Había llegado al insectario. Un lugar húmedo y lleno de vegetación, plantas y flores e incluso un pequeño riachuelo. También habí pokémon de tipo bicho de lo más variado. En cada extremo de la sala cuatro portales con diferentes colores que podría atravesar para dirigirse a una nueva zona de la arena. Ninguno de los pokémon que estaban allí parecían ser agresivos y simplemente se limitaban a beber agua o a recolectar el polen de las flores. Como tampoco poseían ninguna pokéball, no podrían capturar a ninguno de ellos. 

Por fortuna no había nadie allí y podría aprovechar para buscar algo antes de que su pokémon empezase a sufrir el daño que la sala pudiera causarle por culpa de pasar demasiado rato allí.

Tras el encuentro con la chica del Rhyperior, el joven moreno llegó hasta un lugar que bien podría tratarse de una selva. Sus ojos viajaron por el paisaje, observando decenas de plantas y Pokémon bicho. Desde luego iba a ser complicado buscar algo por esa zona, y estaba empezando a impacientarse por no encontrar el objeto que tanto ansiaba.

-Vamos Drake, quizá tengamos algo de suerte en este lugar.- dijo el entrenador mientras echaba a andar. Empezaría buscando entre la vegetación y más tarde iría cerca del río. Tampoco quería acercarse mucho a los insectos y arrisgarse a molestarlos, por lo que iría con cuidado.

Drake aprovechó para relajarse un poco y ya de paso echó un vistazo al lugar. Desgraciadamente no tuvo ningún éxito y no encontró nada. No sabía si porque alguien se le había adelantado o porque no había buscado bien.

Tras un rato merodeando por allí, ni Arion ni su Pokémon pudieron encontrar nada. Y no era de extrañar, seguro que sería difícil encontrar algo en aquella jungla. El moreno estaba empezando a cansarse, así que de un salto se montó a lomos de su compañero.

-Vamos a probar dando una vuelta desde el aire, quizá una nueva perspectiva nos permita encontrar algo.- dijo el joven palmeando la espalda de su amigo, quien soltó un gruñido y comenzó a volar por la sala para seguir buscando algo interesante.

Arion subido a lomos de su dragón pudieron ver un objeto que brillaba entre las plantas del insectario. Rápidamente el pokémon descendió para que Arion bajara y cogiera lo que habían visto.

Se trataba de una ¡Poción máxima!

Tras pasar un rato oteando la selva a lomos de su Pokémon, Arion logró divisar algo brillante que llamó su atención. Enseguida le hizo una señal a su dragón para que descendiera, esperando con ilusión encontrar algo interesante. No pudo evitar decepcionarse un poco cuando no era lo que esperaba, pero al menos era algo útil. Lo guardó en su mochila y miró a su alrededor.

-Será mejor que cambiemos de zona, no parece haber nada aquí.- le dijo el moreno a su compañero, que sólo gruñó como respuesta. Ambos se dirigieron hacia el portal que tenían más cerca, que resultó ser el de color rojo.

Había llegado al insectario. Un lugar húmedo y lleno de vegetación, plantas y flores e incluso un pequeño riachuelo. También habí apokémon de tipo bicho de lo más variado. 

Ninguno de los pokémon que estaban allí parecían ser agresivos y simplemente se limitaban a beber agua o a recolectar el polen de las flores. Como tampoco poseían ninguna pokéball, no podrían capturar a ninguno de ellos. 

En aquella sala no estaban solos, 

Este pokémon era el único que parecía agresivo y se asemeja a un mosquito antropomórfico de color rojo. Presenta un cuerpo muy fornido, con venas blancas que corren a través de su cuerpo. Su cabeza es pequeña y plana y tiene dos ojos negros. Posee una probóscide extremadamente alargada, que se dice que está hecho de un material indestructible y que es más duro que los diamantes. Se cree que puede utilizarla de forma ofensiva. Presenta antenas con púas negras y de una coloración rojiza, se desplaza mediante cuatro apéndices articulados.

Esta vez la sala no tenía ningún portal por dónde escapar. Así que el combate entre Motto, Jorge y aquel pokémon, daba comienzo.

¡Vaya! No me mola el rollito ese de hacer alianzas para conseguir ventajas sobre los demás, pero si es para eliminar una amenaza externa ¡entonces como si colaboramos todos! - dijo Jorge, emocionado tras ver los músculos del mosquitón. - ¡Venga, demuestra a ese bicho quien tiene mejores músculos!

Motoo observó al extraño pokemon, jamás había visto un pokemon así. Buscó una salida pero no parecían haber portales ¿Estaban atrapados? No, seguramente en este caso estuvieran ocultos, o se abrirían tras derrotar a aquel bicho. Sea como fuere, no era un rival a menospreciar - Tenemos una gran suerte - Dijo buscando la mirada del chico con el que hablara en la oscuridad - De entrar aquí por separado podríamos haber perdido todas nuestras fuerzas.

Esperó que el muchacho, de voz aparentemente mucho más joven que la de Abiko, se atendiera a derrotar a aquel nuevo enemigo. Por su parte, entre los pies de Abiko se encontraba un Raichu, que observó con curiosidad la escena.

No hay otra Murray, ¿Ves esas alas que tiene? Acabemos rápido. Vamos a freírselas.  ¡ Lanza Trueno !

Raichu empezó a cargarse, y la electricidad a su alrededor empezó a verse de un brillo tan intenso que se perdía de vista al pokemon eléctrico, hasta que como una enorme serpiente, el rayo salió lanzado desde él hacia el pokemon bicho con la intención de convertirlo en cenizas en un solo ataque.

Ambos entrenadores decidieron que era un buen momento para unir sus fuerzas, pero ni juntos fueron capaces de derrotar a aquel impresionante pokémon. Machamp actuó a gran velocidad sin que Raichu fuera capaz de verlo venir y golpeó con su puño el estómago del insecto. En cuanto salió del campo de batalla, Raichu cargó sus mofletes para hacer que un trueno golpease las alas del pokémon con forma de bicho confiando en que ese golpe fuera suficiente para derrotarlo pero se equivocaban

El pokémon quedó paralizado, pero aún así se acercó a Raichu y le clavó su prominente aguijón para dejarlo prácticamente debilitado y recuperar así él su energía.

De pronto un sonido seco se escuchó en la sala, y en las cuatro paredes de la habitación se proyectó una imagen iluminada:

Arion y Yoel acaban de perder su segundo combate.
Les queda 1.
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¡Bua! ¡Tú Raichu es impresionante! - comentó alegre tras ver el rayazo que soltaba hacia el enemigo. - ¡Puedo ver por qué has ganado tantos combates! - se rascó la barbilla. - Bueno, creo que es hora de que yo también use algo más potente. ¡ORA, USA PUÑO BALA!

Abiko sonrió, orgulloso de Murray, de haber causado esa impresión y observó con una sonrisa los golpes que Machamp profería, no obstante, con cierto temor, debido a la inesperada velocidad de éste. Al igual que sucediera en ocasiones anteriores, tendría que depender enteramente del voltaje para acabar con él cuando llegara el momento de enfrentarse

Ya lo has oído Murray, usemos algo un poco más potente, ¡ Hiperrayo !

Murray estaba débil, pero ya era algo que parecía ser habitual en este Battle Royale, exprimir a los pokemon hasta el máximo, y el máximo tendrían que dar para acabar con éste enemigo, como bien había dicho Abiko, había sido una gran suerte poder entrar con alguien en esta sala. Si un entrenador había entrado aquí antes, de seguro que había sido acabado por el pokemon insecto.

 Murray, a una distancia peligrosamente corta del insectoide y aún con la marca del absorber en un costado, empezó a acumular energía, listo para lanzarla en su segundo rayo, que esperaba esta vez sí fuera definitivo.

Jorge volvió a ordenar lanzar un puño bala sobre el corpulento pokémon para que después Raichu lo rematase con un poderoso hiperrayo. Tras aquellos dos golpes, el extraño pokémon se desvaneció y la energía que liberó volvió a abrir los portales que había en la sala.

Pero el combate aún no había terminado. Motto y Jorge podían continuar luchando y además, Jorge tenía ventaja pues Raichu estaba cansado por el recién lanzado hiperrayo.

Haru y Lara acaban de perder su segundo combate.
Le queda 1 y 2 respectivamente
 

¡Eso ha sido una locura Motoo! - dijo con gran admiración. - No me extraña que seas quien ha ganado ya dos combates hasta ahora, eres increíblemente fuerte. Ahora estás malherido y ya te he dicho que no me gusta hacer equipo, así que te doy la opción de marchar cada uno por su lado, o echar un combate rápido. ¡Tampoco voy a obligarte a quedarte a luchar!

Es una pena que no quieras formar equipo, porque otros lo están formando usando esa ventaja en poco honorables dos contra uno

Murray está muy malherido, es muy honrado por tu parte dejarnos ir, ¿Pero qué clase de entrenador sería si rechazara un combate contra un pokemon como el tuyo? Será todo un honor luchar contra Ora - Motoo observó al impresionante Machamp sin saber si realmente podrían vencer tan poderoso y técnico enemigo - Sin embargo tendrás que darnos un momento para rehacernos. 

El ataque de ese pokemon ha dejado a Raichu al borde del desfallecimiento

Con aquel enemigo fuera de combate y con Raichu totalmente recuperado gracias al uso de la poción máxima, Motto y Jorge podrían proceder a empezar el combate.

VS

¡Pues es hora de las tortas! ¡Ora usa tu puño dinámico! - esperaba que su querido Machamp aguantara el golpe de aquél Raichu lo suficiente como para que le golpeara y confundiera con su puño dinámico.

Motoo se preparó. Jorge estaba más que listo. Ya había dejado clara su postura al respecto. Motoo había visto aquellos luchadores de wrestling en las competiciones por la televisión, y aunque ocasionalmente luchaban en parejas, se jactaban y alimentaban de sus proezas individuales. 

Aquel Machamp era rápido. Muy rápido. Lo había visto, y había visto algunos de sus ataques

Motoo hizo una pequeña reverencia a su adversario y esperó a que se preparara para que su Raichu, que tras desintegrar al insecto se mostraba sonriente pero cauteloso, modesto frente a su electrizante poder. - Fijate bien Murray, deberíamos aprender mucho de este adversario

Murray.... ¡ Carga el Trueno !

Es probable que Jorge no cayera en la cuenta de que su Machamp ya estaba herido de los anteriores encuentros durante el Battle Royal, y en lugar de aprovechar la ventaja que tenía sobre el herido Raichu decidió dejar que su oponente lo curase sin siquiera hacer él lo mismo.

Motoo sospechaba que su adversario era rápido, pero solo lo era cuando usaba su movimiento puño bala que no fue el caso.

Raichu cargó el trueno como su entrenador lo ordenó y lo dejó caer con gran precisión sobre su adversario. Cuando Jorge si quiso dar cuenta, un par de Dittos se materializaron y se lo llevaron de allí para curarle en el centro pokémon.