Partida Rol por web

Mientras la llama envuelve tu mano sientes como tu agarre se hace más firme y grácil de lo que nunca ha sido.

Mientras la llama te rodea, sientes como dentro de tu cuerpo, una energía extraña comienza a manar, como si de algún tipo de energía te envolviera.

Dentro de la llama logras ver una forja y un herrero trabajando, sientes que ese hombre es peligroso, ves a su lado una gran cantidad de cuerpos colgando desangrándose como si de ganado se tratase y bajo cada cuerpo cubos de madera recolectando la sangre…

Mientras tu cabeza está envuelta en la llama logras percibir los sonidos de una forja junto a los gemidos y las quejas en diferente intensidad de muchos individuos claramente moribundos…

Mientras tus ojos están velados por la luz sientes como estos se llenan de energía y como si aumentara tu capacidad de visión.

Adicionalmente a la figura sentada, tu logras ver en el techo del edificio de dos pisos que se encuentra a la derecha al menos a 3 figuras humanoides como “escondidas”, observando algo del otro lado del edificio, es decir están escondidas de este lado del techo a dos aguas de espalda a ti, estas seguro que si no fuera por la luz que acaba de surgir con la figura de fuego no las habrías visto jamás.

Viendo todos estos sucesos que involucran a la flama me contengo para no ponerme en posición de batalla, de igual manera intento mantener la calma para evitar que mi volátil compañera se ponga en guardia y catalogue a todos como enemigos (para protegerme)

Ya tomando acciones intento acercarme a la "dama de llamas del centro" para percibir alguna indicación adicional como de donde proviene y porque nos señala a dicho lugar... ... ahora viendo la figura que señalaba hago una pequeña reverencia a la "dama" y procedo a caminar hacia la figura, mi mente ansía saber que significa todo esto y es muy probable que le pregunte a la figura del fondo. 

Conforme la llama se acerca rápidamente a mi rostro no puedo evitar el llevar mi mano derecha a mi katana, pero antes de que pueda desenvainar me veo transportado a la visión que me ofrece la llama. Perturbado por las imágenes que me ha brindado la visión, relajo mi actitud cuando la llama vuelve a alejarse.

Esta terrible escena está sin duda relacionada con la misión para la que se nos ha convocado.

Trato de recordar todos los detalles posibles de la cara del personaje de mi visión, pues estoy casi seguro de que dentro de poco tendremos que perseguir a ese misterioso herrero.

Pasados unos instantes y cuando mi pulso a vuelto a la normalidad avanzo hacia el final del jardín. Al llegar a la altura de donde se encuentra/encontraba la figura femenina y el guerrero con la leona, inclino la cabeza en dirección al guerrero, las presentaciones formales tendrán que esperar. 

Veo como reacciona él, pero yo voy avanzando hacia la figura sentada, al llegar a su altura, me quedo a más de la distancia de un filo de espada, hago una leve reverencia. Saco mi katana de mi obi, y me siento en el suelo sobre mis piernas dejando mi espada a la izquierda, lista para ser desenvainada sí veo alguna reacción agresiva.

Mi nombre es Akodo Kiyoshi, esperaba encontrarme con Akodo Dairuko. ¿Quién sois vos?

Me sentia mas mas liviano el arma, y eso era bueno para facilitar el uso de la misma, asi como poder aportarle mas fuerza a mis ataques ... comprendiendo que aquella luz era buena ... asi que contuve mis ganas de atacar, y por dn observe la figura en la penumbra que se encontraba al final del jardin ..., algo en mi  interior me decia que aquella persona era el que nos habia citado en aquel jardin ... y aun mas el que controlaba esa llama ... extraña, pero que habia tenido un efecto tan positivo a mis sensaciones con mi katana ...

Sin decir nada, me fui aproximando a la figura, mirandola analizando cada uno de los detalles para ver si podia identificar o reconocer algun elemento del mismo, para poder sludarle de forma adecuada sin dirigirle la palabra , no me gustaba hablar , pero en ese caso estaba claro que si no descubria nada ... deberia dirigirme a ese hombre al menos con respeto ...

Habiendo hecho gala de mi habilidad empática hacia la llama de la mejor manera que conozco; incluso ofreciéndole seguridad si era un ente amistoso, parecería que aquel ser extraño había vuelto a sentirse "confiado" en mi presencia al volverse a acercar a mí. -Está claro que sea lo que sea, si reacciona a las emociones que demostramos hacia él es que algo inteligente... Piensa mientras con el rabillo de su único ojo funcional observa la situación del resto de samuráis; algunos habiéndose ganado la confiada de la llama y otros peleándose un poco con ello.

Poco a poco parecía recuperar su altura inicial hasta estar llegar a la de mi rostro; casi parecería que quisiera mirarme cara a cara, como haría cualquier ser humano inteligente en una conversación. Pero es tras unos segundos que en un movimiento súbito del cual intento reaccionar desenvainando mi katana la llama se abalanza sobre mi rostro; aunque por algún motivo que desconozco, es en ese momento que no puedo evitar sentirme más en calma que nunca.

Lentamente relajo la diestra que ya se encontraba desenvainando hasta el punto que cualquier ataque es más bien una intención del pasado mientras me sumerjo en mi mente, dejando de escuchar todo lo que me rodea como si estuviese en una especie de trance. Un trance que pronto queda interrumpido por unos sonidos familiares, humanos y metálicos.

Como si me despertase de un plácido sueño, fuerzo un gesto con la cabeza cuando abro mi único ojo analizando que es lo que me ha mostrado y él como, tras esto, la llama se dirige al centro. -¿Estaba intentando mostrarme algo? No es algo que recuerde haber vivido... así que quizás tenga que ver con mi presencia aquí... Frunco el ceño mientras veo como juntándose con las del resto de samuráis pasan ha formar una figura femenina llameante que señala hacia un camino en el cual, justo al final, alguien se encuentra esperándonos.

Erguido y con la espalda recta, aún sosteniendo mi arma por la funda con la mano izquierdo, avanzo un par de pasos hacia el centro. Lo justo para que la "mujer" note que quiero dirigirme a ella, aunque no con palabras. Ladeo la cabeza como si quisiera señalar hacia lo obvio; ya que ella ya apunta, y tras unos segundos hago un gesto con mi cabeza asintiendo a modo de agradecimiento y con paso firme pero sin demasiada prisa me acerco hasta dicho punto; donde parece que otros samuráis ya se han acercado y, alguien al que al estar cerca reconozco como Kiyoshi de nuestro mismo dojo ya ha dicho lo que seguramente todos pensamos.

-Akodo Shigure se presenta. Dice él con un tono militar y estricto, esperando cierta etiqueta de parte del desconocido. -Lamento si interrumpimos algo importante, pero tal y como pregunta mi preciado compañero, ¿soys vos con quién debemos encontrarnos aquí? Pregunta Shigure, aún con cierta sobervia, mientras toma sitio a la derecha de Kiyoshi que ha decidido sentarse. Aunque a diferencia de su compañero, Shigure prefiere permanecer de pié de brazos cruzados; alerta como desde que llegó al jardín por si hubiera que hacer uso de la fuerza.

Primero, las respuestas. La cortesía y las maneras llegarán cuando sepa si es alguien de fiar o no.

Ahí van las tiradas.

Tras observar los alrededores y más concretamente que el resto de samurais se acercan hacia donde confluyen las llamas, yo dirijo a diferencia del resto mi máxima atención hacia otros que al parecer nadie más ha percibido ...

- No me gusta ser observado ... - Susurro para mi, a la que algunos de los guerreros se me giran al oírlo.

- ¡MOSTRAOS! - Grito de manera intimidante a la vez que me giro hacia las 3 figuras del tejado desenvainando la espada y adoptando una postura de combate en un principio para intimidar a los objetivos.

Aceptó el obsequio de la llama y con una leve inclinación de cabeza siguió el camino que parece señalarle la figura ígnea. Poco a poco, todos los bushi se reunieron detrás de la figura sentada, aunque las reacciones de ellos fueron bien distintas. Cuando uno de los allí presentes amenazó a la figura, Shiro puso su mano izquierda frente a él.

-Calmaos, nadie aquí os ha amenazado ni propiciado ningún mal -recordó, mirándole a los ojos- No creo que queráis amenazar a la persona que, según dicta la lógica, nos está escuchando... -agregó, con una sonrisa en los labios.

La mayor parte del grupo se acerca a la mujer formada por llamas o al menos pasa junto a ella en su camino hasta la figura que estaba sentada, al llegar ante esta figura, algunos le hablan, otros se dedican a observar y evaluar antes de hablar.

Solo 1 de los bushi avanza un poco cuando se queda rezagado, sin siquiera llegar a la dama de fuego, en ese punto da un grito de advertencia, una palabra en voz tan potente que realmente recordó el rugido de un verdadero león, de inmediato y ante tal grito todos voltean instintivamente hacia él, para notar que no está viendo hacia aquí, Shiro dice unas palabras pero de inmediato se da cuenta de su error cuando sigue la mirada de Kengu hacia el techo del edificio contiguo…

De este tejado logran ver apenas una sombre que cruza justo por encima de ustedes, desde el tejado a su derecha hacia el tejado a su izquierda, son 3 figuras de ropajes negros que amparados ante la oscuridad de la noche pretenden escapar…

De inmediato se escucha un pequeño susurro y junto al grupo surge una luz intensa que asciende en persecución de aquellas sombras y logra impactar a una de ellas, se escucha un grito sordo  y se ve como la figura cae estrepitosamente en el techo, con subsecuentes sonidos de como cae al suelo en el jardín tras el edificio…

La figura que estaba agachada frente a ustedes, ahora está de pie y una de sus manos apuntando al cielo, claramente lo que tienen frente a ustedes es una shugenja, lo que descarta de inmediato que sea la daimyo de clan…

Antes de ser interrumpido por el grito y todo aquel jaleo, logras notar que la figura agachada es una mujer bastante hermosa, pero notas un detalle perturbante en su rostro, sus labios que aparentemente están cerrados, realmente están finamente cosidos, sus ojos ampliamente abiertos, bajo la capucha. Observan a cada uno de los que llega con una profundidad en la mirada que te hace sentir desnudo en cuerpo y alma. Pero realmente no logras identificar nada más sobre ella, ni su identidad, ni rango de escuela.

Justo cuando acabo de realizar mi pregunta a la enigmática figura escucho el grito de advertencia del guerrero desconocido. De forma instintiva comienzo a girar mi cuerpo, levantando la rodilla derecha y desenvainando mi espada. Quedando semisentado con solo la rodilla izquierda apoyada en el suelo.

Solo soy capaz de distinguir las figuras comenzando a huir cuando noto como desde mi izquierda un fogonazo se dirige rápidamente a las figuras. Una vez más por instinto giro mi cabeza, mientras acabo de ponerme en pié, hacia el enigmático personaje que ahora se encuentra de pie. 

En efecto con un vistazo rápido y dadas las acciones y vestimentas de la shugenja, notas que es del clan Leon, por lo que podrías asumir que no es ningún tipo de amenaza.

En cuanto a la persecución, seria complicado medir si podrías o no darle alcance a las otras dos figuras, pues avanzan por los tejados y no los tienes a vista desde tu posición por lo que desconoces la dirección exacta en la que van corriendo.

La verdad es que no habia podido ver esas figuras ... pero el movimiento y grito de mi compañero, y el fogonazo de la shugenja, me permitieron ver al menos al que cayo debido a su ataque ..., no podia ver al resto ... y con mi armadura, menos seguirlos al ritmo que tendrian ... asi que decidi asegurar lo que tenia, raudo corro hacia la figura negra que cayo, y sobre su espalda ( considero que cae de espalda), coloco mi rodilla y desemvaino la espada colocandola en el cuello, retendiendolo y a la espera de que pudieran venir sus compañeros a rescatarlo ....

Esta escena de acción nubla completamente mi curiosidad inicial, había sido testigo, víctima y ejecutor de muchas emboscadas como para dejarlo pasar tan simple, me preparo para perseguir a las sombras que me han hecho ver una vez los gritos de alerta.

Solo doy una pequeña mirada a mi muchacha y sabremos como actuar.