Partida Rol por web

No me gustaba mostrarme así de vulnerable... pero al igual que era ultrasincera con todo el mundo también lo era conmigo misma. Y si necesitaba un abrazo para consolarme, no me lo guardaria y se lo pediría en quien más confiaba aquí. Por lo que abracé fuerte a Emily apoyando la cara en su hombro, mientras notaba a sus pokemons también abrazarme, y a Garou frotando su cabeza contra mi también para consolarme. Las palabras de Emily me calmaban, ella siempre sabía como tratarme cuando me ponía así... no era común, pero cuando me pasaba agradecia tenerla aquí.

Cuando me miro a la cara, intenté limpiarme las lagrimitas que seguía teniendo con la manga, y con sus palabras de como a Tetra no le gustaría que estuviera así, o que con lo lista que era conseguiria ganar el siguiente combate con el, al final sonreí débilmente -Snif... gracias amiga. Sabes que decir siempre...- le dije mientras me volvía a apoyar en su hombro mientras continuaba en su abrazo -Tengo que ser más fuerte por mi equipo... no venirme abajo al final por un solo combate. Gracias...- termine diciendo. A veces desahogarse estaba bien.

Dejé que se desahogara todo lo que necesitaba ofreciendole mi hombro como amiga. - Ya sabes que puedes contar siempre conmigo, para eso somos amigas - sonreí aunque no me pudiera ver y esperé a que ella decidiera cuando estaba mejor.

Tras ello me levanté y la ayudé a levantarse - Ahora tenemos que ir con el resto. Aún falta que nos den la licencia para poder partir juntas, aunque claro también está la fiesta del Persian Palace... Igual debería comprarme un vestido para la ocasión... - dije mirandome a mi misma de la manera informal en la que estaba vestida. - Después de esto ¿querras acompañarme?

Ante aquel combate, en el que se habían herido más sentimientos de los esperados, Green pareció quedarse bastante serio tras éste. Los profesores se dirigieron entonces a todos. 

—Gracias por ofreceros, Alex y James. Enhorabuena, James —dijo el profesor Oak, aunque dejó espacio a Alex para que asimilara el golpe. 

Sunny fue la primera en acercarse a donde Emily y Alex estaban, seguida de Lilla. 

Ian vio que había ya demasiada gente y se mantuvo al margen, al igual que Luca y el tímido Skye. 

La primera en acercarse, fue Sunny. Se sentó de rodillas a tu lado y observó a Tetra. Después, sonrió al ver que el estado de pokemon. 

Sacó una botellita de los bolsillos de su vestido y le colocó un pulverizador en la punta. Después, risueña, empezó a echárselo a Tetra en la cabeza. 

Tetra trató de revolverse, aún confuso tras el combate. 

—Tranquilo, tonto —dijo Sunny al pokemon—. Es sólo para el dolor de cabeza. Ese abra te ha dejado una buena jaqueca, ¿a que sí? —continuó tan dulce como siempre. 

Poco después, llegó Lilla. Vio que Sunny ya estaba encargándose del pokemon, así que se centró más en la dueña. 

—Alex, ¿cómo estás? —empezó, pero al ver la escena, se saltó las explicaciones—. Venga, Alex, que no pasa nada. Es falta de práctica, de verdad. Estoy segura de que pronto aprenderás cómo usar el potencial de Tetra, ¡y hasta el propio Tetra! 

Por último, visteis que llegó Green con las manos en los bolsillos para comprobar, igual que los anteriores, cómo estaba Alex y el pokemon. 

—Lo siento, Alex —dijo Green, que no sabía muy bien cómo manejar la situación—. Si quieres un consejo... hummm... —prosiguió dudoso—, bueno, p-puedo recomendarte que, cuando son tan pequeños, nunca empieces con un movimiento defensivo. Hasta cuando son más grandes, la mejor defensa es un buen ataque, especialmente si empiezas el turno...

 En ese momento, Sunny se puso en pie. 

—Este chiquitín ya está mejor, ¿verdad? —dijo mientras acariciaba al pokemon, que parecía sin lugar a dudas más espabilado.

Green sonrió mirando a su hermana. 

—Las manos mágicas de Sunny —murmuró orgulloso de su hermanita—. Bueno, deberíais ir acercándoos al frente. No creo que queráis perderos la entrega de licencias —añadió guiñando un ojo.  

—¡Por supuesto que no! —contestó Lilla enérgicamente—. ¿Vamos, chicas? —dijo esperándoos a medio camino mientras todos empezabais a regresar con los demás. 

Antes de que me diese cuenta, mucha más gente había venido a animarme... por suerte la mayoría ya me había visto así una vez en la vida... la única por la que me puse roja que me vieran así de vulnerable era Lilla. Y me dio una alegría ver despierto a Tetra otra vez -¡Tetra!- exclame contenta mientras empecé a abrazar con cuidado a mi compañero, para no sobre-estimularle, dejando que Sunny también le acariciara... para eso solte a Emily, esperando no se molestase -Muchas gracias Sunny... te lo agradezco- le agradecí mientras me ponía contenta por mi polígono.

Todos me dedicaron palabras de apoyó y consejos... y lo agradecia. Me levanté ayudada por Emily, y los miré a todos -Muchas... muchas gracias a todos... No lo merezco- dije mientras ya me volvia a poner las gafas -Si... vayamos a por las licencias- termine diciendo al grupo yendo con ellos... pero antes hablé con Emily -Claro que voy contigo a comprar... tampoco tengo ropa para fiestas... me tendrás que ayudar... pero sin vestidos por favor- finalice. Ya no tenía nada que decir ni hacer salvo acompañar a mis amigos.

Alex y Emily volvieron acompañadas de Sunny, Lilla y Green, que fue el último al ir a ver cómo estaban las chicas. 

En ese momento, la profesora Auris entregó a su marido la carpeta abierta y éste sonrió al ver el contenido. 

—Bueno, al fin ha llegado el momento que tanto estabais esperando, a pesar de los esfuerzos que hemos puesto todos en retrasaros —dijo mientras os guiñaba un ojo—. Os voy a ir nombrando de uno en uno, ¿de acuerdo? 

Sacó el primer documento, donde había una tarjeta (la licencia en sí) agarrada con un clip. 

—¿Aqua Giovanni? —dijo, buscándola con la mirada. 

Al encontrarla, esperó que ésta fuera a recoger el documento. 

—Felicidades una vez más —dijo mientras ésta lo recogía. 

Sacó el siguiente: 

—¿Luca Corleone? —leyó. 

Entonces fue Luca el que fue a recoger el documento y a recibir su felicitación. 

Después fue Flora, Skye, Ian, Ryan, Rowan, Emily, Alex, James, y Lilla también. Contenta, os miró a todos al recibir su licencia. 

—Yo también os voy a acompañar —dijo satisfecha y llena de ilusión. 

Entonces, la profesora Auris tomó la palabra. 

—De ahora en adelante, tenéis la licencia. Con ella, os llegan tanto privilegios como responsabilidades. Todos sabéis que no es el mejor momento para obtenerla. Será duro, quizá de los peores años. Sin embargo, habéis llegado hasta aquí y perseverado para iniciar este viaje. No dejéis que nadie os haga cambiar de opinión. 

En ese instante, Sunny salía discretamente de la casa con una bandejita con copitas de cava y una aparte que parecía tener refresco, para ella. Tambien había para Green y ellos dos. 

—Así —dijo la profesora cogiendo la primera copa— quiero proponer un brindis. Nos es lo habitual, creedme, pero la ocasión lo merece. ¡Por vosotros y vuestro maravilloso futuro! —dijo alzando la copa. 

Entonces, cuando fue a beber, sucedió. 

Un estruendo cruzó el cielo. Una explosión ensordeció vuestros oídos. Una copa se cayó al suelo y se hizo trizas. Al fondo, en primera plana, todos podíais ver la enorme cortina de humo ascendiendo desde el mismísimo centro de Ciudad Paleta. 

Al mismo tiempo, empezaron a sonar sirenas, muchas sirenas. Servicios de emergencia, CEREN, policía. Estabais viendo en directo un ataque terrorista.

Una bomba en el corazón de la ciudad. 

De repente, una sombra oscureció el cielo sobre vuestras cabezas. Algunos reconocisteis al instante la forma de un charizard dirigiéndose a toda velocidad al lugar del suceso. Algunos incluso más avispados incluso reconocisteis al charizard en cuestión, porque no había demasiados charizard negros en Kanto. Mucho menos, charizards negros con un jinete de negro en Kanto. Era el charizard de Lamrod, y Lamrod con él.

El líder del Alto Mando acababa de llegar a la Ciudad. Era grave, era real, y estaba pasando. 

Bienvenidos, nuevos aspirantes, al mundo pokemon.