Bael se va junto a Yador mientras Gulog escudriña a Merebor en busca de agua.
Me acerco otra vez.
-¡Voy! ¿Nos llevamos entonces el carro para venderlo? -pregunto sonriente.
Lanzo mi odre a Gulog y salgo corriendo tras Bael y Yador.
-Esperadme, voy con vosotros!
Digo mientras voy hacia Bael y Yador
Al ver que Mebor me lanza algo más, le doy un mordisco y noto que algo de agua sale de su interior.
Me lo meto en la boca y sigo mordiendo hasta que no noto que salga más líquido.
Tras ello, escupo el odre al suelo.
Estoy atento si se acerca la hora de visitar al orfebre.
Y tiro un descubrir ayudado por la brujula mientras avanzamos por la calle para deducir la dirección que debería tener la puerta norte... reconociendo la dirección del norte, calles que parezcan principales y vayan...
Os dirigís a comprar 30 raciones para ir de sobra estos días, suficiente agua (lo compraréis en barriles pequeños) y una tienda grande para todos (menos el troll).
Si no vais a usar comerciar, el precio ascenderá a 11 de oro y 3 de plata.
¿Es esto correcto? ¿Lo compráis? ¿Ponéis dinero entre vosotros o esperáis que uno lo pague?
Miro a todos resignado, y bastante malhumorado por tener que volver a pagar de nuevo.
“Yo puedo poner 10 monedas de oro y 5 de plata. No me sacareis nada más.”
- "Bueno Bael, esa bolsa de dinero que tu tenías... yo colaboro entonces con la plata que falta 8 de plata"
Bael paga la cantidad de 10 monedas de oro y 5 de plata, mientras Merebor paga 8 de plata. Por el camino preguntáis por la puerta norte.
Compráis 30 raciones, de las cuales 6 de ellas son para Gulog ya que tienen más cantidad. Además lleváis 5 pequeños barriles con 3,5L de agua cada uno y de otro de 6L enorme para Gulog, suficientes para el viaje pero no para ir muy sobrados.
La tienda de campaña es suficientemente grande para vosotros.
Mientras arrastráis esa cantidad de víveres y material, Bael pregunta por la puerta norte. Es la misma por la que acabáis de entrar.
Una vez dejados los suministros a la salida de la puerta norte, Merebor se ausenta un momento; tiene que hacer algo.
Al llegar a la herrería saludo cordialmente al herrero.
- Hola, vengo por el encargo de antes. ¿está listo?
El herrero, ensimismado en su trabajo, te señala una mesa donde hay otra piedra casi idéntica a la que le diste, la unica diferencia es que la piedra es de un color distinto.
"Ahí tiene señor, espero que le sea útil."
- "¿Me harías una demostración del uso?" - pido amablemente.
El elfo para de hacer lo que está haciendo y se dirige hacia los colgantes. Coge el nuevo y empieza a frotarlo; la piedra de Melzir empieza a brillar y calentarse.
Una imagen del elfo aparece proyectada por la piedra que está a tu lado, imita sus gestos y su voz.
Con la demostración concluida, el herrero deja el nuevo colgante junto al otro y vuelve a su trabajo. La imagen desaparece al dejar de tocar el colgante.
"No fallará, si es lo que teme. Mis trabajos son hechos con la máxima calidad."
- "Confío en ello. ¿Puedo preguntarte algo ya que eres un bienaventurado elfo?"
- "Si, si. Es que salgo de viaje en dirección a Osman y me he enterado de que el templo de Ibnah está de camino. Profeso la fe de Valion y me preguntaba si hay algo que deba saber del lugar antes de ir allí..."
"No hay nada que ver allí, es un lugar desamparado y vacío desde hace bastantes años. No le recomiendo ir allí, todas las historias de tesoros son mentira."
- "No es una historia sobre tesoros lo que más me preocupa sino... ¿Qué llevó la ruina a un lugar que fue visitado nada menos que Altor el santo?"
"Desconozco quién es." - Contesta el elfo, absorto en su trabajo. - "La ciudad fue simplemente arrasada por una bestia enorme, casi legendaria en estos tiempos."