó a buscar cualquier pista desde el aire, bajando a comprobar cuando creían ver algo. Arion esperaba que siendo dos pares de ojos desde el cielo pudieran hallar algo bueno.

Volando juntos desde el aire pudieron ver algo que brillaba detrás de una roca. Salemence aterrizó y Arion recogió un objeto que por lo visto se trataba de un Restaura Todo. Un objeto que podría ser usado tanto dentro como fuera del combate para recuperar toda la salud del pokémon y curarle todos sus estados. ¡Un objeto que podría ser muy útil si se usaba bien!

Tras recoger el objeto el portal amarillo brilló por un instante y tras él apareció Kumi Hoshi acompañada de un Mimikyu. Un segundo después brilló el portal rojo y apareció Jorge con su Machamp. Y por último el que brilló fue el portal Verde y apareció Rakan con su Ampharos.

Había llegado a la cueva del dragón, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, era como si miles de ojos les estuvieran observando. Por lo demás era un lugar lleno de piedras y rocas que fácilmente podría confundirse con un lugar dedicado a ese tipo. Había muchas zonas oscuras y recónditas y parecía que en cualquier momento algún pokémon pudiera atacarle.

Esta vez la sala no estaba vacía, allí se encontraba, Rakan junto a su hermoso Ampharos, Arion con un impresionante Salemence y Jorge con su Machamp, pero no parecía que aún estuvieran combatiendo.

Había llegado a la cueva del dragón, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, era como si miles de ojos les estuvieran observando. Por lo demás era un lugar lleno de piedras y rocas que fácilmente podría confundirse con un lugar dedicado a ese tipo. Había muchas zonas oscuras y recónditas y parecía que en cualquier momento algún pokémon pudiera atacarle.

Esta vez la sala no estaba vacía, allí se encontraba Rakan con su hermoso Ampharos, Arion con un impresionante Salemence y Kumi junto a su Mimikyu, pero no parecía que aún estuvieran combatiendo.

Había llegado a la cueva del dragón, allí había cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. En ese lugar había una extraña sensación, era como si miles de ojos les estuvieran observando. Por lo demás era un lugar lleno de piedras y rocas que fácilmente podría confundirse con un lugar dedicado a ese tipo. Había muchas zonas oscuras y recónditas y parecía que en cualquier momento algún pokémon pudiera atacarle.

Esta vez la sala no estaba vacía, allí se encontraba Jorge con su Machamp, Arion con un impresionante Salemence y Kumi junto a su Mimikyu, pero no parecía que aún estuvieran combatiendo.

¿Combate a cuatro?

¡Hey! - se acercó sin hacer demasiado ruido a los demás. - ¿A quién le hace un duelo? Porque un combate a cuatro me parece un poco sucio si tres deciden aliarse solo para hundir a uno... - dijo Jorge con algo de miedo - Aunque Arion, en esta sala estás muy fuerte ¡no sería justo! - rió. - De los otros dos acepto de cualquiera un duelo. Y si Arion decide lanzarse a por mi... ¡Supongo que mi mejor amigo serán mis piernas!

Se rascó la cabeza. - Por cierto ¿habéis encontrado algo útil? Yo en la habitación anterior solo encontré un... Bueno sitio para echar una cabezada.

Por su parte, la pequeña Kumi parecía estar algo asustada e incluso algo confusa con toda la situación que estaba ocurriendo a su alrededor; por suerte su Pokemon estaba a salvo de todas esas miradas indiscretas que, desde los cielos, parecían estar observándoles.

-¿Combate? -Preguntó rascándose el cabello dorado por debajo de su capucha de Pikachu- Pero si nadie tiene comida... ¿Cómo vamos a hacer una guerra de comi-

Los ojos de Kumi se iluminaron al ver que, entre aquel grupo de chicos, se encontraba no otro que Rakan, por lo que, sin siquiera pensárselo dos veces, corrió hacia su amigo y lo abrazó.

-¡Estás aquí! -Dijo mientras aún tenía su cara aplastada en el pecho del hombre- ¡No encontré ningún ingrediente en la zona en la que estaba y no sé dónde puede estar el limón! ¿Por donde has venido? ¿Había limones?.

Finalmente su búsqueda había tenido éxito y había encontrado algo, aunque para nada era aquello que estaba buscando en un principio. Tras guardar el objeto en su mochila, se percató de que los portales comenzaron a brillar y se puso en guardia con su feroz dragón detrás de él.

Observó cómo, uno a uno, tres personas salieron de los diferentes portales. La primera de ellas era esa niña pequeña fanática de Pikachu, la cual venía con un Mimikyu. Arion sonrió levemente al ver que sus sospechas no habían estado muy alejadas, la chica llevaba a una copia del roedor eléctrico. El otro no le sonaba mucho, pero venía acompañado de un gran Machamp. Por último, apareció un rubio que venía con un Ampharos.

Al instante, Arion frunció el ceño y empezó a analizar sus opciones de batalla. El Mimikyu sería muy problemático, y el Machamp sería peligroso si no acababa con él de un golpe. Por otro lado, el Ampharos no le preocupaba mucho, pero sabía que la chica apoyaría al rubio en su contra, así que mejor evitarlo.

-Puedes estar tranquilo, no tengo pensado atacarte a pesar de mi ventaja, sólo estoy observando por ahora.- dijo Arion al escuchar que el chico del Machamp no quería enfrentarse a él -Me marcho ya, quiero seguir explorando este lugar.- se excusó y se marchó el dirección al portal rojo, seguido de su fiel dragón.

Rakan se adentró en aquel lugar rocoso y rápidamente se encontró con 3 de los chicos que había visto en el centro pokemon. Su mirada se dirigió rápidamente a Kumi, con quién había "interactuado" hace unos minutos atrás. -¡Hey! ¿Qué tal?- se dirigió a la pequeña mientras Jorge y Arion se acercaban al lugar -Jajaja, lo siento, no he encontrado nada de comida- dijo levantandose de hombros.

Luego se dirigió a Jorge a quién le dijo -No encontré nada en la habitación anterior y no sé si estoy dispuesto a un combate a buenas y primeras- terminó posicionando su mano derecha en su barbilla, para dirigirle su mirada a Ampharos. -Quizá sería una buena idea formar una suerte de alianza momentánea y poder explorar un poco más este lugar. ¿Qué les parece?-.

Al momento de terminar, Arion ya se dirigía al portal rojo y Rakan solo atinó a devolverle la mirada a Kumi y Jorge. -Bueno, supongo que somos nosotros...-

Los cachetes de Kumi se hincharon mientras contenía el aire dentro de su boca; al parecer parecía ligeramente molesta o quería dar a entender a Rakan que, en efecto, estaba ligeramente molesta por las acciones de este. Como si el joven la hubiera ignorado por completo, al menos en cuanto a sus otras preguntas.

-¿Por qué portal llegaste hasta aquí? ¿Qué había ahí?.

No me interesan mucho las alianzas la verdad... ¡Soy más de uno pa uno sin camiseta! - se rió sonoramente. - Pero tampoco soy un abusica, así que si no queréis luchar, supongo que seguiré buscando un rival. ¡Sayonara babies!

Arion y Jorge se marcharon de allí dejando a Kumi y a Rakan solos. ¿Quizá ahora sí que se enfrentarían ellos dos, o continuarían conversando?

¿Combate a dos?

 VS 

Rakan simplemente despidió a Jorge con la mirada. Miró a Kumi y se levantó de hombros.

-Creo que llegué por el portal por el que se fue Jorge-, dijo rascandose la nuca. -Ahí había mucho viento, era casi imposible moverse o buscar algo- terminó el rubio para luego observar con cuidado el lugar. 

-¿Has encontrado algo de utilidad por este lugar?- dijo mientras Hylia, su Ampharos olfateaba el lugar y Rakan intentaba buscar algo que les pudiera ser útil 

Por su parte Kumi, se puso de morros. Pese a que era la respuesta que estaba buscando, esta no le gustó en absoluto que así fueran las cosas. A fin de cuentas, si entraba por esa zona su pelo ya erizado de por sí a causa de la anterior sala, iba a estar revoloteado. ¡Con lo que le había costado peinarselo esta mañana!.

-¡Muchas gracias, Aniki! -Dijo abrazando a Rakan- ¡Si llegara a entrar por esa zona mi mamá me regañaría!.

Separándose lentamente de Rakan, la pequeña Kumi comenzó a dibujar en el suelo.

-El salió por el portal verde... y tu dijiste que entraste por el verde... ¿Estas seguro?. Si eso fuera así, entonces el color de los portales cambia dependiendo de por donde lo mires... porque... yo estaba en el eléctrico y fui al verde.

Eléctrico - (Verde) -> Dragón

Hierba - (¿?) -> Dragón

Viento - (Verde) -> Dragón

Jorge Joyero apareció por el mismo portal por el que se había marchado antes. En aquella sala aún estaban Kumi y Rakan junto a sus pokémon, no parecía que hubieran entablado ningún combate, solo parecía que seguían charlando.