Partida Rol por web

No entiende muy bien lo que está sucediendo, por lo que se mantiene al margen ocultando su rostro.

Durante un silencio dice:

"Yo soy Tsayak"

Es una voz débil y tenue.

- "Encantado Tsayak. Y tú también esteeee..." dice Merebor mirando al compañero de la capucha de bordes claros haciendo un ademán para que todos se movieran también en dirección a los bazares y comercios.

"Ganosant". Respondió escuetamente con una ligera mueca debajo de su capucha.

- "¿Habéis llegado a la posada hoy mismo? ¿habéis conocido a Melzir?"

Te diriges al barco donde fue Sadir, y te cruzas con él a la entrada.

"No eres mucho de hacer amigos." - dice soltando una leve risita.

"Por ahí se va a los camarotes."

Después de las breves introducciones, Babroth se encamina hacia el mercado. Aún atardeciendo hay bastante actividad; los peones mueven cajas de un lado a otro, los comerciantes rebosan y los clientes más.

Los demás le seguís y véis como se para delante de un mercader.

"¿En qué le puedo ayudar señor?" - dice un comerciante cuando Babroth se acerca a su puesto.

"Buenas tardes, mi buen hombre, vengo a vender una serie de objetos..." - comento mientras que voy colocando cosas en la mesa de intercambio.

Pongo la brújula, el juego de ganzúas y las piedras preciosas aun dentro de la mochila encima de la mesa.

"Cómo podrá comprobar son de primera calidad...y, en especial las piedras provienen de una expedición a un sitio bastante peligroso...las conseguí yo mismo, ¿sabe...?" - comento alegremente mientras las separo en la mesa para que se aprecien bien.

-"Los amigos se forjan con lealtad, aun es pronto para ello"

Continuo mi camino hacia los camarotes tal y como me indica Sadir, observando todo lo que hay a mi alrededor y vigilando a la gente por si hacen algo extraño

"disculpe mi intromisión pero, ¿es usted buen comerciante?"

Hay 5 marineros en la borda, no parecen echarte cuenta. Bajas a los camarotes, todas las puertas están abiertas menos siete.

El hombre empieza a examinar todo lo puesto en la mesa.

Veis como observa los minerales de Babroth detenidamente.

"La brújula y las ganzúas están bien, aunque no es que sea un bien muy preciado..." - dice mientras aparta los mencionados objetos. - "La piedra de aguamarina no tiene mucha pureza, y el trozo de plata es bastante pequeño y debe de ser tratado. No me interesa la painita."

"Te ofrezco cuatro monedas de plata y tres de cobre por todo."

Brújula: 1P 2C

Juego de Ganzúas: 9C

Piedra de aguamarina: 2P 6C

Mochila grande: 1O 5P

Mochila raida de kobold: 2C

Ladeo ligeramente la cabeza y miro un poco al mercader.

"Mhmm..." - me giro y me dirijo a los otros - "No, creo que este no es el sitio donde debamos vender y comprar las cosas, los precios son demasiado bajos pues lo que casi cuesta 5 de plata nos lo quiere rebajar hasta tal punto...deberemos decirle a nuestro benefactor que aún no hemos encontrado con quien hacer negocios en masa...creo que deberíamos volver a nuestro barco o ir a otro puesto..."

Me giro nuevamente al mercader y comento con voz amable.

"Siento haberle hecho perder el tiempo..." - comento mientras recojo lentamente mis pertenencias...

"Bueno señor, el comercio existe para llegar ambos a una cifra justa."

"Entienda que yo me dirijo a Cirinea en unos días y allí los precios cambian bastante. Si no consigo vender en Valion lo que me ofreces, tendré bastantes pérdidas." 

El hombre guarda la balanza que sacó para pesar los minerales y saca un ábaco.

"Mi última oferta son 4 de plata y 5 de cobre."

Me detengo y le miro.

"Realmente entiendo su punto de vista...nosotros también vamos a una aventura que sin duda nos hará conseguir grandes beneficios...por ello quería una mochila grande; ya sabe, para poder cargar con más cosas" - hago una pausa - ...si al volver le ofrezco la exclusividad del comercio de lo que saquemos en el sitio al que vamos...¿no valdría eso lo que sobra para conseguir la mochila...?" 

Al decir eso pongo 10 de plata al lado de los materiales por el valor de casi 5 de plata.

El hombre parecece bastante pensativo.

"¿Y como sé que vendréis? No nos conocemos de nada, disculpad la desconfianza, pero no es la primera vez que me han intentado cerrar un trato con una promesa que no se va a cumplir."

Me quedo un rato pensando y asiento ante las palabras que dice el mercader.

"Entiendo lo que dice buen hombre y no quisiera faltarle al respeto...hagamos el trato de forma normal..." - saco mi ampulosa bolsa que traigo encima y, de forma muy pesada, la dejo encima de la mesa - "...como verá, no se trataba de problemas económicos, sino de negocios..." - comento mientras meto la mano y saco una moneda de plata para seguidamente cerrar la bolsa nuevamente y la meto dentro de mi capa mientras me dirijo a los demás - "yo le diré a nuestro benefactor que no tenemos aún un enlace con quien vender la mercancia de la Isla Brumosa..."

Al mencionar la isla brumosa el mercader os mira algo extrañados.

Tras meditarlo unos segundos, le contesta a Babroth.

"Si de verdad vais allí... lo más seguro es que necesites una mochila grande."

Guarda el abaco y mira decisivamente a Babroth.

"Muy bien, acepto el trato." - dice mientras coge todo lo puesto en la mesa excepto la painita.

Acto seguido, se dirige a la trastienda y saca una mochila grande. Mientras se acerca al lugar donde os atiende, va ensanchando las asas para ajustarlas a los brazos de Babroth.

La deja en la mesa junto a cinco monedas de cobre.

"Esta hecha en la misma Cirinea, realizado con piel de cephalos, muy resistente y firme."

Babroth le pregunta inmediatamente:

"¿Sabrías de algun lugar donde poder vender la painita?"

A lo que el comerciante parece no saber, alegando desconocimiento sobre su uso y la demanda de este.