Viendo que sus compañeros dudaban en entrar al templo y siendo esto junto a las torres lo unico por comprobar, Mav agarro fuerte su m60 y se dirigio hacia la torre mas cercana, rompiendo la formacion que Mills habia ordenado.
La idea de descansar cuando acabaran era mayor incentivo que la posible reprimenda.
-Ma...Máverick!! P...Pasa algo? -dijo Baronetti algo extrañado ante el cambio de posición de su compañero.
-Shsss! Habla mas bajo, no hemos terminado de limpiar esto- Lijo en tono bajo a Baronetti-Cuanto antes terminemos de revisar este lugar, antes podremos hablar y descansar unas horas.
Tras decir esto Maveric entro en la torre con cierto paso decidido. Como siempre nadie reparo en que estaba recitando una oracion.
Maverick comprobó que las dos torres estaban 'limpias' y regresó a la posición donde estaba el sargento con los demás. Las miradas caían ahora, como siempre, en Bings.
Las torres ya habían sido examinadas: una por Maverick y Mills y la otra por Baronetti y Bings. Cuidado al leer los mensajes.
Espero a mañana para ver si Bings contesta, que con los festivos debe haberse despistado (y los fines de semana quedamos que no son 'de obligada asistencia') :D
Bings lo sabia claramente, no había dudas de ello casi lo supo desde que entraron a la plaza. Se había mantenido callado después de que el sargento lo ignorase, no le dio importancia a lo que el lunático de Baronetti había hecho, aunque tomo conciencia de mantenerlo vigilado.
Las cosas apestaban a negro, eso es lo que todos querían decirle, esos malditos blancos racistas lo dejarían allí solo a pesar de todo lo sucedido. Lo pondrían a vigilar en ese maldito lugar; Bings sabia que había cosas malas en ese lugar, paredes que sangraban, alienígenas, fantasmas; podía ser que nada de esto fuera cierto, pero Bings no pensaba ser quien se encargara de averiguarlo.
-Señor, creo lo correcto seria que Baronetti se quede aquí a vigilar; ha estado muy alterado y no tenemos idea de lo que podamos encontrar allí adentro; será mejor que el se quede aquí seguro y tranquilo mientras nos cuida la espalda-
Despistado no; entre y fiesta y fiesta he tenido los ojos bien abiertos, pero no es exactamente la web lo que estado observando XD. En fin ya estoy de regreso.
Una voz susurró detrás de Bings:
- Lo peor está por venir... y no dentro del templo precisamente.
Los demás soldados lo estaban mirando pero no parecían ver a nadie más. Bings no se sorprendió. Tampoco tenía claro si quería darse la vuelta para ver quien le estaba susurrando algo al oído.
Bienvenido de vuelta, jejeje.
-¿¿Qu... Qu... qué?? -dijo Baronetti sorprendido por la proposición (hacia él mismo) de Bings.
-N...N... no creo qu... que sea lo acertad... tad... tado, señor... -dijo mirando al sargento. Aqu... quí fuera se me nubla la v... vista en est...a mald...maldita jungla..., adem... más, señor..., soy sig... sigiloso... si hay charlies ahi d... d... (ejem...) dentro, me los c... carga... aré a cuch... cuch... illo limpio si hace ff....fff....falta...,señor...
Ahora Baronetti miraba a Bings como quien mira a un enemigo delante suyo. ¿Quién era ese soldado para llevar a la palestra a su compañero sin hacer lo propio con el mismo? El cuchillo de Baronetti, en esos momentos, era sujetado con fuerza con una mano (el cual estaba enfundado en su cinturón), mientras que la M16 estaba en alto.
Un toque de ira estaba en los ojos de Baronetti.
Capullo... -pensaba el jóven "Barthow" mirando a Bings.
Morriset resopló mirando a Bings y Baronetti. Maverick tampoco parecía muy por la labor de entrar. Miró al sargento con ojos cansados... empezaba a estar todo muy oscuro.
- Parece que nadie quiere ser voluntario, señor. Va usted a tener que elegir... y rápido si no queremos que se nos eche la noche encima.
Bajó la vista para comprobar su equipo y sus pertrechos. Tanto si entraba como si se quedaba fuera, quería asegurarse de no dejar nada importante. Sobre todo, munición...
Tras haber visto cómo Baronetti se ofrecía para explorar una torre que él mismo y Maverick habían revisado y al mismo Maverick volver a hacerlo, el sargento estaba un poco descolocado. La sugerencia de Bings le devolvió al plano material.
- Estoy de acuerdo - dijo pasando por alto el poco compañerismo del zapador - Baronetti, vigile la entrada, si viene alguien avísenos. Si no, mantenga la posición... - Su mirada malhumorada casi deletreaba una amenaza de 'consejo de guerra' (o algo peor) - El resto, conmigo. - mantuvo un momento la mirada en Baronetti antes de disponerse a entrar. - No parece que haya charlies aquí dentro, pero esos perros amarillos son capaces de colarse hasta por las letrinas así que mucho ojo con trampas o minas.
En realidad, le preocupaba casi tanto que viniera alguien mientras estaban dentro del templo como que a Baronetti le diese un ataque de locura dentro del templo y provocase un accidente.
Tragó saliva. Esa mirada caló muy profundo en el joven Baronetti. Sin apenas dejar pasar unos segundos de la mirada del sargento, dijo:
-¡Si, Sargento! Es esta ma... maldita jungla, sh...sh...señor.
Acto seguido sacó el cuchillo y se lo puso en los dientes. Luego agarró con las dos manos el arma y comprobó su cargador y munición. Después se apartó a un lado, justo en un lateral de la escalera de entrada, apoyándose en dicha pared y cubriendo por un lateral su posición.
-Ten... ned cuidado ahí de... de.... ejem...
Finalmente, carraspeó.
Mavs prefirio no entrar a la discusion esta vez. Sin saber porque, estaba intentando proteger sistematicamente al "Chico" cada vez que la cagaba, y eso que casi le corto las pelotas 1 vez. Quizas le recordase a el mismo cuando llego a vietnam, nadie daba una mierda por el, por ser el guaperas y el chulito. Es cierto que habia aprendido mucho y ahora era el graciosete, pero la situacion cadavez le desalentaba mas.
Mills hablo y solo pudo asentir y escaparsele un reproche.
-Señor, pero yo con este arma no me desenvuelvo bien. ¿La dejo aqui fuera? ¿sola? ¿y si aparece un charlie y desaparece con ella?.
Refunfuñando sabiendo que la negativa a quedarse fuera estaba asegurada, se descolgo la m60 y la intento atar a la mochila usando la correa de pasador y saco la pistola que era su trofeo mas preciado en vietnam, una roñosa tokarev que le quito a un oficial del viet en una escaramuza hacia ya tiempo.
Tras esto se coloco al lado de Morriset y espero las ordenes de entrar.
La recomprobacion de la torre era para darle toque de realidad. Si alguna vez habeis jugado a airsoft, hay veces que ves gente donde no la hay, asi qu supuse que en vientnam con mas presion y siendo real, no un juego, cualquier sombra puede hacer que manches el pantalon:P
Ok, la proxima lo aclaro con el propio post, esque crei que se sobreentendia la tension de Mav con las ganas de descansar y que habia "visto" algo.
Maverick parecía confuso, distraído... hasta que sacó su arma, esa pistola... Ahora su cara se volvió más segura de lo normal. Continuar reprochando al sargento no era del todo aconsejable, y tan sólo esperaba que esas últimas palabras de su compañero no fueran tenidas en cuenta en exceso.
Acto seguido, Baronetti guardó su cuchillo de nuevo, en la funda, sacó un pitillo y se lo puso en la boca. No tenía nada con qué encenderlo, pero daba igual, ni siquiera lo pretendía: nunca había fumado. Lo mantenía ahi, como si se estuviera consumiéndose en sus labios. Ahora parecía algo rídiculo, pues contrajo una pose de "tipo duro" cuando realmente era un chiquillo a los ojos de todo. Sin embargo, el cigarro seguía erguido.
Resuelto el problema de la guardia y situado Baronetti en su lugar de vigilancia los demás se prepararon para entrar en el templo. El acceso al mismo era por aquella puerta estrecha, lo cual implicaba que entrarían de uno en uno.
Cita:
De acuerdo. La verdad es que yo pensé que había sido por despiste de mensajes. Pero una vez aclarado todo correcto :)
Siento ser tocanarices pero me gustaría saber en que orden entráis en el templo, más que nada porque la guillotina de la puerta sólo mata al primero. Ups. ¿He dicho eso en alto? ;)
Baronetti comenzó a canturrear, con los labios casi, casi cerrados, para no hacer caer el pitillo, esperando a que sus compañeros salieran lo más rápido posible, cerciorándose de que allí no había nada...:
"There's colors on the street: Red, white and blue
People shuffling their feet
People sleepin' in their shoes
But there's a warning sign on the road ahead
There's a lot of people sayin'
we would be better off dead..."
Sin querer exigir a sus hombres nada que no haría él mismo, Mills entró el primero al templo. Con paso lento y seguro. Como se oscurecía el ambiente al entrar, una vez dentro esperó a que se le adaptase la vista a la penumbra.
Mav vio a Mills entrar el primero, con determinacion. Baronetti estaba canturreando de nuevo, nada bueno, estando en medio de la nada y en "total silencio".
Al ver la determinacion del sargento, Mav, logro centrarse alfin y camino hacia la penumbra del edificio.
No iban a dejar al negro atrás, no señor, sabia lo que estaban pensando así que se apresuro, desenfundo se pistola y avanzo tras Mav.
Una vez que todos entraron por el estrecho hueco, Morriset se colocó a la retaguardia del grupo y le echó una mirada a Baronetti, que seguía canturreando.
- Ten cuidado, chico... -le dijo en voz baja-. Y abre bien los ojos.
Después, cogió su arma con las dos manos y penetró en el templo.
Bings empezó a avanzar algo mas lento de lo normal, sus intenciones eran alejarse algo de Mav y el sargento a fin de que pudiera hablar con libertad con el cabo.
-Morriset, hay algo importante y privado que me gustaría discutir contigo si no te molesta- le susurro Bings esperando que el cabo accediera.
Cogio el Pall Mall entre su dedo índice y el pulgar, y lo escondió un poquito como quien lo oculta de sus padres... Mientras estaba encorvado con su arma, sacó algo de pecho, tragó saliva, y Baronetti asintió al Cabo, aunque sin pronunciar palabra.
Por supuesto, cabo Morriset, por supuesto... -pensaba mientras hacía todo eso.
Acto seguido sacó su pistola (un viejo modelo de Norinco, perteneciente a su abuelo Vittorino, el de la historia alpina). Luego sacó su cargador, lo miró y comprobó que las balas estaban allí, como si alguna vez hubiera usado esa pistola y ahora no se acordaba si estaría lista para descargarla en cualquier "yellow friend".
Acto seguido, la enfundó en su pantalón, en la zona trasera, y volvió a mirar al frente. Ahora recogió su cuchilo con un manejo despiadado, y lo enfundó.