Partida Rol por web

Ciudad Paleta, 15 de Abril 9:45

Hoy era el día. Sí, señor, al fin iban a recibir su licencia. Al fin podrían iniciar su viaje. Habían superado los exámenes, y era su momento. Los primeros jóvenes, ya todos mayores de edad, empezaron a acercarse a la puerta del antiguo Laboratorio Oak. Las cosas habían cambiado bastante, y ahora además el laboratorio tenía una clínica pokemon para la recuperación de pokemon a largo plazo.

El nuevo profesor se llamaba Will, era doctor pokemon y había tomado las riendas del laboratorio tras la muerte de su abuelo. Se encargaba de la investigación y cuidado pokemon, aplicando a su vez su conocimiento en medicina para tareas de rehabilitación. El laboratorio destacaba en toda Ciudad Paleta, a pesar de haber cambiado poco con los años. Se hallaba en una colina y desde ahí sí que se podía notar lo grande que se había vuelto Paleta, hasta perder la categoría de pueblo.

Poco a poco, los jóvenes adultos llegaron. Era un poco antes de la hora. Las puertas aún estaban cerradas. La emoción era palpable. Por primera vez, se miraron unos a otros. Se dieron cuenta de un detalle crucial: eran pocos. Podía haber rezagados, cierto, pero seguían siendo escasos. ¿En toda una región cómo era posible que fueran menos de 10?

La respuesta era fácil de adivinar, pero nadie la decía en voz alta. Eran tiempos difíciles para conseguir licencias. Los exámenes eran cada vez más inaccesibles, más caros y las becas más reducidas. Sólo podían alegrarse por haberlo conseguido y estar allí hoy.

"Pse, demasiado fácil" acariciaba las puntas de su cabello con cierto aire de seguridad, para ella era obvio que se sacaría su licencia, y a su lado un Sneasel cruzado de brazos correspondiendo a la seguridad de ella.

- me han dicho que puede que nos ofrezcan un nuevo compañero Sombra, deberás guiarle por el buen camino.

El sneasel encogiéndose de hombros solo ofreció una sonrisa traviesa - sne ne seaneasel - una risita siguió a su frase.

- nada de novatadas ¿me oyes? Que ya no eres un crío - mientras se lo decía le apuntaba seriamente con el dedo, puede que no entendiera las palabras del pokemon, pero llevaban juntos casi toda la vida, se podría decir que eran casi como hermanos.

El Sneasel agachó la cabeza chasqueando su lengua, sin dejar de tener sus brazos cruzados y desviando la mirada a un lado.

No sabía que le deparaba su camino incluso si tenía una cierta idea, si bien no le gustaba tener que ser registrada, y veía absurdo necesitar una licencia para tener algunos pokemon a su cargo, solo se aguantaba y aceptaba sin remedio. Solo quedaba que le llamaran de una vez.

- ho-hola,... - dijo al resto con un saludo tímido, percatándose de que no estaban solos su hermano y ella, a la vez que su acompañaré riera tras su mano del accidental toque de egocentrismo de la muchacha.

-Gracias, tenga. Quédese con el cambio.

Pago al taxista y me bajo del coche, mirando alrededor mientras me ajustaba el abrigo para que quedara liso y sin arrugas. Paleta se había convertido en un lugar considerable, y aquello merecía contemplarse. Mis ojos se posan directamente sobre el laboratorio, la razón por la que he venido aquí. Deino permanece firme y serio a mi lado, esperando. Nunca da un paso sin que yo lo de primero. Lealtad inquebrantable. Y mutua.

Los dos avanzamos hacia la colina donde se encuentra el laboratorio. Mientras camino me fijo en las gentes del lugar. No parecen malas personas, pero si algo sé es que la injusticia se puede encontrar hasta en el lugar más santo. No me pillarán desprevenido.

Al llegar ante la puerta veo que hay más gente. Les saludo con un gesto de la cabeza y me quedo a un lado del camino junto a la puerta, donde no entorpezca el paso. Deino se sienta sobre sus cuartos traseros con la cabeza alta, imitando mi gesto serio. Los dos esperamos en silencio.

Corriendo iba, desde la estación lo más rápido posible hacia el laboratorio Oak. En mi mente había solo una preocupación - ¡Llegamos tarde! - Y era lo que principalmente le comunicaba a mi pequeño Riolu que iba tras de mi corriendo también - No me puedo creer que lleguemos tarde. Lo siento Ike, no debí despistarme tanto. - O al menos eso pensaba terminando de llegar a la carrera al laboratorio, cuando me dí cuenta de que las puertas estaban cerradas y había gente esperando.

Me agaché para recuperar el aliento mientras miraba a mi alrededor y al mismo tiempo mi Riolu comprobaba que estaba bien. A diferencia de mi, él estaba acostumbrado mucho más a estas carreras - ¿No hemos llegado tarde? - preguntaba para mi misma aunque en voz alta.

Una vez comprobado que llegamos con tiempo, sonreí gratamente y traté de incorporarme colocandome un tanto mejor la ropa, para no parecer tan desastrosa y finalmente cogiendo mi camara para encenderla y preparar una foto. - ¿Qué dices Ike? ¿Nos hacemos la primera foto de nuestro viaje? - Le pregunté antes de agacharme hasta su altura, y cuando me asintió con una sonrisa traté de calcular para que saliera el laboratorio detrás. Hubiera sido más facil pedir ayuda a cualquiera de allí, pero aún no estaba segura. Aunque si que me aventuré a mirar a los pokemon del resto mientras sostenía la camara, no obstante no hice ninguna pregunta... aún no - Ho-hola a todos. ¿Q-que tal estais? - Ante todo educación... Siempre me lo decía mama

Para cuando llegásteis, y había un chico esperando. Saludó tímidamente a Aqua cuando ésta se presentó. A medida que fuisteis llegando, os saludó con un gesto de la mano o la cabeza. Estaba claro que todos estábais ahí por lo mismo. 

Se le notaba un poco incómodo, y tenía cierto aire alicaído. Curiosa actitud tras saber que iba a conseguir su licencia. 

El chico es menudo y parece muy joven, casi menor de edad. Aunque, dadas las circunstancias, sería extraño que no tuviese ya los 18, como todos los demás. 

No llevaba pokemon alguno a la vista. 

Acababa de bajarme del autobús que me había dejado en Ciudad Paleta, mirando mi reloj de pulsera para comprobar si llegaba tarde o no -Si camino hasta allí llegaré a tiempo a la hora, ni tarde ni temprano- pense agarrando las asas de mi mochila y partiendo para el laboratorio del doctor Oak. Hoy era un día importante, por fin me darían mi licencia de entrenador que me permitiría por fin investigar como se debe hacer: sobre el terreno y trabajo de campo -Si no fuera por esta Ley de M podría haber avanzado un porrón de trabajo...- musite entre dientes mientras caminaba y me ajustaba las gafas... ¿si mis padres comenzaron con trece años porque tenía que esperar yo a los dieciocho? Ains... mejor no pensar en eso. Es CEREN quien se ha perdido años de investigación, yo ya los recuperare de alguna forma y otra.

En fin, llegué a la colina donde se encontraba el laboratorio, y ya desde abajo pude ver que ya había gente que había llegado y unos pocos pokemons... que pocos éramos, también por culpa de esa Ley de M... en fin. Caminé hasta llegar a las puertas, que al parecer estaban cerradas y pude ir viendo más o menos que gente había -Hola- saludé con brevedad mientras los observaba uno a uno -A ver... una chica de pelo corto con un Sneasel... no le veo nada especial- fui pensando -Un chico de uniforme con un Deino a su lado... tiene pinta de militar o algo de eso- fue lo que pensé del chico -Otro chico más. Sólo que este parece incómodo de estar aquí y muy joven... como sea menor de dieciocho pero le den una licencia cuando a mi no, me cabreare- pensé con total normalidad -Y la última es...- fui pensando mientras miraba la chica que recuperaba el aliento -Hola Emily. Hola Ike. ¿Que tal?- las saludé con la mano... a ella si la conocía, por lo que me acerqué a ella.

Entonces, se escuchó el timbre de una bici a lo lejos. Pronto, por el camino se vio llegar a un ciclista que fue frenando hasta quedarse a la misma altura de todos. 

El chico, moreno de pelo negro, vistiendo colores vivaces, se caracterizaba por tener un ojo de cada color. 

—¡Menos mal! —dijo mientras se quitaba el casco—. Creía que no llegaba. 

En ese momento, miró a su alrededor. Había poca gente, pero pareció darse por satisfecho. 

—¡Hola a todos! Me llamo Ian. ¿Habéis venido a por la licencia? —la última parte sonó casi a que necesitaba escuchar que no se había equivocado de sitio. 

Mientras Ian aún se estaba presentando, una chica vestida de rosa terminó de subir la colina. 

Llevaba flores en el pelo, un bolsito colgado y zapatitos con dos pompones en los cordones. Risueña, parecía contenta de estar allí. Sin embargo, no dijo palabra alguna a los presentes. Saludó con la mano cuando sus ojos hicieron contacto visual con los vuestros, pero nada más. 

Parecía muy emocionada, algo que chocaba con su silencio. 

Aunque todo atisbo de educación desapareció cuando me dí cuenta de que había alguien que reconocía allí - ¡Alex! - Exclamé cuando salí corriendo a por quien me saludó abrazandole fuertemente, casi tirandome a sus brazos - Que alegría verte aquí. Estaba un poco nerviosa por empezar y no conocer a nadie, pero sabiendo que estas tu aquí, estoy más tranquila. - Justo entonces, me aparté para darle una amplia sonrisa. - Deberías de haberte arreglado un poco para la ocasión, ahora saldrás mal en las fotos. ¿Has traido a Tetra contigo? ¿Nos hacemos una foto los cuatro juntos?

Tras el, venía más gente, aunque algo más rezagados. El primero fue un chico que venía en bici - Hola Ian, tranquilo has llegado bien, y sí, creo que es aquí. Yo también pensaba que llegaba tarde, supongo que me despisté con la hora. Je, je. - dije riendome y al mismo tiempo sintiendome un tanto torpe. Sin duda esa vena venía de mi padre. Tras Ian venía una chica que al igual que el chico que ya andaba allí, estaba igual de callada. La diferencia, que esta parecía haber venido con más ganas. - Hola. Oh, cierto - dije volviendo a ver a Ian - Yo me llamo Emily. Encantada de conoceros a todos. - dije ahora sí saludando con la educación que había mostrado en un principio y al mismo tiempo más suelta.

Como ya me imaginaba, Emily se lanzó contra mi dándome un abrazo contenta por verme -Yo también me alegro de verte- le dije con tono formal mientras le correspondía el abrazo... que mi carácter soliera ser serio no significaba que no me alegrase de ver a mi amiga de verdad -Bueno, pues a mi me conoces, no hace falta estar nerviosa- le terminé diciendo mientras ella se alejaba con una sonrisa.

Luego me soltó eso de que tendria que haberme arreglado para salir bien en las fotos, a lo que yo me encogi de hombros -Siempre salgo mal en las fotos... al menos así tengo comodidad- le dije a la chica. No soy una persona muy fotogenica -Si, me he traído a Tetra claro... ahora le saco para una foto- dije mientras sacaba su pokeball, para que dé ella saliera un Porygon variocolor con un collar al cuello -Menos mal que ya le podré quitar esa correa tan fea una vez tenga la licencia...- pensé.

Mientras le sacaba, fueron llegando otros dos chicos más a la puerta del profesor Oak. Uno era un chico que venía con mucha prisa con miedo a llegar tarde y que se presentó como Ian, y la otra era una chica que parecía llegar aquí ausente de todo con una sonrisa en la cara que simplemente saludo -Como no tenga un pokemon que sea una flor me sentiré como una víctima de estafa- pensé en mi cabeza. Asenti a la pregunta y presentación del chico a quien me limité a saludar con la mano, mientras que Emily se presentaba ante todos -Yo soy Alex- me presenté con brevedad... aún es muy pronto para saber si será un placer conocerles o no.

La chica con las flores en el pelo hace un gesto hacia donde estáis vosotras, intuyes que os está ofreciendo a sacar la foto. Al ver que Emily no se da cuenta, parece achicarse y empieza a jugar con el pelo. Parece una chica bastante insegura.
Lo vas a dejar pasar cuando un detalle más te llama la atención. Ni siquiera sabes cómo te acuerdas, pero ese gesto que ha hecho para ella misma jurarías que significa "foto" en lenguaje de señas.

Un enorme coche negro de aspecto caro subió por la colina. Apenas quedaban unos minutos para las 10 y, puntual como un reloj, el coche se detuvo enfrente de la verja. Un chófer de aspecto elegante y manos enguantadas descendió del asiento del conductor y abrió la puerta trasera, donde bajó un joven de cabello ligeramente largo y profundos ojos azules. 

Seguramente algo incómodo con el trato recibido, hizo un aspaviento al chófer y le susurró unas palabras en una lengua extranjera. El chófer, tras hacer una reverencia, no tardó en volver al asiento del conductor para continuar por el camino, de vuelta al centro de Ciudad Paleta. 

El joven se tapo la boca con la mano, tosió para aclararse la garganta y se acercó al grupo, tratando de no llamar la atención. Sin embargo, por más que quisiera no hacerlo, destacaba. Varias personas le observaban con cara de sorpresa, el chico de pelo azul y la chica de las flores los primeros. A decir verdad, sólo Emily y Alex parecían no ser capaces de ubicar a la primera al joven. 

Rowan se puso aún más tieso, si es que eso era posible. Aqua también pareció reconocerle, pero no le dio demasiada importancia. 

—Bongiorno... —murmuró él, a sabiendas de las miradas sobre su persona. 

Trató de mantenerse neutral, pero se le notaba que no estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones. ¿Por qué habría venido solo? Tenía fama de ir siempre con escolta. 

Ian, que aún estaba recuperando el aliento y había ido a dejar la bicicleta en una esquina, se perdió gran parte de la escena. Cuando llegó de vuelta, contestó con simpatía a Emily: 

—Una placer, Emily. Pues menos mal, ¡de verdad que sí! ¿Te imaginas llegar tarde? ¡Mi viejo me mata! Bueno, y mi hermana me mata dos veces... —siguió hablando, casi como si no tuviera filtro. 

De repente, al darse cuenta de que había una persona más, se giró hacia el chico de ojos azules. 

—Eh, tío. No te vi llegar. Me llamo Ian, un placer —se presentó risueño ante él. 

Como si una brisa fría corriera entre ambos, todo se heló de la tensión (aunque Ian parecía ni notarlo). Al fin, tras unos segundos de pausa, el chico de ojos azules sacó la mano del bolsillo, y le estrechó la mano brevemente. 

—Luca —contestó mientras le daba el estrechón. 

Acto seguido, su mano volvió a desaparecer en uno de sus bolsillos y volvió a mirar al frente. 

—Encantado, Luca —contestó Ian mientras seguía sin hacer caso del ambiente extraño. 

En ese momento, se giro hacia todos, ojeando todo con la mirada, mientras Emily y Alex seguían entretenidas con la foto, muy cerca de donde estaba la chica de flores en el pelo.

—Tíos, ¿por qué la mayoría estáis tan serios? ¡Hemos aprobado, colegas! ¿No deberíamos de estar más animados y pensando en nuestro nuevo compañero pokemon? 

Sin duda aquel cochazo negro parandose delante del laboratorio llamo poderosamente mi atención... y como para no hacerlo teniendo en cuenta que todo el mundo aquí presente también se había girado para verlo y para fijarse en el chico que salía de éste. Al principio no entendí tanta reacción por ese tipo... pero al fijarme mejor en el, me sonó haber visto alguna imagen o foto suya en algun periódico o noticiario -Luca Corleone...- pense en mi cabeza, mientras le veía presentarse y hablar... hmm, no es que me pareciera mala persona. No voy a ser yo quien le juzgue porque sus padres sean mafiosos.

Sinceramente no le eche más cuenta de la inicial -Hola Luca- le saludé, y luego volví a observar a la chica de las flores, pues me había parecido que se había acercado un poco hacia nosotros con un gesto... y cuando la seguí observando noté el otro gesto que hizo -Emily, creo que esa chica se está ofreciendo a hacernos la foto- le comenté a mi amiga, y luego mire a la chica de las flores -¿Nos quieres hacer la foto?- le pregunté a la chica, esperando una respuesta.

La chica asintió sonriente y miró a Emily para ver si aceptaba y le dejaba la cámara. Nuevamente, no dijo palabra alguna. Jugaba nerviosamente con las manos mientras esperaba la respuesta de Emily.

Saludo a todos los que llegan con un gesto de la cabeza y un escueto "Hola". Las relaciones sociales nunca fueron mi fuerte, pero eso no es impedimento para ser educado. Sin embargo, no comparto su aura de positivismo ni amistad. Algunos parecen conocerse de antes, curioso.

Consulto mi reloj para saber cuanto tiempo falta y me inclino para acariciarle la cabeza a Deino, que también empezaba a mostrar leves signos de impaciencia. Entonces llega un coche, y de él se apea un rostro conocido. Muy conocido. Me incorporo de golpe, como si me hubieran dado un latigazo, y hago crujir el cuero de mis guantes cuando aprieto el puño. El muchacho avanza con parsimonia, aparentando tranquilidad. Otro chico, Ian, se presenta ante él y gracias a eso confirmo su identidad.

Luca. Luca Corleone

Durante unos segundos siento la tentación de apresarlo, aquí y ahora. Llevar ante la justicia a un miembro de esa familia de mafiosos, y arrastrar con él a todo su clan. Pero logro contenerme. La justicia no actúa así. A los criminales se les castiga cuando las pruebas lo demuestran. Cuando su culpabilidad queda expuesta. Los Corleone son culpables, pero no hay nada que apunte directamente a este chico.

Aún.

Le observo fijamente unos segundos, y cuando todos se vuelven a quedar en silencio levanto la voz para que me puedan oír.

-Mis disculpas por no haberme presentado antes. Mi nombre es Rowan. Rowan Wynn.

Reí muy por lo bajo al decirme que no debía estar nerviosa, y aunque era real, era genial tener a alguien preocupandose por mi. - Sí, ya estoy más tranquila, ahora me falta no despistarme, como mi padre. - Saqué levemente la lengua al burlarme de él, pues sabía que si lo hacía luego me podía esperar cualquier reprimenda hacia mi por lo mismo, esperaba no empezar a despistarme pronto.

Luego empezó a llegar un chico en un coche lujoso al principio pensaba que ibamos a empezar con chico pijo y rico y fue una gran sorpresa, aunque después de repasar el elenco que había alrededor, eramos unos cuantos un tanto variopintos. Ian vino entonces para presentarse y hablar un poco del tema de llegar tarde. Reí esta vez menos por lo bajo - Seguro, mi madre no me lo perdonaría. Solo espero que no me pase nunca - negué con la mano enfrente de mi cara. Me había caido bien de inicio Ian. Podría decirse que empezaba con buen pie mi aventura. Me sorprendió oir el nombre del chico nuevo que había venido y entonces pensé un poco, entre como era fisicamente, la forma de estar de los demás y el nombre empecé a pensar en un tal Luca Corleone - ¿Ese es el mismo Luca Corleone del que hablaba mi padre? ¿Y es modelo de fotos? Me pregunto si... ¿Le importará que le haga una foto? Tener a alguien famoso en mi album sería genial - Pensaba mientras para mi misma mientras el resto se presentaba.

-Oh, cierto, m-mi nombre es Emily Phoenix, quiero ser coordinadora y fotografa. Encantada de conocerte - Al contrario que los demás estaba más euforica todavía y se notaba en que había ampliado quien era. También lo dije a Rowan y a los dos, dirigiendo mi mirada a ambos consecutivamente dije - Encantada de conoceros. - Sonreí muy amablemente a todos. - Por ahora todos me caen bien. Esto es genial. Tenía miedo de que hubiera alguien raro o con mala cara, pero por ahora... Estoy bien.

Fue entonces que me di cuenta de la chica de las flores y Alex y que me estaba pidiendo sacarnos una foto. - Oh ¡Ah! - Me sorprendí - Sí, sí, claro que sí. - Dije mientras me quitaba la camara del cuello. - Toma. Después te haré una foto a ti ¿Vale? Y bueno... si quereis también al resto, y si no a vuestros pokemon si no os importa - dije sonriendo muy pillinamente mientras miraba a Luca de reojo - Espero que no te importe. - No era bueno que tuviera una fanatica detrás así que tenía que contenerme un poco. Tras ello me puse al lado de Alex y sonreí mientras le daba un abrazo con Riolu a mis pies - Dí, Jiiiiiiiiiiiiiinx - dije sonriendo y posando.

Una muda, un puñado de gente nerviosa por llegar tarde y... *suspiro* un ídol, o al menos debe creérselo.

Se acercó con calma a la puerta del laboratorio, con calma, había llegado primera y nadie le iba a privar de su derecho de entrar primera, a menos que quisieran un buen puñetazo de regalo.

- que te parece Sombra... ¿Con ganas de tirar ese collar inútil? - de hecho el pokemon ya se lo había quitado por cuenta propia, y jugaba a darle vueltas en su dedo, parecía estar esperando el pistoletazo de salida, sonriendo con cierta malicia, ¿planearía tirárselo a alguien? Una mirada fugaz se desvió al chico Corleone, sin duda a ese sneasel le gustaba la idea de molestar un poco a alguien. Teniendo una petición de Aqua de no hacer novatadas al nuevo pokemon, ya buscaba su próximo objetivo.

Ciudad Azafrán, 15 de Abril 9:40

Cuando cerró la puerta del Gimnasio Azafrán a su espalda, lo hizo usando la mano derecha y no sus habilidades como venía siendo lo normal. Después de cerrar aquella puerta, levantó la vista durante unos segundos mientras fruncía el ceño, pensando lo suficientemente en alto como para que Rauru se acercara a él, andando, y le tirara de la tela del pantalón. No tenía claro del todo como se había dejado liar por Kat para que iniciara aquel viaje. Las mujeres podían ser muy persuasivas. Con un largo resoplo, se giró hacia el Abra, agachándose junto a él para comprobar aquel collar.

Pronto. Fue la única palabra que quiso trasmitir esta vez de forma mental y pública. Un eco mental demasiado fuerte como para medirlo y controlarlo. Rauru había sido su amigo y compañero desde que había salido del huevo, regalo de Kat hace unos años. Y en cierta manera, tener que llevarlo con aquel collar le pesaba tanto como la idea de tener que hacer aquel viaje. Y aún tenía que dar las gracias, él había sido de los pocos agraciados en recibir una beca para sacarse aquella licencia, fruto de sus trabajos universitarios sobre la relación psicológica entre entrenadores y pokemon que había despertado el interés de organizaciones regionales.

Era hora de marchar, así que llevó la mano a la frente de Rauru y cerró los ojos. Aquello era algo que no solía hacer, entre otras, por el dolor de cabeza que le dejaba después, y la falsa sensación de no desplazamiento, a pesar de estar muy lejos de casa. Se concentró, y dejó que Rauru hiciera el resto del trabajo, desapareciendo en un abrir y cerrar de ojos.

Ciudad Paleta, 15 de Abril 9:47

Nunca había esta allí, así que al abrir los ojos se encontró en una de las plazas más grandes del lugar, un lugar ideal para "aterrizar" sin peligro a terminar atrapado en ningún sitio, o hacer daño a nadie. Soltó la frente del Abra, acariciandolo acto seguido como felicitación por el teletransporte. Sacó la pokegear, buscando el nombre de la plaza donde estaba para acabar encontrando el camino hacia el antiguo Laboratorio de Oak. Según había escuchado en las noticias, el nieto de Samuel había hecho un buen trabajo reformando, ampliando y continuando el trabajo de su antecesor.

Tras dedicarle una mirada a Rauru, este comenzó a levitar con un suave brillo azulado y se situó junto a James, quien inició su marcha de ascenso por la colina hasta su objetivo. Mientras caminaba, no podía evitar pensar cuanto tiempo le llevaría aquel viaje, como sería y como acabaría. También volvió a darle vueltas al asunto del CEREN, este era el último cartucho de Kat para que abandonara la idea de convertirse en Agente, mientras él lo veía como una forma de abrirse nuevos caminos dentro de la organización. Quizás aquello le acabara gustando, y pasara del trabajo de oficina al trabajo de campo.

Todo sea dicho, mientras más vueltas le daba, más le convencia obtener su licencia y obtener las ocho medallas para probar su valía como entrenador, como miembro del gimnasio Azafrán y como aspirante a Agente CEREN.

Al llegar a las puertas del laboratorio, comprobó que debía de ser los últimos en llegar. Se había enrollado demasiado en la despedida con Kat, y este era el evidente resultado de la ecuación. Pasó la vista por los presentes, avanzando con paso tranquilo e indicándole con la mano al Abra que dejara de levitar, y comenzara a caminar.

- Buenos días. - Saludó a los presentes. No preguntó si estaban allí para la licencia. Casi podía escuchar a algunos corear a grito mental "¡Queremos la licencia! ¡Queremos la licencia!" - Soy James, encantado. - se presentó, e inclinó la cabeza con educación. Reconocía allí almenos a un par de personas. Por un lado a Luca. - Luca. - le llamó por su nombre, asintiendo con la cabeza. Hicieron el examen escrito para la licencia juntos, tuvo que explicarle que la gente como él debía hacer exámenes diferentes al resto por obvias razones. Fue aquel día que se enteró que Luca pertenecía a una familia... especial, y para suerte para James, la actitud del chaval ante sus explicaciones fueron bien recibidas. Al otro que conocía, lo hacía de forma indirecta. - Juez Wynn. - También le saludó. Este segundo le parecía un sujeto interesante. Le gustaría hacer unas preguntas en pro de una tesis que estaba desarrollando sobre las interrelaciones familiares de hogares rotos. Puede que más adelante, estos temas debían tocarse con calma y delicadeza.