Partida Rol por web

Polvo al polvo

Bienvenidos a Gary

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07/05/2018, 15:01
Director

El hombre que se encontraba en la tienda detrás del mostrador miró a la mujer que entró para pagar de arriba abajo, puso los brazos sobre la mesa y dijo con voz grave: ¿Tengo pinta de vendedor de gasolina? Sin tiempo para que Rouse pudiera contestar, se oyó un grito agudo procedente del exterior. El dueño del local cogió una escopeta del panel de manera inmediata, la amartilló y encañonó a Rouse entre ceja y ceja. ¡Sal fuera! ¡Ahora!, ordenó con total determinación.

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07/05/2018, 16:05
Rouse
Sólo para el director

A rouse se le pasaron docenas de pensamientos en cuestión de milisegundos. Pero no hizo ningún movimiento brusco e hizo caso al de la escopeta.

¿Esto es un atraco? - se atrevió a preguntar con un tono bastante frio y calcamado.

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07/05/2018, 18:55
Jacinthe
Sólo para el director

Aquello era indignante. Mujer pecadora y sucia, su risa de ramera hería los oídos de Jacicnthe y pugnaba entre regresar cuanto antes a su refugio, del que no debía haber salido aquella noche, o dejar que el demonio adormecido en su interior prevaleciera y todo cobrara un nuevo sentido.

Cuando vio al guardaespaldas avanzar hacia ellos le quedó bastante claro que en aquel lugar, en aquel momento, ni cazaría ni lograría que la mujerzuela diera su brazo a torcer. Pero ya se ocuparía él de que antes o después, se retorciera...

-  Sé precavida, oh Jerusalén, no sea que mi alma se aleje de ti; no sea que yo te convierta en desolación, en tierra despoblada -  recitó señalándola con el dedo muy cerca de su rostro. Las palabras de Jeremías siempre le habían parecido sabias entre las grandes sabidurías que los textos sagrados encerraban. Y estas sí, estas podía entenderlas perfectamente. Miró a la mujer con sus ropas extravagantes y su pose desvergonzada. La miró de arriba abajo, empapándose del desprecio de su actitud y de cada rasgo de su rostro, guardándolos muy dentro de su frágil entendimiento. Luego, se dio la vuelta sin despedirse y caminó, buscando las calles más estrechas y los lugares más sórdidos, pretendiendo hallar en la sordidez su propia paz y, si Dios así lo proveía, algún alimento.
 

- Tiradas (1)
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07/05/2018, 20:27
Dan Smith
Sólo para el director

Dan dejó a Tommy allí recostado, como solía hacer después de alimentarse a su costa, le dejó unas monedas en el bolsillo, la calderilla de su cartera.

Caminó hasta salir de la oscuridad que reinaba bajo el puente y las luces eléctricas de la calle le invitaban a reflexionar sobre lo que se le había venido a la mente al alimentarse del indigente. ¿Acaso había tenido una visión del pasado de Tommy? Era como si la sangre del indigente tuviese algún tipo de memoria. Dan no le dio demasiada importancia a esos pensamientos, no era la primera vez que le venían pensamientos extraños a la mente, desde muy joven había tenido mucha imaginación.

Ahora caminaba por las calles con otros andares, aunque no estaba saciado con su cena se encontraba satisfecho y relajado, probablemente también a causa de los efectos del alcohol en su organismo.

Se dirigió a un bar que abría de noche, allí se reunían muchas mujeres que tomaban café después de terminar su trabajo como limpiadoras de autobuses, ya que el local estaba situado junto a los aparcamientos de los autobuses, en las afueras de la ciudad. Allí también se reunía una fauna bastante pasada de rosca, generalmente hombres ya entrados en años, pues el alcohol era verdaderamente barato en el local. Quería probar suerte, alimentarse de nuevo, la noche era joven.

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08/05/2018, 12:42
Director

El hombre salió de la tienda sin dejar de apuntar a Rouse. Detrás de ella, se hallaban los surtidores, así que lo más sensato era obedecer a un loco que vendía armas en una gasolinera. Aquel miró a su derecha: el individuo con el pelo rubio oscuro y largo pasaba la mano por su boca, manchada de sangre. A sus pies, una mujer de apariencia joven yacía en el suelo, con sangre en el cuello. ¡Muévete!, indicó el presunto vendedor a Rouse, haciendo un gesto con el arma para que se dirigiera hacia el otro hombre. Este sonrió con malévola expresión. Su constitución no hacía previsible en absoluto lo que sucedió de inmediato: a una velocidad que casi lo hacía desaparecer, recorrió la distancia que lo separaba del hombre de la escopeta en décimas de segundo y lo tiró al suelo con tan solo el impulso. Recogió el arma y lo golpeó en la cara varias veces con la culata. La sangre brotó también del rostro del armero. El desconocido que había atacado a la mujer y al hombre se volvió entonces hacia Rouse, sonriendo, con los brazos extendidos hacia el suelo y la cara en alto. Cogió la escopeta con ambas manos y la lanzó con fuerza hacia la vampira, que la atrapó en un acto reflejo. Parecía esperar la respuesta de la mujer con toda tranquilidad. 

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08/05/2018, 13:50
Rouse
Sólo para el director

Apenas le dio tiempo a coger la escopeta por acto reflejo. Mucho menos a entender que estaba pasando pero ese tipo le había ahorrado de gastar vitae y desde luego humano no era.

-Eeeeh... ¿Gracias?-Dijo a la vez que abría la escopeta para comprobar la munición, la cerraba y apoyaba el cañón sobre su hombro. -¿Me explicas que pasa aquí? -Demasiada violencia para ser de la torre pero era mejor no hacer conjeturas tan rápidamente. Tambien miró unos segundos al suelo, donde se encontraba el que hace uno instante le había estado apuntando, para ver si seguía vivo.

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08/05/2018, 14:38
Director

Jacinthe se alejó de la mujer a la que consideraba sucia y pecadora en el mejor de los casos. Se alejó de la plaza como Jeremías advirtió a Jerusalén, herido en su orgullo como en su cuerpo el profeta. No obstante, en su mente no había lugar para las Lamentaciones, sino para el recuerdo, casi fotográfico, del comportamiento y los rasgos de aquella joven gorda sobre la que, a buen seguro, caería su santa ira tarde o temprano. Buscó las calles y los lugares más sórdidos de la ciudad, que eran casi todos, en busca de una presa con la que resarcirse y alimentarse. Recorrió como un animal hambriento las calles oscuras y sucias en dirección al Hospital General, un hospital metodista que se hallaba más cercano a su refugio, mientras se lamentaba, ahora sí, de haber empezado la búsqueda por la zona del ayuntamiento, con sus calles y plazas bien trazadas, y con esa... mujer. Acaso por los salmos que había recitado antes de salir de la casa de sus padres, sin duda por la atención con la que observaba cualquier figura y movimiento, dio con una ambulancia que esperaba con las luces de emergencia dando vueltas en silencio en uno de los callejones de la parte posterior del hospital. Junto a las puertas abiertas, un enfermero negro, bajo y robusto parecía esperar a que alguien llegara sin tener consciencia alguna de la bestia que se acercaba por detrás.

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08/05/2018, 16:14
Director

Después de alimentarse, Dan llegó a uno de los pocos bares que abrían de noche en la ciudad. Esperó a unos metros de la entrada, en la marquesina descubierta y llena de garabatos de una parada de autobús. Reconoció sus iniciales en uno de los trazos que llenaban el cristal; aún era humano cuando lo dibujó. En el local, como de costumbre, se reunían las limpiadoras de autobuses de un aparcamiento cercano en el mismo estado de abandono que el resto de la ciudad. Allí tomaban café y allí soportaban los "piropos" de hombres mayores, llenos de alcohol barato y vacíos de esperanza y posibilidad. Uno de ellos salió tras una de las limpiadoras con la jarra de cerveza en la mano. Casi no se tenía en pie. ¿Tú qué miras?, gritó como pudo a Dan. En ese momento, el sonido de un mensaje se oyó en el teléfono móvil del joven. "Hola. Una Tzimisce de Detroit lleva algunos meses en Gary", decía bajo las iniciales JR. Dan levantó la cabeza y observó cómo el borracho de enfrente se llevaba la mano a la entrepierna y le dedicaba un gesto obsceno.

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08/05/2018, 19:07
Dan Smith
Sólo para el director

Dan guardó su teléfono en el bolsillo de su chaqueta e ignoró la provocación del borrachuzo. Siguió su camino sin darle bola, pero él ya había elegido a su presa. Esperó apoyado en una pared de una bocacalle cercana, seguía como un paciente depredador los movimientos de aquel borracho, esperando el momento oportuno para asaltarle e hincarle el diente de una forma discreta, lejos de las miradas de la gente que entraba y salía del bar.

Mientras seguía con una mirada atenta los movimientos de su próxima presa, esperando su oportunidad como depredador, pensó en el mensaje que había recibido. Consideró que el topo había hecho un buen trabajo, ahora el Brujah pretendía reportar la presencia de aquella Tzimisce esa misma noche, después de cenar por segunda vez.

La presencia de una inhumana Tzimisce en Gary le resultaba inaceptable, la Camarilla no podía bajar la guardia con ninguno de ellos. Esperaba que el Príncipe pensase lo mismo que él y le diese la oportunidad de sacarla de la ciudad a patadas.

La intención del Brujah era alimentarse del borracho, para luego acudir al Elíseo para reportar la información que había recibido.

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09/05/2018, 00:50
Sonya Miller
Sólo para el director

La visión del aura del hombre que se acercaba a ellos, hizo a Sonya enarcar una ceja durante un instante. Aquella noche no hacía más que cambiar por momentos. Sin embargo, ella no creía en curiosidades y dudaba mucho que Modius se cruzara con alguien así por casualidad. La Tzimisce decidió dejarse llevar por el Príncipe de Gary y fingió no darse cuenta de nada. Si aquello era una prueba, no sería ella quien se echara atrás.

Con su mejor sonrisa, Sonya se agarró ahora del hombre que acababa de unirse a ellos.

-¿Vamos?

Con paso firme se dirigió hacia el banco que Modius había señalado y tomó asiento en él. Juguetona y sin perder la sonrisa, se desplazó ligeramente hacia un lado dejando espacio para el otro hombre y palmeó suavemente el hueco libre junto a ella incitándole a sentarse a su lado.

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09/05/2018, 11:54
Director

¿De nada? El autor de la proeza parecía divertido con la reacción de la mujer. Miró un segundo hacia el Mercedes de Rouse. ¿Eres nueva en la ciudad?, preguntó mientras intentaba descubrir algo en su aspecto. Aquí no pasa nada, contestó a la pregunta de la vampira. En esta maldita ciudad nunca pasa nada, añadió con cierto pesar. Está muerta. Él vive aún, dijo al observar que Rouse se fijaba en el hombre del local. Y la mujer también, comentó en referencia a aquella de la que se había alimentado. Tras una breve pausa en la que caminó con andar pensativo, se dirigió de nuevo a Rouse. Lo que no sé es lo que voy a hacer contigo. Puede que no tengas tanta suerte, dijo y se echó a reír.

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09/05/2018, 12:33
Rouse
Sólo para el director

Si, como que acabo de llegar ahora mismo, tu has sido el comité de bienvenida por así decirlo. -Sonrió.

-Ya, eso me han dicho, que la ciudad está en la mierda. -Rouse solía ser mucho mas fina pero decidió que la situación requería un lenguaje mas "llano".
-Ya veo que respira, si. ¿Te importa si me lo cargo? No tengo por costumbre dejar vivos a los que me apuntan. -Pasó la escopeta del hombro a tenerla entre ambas manos con un dedo en el gatillo. Daba la sensación de que Rouse se sentía muy cómoda con ese tipo de armas en las manos y no le pesaba nada.

Le contestó a la risa con una sonrisa malvada mostrando los colmillos alargados. -¿Conmigo? Poca cosa la verdad. Podrías ser educado conmigo y presentarte, por ejemplo.

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09/05/2018, 13:03
Director

El borracho siguió con la poca atención que le quedaba los movimientos del joven. Se rascó la cabeza y pensó en entrar de nuevo al bar. Con la jarra de cerveza en la mano, se dirigió a la bocacalle por la que había desaparecido el chico, quizá con la intención de encontrarlo. Se movía de un lado a otro hasta que al final se cayó sobre la acera, rompiendo la jarra y derramando la cerveza. Empezó a reírse como un tonto. Se había cortado en la mano con un trozo de cristal. Se levantó como pudo y pasó los dedos por la camiseta blanca. Sobre la parte que cubría la enorme barriga, aparecieron unos trazos rojos a modo de líneas onduladas. Se rio aún más fuerte y empezó a cantar el himno nacional como si lo hiciera una bocina. Llegó a la bocacalle y se encontró con Dan. Sin dejar de cantar, orinó a sus pies.

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09/05/2018, 13:17
Director

El hombre del traje claro se sentó en el banco junto a Sonya como si no pudiera hacer otra cosa. De hecho, no podía; estaba dominado por completo por Modius. Acató la orden del vampiro con cierta confusión. La suspicacia hacia la pareja permanecía en su mente; sin embargo, no podía actuar en consecuencia. Miró a Sonya, a su lado. Sonreía. Él la miraba y se preguntaba si estaba siendo objeto de una broma, una actuación improvisada en la calle, oscura y vacía. Modius contemplaba la escena como si estuviera en la primera fila de un teatro, a punto de levantarse y aplaudir. ¡Perfecto! ¡Perfecto!, exclamó entusiasmado. ¡Incluso la luna nos acompaña!, añadió tras mirar al cielo. El hombre que se había sentado junto a Sonya, sin saber qué hacer ni qué decir, imitó al vampiro. ¡Adelante, Sonya!, incitó a la joven.

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09/05/2018, 13:49
Sonya Miller
Sólo para el director

Movida por el hambre, cada vez más acuciante, Sonya se dejó llevar. Durante un segundo mostró una sonrisa ladina en la que sus colmillos quedaron a la vista. Ella se abalanzó hacia el cuello expuesto del hombre del traje blanco, clavando sus colmillos en él para alimentarse. Cuando estuvo satisfecha, lamió la herida para cerrarla. Una gota juguetona quedó aún en sus labios y se apresuró a reocogerla recorriéndolos con la lengua, de manera juguetona, casi sensual.
 

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09/05/2018, 17:35
Dan Smith
Sólo para el director

Aunque el corte de la mano del borracho era tentador, finalmente, el Brujah decidió no alimentarse de él. El hombre estaba dando el cante demasiado, y nunca mejor dicho, porque con sus cantes a bocinazo limpio podía ser objeto de las miradas de cualquiera. Otro de los motivos por los que tampoco quiso alimentarse del borracho era que sospechaba que, aparte de alcohol, había consumido alguna que otra sustancia, ya que su comportamiento estaba siendo demasiado lamentable, igual que su equilibrio.

Dan se apartó de la meada, y se quedó con ganas de darle una lección de civismo. Curioso, porque precisamente él era el menos indicado para hacerlo.

Se dirigió al Elíseo para informar sobre la presencia de la Tzimisce.

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09/05/2018, 19:42
Jacinthe
Sólo para el director

Un negro era mejor que nada. Mejor que esa gorda asquerosa, al menos. Y no tenía muy claro Jacinthe que pudiera alimentarse de ella. No al menos con sangre fresca. 

Las calles sombrías y paupérrimas se apiadaron de mi y le trajeron nueva calma y una segunda oportunidad para aquella noche. Sería un sacrilegio desaprovechar la munificencia recibida. Así que avanzó paso a paso, despacio, en silencio. No se apresuró, ni se agachó escondiendo su cercanía. Sólo fue tras él, acercándose desde su retaguardia, dejando que sus pensamientos siguieran perdidos en las miserias humanas mientras las luces destellaban rojas alertándole del peligro que se cernía sobre él.

Porque la profecía de Isaías se volvía a cumplir a las puertas de aquel hospital.

 De oído oiréis, y no entenderéis;
 Y viendo veréis, y no percibiréis.

Pero aquel negro no iba a entender con el corazón, ni iba a convertirse, ni mucho menos lo sanaría el Salvador; sino que iba a servir a la bestia, que ya se removía en el interior del vástago.

- Tiradas (1)
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09/05/2018, 23:01
Director

El enfermero no se percató de la llegada sigilosa de Jacinthe. Se diría incluso que estaba demasiado tranquilo junto a las puertas traseras de la ambulancia. Tranquilo y aburrido. Se llevó la mano a la boca para disimular un bostezo que de todas formas no vería nadie. Se cruzó de brazos y balanceó el cuerpo ligeramente adelante y atrás, apoyando el peso en la punta de los pies y en los talones. Casi con toda seguridad, no había leído el Libro de Isaías y, si lo había hecho, era uno más de aquellos para los que el profeta era una "voz en el desierto". Lo más cerca que parecía de Dios era su estado como de trance provocado por las luces giratorias de la ambulancia.

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10/05/2018, 18:08
Director

El sorprendente desconocido hizo una reverencia teatral a Rouse cuando esta mencionó que él era el comité de bienvenida, por así decirlo. En las cenizas, sería más apropiado, señaló el hombre cuando la recién llegada comentó lo que le habían dicho sobre el estado de la ciudad en un lenguaje "llano". Después, al escuchar la tranquilidad con la que la mujer pedía permiso para "cargarse" al hombre que la había apuntado, el desconocido ladeó la cabeza como si no hubiera oído bien, la miró fijamente, sin parpadear, algo que solía hacer siempre. Sin duda, la joven lo había sorprendido como hacía tiempo que no le ocurría. Dudó si echarse unos pasos atrás y aplaudir, pero al final solo le cedió el paso con el brazo extendido hacia el vendedor en el suelo. Observó también la naturalidad con la que manejaba la escopeta, el dedo preparado en el gatillo. La noche pasaba a ser interesante. Cuando Rouse le mostró los colmillos, adoptó una actitud defensiva. ¿Quién eres?, preguntó serio, sin presentarse como le requería la joven.

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10/05/2018, 19:00
Rouse
Sólo para el director

Yo he preguntado antes, pero... -Dijo con gesto serio. -Mis amigos me llaman Rouse. -Entonces pasó a prestar su atención en "el armero". Lo gogió del cuello de la camisa y le obligó a ponerse medianamente en pie, mientras lo sujetaba con la mano libre sobre un hombro. -Normalmente preguntaría por que razón me apuntaste, pero ya carece de importancia. -Pensó algo amargada por quedarse con el suspense. Pasados unos segundos en los que Rouse parecia pensar que hacer se le acercó al oido al armero apollando pecho con pecho para sujetarlo. -Aunque fuere por los valles de las sombras de la muerte, ningún mal temería... pero no es por que el Señor este conmigo, si no por que soy yo las sombras y la muerte. Dicha esa parodia de los Salmos para terminar de torturar el alma del pobre hombre, Rouse mordió en el cuello al hombre y comenzó a alimentarse, lo necesitaba con urgencia y aunque no se sentía cómoda con el tipo rubio delante, era de imperiosa necesidad para no caer en frenesí, o algo peor. El temblor y la rigidez del primer instante, al igual que el primer borbotón descontrolado de sangre inundando la garganta siempre eran deliciosos, pero saborearlos con la sed al borde de dominarte, eso era bocatto di cardinale