Partida Rol por web

- Correcto. - afirmó con la cabeza. Aunque aun estaab recomponiendose, estaba mucho mejor que minutos atrás. - Nací, crecí y estudié en Azafrán. Me moví también por Azulona, Lavanda y Carmín... pero no visité mucho más. El Nexo te deja poco tiempo para los asuntos personales. - Reconoció, encogiendose ligeramente de hombros. - Me habría gustado venir antes aquí, mi hermano siempre venía a vernos a Azafrán. - movió la mano de lado a lado, sin darle mucha importancia. Pensando en ello, si las cosas se calmaban quizás pudiera visitarle antes de partir... aunque dado lo ocurrido dudaba que pudiera visitarle.

Su teléfono sonó una única vez, y bajó la mirada con intención de mirar el teléfono. Pero su mirada se topó con la de sus pokemon, aun preocupados y una sonrisa algo más amable apareció en su rostro. Miró a Ruto y Rauru. - Gracias. - les agradeció, llevando la mano hasta la cabeza de Ruto y acariciandola unos segundos. Tras unos segundos de silencio en los que alternaba la mirada entre sus dos pokemon, las dos pokeball comenzaron a levitar como por arte de magia y devolvieron los pokemon a su interior. Ellas solas levitaron hasta el cinturón, bajo la atenta mirada de James.

Fueron las palabras de Layla las que le llamaron la atención una vez más. - Bueno, es una de las cosas que nos enseñan. Mover objetos, leer la mente, bloquear los pensamientos ajenos... Es como una universidad para gente... especial. - No le gustaba decir que era diferente, o raro, o con poderes. Todo aquello le sonaba... a bicho raro. Entonces preguntó por los guantes, y James alzó las manos, mostrándolos.

- Claro. - confirmó rapidamente. - Pero ayudan. - confesó, con un largo suspiro. - Ayudan mucho. El contacto físico es un camino rápido e intenso a la mente. Los verdaderos genios psíquicos no necesitan protección, pero a mi me queda mucho por andar para no ver nada por error. - No sabía si se explicaba del todo, pero esperaba al menos que se hiciera una idea.

- Además, esta el asunto de... - Posiblemente, fuera a comenzar otra larga y aburrida explicación, cuando entró Wisteria al despacho. Practicamente antes de que ella abriera la boca, James había centrado la mirada en la mujer y desde su perspectiva, ese par de segundos en la que la Lider de de los Guardianes de Kanto tardó en hablar, a él le parecieron una eternidad.

Sus ojos se tornaron ligeramente vidriosos, la musculatura de la boca se tensó y cerró los puños mientras bajaba la cabeza sin perder el cotnacto visual. Se dió cuenta de que no estaba cogiendo aire de forma involuntaria, y se vió forzado a realizar la respiración de forma voluntaria. El nudo en el estómago lo estaba dejando sin habla y practicamente paralizado. Ahora se daba cuenta de que no sabía tantas cosas, y que muchas de las que sabía no eran totalmente ciertas.

Al menos, había sido un detalle que Wisteria le llamara Sonnenzorn, sabiendo que ella estaba en una esfera más elevada. - Es un placer, Guardiana Oak. - Dijo, con un hilo de voz. No tardó en darse cuenta, carraspeando para buscar su tono de voz natural. - Claro, no hay problema. - Se separó de la mesa, de donde tomó un boli y escribió algo allí. Después lo dobló y se lo ofreció a Layla.

- Estaré por aquí. - anunció, mientras estiraba el brazo hacia el perchero y dejaba que la gabardina volara sola, poniendosela mientras levitaba. - Si quieres, llámame cuando salgas. Así no estarás sola. - le ofreció con una pequeña sonrisa. Dejó entonces a Layla con Wisteria, y a esta segnda no pudo evitar seguirle con la mirada.

Fue cuando rompió el contacto visual con ella, cuando recordó que había sonado el teléfono. Sacándolo, lo miró y comprobó los mensajes haciendole fruncir el ceño.

Después de abandonar a Layla con Wisteria, James comprobó los mensajes. Lo necesitaban en otro lugar, por lo que tomó su maletín, se puso el cinturón de entrenador y cerró la puerta tras él para encaminarse hacia la Ciudad, al lugar de la explosión para prestar su ayuda a la investigación.

Origen: James (JamesTibeiusKing@Nexo.com)
Destinatario: Rowan Wynn (Rwynn@justicia.com)
Asunto: ataque

Estoy de camino.

Recibiste el mensaje de James justo cuando Wisteria se marchó y Ryan estaba ocupado con su padre. Quizá era más sensato quedar con él aparte. Cualquier cafetería sería mejor que el mojar del desastre, incluso un parque si estabas apurado.

Una vez recibo respuesta, giro la cabeza para localizar dónde están los demás. Una vez lo hago, me acerco a Ian y Lamrod primero para despedirme y después hacia donde está Ryan.

-Con permiso. Ryan, nos veremos en el Palace, supongo. Aquí tienes mi número de teléfono. Avísame su averiguas algo. Señor Long.

Me despido del padre de Ryan con una nueva inclinación de cabeza y finalmente dirijo mis pasos fuera del recinto precintado.

Antes de llegar al precinto, Rowan ya te está esperando. A lo lejos hay un tumulto de gente y reconoces a miembros de la Guardia. Lamrod, el marido de Wisteria, está hablando con Ian dentro del cordón de seguridad. A su vez, Ryan también está dentro.

Sonreí un poco aliviando ya tensiones al oir la historia del padre de Alex muy resumida - Me acuerdo de esa historia. Pero bueno, mis padres y mi tia también me lo han dicho muchas veces. El viaje no es algo facil, no puedes pensar en camas, ni mucho menos en que el camino que pisas será uno de rosas. Aunque quiera evitar todos los peligros, estoy segura de que caeremos en alguno... - De hecho ya hemos caido en uno - Pensaba sin ir más lejos dentro de todo aquello.

Ver a Flora mostrando parte del vestido me hizo sonreir un poco más - Vaya, seguro que vas muy guapa al Persian Palace. - Y según lo decía y veia como lo guardaba de nuevo, llegamos al centro comercial. Casi entero cerrado y algunas tiendas aún abiertas o reabriendo de nuevo. - Bueno... era de esperarselo. Igualmente, vamos, tenemos poco tiempo y tenemos que encontrar un vestido para mi y algo que te quede bien para ti - Al fin había concretado una cosa que de seguro Alex esperaba que fuera así. No iba a obligarla a usar vestido, aunque me encantaría que fueramos juntas con vestidos, pero cada una debía sentirse comoda y por supuesto, era su cuerpo y su estilo, y ya no eramos niñas pequeñas.

Después de hablar un poco de nuestros padres, continuamos andando por la ladera en dirección al centro comercial.

Cuando vi el vestido de Flora, no pude evitar sonrojarme un poco -¿De verdad ese trocito de tela es un vestido? Parece muy... pequeño- pensé, no pudiendo evitar que durante un segundo me imaginase con eso puesto y me diera más corte todavía -Si, seguro te queda muy bien- asentí dándole la razón a mi amiga. En el cielo pude ver tanto a Green como a Wisteria sobrevolándonos en un Togekiss y en Goldie... supongo que vendrían de la Pet Paradise como se veía en la Prensa Pelipper.

El centro comercial Sylveon estaba un tanto cerrado, cosa que se podía entender viendo el panorama en la ciudad. Aunque ahora, seguramente por el comunicado de Wisteria, ya estaban empezando a abrir tiendas -Si, busquemos alguna tienda abierta en la que poder encontrar algo que ponernos para la fiesta- le asentí a mi amiga. No me gustaría tener que comprarme un vestido... pero con la mayoría de las tiendas cerradas, creo que voy a tener que conformarme con lo que me encontrara, fuera algo elegante y me quedase bien.

Por suerte, había varias, y un par estaban de rebajas. Además, no todo eran vestidos. Hoy día las opciones de vestir para cualquier evento no se limitaban al clásico vestido. De hecho, había de todo menos "clásico". Lo más normal de la sala era el vestuario de Flora. 

La chica, aprovechando el descuento, consiguió una chaqueta negra que quedaba muy bien con su vestido. Además, de la sección de complementos pokemon, compró un enorme lazo rojo para ponerselo a su espeon. Al ser un pokemon intérprete, tenía permitido estar en todos los lugares en los que Flora necesitara su asistencia. 

Una vez pagó, se unió a vosotras en los cambiadores para poder daros su opinión sobre lo que ibais a comprar. Aunque, como pronto descubristeis, era una chica muy complaciente.

Solo tres preguntas rondaban su cabeza en todo aquel camino desde el laboratorio hasta el Pet Paradise, y curiosamente, ninguna tenía que ver con aquella explosión. ¿Qué era esa luz? ¿Quién era ella? y la más importante ¿Qué pasó de verdad? Aquellas tres preguntas se convertirían en la punta de lanza de sus quebraderos de cabeza sobre cuestiones sin respuesta durante un tiempo indeterminado, de ahora, hasta un lejano futuro.

Por suerte, al llegar al a zona encontró a Wynn esperándole, por lo que varió su ruta hacia el lugar para ir a su encuentro. - Juez. - le saludó, haciendo una pequeño saludo con el gesto de la cabeza. - Lamento la tardanza, estaba con una paciente y el camino no ha sido precisamente fácil. - se disculpó, antes de nada. Después alzó la vista hasta el lugar de la explosión y comprobó de primera mano lo que había visto de primera mano a través de los ojos de Layla solo un rato atrás.

- He visto la explosión en directo. - confesó, mirando hacia el lugar en cuestión. No pudo evitar sentir cierto escalofrío recorriendole la espalda, contemplando los restos del lugar. Miró a su alrededor para comprobar que no había oidos curiosos cerca, y volvió a mirar hacia el antiguo pet paradise. - ¿Qué se sabe? -

Wisteria le quitó importancia cuando ambos la llamásteis por su título u apellido. 

—Por favor, llamadme Wisteria. Oak siempre fue mi abuelo, y ahora mi hermano. 

Al ver que James se levantaba para marcharse, se despidió amablemente de él, y añadió: 

—No os preocupéis, trataré de hacer esto lo más breve posible. Gracias a ambos por vuestra colaboración. No son más que unas preguntas rutinarias. 

Aunque, por mucho que lo dijera, sabíais que las circunstancias era de todo menos rutinarias. Aun así, poco más podíais hacer que colaborar o negaros. 

Así, James salió de la sala y Layla se quedó a solas con la jefa de la Guardia. 

Wisteria se sentó frente a ti y, siempre dandote todo el espacio que necesitases, empezó a hacerte preguntas. Te preguntó acerca de la hora a la que llegaste, sobre qué hiciste. Te preguntó sobre la gente que recordabas en la tienda, especial mención sobre cómo sentiste el primer piso. Después, mencionó el aire acondicionado, ¿estaba puesto cuando entraste? ¿Recordabas algo raro en la zona de restauración? Todas las preguntas sobre de antes del accidente te resultaron inofensivas. Entonces, empezaste a relatar el suceso. Wisteria entornó los ojos y asintió, escribiendo a toda velocidad en su libreta todo lo que decías. Cómo se fueron las luces, cómo empezó a salir el gas, cómo te despertaste fuera del edificio, cómo todo explotó... 

Te sentiste bloqueada durante unos instantes al revivir la escena de nuevo. Te tapaste los oídos involuntariamente al recordar el estallido, el dolor en las orejas, a Fulgor inconsciente a tu lado. Tuviste que respirar varias veces para calmarte tras eso, pero conseguiste tranquilizarte. 

—Siento haberte hecho pasar por esto, Layla —dijo entonces Wisteria—. Gracias por tu testimonio, de verdad. ¿Me puedes confirmar tus datos personales, por favor?

La propuesta de mi padre me pilla por sorpresa, ¿tenía tiempo para venir a comer conmigo? Por un momento pienso en rechazar su propuesta pero me estaría comportando como un crio si le digo que no sin motivos, y Rhytme se enfadaría si fuese así.

-Pues elegí un...- antes de poder responder Rowan nos interrumpe para despedirse.

Cojo en numero de telefono de Rowan algo confuso, ¿que le avise si averiguo algo? No pensaba investigar nada la verdad, solo estaba aquí de casualidad.

-Si claro, nos vemos luego.- digo a media voz mientras se da la vuelta.

Cuando el chico se aleja me giro hacía mi padre para responder al fin.

-Sí claro, vamos a comer.-

Me aproximo a él al ver llegar a James. Le devuelvo el saludo y sin perder un segundo saco mi cuaderno de notas del interior de mi abrigo. Empiezo a pasar páginas hasta llegar a los apuntes de lo sucedido en el Pet Paradise.

-No se preocupe por la tardanza, Doctor, los inocentes son una prioridad. Lo entiendo -fijo mi vista en el cuaderno y se lo tiendo al psíquico para que pueda leerlo por él mismo -Al parecer los delincuentes buscaban algo. Se han encontrado rastros de pisadas y de huellas en el sótano del edificio, que estaba casi vacío. También durmieron a todos los presentes en el edificio, los sacaron de ahí y una vez todos estuvieron fuera y sacaron lo que querían, lo volaron por los aires.

Me cruzo de brazos antes de proseguir con la explicación.

-Hay un detalle que me hace sospechar de una conspiración, y este es el motivo por el que le he llamado, Doctor. Se han apreciado indicios de que los responsable pueden ser dos entidades diferentes, unos del robo y otros de la explosión. Los primeros, obviamente querían llevarse algo del sótano del Pet Paradise, fuera lo que fuese. Los segundos querían lo mismo, pero llegaron tarde y lo hicieron saltar todo por los aires. Pero antes de eso, utilizaron alucinógenos. Gas de Musharna, concretamente. ¿Podría darme algún tipo de información sobre esto?

Estiró la mano y tomó la libreta que le tendía el Juez, dándole la vuelta y repasando las primeras lineas mientras escuchaba las palabras del Juez. Aunque no terminó la primera frase, y su vista fue de la libreta hacia el Juez. Sus palabras dejaban entrever una amplia sospecha: No había sido un accidente, más bien algo premeditado. Aquello elevaba a un nivel más lo complicado de toda la situación, ya que después de lo ocurrido con la explosión en Azafrán los nervios en la región estaban... a flor de piel.

Su vista bajó una segunda vez a la libreta, leyendo según escuchaba a Rowan. Conspiración. Dos grupos. Robo. Dos grupos mismo objetivo. Explosión. Gas Musharna. Iba hilando las palabras clave de voz de Rowan con lo escrito en las páginas, pasando estás según escuchaba en silencio, dejándolo explicar cuanto sabía hasta que realizó la última pregunta. Durante unos segundos, permaneció leyendo la libreta mientras fruncía ligeramente el ceño.

- Es un tipo enteógeno diluido en nitrógeno. Tecnicamente "dietilamida de nitrógeno lisérgico"... se usa en algunas terapias psiquiátricas con controles muy estrictos. Se sintetiza a partir del gas que sueltan los Mushrana, de ahí su nombre. - Levantó la mirada y miró a su alrededor, como si acabara de recordar algo. - Es complicado conseguirlo, solo se fabrica en Teselia. - Le devolvió la libreta. - Meter tanta cantidad en un lugar así llamaría mucho la atención. - Concluyó, cruzándose de brazos. No veía forma de meter tanto gas Mushrana en un lugar como el pet paradise sin llamar la atención de media ciudad en el proceso.

Durante unos segundos, estuvo pensando. Le daba vueltas a su último examen sobre química en el Nexo. - Su uso principal es el control de los sueños una vez el sujeto está dormido, pero ser un alucinógeno onírico no es su única función. También puede causar estados de pánico incontrolado o estados de sugestión si no se administra en las proporciones correctas. - Resopló, alzando la vista hacia el edificio.

Si había una motivación humana detrás de todo aquello, quizás podría aportar un poco más a todo aquello. - Dices que buscaban algo en el sótano del Pet Paradise, además, dos grupos distintos. Debe ser algo importante... pero los grupos que han intervenido no querían causar daños personales. Es interesante ese... - movió la mano, buscando las palabras correctas. - ...doble rasero. Suficiente para robar y destruir, no lo suficiente como para que haya víctimas mortales. Aunque... ¿Para que usar alucinógenos si la gente ya estaba dormida? - le preguntó al Juez, por si tenía más información al respecto. - ¿Se sabe algo de alguno de los dos grupos? ¿No hay testigos o cámaras de seguridad? - El resto de preguntas y conclusiones lo haría después de recibir más información. Se había dejado muchas cosas en el tintero que por ahora, eran mejor dejar perfilar.

Trató de responder de la forma más concreta posible a todas y cada una de las preguntas de Wisteria, pero lo cierto es que cada vez se le hacía más complicado. Notaba una presión invisible que le hacía dudar de tanto en cuanto, y recordar de nuevo aquel atentado le había llevado a su límite. Cerró los ojos y se tapó los oídos, intentando tranquilizarse para salir de aquella situación. Cuando volvió en sí, Wisteria seguía allí, con una sonrisa tranquilizadora y haciéndole la que parecía la última pregunta.

-¿Mis...? -se repitió, algo confusa, antes de asentir con la cabeza varias veces al darse cuenta de lo que le estaban preguntando- ¡Oh, sí! Perdona... -se disculpo, antes de carraspear levemente- Mi nombre es Layla Sarah Calull. Nací en Isla Canela y actualmente mi residencia sigue figurando como Isla Canela, aunque pretendo hacer el recorrido de entrenadores por todo Kanto -explicó, tratando de hablar tranquilamente para que se le entendiera bien- Mi padre es Robert Bartholomew Calull, y mi madre Sophie Anne Calull -citó, antes de guardar silencio unos segundos y proseguir- ¿Hay algún otro dato que necesite confirmar o...? -preguntó, realmente dudando acerca de aquello.

Wisteria apuntó los datos en la libreta para contrarrestarlos, hasta que mencionaste el nombre de tu padre. 

—Ah, así que eres hija de Robert... —dijo mientras salía una sonrisita en sus labios, pero volvió enseguida a la profesionalidad—. Perdona, no, eso es todo. Con esto tenemos suficiente. Dicho esto, siento mucho lo que ha sucedido. La Guardia trabajará muy duro para evitar que esto vuelva a ocurrir. Te agradezco mucho tu colaboración. Mi hermano ya me ha dicho que te ha hecho entrega de tu pokemon. Espero que esto no empañe tu percepción del viaje, Layla. 

Dicho esto, se levantó, dejandote un poco más de espacio. 

—Mi recomendación personal es que descanses esta noche y mañana ya partas con los demás. Seguramente, los cordones se abran al anochecer, pero de aquí a Ciudad Verde no hay tanto camino. 

Poco a poco, empezó a encaminarse hacia la puerta, cuando se volvió de repente: 

—Oh, y dile a Robert que aún sigo esperando su revancha. Desde hace treinta años —y con eso último, apareció una sonrisa felina con una chispa de desafío en los ojos. 

Al principio, la líder de la Guardia te había parecido todo lo contrario a lo que tu padre te había contado. Pasional, arrojada, entregada, con una chispa incontrolable en los ojos. Hasta ese instante, no habías visto nada de eso. Más bien, habías visto oscuridad. Tu padre te contó que presenció la Catástrofe de Añil en primera persona y que eso cambia a la gente. No esperabas que tanto. 

Pero, tras decir aquello, por unos segundos casi pudiste notar lo que tu padre quiso decirte. Era contagioso. Ahora entendías un poco mejor cómo pudo haber sido esa pelea como para que su padre adoptara un estilo de combate tan diferente tras aquello, empezando a considera eléctricos. 

En ese momento, cuando Wisteria estaba ya a punto de salir, llamaron a la puerta. Así que Wisteria se limitó a abrir y ver quién era. Un chico de pelo castaño revuelto y profundos ojos verdes entró en la sala. 

—Hola, tí... Wisteria —dijo, recalculando en el último segundo al verte allí—. Papá te está buscando —dijo entonces. 

Wisteria asintió con la cabeza. 

—Voy ahora mismo. Mientras tanto, ¿te encargas tú de Layla? Ha conseguido hoy también la licencia. Por favor, no la asistes —añadió guiñando un ojo al que intuías era su sobrino. 

Eso le convertía en hijo del profesor y, por tanto, ya sabías quién era antes de que se presentara.

—Hola, Layla, me llamo Green Oak —dijo extendiéndote la mano. 

Tu padre, un poco sorprendido de que dijeras que sí aunque claramente contento, sonrió mientras soltaba el cigarrillo y lo pisaba. 

—Por supuesto que tengo tiempo. Además, es un gran día, ¿no? Bueno, trabajo aparte... —añadió al referirse a los motivos por los que estaba en ahí. 

Miró la colilla aplastada y después a ti. 

—No... se lo digas a tu madre si puede ser... —te pidió refiriendose al cigarrillo—. Vamos —dijo entonces, guiándote fuera del cordón—. ¿Alguna sugerencia? ¿Algún restaurante que te guste o escojo yo? 

Extiendo la mano para recuperar mi libreta y anoto rápidamente todo lo dicho por el Doctor. Ya tendría luego tiempo de hacer mis cábalas más en profundidad. Después, sacudo la cabeza en señal de negación ante las dos últimas preguntas que me formula.

-Ahí está el problema. Al parecer son dos grupos "ocultos", entidades que se mueven en la sombra. Es decir, lo bastante grandes como para montar operativos de robo y manipulación de gente de esta envergadura, pero con un perfil lo bastante bajo como para no salir en los medios. O con capacidad de control sobre ellos. Y ese es el callejón sin salida en el que me encuentro, Doctor. Tengo una brújula que me señala a un muro.

Durante unos segundos, permaneció quieto, pensativo. No tardó en cruzarse de brazos, volviendo la vista hacia el Juez. - Podemos aplicar la Doctrina Tanguera de la psicología. ¿Qué sabemos de los grupos hasta el momento? Conocemos la altura del perfil. ¿Conocemos que querían robar? "El deseo es un reflejo del yo" - acomilló con los dedos indce y corazón de ambas manos, antes de volver a cruzarse de brazos.

- Lo que quiere decir es, que si sabemos que han robado, podremos hacer un perfil sobre sus motivaciones. Si conocemos sus motivaciones, podremos comprender sus acciones presentes, o futuras. Nadie hace algo así si después no quiere hacer algo más. O algo mas grande, o algo peor, o ambas cosas. - Resopló, era poca información para muchas preguntas. - Por otro lado, si hay testigos podría hablar con ellos... La mente puede saber cosas que la persona no es capaz de recordar. - dejó caer. Y cuando Rowan mencionó el tema de la brújula, ahora mismo not enía claro si era en sentido figurado o literal.

No le había visto brújula alguna, pero tampoco había escuchado aquella expresión como paralelismo a "estar en un callejón sin salida" Así que lo mejor sería preguntar para salir de dudas. - Hablamos de una brújula figurada ¿Correcto? -