Partida Rol por web

El apartamento en el que convivían Ariel y Jasmine era pequeño y coqueto... para los estándares de princesas criadas en enormes palacios, por supuesto. El edificio se encontraba en pleno centro del barrio Disney, en una zona terriblemente exclusiva y costosa. 

La joven Sirenita guió a los investigadores hasta su hogar, preocupada por lo que pudiera haberle ocurrido a su buena amiga (y benefactora caseril). Evidentemente, Jasmine no estaba allí.

El lugar constaba de dos dormitorios, cada uno decorado al estilo de su inquilina, un par de aseos, un salón enorme y una cocina que harías las delicias del novedoso reality Hamster Cheff, ese en el que el Cocinero Ratatuille se dedicaba a putear a aspirantes a cocinero famosete.

El dormitorio de Jasmine tenía aspecto de palacio oriental, con cojines, transparencias y sedas por todas partes. Las Mil y una noches en un mismo lugar reunidas, vaya. Numerosas fotos enmarcadas poblaban mesillas y estanterías, y los armarios estaban repletos a reventar de vestidos del Corte Arabe.

Vaya picadero! Quasimodo se dió cuenta de que lo había expresado en voa viva y tras ponerse rojo como un tomate se quedó callado.

El Príncipe Azul sonrió al ver tremendo palacete, lugar de encuentros sexuales, orgiásticos y de diferente índole. Pero no sonreía por eso, no.

- Bueno, creo que tenemos que revisar todo esto a consciencia. - Dijo sin más, y se puso a revisar cajones, mesillas, debajo de la cama, armarios, el techo, tragaluces, vamos, todo lo que podría contener una pista o lo que sea.

Se dio cuenta que no había ordenadores, o por lo menos, no había visto ninguno en esta sala, pero si había uno, lo encontraría y lo revisaría.

Así, podrían desatrancar que demonios había hecho la novia justo antes de desaparecer.

De más está decir, que cuando Azul revisó el cajón de la ropa interior, se guardó un par de braguitas dentro de sus ropas, intentando que ninguno de los allí presentes se diera cuenta de lo que acababa de hacer.

Después, ya iría a la otra habitación, a "revisar".

Quasimodo suspiró aliviado al ver que Azul le echaba un cable pasando por alto su indiscrección como buen compañreo que... Un momento! Compañeros! Ya sabía yo que me sonaba eso de Transdibux...

He caido ahora de que me suena Transdibux. Es la empresa de mensajería montada por algunos de nuestros amigos. Dijo hablando con el grupo. No se si eso le dice algo a alguno de vosotros...

Tras reparar en que la mayoria de las chicas seguian mirandole con cara de pocos amigos comenzó a balbucear comicamente mientras se ponía manos a la obra con la búsqueda.

Flynn se detuvo en secó, en pose molona.

Siempre utiliza sus poses molonas cuando encuentra algo.

Mete la mano debajo de la mesilla y coge la nota.

Y la abre.

Y claro, la lee.

La nota parecía una lista de tareas por hacer, escrita de puño y letra por Jasmine:

- Flores 

- Pastel

- Peluquería

- Centro comercial (¡manipedi y anillo!)

-¡¡¡Casarmeee!!! 

 

¡¡¡wiiiiiiiiiii!!!

El ver la nota que nos enseñaba Azul eleve una ceja.

- Eso no parece una nota de alguien que vaya a dejar plantado al novio en la boda - Nadie pondría un Wiiii o unas exclamaciones de alegría si tenia dudas o no tenia pensado presentarse en la boda, mas bien ni habia una nota así, si algo de eso pasara por su cabeza.

- ¿Soy a la única que todo esto le parece muy raro? - Pregunte en general aun con una ceja alzada.

- ¿Parecía emocionada no? - Dijo Azul. - ¿Podemos suponer que su desaparición no tiene que ver con la boda y demás? Vamos, que estaba feliz de estar por casarse con Jaffar... -

Si, la gente está muy loca.

Eso significa que...

- Esperadme un momento por aquí, ahora os alcanzo. -

Y Flynn salió de la estancia corriendo como un poseso.

En efect todo era mu raro, aunque por otro lado, conveniente para un futuro reencuentro amoroso entre los primeros novios.

La notia es riara, piero no vieo ninguín inconvenientie en lo quie ha diecididio. Quizías cambiasie de pariecier en el últimio momiento, sabiendio que en realidiad no queria casiarse con iel. Es siolo una conjietura, piero quizás se dio cuentia de que su verdiadiero amior era yio, ciomo al principio.