Partida Rol por web

No hay nada en esta situación que no me cause estupor. Adaria...es...la otra cara de mi moneda. Es casi lo contrario que yo soy. Defiende todo lo que yo desprecio o en un buen día, me causa indiferencia. Hasta su matrimonio con Kerejam me parece una tontería humana. Tampoco es que haya pensado mucho en ella...

Cuando me digo esto ultimo, me doy cuenta de que no es cierto, de que pienso en ella muy a menudo, sin querer darme por enterado y que al final, la contaminación humana parece haberme afectado también. A mi...a la sombra sin conciencia. Eso es ilógico, irracional. No es practico.

Yo...no creo estar haciéndote nada. Al contrario, eres tu la que trata de contagiarme esos...sentimientos tuyos. Pese a lo que digo, el tono no es el de un reproche. Estoy demasiado distraído por el cuerpo de Adaria pegado al mio y sus ojos prendidos en los míos. Tu cuerpo es cálido...por que es cálido?. El mio esta a temperatura ambiente, frio incluso. La oscuridad es fría, glacial en ocasiones y el calor no es bueno para ella. La luz le acompaña en demasiadas ocasiones y eso es desagradable.

Sonríe, esta vez dejándose llevar por completo -¿No te gusta el calor? mi tacto cálido, contra el tuyo frío, haciendo contraste- sigue aún pegada a él, sin separarse ni un ápice, le susurra -Estas muy tensó, deberías aprender a relajarte- le acaricia el rostro con las palmas de sus manos -shhhh... cierra los ojos, deja que tu cuerpo sienta, yo te ayudaré, los sentimientos son cosa mía-

No tiene sentido, el pulso, la temperatura corporal. Son funciones metabólicas que no necesitamos. Estos cuerpos solo sirven para contener nuestra esencia y para dar algo tangible a los humanos para adorar. Trato de hablar para que lo que sea que Adaria esta intentando no funcione. Si logro distraerme lo suficiente, sus trucos humanos no funcionaran conmigo.

Insiste en tocarme, parece creer que eso es importante y lo cierto es que cada vez que sus dedos me rozan, siento un escalofrió en la espalda. A comenzado como una leve sensación hormigueante, pero va a mas. La contaminación se extiende?, ya es tarde para mi?.

Mi cuerpo es solo una creación de mi mente. Es mi mente la que debería sentir y no mi cuerpo...Sigo intentando impedir lo que quiera que esta pasando, aunque noto que estoy a punto de perder. Hay algo en mi interior que parece burbujear y tratar de salir al exterior.

-¿Porque te cuesta tanto admitir que nos parecemos a ellos? Sabes que los hemos hecho a nuestra imagen y semejanza, tu les quitas la vida y yo se la entrego, no somos tan distintos, de hecho no habría uno sin el otro, no estaríamos... completos- lo volvió a mirar, al darse cuenta de esa evidencia.

-Además, si dices que tu cuerpo no puede sentir, que son sentimientos humanos ¿porque te intentas alejar de mi?- se puso de puntillas para acercar su rostro al suyo -¿de que tienes miedo?-

Son una parodia, una burla de nosotros. Son imperfectos y su existencia es ofensiva. Su única utilidad es la adoración hacia nosotros. Supongo que alguien estaba aburrido cuando los creo. Pese a mis intentos por mantenerme impasible, ella esta logrando alterarme y la irritación es algo menos molesta que lo que trata de provocar en mi. Lo encuentra divertido?. No se que busca, solo se que no hallara en mi nada que le sirva.

Y si no estamos completos el uno sin el otro...porque estas con Kerejam?. Ahora si que es posible que en mi tono haya un poco de pasión. Mi mano en su brazo aprieta mas fuerte y nuestros rostros están tan cerca que podríamos tocarnos solo con inhalar con cierta profundidad. Explicame entonces porque estas con el y no conmigo.

Siento una mezcla de ira y algo mas en mi interior, algo que temo dejar salir porque luego tal vez no pueda volver a encerrar en mi interior.

Estas jugando una partida peligrosa Diosa...el dios de la muerte no debe de tener sentimientos. Eso es mas seguro para todos...

-Tu... debes saber que es el poder ¿cierto? ¿y quien crees que lo obtendrá tarde o temprano?- asiente y sonríe -¿contesta eso a tu pregunta sobre mi matrimonio?- paseo un dedo por su pecho -y si, sabes que nos complementamos y que uno sin el otro, no existiría- luego sin previo aviso lo beso, ayudándose de sus propias manos para atraerlo mas, si se podía, y dejarse recrear en ese beso, sin ninguna prisa.

Poder?, solo estas con el por el poder?. Ya somos dioses, para que necesitamos mas poder...O yo soy mas inocente de lo que creía o los asuntos entre los dioses estaban peor de lo que recordaba. De acuerdo, en los últimos siglos quizás no me he interesado demasiado en lo que hacen los unos y los otros, pero esto?...recuerda demasiado a ese otro asunto de los humanos, aun mas repugnante que los sentimientos.

La política...

Lo que hace Adaria a continuación me despeja de pensamientos la cabeza durante un largo rato. A veces, el ser dioses y que no te haga falta respirar, pues puede ser una ventaja.

Cuando logro poner orden en mis pensamientos, me aparto de ella. Desde que ha llegado noto como los cimientos de mi propia existencia tiemblan y ella amenaza con terminar de derribarlos.

Entonces, no lo quieres. Solo es...una herramienta para tus ambiciones?. Por mas que mi cuerpo quiera continuar con el beso, y tal vez algo mas...mucho mas, mi cabeza no para de dar vueltas, tratando de lograr una salida.

Y que harás cuando tu..."amado" ascienda al trono supremo. Que hay, que no puedas hacer ahora, siendo ya una diosa. En realidad, lo único que has logrado uniéndote a el, es ponerte impedimentos. Por ejemplo...ahora, no podemos estar juntos.

Lo mira casi con reproche -Te equivocas, Kerajam me da estabilidad, cariño, aunque poco cada vez menos, lo quiero, pero no me da todo lo que necesito por una estúpida profecía, así que si, lo quiero, pero.... no me da lo que.... necesito, creo que no es tan difícil de entender- se vuelve casi enfadada.

Mira hacia los humanos aunque mas bien tiene la vista perdida en el horizonte -No es el poder, es la estabilidad, el respeto, el me necesita para gobernar, más que yo a él- sonríe forzada, casi melancolicamente -Y tu, no eres capaz de sentir, para un único Dios que no le interesan los entresijos de los otros y esta fuera de juegos y traiciones.....- suspira -que es mi complemento, mi contrario-

Querer, querer...mas de esos sentimientos que limitan tanto y en tantos problemas meten a los humanos. Hasta los dioses quieren mas de lo que tienen, como si algo estuviera vedado para ellos.

Contemplo la espalda de Adaria unos instantes mientras contempla el horizonte. Me distraigo algo observando la figura de su cuerpo, que pese a la ropa que viste, el fuerte viento de esta montaña bien se encarga de marcar sus curvas. Me detengo cuando me doy cuenta de ello. Es tan impropio de mi.

No voy a fingir que comprendo o entiendo realmente los motivos que te mueven, o que os mueven a todos últimamente. Cada vez parecéis mas humanos y hasta Rendam esta cambiando. Todos os volvéis mas complejos con el paso de los años. Puede que en el pasado creásemos a los humanos a nuestra semejanza, pero ahora ellos nos cambian a la suya. Vacilante me acerco a ella y me coloco en su espalda para ponerle una mano en el hombro, notando como me tiembla durante un segundo.

Se que no soy un dios fácil de tratar. Es estos años me he convertido en un desconocido para vosotros y tampoco me veis de la misma manera que hace tiempo, cuando todos eramos mas sencillos e inocentes. Puede que todo me resulte difícil, pero estoy dispuesto a escucharte y puedes tener un amigo en mi. Ni yo mismo se lo que me digo. Solo se que me ha afectado el que se apartara así de mi, con reproche en la mirada y que no quiero que se vaya, aunque sea incapaz de pedirle que no lo haga.

Puso su propia mano sobre la de él, en su hombro, sintiendo el calor que solo ella podía sentir por el contacto de ese Dios, pues más que el calor de él, era el que ella sentía dentro cuando la rozaba tan siquiera.

-No eres difícil de tratar, tan solo no estamos acostumbrados a tratar con un Dios, que separa tanto su creación de él- suspiro -o quizás somos los demás dioses, que nos implicamos demasiado. Yo tengo escusa, lo mio son los sentimientos, si no me implico yo... nadie lo hará- se volvió suavemente hacía él -pero hay "costumbres" humanas que no me molestan, es más, me gustan, de ahí que las aplique- lo miro, esta vez sonriendo débilmente -no es tan malo sentir, ni dejar salir a tus sentimientos, deberías probarlo, quizás te sorprenda- cogió la mano de él entre la suyas.

Suspiro ante las palabras de Adaria, sintiendo que si alguien pudiera llegar a comprenderme podría ser ella. Pero llevo tanto tiempo manteniendolo todo y a todos separados de mi, que se me hace muy difícil acercarme a ella.

Tu eres la diosa de la vida y los sentimientos. Para ti es relativamente cómodo dejarte llevar por ambas cosas...pero yo?, la muerte y la oscuridad. No puedo dejar que ni una ni la otra me arrastren a su atracción, o las cosas podrían ponerse pronto muy mal para los humanos. Incluso para algunos de nosotros. Tomo aire de nuevo, esta ves de forma aun mas profunda y manteniendolo en mi interior un par de segundos eternos. Eres hermosa...tal vez, demasiado. Kerejam no sabe la suerte que tiene.

Esta vez soy yo el que la atrae hacia mi y paso mi mano libre por su cintura antes de buscar sus labios con los míos para buscar el contacto intimo con alguien por primera vez en milenios.

Se deja llevar, dejándose hacer, dejando la mente en blanco, solo él y ella, solo ellos dos. Arqueo su cintura cuando él la agarro, pero no se separo ni un ápice, al contrario, cerro los ojos para que el sentido del tacto se agudizase y así sentir cada centímetro de la piel de él y de sus labios.

Aun abrazada a el le susurro -Ves como no es tan difícil.... déjate llevar por mi- y abrazándose a él, le empezó a dar suaves besos por el cuello.

No quiero irritarla de nuevo, hablando mas de lo necesario, pero dejarme ir...fiarme de ella en un sentido tan intimo...es algo nuevo para mi. Casi siento pánico de pensar que lo que hacemos pueda llegar a algo mas de lo que estamos haciendo. Unos besos es una cosa...pero a lo que puede llevar el dejarse llevar.

He visto lo que pasa cuando otros dioses tienen intimidad y no se si estoy preparado para algo parecido. Pero...Adaria es una mujer casada, sin duda esto no sera mas que un escape momentáneo para la tensión existente en todo matrimonio.

Suspiro para mis adentros. Hasta yo me harto a veces de mi tendencia a analizar y racionalizarlo todo. Es tan cansado en ocasiones. Tanto me costaría dejarme llevar como dice ella. Puede que lo haga, pero entonces, como sabría cuando detenerme?.

Aprieto los dientes un segundo mas y luego lentamente, relajo el cuerpo, poco a poco. Es un ejercicio que no hago a menudo y siempre es una experiencia perturbadora, como sentir que pierdo el control.

Me dejare llevar...pero tal vez no sepa detenerme cuando sea el momento. Le advierto con voz queda mientras mis manos recorren su espalda y los dedos de una se cuelan por la abertura de su espalda.

-Shhhh- pone un dedo en su boca y susurra -no hables, solo déjate llevar, estoy segura que no debes preocuparte en "parar"- ¿Que narices te crees que haces Adaria? no, no es Adaria, es su cuerpo, que va solo, forjando su propio camino, sabes que estas casada pero... no se es tan fuerte... la atracción.

Cerro los ojos y se mordió el labio inferior, cuando por fin noto su tacto y su relajación, quizás había conseguido que ese dios tan esquivo le siguiese, poco a poco, a fuerza de insistir, pero finamente lo había conseguido, a partir de ahora no sabia que pasaría, era una situación tan misteriosa como su acompañante, pero no iba a escapar de ella, tenia que saber como terminaría , como transcurriría y si terminaría.

No se si lo que ha dicho significa lo que creo que significa. Si algo me sucede pocas veces es el sorprenderme por algo, pero desde luego...esto es una sorpresa mayúscula. Estarán atravesando por problemas la pareja ideal del panteón?. El ejemplo de comportamiento para el resto de nosotros y la futura...

Al diablo.

Supongo que una de las cosas que me caracterizan ,es que cuando decido hacer algo, lo hago hasta el final y no me preocupo por las consecuencias. A partir de cierto punto, hasta la mente mas analítica arroja todo calculo y precaución por los aires y se deja llevar. Tal y como dice ella.

Que no me deje llevar por las emociones no quiere decir que no sepa a que conduce esto.

Dejo de acariciar su espalda y aparto sus blancos cabellos del rostro, echándolo hacia atrás y dejando su blanco e incitador cuello al aire, en cuya curva entierro mi rostro para comenzar a besar esa delicada piel, como si no hubiera ya un mañana que importase para ambos.

Por fin, por fin había conseguido que se dejase llevar sin más, sin preocupaciones, sin cálculos, sin pensar, solo actuando, como los instintos más primarios que poseen los animales.

Se deja echar hacia atrás, dejando libre su cuello que él ataca con sus labios, en el que a cada roce ella emite un gemido de placer, suave en principio, abandonándose en sus brazos, una de sus piernas sube despacio y se agarra a su cintura, para luego hacer lo propio con la otra y quedar amarradas sus piernas a la cintura de él, pegándose más a su cuerpo si cabe.

Ya hemos pasado el punto de no retorno. No solo yo, ella también parece encontrarse mas allá de lo que la razón indica que es sensato. Pero aquí y ahora no hay nadie que preste atención a otra cosa que no sea el cuerpo, el aliento o los labios del otro.

Aun así, Adaria es mucho mas directa de lo que habría pensado. Sus piernas a mi alrededor, en una clara señal de posesión es perturbadoramente excitante. Deja bien claro que me desea y eso inunda todo mi ser de una sed por ella que sera difícil de calmar. No se si ella se da cuenta de la puerta que esta abriendo y de que quizás mas tarde no sea posible cerrar.

A veces es bueno ser Dios, pienso mientras empleo mi voluntad para hacer que el escaso y vaporoso ropaje de Adaria caiga al suelo, dejándola completamente desnuda y entre mis brazos. Ahora entre nosotros tan solo se interpone mi armadura, pero es algo superior a mi, jamas me he mostrado ante nadie y soy muy celoso de mi intimidad.

Suspiro para mis adentros e interrumpo el beso para poder hablar con ella. He retirado las protecciones de mi armadura. Yo no soy capaz de despojarme de ella. Tendrás que hacerlo tu.. Quizás la costumbre fuese que el hombre desnudase a la mujer, pero me parece que tendremos que hacer algunas concesiones el uno con el otro.

Dejo que su vestido cayese al suelo, acariciando su piel a su paso, quedando completamente desnuda, ya no había ni trampa, ni cartón, aunque sus formas seguían siendo exactamente las que mostraba su vestido anteriormente, delicadas, acentuadas, su piel extremadamente suave y pálida, se mostraba ahora sensible a las caricias de él.

Sonrió y sus mejillas tomaron un color rosita, que le daban un aspecto quizás más humano y aun con la presa de sus piernas alrededor de él con sus pequeñas y delicadas manos, comenzó a quitarle la armadura con calma, acariciando cada centímetro de piel que dejaba al descubierto.