Partida Rol por web

- Gracias por nada, se ve que ustedes ya son expertos en ser egoístas, voy a aprender mucho- nuevamente me comunicaba telepaticamente con todo ellos con un poco de molestia al ver que no hacían nada. Aunque me olvidé por completo de ello cuando Charmander se acercó a olisquearme, era muy lindo seguro yo era igual de tierna cuando era una bebé. 

Busqué entre mis ropajes un caramelo y lo puse en sus calidas manitas con una tierna sonrisa. Por primera vez hablé pero en idioma pokémon, aunque eso bastó para que al fin se conociera mi infantil y aguda voz.

- Ralts raltsy! (disfrutalo mucho)- unas palmaditas en su cabeza sellaron el intercambio luego volví a fijarme en mi entrenador ahí tirado. Cojí su mano aún a sabiendas de que no podía levantarlo y aún no conocía movimientos que me permitieran mover objetos o personas. Sabía confusión pero el efecto no sería agradable. 

- Estás bien humano? podrás pararte después de esa caída?- esta vez solo me comunicaba con él acerqué mucho mi rostro al suyo con un destello de preocupación- Vamos ponte de pie que haré yo sola sin un entrenador que me acompañe?

Ya veia que nadie le iba a ayudar, no lo pedia, no lo queria, aunque solia ser lo normal. Ralts cada vez estaba mas preocupada por el.

- Tranquila, solo estaba admirando lo fresquito que esta el suelo ahora en verano -le contesta con una sonrisa.

Acto seguido se apoya en la estanteria y haciendo algo de espacio entre los pokemn y el queda medio sentado, acto seguido da un golpe con las palmas abiertas en el suelo para impulsarse y se levanta de un salto. Ya de pie se agacha a recoger su baston y a Ralts para ponerla nuevamente en su hombro.

Da un par de pasos se acerca a Kate y le da un par de caramelos.

- Tranquila, puedo hacer mas, son de fabricacion propia. -dice dedicandole tambien una sonrisa luego se gira hacia el profesor y le tiende la mano- Bueno, muchas gracias profesor por su atencion, digame ¿Que le debemos?

Agradezco con la mejor de mis sonrisas a Mark sus caramelos. No sabía si su orgullo iba a aceptar que le ayudara. También miro con intensidad a la Ralts. Qué...leal.

- Te debo una - digo con simpatía - siento no haberte ayudado, no sabía si...te parecería bien - timidez de paleta. Disculpa perfecta, tapadera perfecta

La verdad es que el tipo no me ha caído demasiado mal. Si, claro, me ha mirado de arriba abajo. Como todos los hombres. Pero es más amable que la mayoría y muy educado. Supongo que podría investigar un poco sobre él.

Luego le dejo hacer el bobo con su Ralts, que parece incapaz de estar callada. Durante un momento siento también empatía hacia la pequeña Pokémon psíquico. Habría sido una buena compañera. Pero sin duda el que tengo es inmejorable. Un Charmander, nada menos. Mucha nobleza ha grabado el Gardevoir en su heráldica, pero sin duda, Charizard ocupa una posición más elevada en los estandartes. Es casi demasiada casualidad. Vigila Cass...Kate.

Abro la mano para ofrecerle los caramelos a Charmander mientras espero la respuesta del científico. Necesito una excusa para darme una vuelta por aquí y reconocer el labo, y quizá a sus ocupantes. Los informes me preocupan mucho.

- Ten, criatura - digo con voz suave - ¿Vendrás conmigo? - recuerdo a los Armonia. Los Pokémon deben poder elegir

Luego miro la pokéball, despectiva.

- Creo que eso no hará falta, ¿No crees? 

 A Sneasel no le cayó mal del todo su entrenador. En el fondo era lo que se esperaba, pero tenía la sensación de que no iba a ser tan cruel como se lo habían pintado. Al menos el chico se estaba limitando a preguntar cosas por el momento, lo cual era preferible a que las impusiese. Sin embargo, Sneasel no bajó la guardia y no exteriorizó lo que pensaba.

 ¿Un nombre? No, nunca me lo había planteado. Sneasel irá bien por el momento- Respondió mirando fijamente a Sasori.

"No sobrepases los límites de tu autoridad sobre mi, chico. Lo del nombre es cosa mía"

La pokemón blanca me entrega un caramelo, y me sonríe. Apenas escucho sus palabras me lo llevo a la boca y los mastico disfrutando el sabor mientras agito la cola, contento.-Chaaar… (Gracias)- contesto aun relamiéndome. Contento por encontrar con quien jugar doy un par de saltos. Cuando la bípeda me ofrece más caramelos me acerco con entusiasmo. Sujeto su mano por la muñeca mientras cojo una a una las golosinas, pasando la lengua por la mano. Apenas presto atención al gesto que tiene a la bola roja y blanca. Al acabar con los dulces relamo la mano una última vez y paso la cabeza por la otra, mientras un gorjeo leve sale de mi garganta. Permanezco entre sus piernas rodeando una pierna con la cola. Desde allí observo el lugar de nuevo.

El último pokémon en salir tiene un olor que no me gusta. Huele a frío y a amenaza y crueldad. Aunque la pluma que tiene sobre la cabeza es graciosa. Además, habla como los seres largos. Parece que mantiene una conversación con el bípedo del pelo rojo y la cara tapada. No llego a entender de qué hablan pero comprendo muchas de sus palabras. La actitud de ambos se parece.

La pokémon blanca se mantiene al lado del ser largo con la vara. Vuelve a subir al hombro de este.

Con ganas de jugar, abro la boca y muerdo, tan solo marcando, sin apretar; la pierna de la hembra larga (Kate). En cuanto reaccione, me pondré a moverme para que me trate de atraparme, obviamente evitando tal acción.

Barry había estado apartado todo este tiempo contemplando con una sonrisa nerviosa, pero cuando Gin hace ademán de irse se acerca tartamudeante-¡E..esperad, aún que...que...queda completar unos fo...formularios y las po...pokédex!

Con las prisas desliza su mano torpemente por la mesa arrastrando consigo varios frasquitos que se estrellan sin remedio en el suelo antes de poder reaccionar. Por suerte no parece que se trate de ningún producto peligroso, pues no desprenden gases ni se inflaman. El pobre hombre se pone aún mas nervioso, mirandos a vosotros y al desastre como si intentase decidir con cual de los dos emplearse primero.

-Yo me encargo de los muchachos-interviene una voz que os hace levantar la mirada hacia las escaleras que llevan al piso superior. Alguno lo habéis visto en revistas antes, con su inconfundible corte de pelo y con esa bata centenaria que lleva a todas partes, pero sorprende igualmente. Es increíble que un chico de 25 años, apenas mayor que vosotros, tenga la atención de la comunidad científica sobre sí y lo que es mejor...superase sus expectativas.

Pese a todo no parece estar en su mejor momento. Una profundas ojeras marcan su rostro y sus ojos están rojos, como si hubiera estado en vela o llorando...quizás las dos cosas. El aura que desprende es taciturna, pero pese a todo consigue esbozar una sonrisa cálida y sincera.

-Si sois tan amables...-os indica que subáis al piso de arriba, donde se sienta en una silla y os ofrece una a cada una mientras coge unos formularios de la mesa cercana. El contraste con la tecnología de abajo es apabullante; de los avanzados ordenadores de abajo a una sencilla cocina, una cama de matrimonio y unas pocas sillas con su mesa. En resumen, un hogar como cualquier otro.

-Será mejor que nos quedemos aquí arriba un rato, mientras Barry termina de limpiar eso. Disculpadle, no lo hace mal, pero se pone muy nervioso en cuanto hay más de dos personas a su alrededor y bueno...ya lo habéis visto y eso que se ha controlado mas que cuando vinieron aquellas dos chicas la semana pasada.

Ahora el Gobierno quiere tener más controlados a los entrenadores pokémon-explica mientras reparte los folios*-y saber quienes son y como son Y eso siempre es más papeleo y más complicaciones. No os preocupéis, es rápido de contestar, en poco tiempo podréis salir de aquí con vuestros pokémon. Y por supuesto aquí tenéis vuestras pokédex, totalmente programadas**-del bolsillo saca unas piezas similares a brazaletes que deja sobre la mesa.

Mark Mahler, ¿verdad? El General Mahler ya se encargó de correr con todos los gastos, pero si tienes interés te diré que los honorarios del capturador ascendían a 11750 P$***. Un Ralts es una especie costosa, máxime si se trata de una hembra...aunque para ser sincero el Abra de Gin es mas cara. Y bueno creo que eso es...-calla un instante, como si hubiese recordado algo en ese momento.

Ya se me olvidaba...me preguntaba si me podríais hacer un favor.

- Me estás discrimnando, como que la abra vale más que yo, no tiene mi encanto ni entretiene tanto. En una batalla le pateaba el culo- esta vez solo me  comuniqué con mi entrenador y con Oak, no tenía mucha educación como el resto de pokémon psiquicos pero así me gustaba ser- claro es porque no soy una señorita, que discriminación.

En lo que dura un pestañeo me teletransporté a la cabeza de Oak dandole un incomodo abrazo. - Lo que pasa contigo viejo es que estás amargado si no te divertirías mucho conmigo y no  me venderías tan barata. - cubrí sus ojos con mis manos riendome nuevamente - Donde está el profesor? aquí está- descubrí sus ojos repitiendo el proceso un par de veces.

Cuando ya me aburría de hacerlo volví al hombro de Mark apoyandome en su cabeza como si esta fuera una almohada.

- No te preocupes Mark si pones de tu parte nos divertiremos mucho y a veces hasta estaré dispuesta a cuidarte.- Mientras el llenaba las formas yo me puse a buscar alguna cosa divertida para robarme y llevarmela en el viaje.- Oye viejo no tienes pokeballs por ahí? por si me da por hacer amigos en el viaje. veee da igual aquí tienes un caramelo para que sonrías de nuevo.

Le metí un caramelo en su bolsillo y seguí husmeando por ahí a ver si encontraba algo útil. En el fondo iba a extrañar al profesor aunque solo lo había visto un par de veces en cautiverio había tenido la oportunidad de ver sus sueños y pesadillas cuando se paseaba por las incubadoras.

El chico se detuvo y por un segundo hizo ademán de ir a ayudar a Barry con el desastre. Sin embargo la voz de un muchacho joven llamó su atención, pidiéndole que subiera. Un suspiro pesado fue toda su respuesta mientras se dirigía hacia arriba

"¿Vienes?" Le preguntó a su compañera telepáticamente mientras se dirigía hacia las escaleras, subiendo estas pausadamente hasta llegar arriba, un poco sorprendido por el contraste que tenía el piso superior con el inferior... Esto parecía un acogedor hogar, si no fuese porque el trabajo estaba justo debajo de ti. Las ojeras del profesor delataban lo cansado que esto podía ser... Y definitivamente, el resto de su semblante no parecía augurar nada bueno. ¿Qué pasaba? Sabía que podía intentar algo, pero le parecía irrespetuoso siquiera pensar sobre ello... Tal vez haría mejor simplemente hacer un ofrecimiento silencioso.

El chico tomó su brazalete y se lo puso, dejando sobre la mesa el formulario que había llenado de manera casi ausente mientras mantenía, como ya le era costumbre, el resto de sus sentidos en una atención ausente... Sin embargo, al oír la mención de su nombre y el de su compañera levantó la vista ¿Más cara? ¿Qué rayos estaban pensando sus padres? Si bien era un hermoso gesto, los honorarios habían sido elevados para Ralts, y aún más para Abra, según el profesor. Ahora si que no tenía opción. Tenía que volver a su hogar como el campeón y nada menos.

-Por supuesto, profesor. Sería un placer ayudarlo en lo que necesite- La voz suave de Gin fue la primera en oírse, saltando directo a ofrecerse para ayudar al profesor. Realmente se sentía mal por el estado del hombre y se sentía en la necesidad de ayudarlo, aún si sólo fuera en una tontería, el joven entrenador sabía lo bien que venía una mano amiga cuando uno se encontraba sobrecargado... Tal como parecía estarlo Oak en aquel momento.

Mark miro a Kate duranto un momento con una mirada mezclada de agradecimiento y cansancio. Sin embargo le vuelve a sonreir.

- Nada, nada, mujer, la verdad es que la gente suele ayudarme y tratarme como un no-valido, lo que no quiere decir que no sepa arreglarmelas solo.

Justo en ese momento una voz les llama desde el piso superior. El famoso profesor Oak. Llegando con algo de retraso agradece las sillas con un asentimiento y comienza a escuchar todo lo que el profesor les explica. Pronto con un gesto mas que entrenado se coloca su pokedex en la muñeca, su rostro se torna algo mas serio y utilizando la mente de Ralts como caja de resonancia, un truco utilizado comunicarse durante los momentos de sigilo, manda un mensaje al profesor. Su falta de costumbre se nota, sin embargo consigue lanzar un mensaje claro. 

"Sea integro"

Mira al profesor mientras habla de los gobiernos y como se inmiscuyen, luego vuelve a cambiar su rostro a algo menos serio.

- Mi padre siempre fue un exagerado, jejeje -dice al resto del grupo algo apenado y ruborizado- Por cierto, no se llama Ralts, se llama Sweet, pero claro Profesor, diganos. ¿Que necesita?

No lo entendía. Gin se iba, pero noté alguna perturbación en el ambiente. Parecía que las cosas no habían acabado, por lo que me quedé quieta mirando a Gin sin decirle nada. Los Ralts eran muy raros, fue lo único que pude deducir del comportamiento de aquél Pokérmon. Parecía un Pokémon con una especie de trastorno de hiperactividad. Miré la actuación del ex-militar y no pude evitar tener que esconder una sonrisa socarrona bajando la cabeza y mirando al suelo. ¡Parecía un muñeco con los que jugaban los niños en el parque! Respiré tranquilamente, cruzando mis piernas. Cuando se me pasó la sonrisa, un par de segundos después, alcé la mirada de nuevo. Caramelos. ¿Por qué caramelos? No entendía el motivo por el que todos los Pokémon buscaban caramelos en aquél momento. A mí no me parecía una cosa adecuada. Los niños y las mascotas se volvían maleducadas y revoltosas, y eso es lo que me daba la impresión que estaba sucediendo con Ralts, que ya le había robado caramelos a su maestro.

Y así vino el profesor Oak, tras lo que tuve que acompañar a mi entrenador arriba. Me levanté y lo seguí. Allí nos explicó un rollo interminable, con el gobierno controlándonos y el precio que habíamos costado para cada uno. ¿Acaso eso importaba? Bueno, para mí, en parte. Así pues, me había acabado de enterar que había sido vendida a una persona solo para contentar a un crío. La verdad es que no me importaba del todo, mientras el entrenador fuera bueno y aprendiera de él. Ralts seguía a lo suyo, hacer lo que le diera la gana bajo la mirada de aquél hombre llamado Mark de forma totalmente inmune. ¿Por qué Gin me habla telepáticamente, cuando le he dicho que con miembros de la raza humana no suelo hacerlo y me incomoda? Pronto Gin contestó al profesor, y me acerqué al joven, posicionándome justo al lado de él. No tenía nada que decir, y quería irme de allí.

Sonrío con simpatía a Mark. Espero que eso aplaque a su bestia parda, que para llamarse Sweet de momento ha demostrado ser bastante cafre. Esos dos me caen bien.

Iba a ponerme a jugar con el Charmander, pero justo cuando me estoy agachando y empezando a moverme, oigo su voz. Me pongo tensa. Puede que mi Pokémon lo note. Alzo la mirada y veo al famoso Oak. El famoso Oak. El famoso Oak. Evalúo cada gesto. Cada movimiento. Mi mente ya está buscando cualqueir tic nervioso o cualquier vieja herida. Mis ojos analizan cada pequeño detalle en busca de cosas que pueda utilizar a mi favor.

Nos sube a su hogar. Qué amable por su parte alejarnos de sus tan jugosos experimentos. Tengo que volver al labo. Tendré que camelarme al Señor Entrecortado...¿Barry se llamaba? Entonces azlo la ceja ante algo que dice.

- ¿Dos chicas? - digo fingiendo inocencia paleta - ¿Han empezado su viaje Pokémon? Podría buscarlas en el camino - luego finjo avergonzarme - bueno...si a los demás os parece bien, cuantos más mejor, ¿no? mi madre siempre decía que los caminos son peligrosos - y la madre de Kate sabía mucho de eso porque tuvo un mal encuentro con un Pokémon en el camino, decido rápidamente

Miro los folios. El Gobierno de los plebeyos y su manía de tener a todos contados y sumisos. En fin. Kate Manson no sabe de esas cosas, mientras Oak habla, relleno en silencio el formulario. Menos mal que preparé mi historia. Luego nos da las Pokédex. Qué bien equipadas...un dispositivo de vigilancia gubernamental en toda regla. Tendré que andarme con cuidado.

Entonces algo me supera. Hago una tontería.

- ¿Eres hijo del general Mahler? - no era un rey, pero tampoco era una granjero. No sé si estaba dentro del tinglado. Es de Teselia, pero creo que se opuso a los ataques químicos. No puedo saberlo. Mierda, tengo que disimular - perdón - Kate Manson, maldita imbécil, paleta perdida - es que creo que le vi concediendo una entrevista, o leí algo de él en un revista parecía importante

Supongo que se lo tragarán. No es demasiado inversosímil. Pero ahora ya sé que le pasó a este tipo en la pierna. Aquel informe casi hizo llorar a los Armonia. Catleya me habló de él. Mark Mahler se hizo querer por su Pokémon, tanto como para morir por él. Y por eso tiene el respeto de muchos, incluso el mío.

Distraídamente, mi mano va hacia el Charmander, al que acaricio distraídamente. Espero que la vida no nos depare eso...¿él se sacrificaría por mí?

¿Un favor? Perfecto, así podré fisgonear y tendré una excusa para quedarme un tiempo por aquí.

- Claro, profesor

Decepcionado veo como la atención que por fin había logrado es dirigida a un nuevo bípedo de color blanco. Noto una tensión de la hembra, me pongo en guardia, bajando ligeramente la cabeza y levantando la cola. Sigo de cerca a la bípeda y me subo a sus rodillas cuando se sienta.

Veo a Ralts, jugar con el ser de blanco y darle caramelos. Observo con curiosidad la escena desde el regazo en el que estoy. ¿Por qué provocara tensión en esta criatura pero no en la pokémon? El ser alargado de la vara la llama Sweet ¿Quiere eso decir que ahora no es un Ralts? Trato de captar la conversación, no comprendo realmente el contenido aunque comienzo a entender algunos sonidos.

La bípeda que he tomado como propia examina un objeto de color rojo y unas hojas finas y blancas con líneas negras raras. De nuevo tensión. Esta vez por el ser de la vara ¿Sería porque ambos eran machos? Puede que esté en celo.

La mano de mi entrenadora comienza a acariciarme. Disfrutando el arrumaco muevo la cabeza para que me rasque.  Un ronroneo involuntario comienza en mi garganta y balanceo la cola complacido por la antencion. 

- Sweet es un bonito nombre- aburrida de buscar cosas que "llevarme prestadas" me senté en una mesa cogí un lápiz de por ahí y un formulario el cual di vuelta. Con una bonita Caligrafía escribí mi nombre nuevo, "se vería bonito con más colores". Luego dibujé a Mark, yo me dibuje al lado de él, ambos sonrientes. Siendo objetiva para mi era una obra de arte aunque en realidad parecía el dibujo de una niña de 6 años. 

La chica dueña de Charmander le habló a mi entrenador, ella no me gustaba hacía que la piel se me pusiera como de torchic. Si no me inmiscuía en su mente es porque sabía que hacerlo era un arma de doble filo para mi sensibilidad nata por un Ralts, ya cuando fuera más fuerte quizás podría divertirme un poco entrando a la mente de la gente.

- No confío en ella me da mala vibra- le dije mentalmente a mi entrenador metiendo en su bolsillo el dibujo que hice de nosotros.- Guardamelo que yo no tengo mochila, gracias.

Ya quería irme pero Mark parecía una buena persona y por esa razón seguro querría ayudar al anciano. Charmander jugaba con su entrenadora y los otros pokémon no parecían de la clase que jugaba, pues nada desaparecería un rato. Aunque en realidad solo me escondí bajo la cama luego de usar teletransporte.

-"Sneasel" es tu nombre de especie, no como individuo ¿A quien me voy a referir cuando combata contra o con uno de tu misma estirpe?- Dije cortante, preguntándome si acaso era una cuestión de falta de comprensión, o al revés, me estaba tomando el pelo.- Por ahora te llamare así, pero búscate otro nombre y pronto.- Ordene, dejando claro que no iba permitir un pokemon en mi grupo y sin nombre valido.

Después de un lamentable espectáculo del cojo y el asistente manazas, se presento el tal profesor Oak y nos llevo a firmar unos formularios "Ugh, papeleo.", entregarnos las pokedex, que seguramente estarían controladas por el gobierno para seguir nuestros pasos, e informarnos de que algunos se habían gastado el dinero de papa en sus pokemons.

-Vaya, pues si que cobran bien los soldados y ... señoritas.- Comente jocoso, preguntándome, si acaso el soldado había ganado el dinero de su familia militar ¿De donde lo habria sacado la tal Kate?- Depende, Doc, depende de que se trate, y que ganamos con ello.- Le dije al profesor, entregándole el formulario ya escrito.

A pesar de que no entras en contacto con su mente, cuando estás cerca del profesor no puedes evitar sentir una punzada de tristeza. Tiene que ser un sentimiento muy fuerte para que hayas podido captarlo inconscientemente.

-Gracias-os dice mientras recoge los formularios-bien, la cuestión es que me dejé mi portátil en la nueva excavación de las Montañas Amapola*, estuve allí hace un par de días por petición de un compañero para examinar unos símbolos que lo tenían desconcertado. Lo necesito con urgencia, tiene datos vitales para continuar con mi investigación actual y no puedo apartarme del laboratorio en estos momentos. Se lo encargaría a Barry, pero no me fio de en que estado pueda traérmelo o siquiera si lo encontrará...-se nota que está preocupado, y con razón.

Por descontado os pagare por ayudarme-añade tras escuchar a Sasori.- Las subvenciones del gobierno son generosas y meter vuestros gastos ahí es muy sencillo. Y si surge la ocasión, podría contrataros para nuevos recados que vayan surgiendo...me vendría muy bien contar con ayudantes en otras partes de Jhoto.

Si algo tiene muy buena pinta...¡joder! ¿Pero donde está la trampa, por Arceus, Dialga, Palkia y todo lo que hay en medio? Ir a buscar su portátil con información importante para su trabajo. Por dios, es como si me regalaran un Mew por navidades.

...Tranquila, que lo echas todo a perder. Estás en una sala con muchos Pokémon psíquicos. Aguanta. Si te ha pedido eso es porque cree que eres una paleta que no sabrá valorar el tesoro de información cuando lo tenga en sus manos.

Por primera vez, el entusiasmo es real cuando digo siendo Kate Manson:

- ¡Encantada de ayudar! ¡Será toda una aventura! ¿Te apetece, criatura? - digo sonriendo al Charmander con cariño

Luego asiento agradecida.

- Vaya...sería una gran ayuda que sufragara esos gastos, profesor. Este viaje... - no lo digo, que hile él solo, seguro que se ha leído la ficha de Kate Manson y sabe que no anda muy bien de dinero y hasta hace poco su hermano era un pozo negro - he trabajado en muchos sitios donde puede pedir referencias, en la granja Mu-mu, en algunos ferrys, en los bare sde Ciudad Olivo y Orquídea...no se arrepentirá

Chica de pueblo con ganas de ayudar. Creo que me ha salido perfecto. Pero tengo que seguir alerta. Todo tiene demasiada buena pinta.

Descansaba confortablemente en las rodillas de la hembra bípeda. Distraído, controlaba la habitación, aunque tan solo el ralts-Sweet parecía activo, inmerso en arañar una hoja blanca con palos de colores. De pronto desaparece, abro un ojo*, alerta, buscando. No entiendo que ha ocurrido ¿Donde esta? Husmeo el aire, levantando la cabeza; tratando de encontrar un rastro.

De nuevo, tensión y ¿jubilo? Miro a la hembra extrañado. Me enseña los dientes, pero no lo interpreto como un gesto de advertencia o agresión. Parece divertida y contenta. Me pregunta si me apetece; no se que es, pero si la pone tan contenta, quiero ir.- Chaaaar (Siiii)- Respondo.

Animado por la agitación, abandono las rodillas y correteo alrededor de la silla. Entonces comienzo a buscar a la pokemón como si de un juego se tratase.

-Entendido.- Respondí sin mas ante la oferta del profesor Oak. Era un trabajo, y bien pagado, no necesitaba saber mas, o nada que fuera delante del resto.- Voy a necesitar un equipo de espeleologia, y todo lo que recuerde sobre donde lo vio la ultima vez. En cuanto lo tenga, me pondré manos a la obra.

Mientras esperaba la respuesta de Oak, me fije en el juguetón charmander y la escurridiza ralts, mire abajo a mi sneasel, a diferencia de los otros parecia menos infantil y reservado "¿Me pregunto si le gustara tanto a los otros pokemons, como a mi me gustan los humanos? Lo dudo, los pokemons no pueden llegar a ser tan retorcidos, son demasiado sinceros para eso."