Partida Rol por web

-El camino tiene que desembocar en algún lado, sigamos el sonido y veamos a donde sale, creo que en esta situación es lo mejor que podemos hacer- dije mirando el techo y tratando de ubicarme.

El sonido se mueve constantemente. Es como un raspar o un crujido. A veces se calla. A veces vuelve a empezar. Parece que lo habéis oído por la derecha.

-Alex tiene razón. De hecho creo que nuestra única opción es seguir camino adelante y esperar a ver hacia dónde nos lleva.

-Revisaré las demás puertas y los alcanzaré, ustedes no pierdan el ruido- dije sacando a Eliza de su pokéball - ella los olfateará y los encontraré, no se preocupen- dije acercándome a investigar las puertas de la izquierda.

La eevee de Alex salta grácilmente al suelo cuando este la libera de su pokéball. Parece algo sorprendida del lugar que la rodea, pero también animada y con ganas de explorar. Acompaña al chico de buena gana mientras el chico explora las puertas de la izquierda.

La primera puerta está bloqueada. No es que esté echada con llave, está atascada. De hecho, puede entreabrirse un centímetro, pero más allá de eso, no hay forma de moverla. Lo más probable es que haya una o varias raíces al otro lado, dentro de la estancia.

La segunda puerta da a un dormitorio sencillo y austero; el Team Rocket suele disponer de algunos en sus bases para que sus soldados puedan descansar entre misiones o para cuando se ven en necesidad de un "piso franco". Está atestado de raíces que se descuelgan desde el techo como si de ekans negras se tratase, pero aún está practicable: se puede entrar y avanzar por la habitación sin demasiado problema. La cama está deshecha.

La tercera puerta de características similares al anterior y en similares condiciones, pero la cama está sin hacer. Es decir, en el otro la cama tenía unas sábanas revueltas, como de haberse usado hace poco. En este aparece el colchón desnudo, a la espera claramente de que quien pretenda usarla pida la correspondiente ropa de cama limpia a suministros.

Las oscuras raíces que surcan las habitaciones crean una innegable sensación de desasosiego. Eliza entra en las habitaciones con decisión, pero cada tanto se vuelve a mirar a su entrenador, para cerciorarse de que la acompaña.

La primer puerta no podía abrirse, la segunda llevaba  una habitación donde hace poco debió haber habido alguien, la tercera era una habitación que no se había usado.

Volví a la segunda habitación y me puse a buscar entre las cosas a ver si había algo útil.

Luego de eso llamé a Eliza.

-Huele las sábanas y fíjate si puedes seguir el rastro de quien haya estado aquí-

En la habitación no hay ningún artículo personal ni de utilidad más allá de mantas, toallas y cosas así, aunque es evidente que alguien ha dormido ahí hasta hará cosa de una hora. Las raíces llegan hasta la cama. Lo más probable es que quien haya dormido ahí se haya pegado un buen susto al despertar en mitad de la oscuridad rodeado de las ásperas y frías raíces que se descuelgan desde el techo.

Eliza olfatea la cama deshecha. El rastro está muy fresco, probablemente hasta su entrenador podría seguirlo, prácticamente. La eevee deja escapar un pequeño ladrido de entusiasmo y se pone a olfatear por la habitación, al trote y moviendo la cola. Tras dar una vuelta olisqueándolo todo, sale por la puerta al pasillo y avanza unos metros, contando con que el chico la siga.

Nada útil, pero el rastro estaba fresco.

-Bien, guíame preciosa- le dije a Eliza mientras caminaba rápido detrás de ella, no quería correr salvo que fuera necesario, además si no me encontraba con los demás todavía mucho mejor, ellos buscaban a Shiert por una cosa, y yo lo buscaba por otra, lo malo era que si yo lo encontraba antes ellos de seguro no lo encontrarían jamás.

Bruce camina despacio hacia la pared de la que procedía el ruido, pero no se llega a colocar a distancia de toque. Mira al detective y, con cara de reflexión, le comenta.

- ¿Podría ser un pokemon? Esperemos no resultarle una amenaza, porque podríamos llevarnos un disgusto- recula y se acerca a Tide.

CATACROQUER.

CRAC. Catacrac...

El sonido de caer y rodar unos trozos de techo se oye nítidamente detrás de la puerta que hay a la derecha, aplificado por el silencio sepulcral y la oscuridad del subterráneo.

Eliza sigue el rastro hasta el pasillo moviendo la cola muy animada... hasta pararse de repente. Confundida, vuelve sobre sus pasos, localiza de nuevo el rastro y al final acaba dando vueltas sobre sí misma en el punto en el que lo perdió la primera vez. Viéndose incapaz de seguirlo más allá de ese lugar -un espacio vacío donde no hay absolutamente nada de especial- se vuelve a mirar a su entrenador, haciendo ruiditos lastimeros, frustrada y confusa.

-Sea lo que sea, lo mejor es que nos enfrentemos al peligro cuanto antes.

No bien el chico de traje ha terminado de decir estas palabras cuando la chica, Nadia, abre la puerta sin pensárselo dos veces. Adiós al plan sensato y cauteloso de Bruce.

Al otro lado hay una sala más o menos grande (sin llegar al tamaño de un gimnasio o un comedor común, pero más o menos espaciosa) cuyo techo está prácticamente derruido. La mitad de la sala aparece cubierta de escombros, pequeños trozos de los cuales aún están rodando. Parece que lo que acaban de oír es un trozo de techo desplomándose, aunque evidentemente la mayor parte de la montaña de escombros que tienen delante ya estaba así cuando llegaron.

-¡Gau! -Zorua se lanza a investigar los escombros, olfateando con la cola en alto.

Algo se mueve en el techo.

Me acerco a la pared y la observo detenidamente, pasando la mano a ver si hay algo allí dentro.

-Crees poder derribarla de ser necesario?- pregunté mirándola.

Sino tengo a Xatú y ahora estoy solo como para usarlo...

La eevee mira a su entrenador, mira a la pared y vuelve a mirar a su entrenador con ojos como platos.

Niega con la cabeza.

Un pokémon realista.

Por otra parte, por lo que el chico ha visto, ese tabique da por el otro lado a una de las habitaciones que ya ha explorado. Tampoco parece que haya ninguna trampilla ni nada especial. Es como si el rastro se hubiera desvanecido.

Mmm...

Me quedé pensativo y comencé a caminar dando la vuelta, volviendo hacía la ruta que había tomado el otro grupo.

-Tal vez también tenga un pokémon que se pueda teletransportar- le dije a Eliza- busca a los demás y veamos que han averiguado-

Bruce, con cautela, entra despacio en la sala e intenta mirar el hueco del techo.

- Tide, quédate cerca mío. Si es un pokemon lo que hay arriba, te necesitaré amigo- confía totalmente en su pokemon y sabe que el Vaporeon tiene toda su confianza puesta en él.