Partida Rol por web

Problemas en La Mafia [HLdCN+]

La acción - Il Ristorante delle Quattro Famiglie - FINAL

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09/10/2017, 13:23
Federico Morosini

Federico soltó el aire que aguantaba mientras hablaba il Mediattore. Había estado preocupado, pensando que podían perder en una noche a cuatro fieles. Tres ejecutados y uno detenido. Eso quería decir que la organización había actuado de la mejor forma posible minimizando las pérdidas.

Llega la hora de meditar de nuevo las opciones. Se gira y se dirige a un rincón a intentar aclarar las ideas antes de tantear al resto.

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09/10/2017, 14:41
Don Hogan (Montesco)

Hogan escucha las palabras del mediatore y opina. -Gracias mediatore. Familias, es de publico conocimiento que algunos de nosotros contaremos con el privilegio de visitar a Pasadena, eso nos podra dar indicios de las razones de los infiltrados por arrestarla y sus identidades. En los Montesco trabajamos duro por averiguar quienes son.- toma un respiro y continua. -Ahora seria bueno que explicaramos las votaciones de ayer, para conocer las razones de cada uno. Por mi parte, mi voto fue sin intencion maliciosa contra Michael, esperaba que no le afectara en nada. Con la poca informacion que teniamos entre los Montesco, nosotros optamos implicitamente por dividir nuestros votos para no dilapidar a nadie con nuestros votos sabiendo que ayer era muy probable que errariamos si pusieramos votos en bloque sobre un inocente innecesariamente.- dirigio su mirada hacia los Giggio y los Montesco, -Por lo que seria muy bueno que nos dijeran el por que de sus votos, seguro los Grimaldi querran saber el por que de Jackie, y nosotros queremos saber el por que de Berlus.- dijo no muy satisfecho con el resultado del dia anterior.

-Sobre Filippo, que el Señor lo tenga en su Gloria. Demostro fidelidad y pasion por las cuatro familias y seguro habria sido una herramienta invaluable en este proceso de investigacion por atrapar a las ratas. Si tenia alguna informacion útil, ya nunca la sabremos. Con el muere un gran miembro de las cuatro familias, una herramienta util, y ... mi hermano...-una lagrima aparece en la mejilla de Hogan y se sienta en su silla devastado.

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09/10/2017, 18:16
Melissa Wolf (Grimaldi)

Por primera vez en una reunión de la familia que Melissa decidía tomar la conversación antes que la mayoría de los otros. Había estado absorta en sus pensamientos, contando comportamientos y uno que otro revés del último día, y no fue sino en la segunda mención de la muerte del padre que salió de esa abstracción

Damas, Caballeros, como vieron, Cirilo fue el único que comprendió mis palabras cuando dije que la primera noche no era para acusaciones. Si él estuvo entre los acusados con mayor número fue por su inocencia al creer que no votarían por él, tanto así que él ni siquiera votó por nadie. - era algo triste, yo podría haber vivido el mismo destino - A mí podría haberme pasado lo mismo. Sin embargo, hay muchas cosas claras. La primera, es que los traidores apuntan a las familias mas fuertes. Intentaron contra los Montesco con el padre, intentaron contra los Grimaldi atacando a Jackie. Luego, asombrosamente, dirigen a Roberta, dejándola inhabilitada para estar con nosotros. Personalmente desconfié mucho de los Giggio, pero quiero imaginar que los infiltrados son inteligentes y no matarian a la familia que los cubre.

sonreí, era inevitable. Mi mente me había llevado por ciertos caminos, tal vez sinuosos de culpar sin saber. Pero hoy no iba a pasar - Responsables acá, es dificil señalar a uno, pero cuando menos, creo que Los Morosini esconden un traidor. Revisemos la votación de anoche y seguro veremos alguna pista. Y de ser así, opino que las familias restantes lo acusemos, porque no puede quedar impune un crimen en contra de la memoria de Grimaldi...

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09/10/2017, 19:33
Eduard Giggio

Bueno, bueno, bueno...

Tras las palabras del allí mediatore, se entendía que el Padre Filippo había muerto con los secretos de confesión de toda una familia. Si estos eran los cabezas más influyentes, Eduard lo consideraba una pérdida delicada en cuanto a terreno familiar en Chicago – Ahora sabemos que el padre Filippo era un buen hombre de dios, pero más todavía de la mafia. Pienso que nunca tuvo que haberse involucrado más allá de celebraciones y ser un confesor cercano a muchos, pero una vez invitado no hay vuelta atrás. Su amenazadora daga debería guardarse en una vitrina para el recuerdo de apertura. Y en fin... mis condolencias a los Montesco.

- En cuanto a la detención de Roberta me encuentro algo mosqueado, obviamente. Sabemos que las reuniones vis-a-vis de prisión nos ofrecerán la oportunidad de trabajar a las cuatro familias con ella. Y esto es algo que creo una pequeña ventaja dentro de lo malo, para ella y para todos – Eduard reparte miradas al azar – Pero, y con un pase de inocencia tan potencial como este, espero que tengamos en consideración a Pasadena como una apuesta segura.

- En cuanto a Jackie tengo alguna cosa que decir, no hay duda - Eduard ladea una sonrisa buscando la presencia del chico - Espero que no te tomes todo esto como nada personal, muchacho, y que nada concluya en diferencias con ninguno de los Grimaldi – dice primero – Mi opinión es que los Giggio entramos en juego con una especie de.... - cómo llamarlo... - "prueba" de organización. En esencia, a ninguno nos tendría que importar votar a nadie en concreto, y por ahí fueron los tiros – explica Eduard... - SI es irónico que la cosa haya terminado poniendo en un aprieto a Jackie, justo a Jackie, el único con relativas diferencias familiares en cuanto a relaciones se refiere, pero amigos míos... pudo haber sido cualquiera, así que tampoco pasa de eso – igual decepcionaba a alguno...

Acto seguido, comenta – Supongo que puede haber un infiltrado en los Morosini, tanto como lo puede haber en los Giggio, Grimaldi y Montesco. Pero hoy me voy a fijar el doble en los que yo considero que ayer fueron votos previsibles -no de quién, sino hacia donde- sin mucha causa de apuesta, y al margen de apellidos - Eduard enciende el puro de turno...

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10/10/2017, 08:14
Vittorio "Vic" Grimaldi

Tras escuchar a todos, volví a hablar:

-Amigos, fue sin duda una noche más intensa de lo esperado. Yo fui uno de quienes votó al padre Filippo, todos lo sabéis. Como dice Eduard, las razones no tiraban hacia nadie especial, y personalmente no me gustó la espantada que hizo de la reunión, ni la poca participación suya que ello provocó. Me pareció una forma.. cobarde, sí, ésa es la palabra.. de librarse de votar. Aquí estábamos todos para dirimir muchas cuestiones, votando y siendo votados. Simplemente me pareció una reacción teatral y fuera de tono, que no atendía a razones.. Y creo que parecido a mí pensaron varios, por eso acabó como acabó. No hubo más motivos por mi parte, mi conciencia está tranquila.

Lo lamento, sobre todo siendo un inocente leal. Estamos en la búsqueda de algo más grande, de los traidores que se esconden impunemente entre nosotros.. Ojalá la detenida nos ayude con sus sospechas o su conocimiento a descubrirlos. Los que vayan a esos vis-a-vis, espero que tengan la ocasión de aprovechar la información, y sea en beneficio de todos.

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10/10/2017, 08:25
Estefano Buscemi (Grimaldi)

- Se veía a kilómetros que el Padre Filippo no era un poli, soltó Buscemi con cierto desdén. - Los votos hacia él, me parecieron desacertados y oportunistas, tomó algo de aire y se incorporó de la silla para enfatizar sus siguientes palabras. Lo que me pareció intolerable fue el sectarismo descarado de algunas de las familias aquí presentes, atacando descarada e impunemente a dos miembros de otras familias, en un claro intento de menguar a una familia contraria. Señores, no estamos aquí para urdir intrigas y planear asesinatos encubiertos con "buenas intenciones". Mi voto el día anterior fue para el Señor Hogan por postularse para Don, y es un criterio que mantendré para esta votación, mientras no haya nadie que pueda aportar algún dato relevante sobre alguien

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10/10/2017, 09:11
Nonna Isa Morosini

- Melissa, guapa, todos los Morosini fuimos a una, a instancia mía, para evitar bajas locales. Sin tener a nadie en el punto de mira, el comportamiento esquivo y participativo de Berlus me pareció más sospechoso que el de Filippo. Puedes revisar las votaciones, pero asumo la responsabilidad de la elección. Votar a Filippo fue la salida fácil ayer, pero no creo que la gente que votó por él sea especialmente sospechosa de nada. Por ahora. También fue fácil no mojarse y no votar. 

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10/10/2017, 10:19
Darek Houston

Mientras tanto

28 de Febrero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Me alegro de que haya podido venir avisándola con tan poca antelación

Darek Houston, el experimentado comisario se encontraba una vez más en la sala de interrogatorios por el caso Grimaldi. Delante de él, se hallaba sentada Henrietta Grimaldi vestida de luto.

Permítame que le diga que comprendo la magnitud de los momentos que está usted viviendo con el fallecimiento de su marido y el encarcelamiento de su hijo.

Déjese de formalismos, Houston. Vaya al grano. - le espetó ella.

Siendo sinceros, lo agradecía. Odiaba esa fase inicial de circunloquios alrededor de lo que todos sabían iba a ocurrir. Asintió con la cabeza a la petición de la viuda y prosiguió.

¿Sabe por qué está aquí?

Porque mi marido ha muerto y en más de un 60% de los casos el asesino es el cónyuge. Supongo que el otro 40% será cosa del mayordomo. - Bromeó sin un ápice de humor en la inflexión de su voz.

¿Y bien?

Y bien, ¿qué?

¿Mató usted a su marido?

No. ¿por qué habría de haberlo matado? - una breve pausa y continuó con otro sarcasmo - También le tengo que advertir: no tenemos mayordomo.

Pero sí tienen servicio

¿A dónde quiere ir a parar?

Dígame señora Grimaldi, ¿Era feliz el matrimonio con su marido? - Pareció cambiar de tema Darek Houston.

Por supuesto - respondió tajante.

Su servicio nos ha hablado de disputas recurrentes.

En todos los matromonios se discute.

¿Y también en todos se profieren amenazas de muerte? - Silencio por respuesta. Los labios de la mujer se crisparon.

Sabemos que discutían frecuentemente. Que un poco más de un mes antes de su muerte tuvieron una discusión fuerte. Que se profirieron amenazas. - Más silencio.

¡Oh, vamos! Sabemos perfectamente lo ocurrido. Sabemos que usted quería que él abandonara la organización y él se negaba. Su presencia aquí es un regalo, es su oportunidad de contar su versión. ¡Callar no protege a nadie! Especialmente a usted.

El silencio de su respuesta fue tal, que bien podía estar hablando el comisario con una tumba recién sepultada.

Está bien. Tendré que contarlo yo.

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10/10/2017, 10:20
Henrietta Grimaldi

Henrietta: Primer Flashback

7 de Enero de 1954
Chicago 13:14 PM
Comedor de la Residencia Grimaldi

La cena estaba resultando tan apagada y angustiosa como la decoración del comedor.

Muebles de gruesa madera oscura sobre paredes de un tono amarillento que, quizás con la luz apropiada, podría resultar cálido, pero que a la luz de la gran lámpara de araña que oscilaba levemente sobre el centro de la habitación, resultaba lóbrego. El efecto se reforzaba con los gruesos cortinajes opacos que cubrían las ventanas impidiendo tanto la entrada de la luz natural como que el interior de la casa pudiera ser visto o incluso intuído.

Justo en el centro de la habitación, bajo la aparatosa lámpara oscilante, una mesa para 8 comensales. En sus respectivas cabeceras, Andrea y Henrietta, los dos únicos comensales comían en silencio.

Llevaban una semana bastante mala, a pesar de que la situación no era nueva. En verdad, Henrietta siempre había propuesto débilmente retirarse juntos a la Toscana y dejar a las Familias que se gobernasen solas. Con las rentas de accionista y fundador de las empresas de su marido, entre ellas la vaca sagrada de los cruceros, podrían vivir el resto de su vida más que cómodamente y lejos del bullicio y el frío de Chicago.

Con los años, sus débiles propuestas fueron dejando paso a tímidos reproches y finalmente a sangrantes heridas a medio cerrar que se reabrían en calurosas discusiones esporádicamente.

La última herida abierta fue la intrusión en sus vidas del candidato a alcalde Horace Fergusson. Y nada menos que en año nuevo, ¡menudo augurio!. Ese día Andrea había llegado tarde a casa y en el lecho conyugal, había puesto al tanto de lo hablado a su mujer. Seguro que después se había llegado a arrepentir de contárselo, pero la fecha señalada que el político había elegido no dejaba muchas opciones.

A los problemas habituales de la posición de su marido al mando de una organización criminal, se sumaban nada más y nada menos que la presencia de infiltrados en sus filas, la enemistad declarada del jefe de dichos agentes y la voluntad política y policial de acabar con todos ellos. Eso había sido demasiado para Henrietta.

En los días siguientes habían discutido todos y cada uno de los días. Ella no cesaba en su empeño de alejarles de aquello y él, se mostraba firme en su decisión de quedarse.

Finalmente, fue Andrea el que rompió el silencio. Se le notaba algo distante, o quizás pensativo.

No me esperes despierta hoy, con este asunto de los traidores tengo mucho que pensar, muchas cosas que preparar y muchos actos que dejar hechos.

Cuando menos, era una forma enigmática de plantearlo. Henrietta volvió a la carga.

Lo que deberías hacer es comprar los billetes para Italia y reunir a las familias.

Su marido abandonó su comportamiento callado y pensativo para volver a enfrentarse con el problema recurrente. Pero a diferencia de los días anteriores, esta vez la discusión pasó de 0 a 100 en muy pocas palabras, lo que denotaba la tensión de Andrea.

¡Mujer, no me vengas con esas de nuevo! ¡No es momento de tus tonterías! ¡Es un momento difícil!

¿¡A quién te crees que llamas tonta, ingrato!? ¡No tendrías nada de lo que hoy tienes si no fuera por mi! ¡Tú no eres más que un par de ceros! ¡Sin alguien como yo que te convierta en centenas serías menos que nada!

¡¡Sabes de sobra que no te llamaba tonta!! ¡y también que me las puedo arreglar perfectamente sin ti!

¡Sin mi no eres nada! ¡no eres nadie! - Henrietta se dio cuenta de que por esa senda el camino sería muy corto, y retrocedió. Habló entonces con voz suave y conciliadora - Abandona tu quimera de gran estratega. Dale las riendas a otro y ven conmigo a la Toscana a cultivar viñedos. ¿no era ese tu sueño de niño?. - Vió a Andrea dudar un instante y aprovechó para crear presión con un farol - Y si no... quédate. Yo ya tengo mi billete comprado. No voy a quedarme a veros caer. - En el momento en que lo pronunció, supo que su farol era mucho más cierto de lo que esperaba. Sin esperarlo siquiera, supo que lo haría. Se iría sola o acompañada. Pero se iría para siempre de esa ciudad del infierno.

¡¡Basta!! - Dijo levantándose de la mesa y dando un golpe firme sobre ella con la mano abierta. Cuando Andrea se cabreaba no era tan fácil de calmar, quizás Henrietta había infravalorado la presión a la que estaba sometido su marido. - ¡Ni una palabra más!

Dio algunos pasos por el comedor en dirección a la puerta y Henrietta pensó que se había acabado ahí, pero se equivocó. A medio camino, se giró y volvió sobre sus pasos. Después volvió a girarse y seguir caminando. No estaba huyendo, estaba pensando. Andrea se detuvo y tomó una determinación. Al hablar, su voz sonó firme y dura, no era el tono de un marido enamorado, era el tono del jefe de la mafia dando instrucciones a un subordinado rebelde.

Esto se ha terminado aquí. Mi lugar está entre las familias. Más aún en estos momentos. No me iré, bajo ningún concepto. Y tú tampoco te irás. Tú tampoco te irás. - Al repetirlas remarcó cada palabra resultando amenazador - Ahora déjame, ¡tengo cosas realmente importantes que hacer hoy!

¡Ah, no! ¡Eso sí que no! ¡Puedo soportar tus bravatas y tus aires de grandeza! ¡pero no se te ocurra pensar que puedes tratarme como a uno de tus matones! ¡¡Yo me iré si quiero, cuando quiera y a donde quiera!!

¡NO TE IRÁS A NINGÚN LADO HASTA QUE YO TE DIGA! - Dijo Andrea totalmente fuera de si. - ¡No mientras yo esté vivo!

Henrietta respondió entonces sin apenas pensarlo. Su voz sonó extrañamente calmada y amenazadora.

Tú solito estás cavando tu propia tumba. Y cuando estés a 3 pies bajo tierra, me iré para nunca más volver.

Andrea abrió la boca para responder. Su enfado era tal que su rostro había abandonado el rojo para entrar a un tono pálido de furia ciega. Pero no dijo nada. Cerró la boca y se fue a grandes zancadas de la habitación.

Esa noche Andrea no durmió en su residencia.

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10/10/2017, 10:20
Darek Houston

28 de Febrero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

El relato de Darek Houston había hecho aflorar en Henrietta, hasta entonces nada comunicativa, sentimientos muy profundos. Durante la historia, la viuda había ocultado su rostro entre las palmas abiertas y sollozaba.

Houston quisó hacer un descanso. Y habló en tono conciliador.

Dejémoslo por ahora. Salga, de una vuelta. Tome un vaso de agua o de vino.
Continuaremos por la tarde.

¡No! - La voz de la mujer era acero frío - Acabemos con esto. Discutimos, sí, nos amenazamos, sí, pero yo no le maté.

Houston decidió abandonar esa línea. Odiaba esa parte de su profesión. Tensar al máximo a las personas ayudaba a encontrar culpables, pero siempre llevaba al límite a las personas antes de poder saber si eran culpables o no, y eso a veces resultaba terrible.

Su marido mencionó varias veces que tenía asuntos importantes... ¿Sabe qué tenía que hacer su marido ese día?

No

Tambíen durmió fuera de su casa. ¿Sabe donde durmió?

No

Darek suspiró. Se avecinaba otro momento fuerte y la viuda no daba pie a suavizar su llegada. Habló con lentitud y voz suave y amable llamándola por su nombre.

Henrietta, sabemos que su marido tenía una amante. ¿cree usted que esa noche debía reunirse con ella?

Henrietta se mostró fulminada por un rayo invisible. Sorprendida y temblorosa. Su voz perdió fuerza. O no sabía nada, o era una consumada actriz.

Eso... es imposible. Me está mintiendo - en su afirmación había cierta esperanza.

Me temo que no. Lo hemos confirmado.
Si sabe algo no tiene sentido guardar silencio ¿sabe usted quién podía ser esta amante?

En esta ocasión fue a Henrietta a la que le tocó hablar.

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10/10/2017, 10:20
Henrietta Grimaldi

Henrietta: Segundo Flashback

10 de Septiembre de 1953
Chicago 17:53
Cementerio de Chicago

El suelo estaba embarrado. Las lluvias habían sido abundantes y feroces pero, como si de una señal del cielo se tratara, habían ofrecido una repentina tregua mientras había durado el entierro del anciano Flavio Morosini.

Aun así, la mayor parte de los asistentes habían optado por acudir con paraguas negros, a juego con la vestimenta dominante. Paraguas que ahora permanecían cerrados y clavando sus puntas aceradas en el mismo barro que ensuciaba los caros zapatos de Henrietta.

Allí estaban representantes de todas las familias incluída, como no podía ser menos, Julietta Morosini. Todos y cada uno de los asistentes habían desfilado por delante de la joven nieta de Flavio. Ella recibía todos y cada uno de los pésames con ojos fríos y calculadores.

Henrietta no había conocido antes a la chica, aunque sí había oído hablar de ella. Sus métodos se habían vuelto fertilizante para las comidillas. De ella se decía que era capaz de todo por ascender y también de conseguir todo lo que se propusiera. A Henrietta le cayó mal desde el principio.

Mientras todos permanecían quietos y en silencio mirando el descenso del ataúd asistido mediante poleas y escuchaban las palabras del obituario del padre, Henrietta miraba fijamente a Julietta, que se encontraba de espaldas a ella imperterrita. Pensó entonces por qué le caía mal.

Este sentimiento probablemente se hubiese originado cuando ella y su marido acudieron a darle el pésame estando en el velatorio. La mirada de Julietta chispeó cuando supo que su marido era Andrea Grimaldi, o quizás ya lo supiera de antes y chispeara por coincidir al fin con él. El caso es que Andrea estaba justo delante de Henrietta en la fila para dar el pésame y Henrietta pudo ver cómo su marido intercambiaba unas palabras con la joven. No pudo oir de qué se trataba, pero si vio que mantenían una breve conversación que terminó con ella acercándose más de lo que era correcto y susurrándole algunas palabras al oído.

Andrea se alejó de Julietta y Henrietta atónita avanzó hasta la chica. Cuando llegó frente a ella, Julietta no le hizo caso. Ni le miró siquiera. Su mirada estaba fija en Andrea mientras este se alejaba. Henrietta hubiese jurado que Julietta le hacía un repaso con la mirada a Andrea.

Henrietta esperó hasta que Julietta centrase su atención en ella y no pudo evitar que su ceño se frunciera. Julietta, sin hacerle aún caso a ella pero si siendo vagamente consciente de que la persona que había llegado a darle el pésame era una mujer dijo en tono confidente:

Ese hombre está como un queso Parmiggiano. No creo que su estirada mujer sea consciente de lo que se mete cada noche en su cama, o sino no le dejaría salir.

La chica entonces centró su atención en Henrietta y, sin reconocerla, continuó

Será cuestión de tiempo que esa pobre infeliz se arrepienta de no preocuparse más por los asuntos de la organización. Y por los asuntos de su marido. En fin, gracias por asistir al entierro de mi abuelo a darme sus condolencias señora... - dejó la frase en el aire esperando que Henrietta la completara presentándose.

Grimaldi. Henrietta Grimaldi - dijo ella cargando cada sílaba y con la satisfacción de la que espera ver humillación en el rostro de su agresor.

Pero en lugar de humillación, recibió algo muy distinto. La sorpresa en los ojos de Julietta al reconocer el nombre duró muy poco y fue seguida de una mirada lobuna, amenazadora, segura de si misma, que heló la sangre de Henrietta. No había en su rostro ni en su inflexión el menor rastro de arrepentimiento o vergüenza cuando Julietta respondió con su característica sonrisa de depredador.

Es un placer, señora Grimaldi. Me alegra ver que ha decidido acompañar a su marido. - y acercándose para susurrarle al oído como hiciera con Andrea añadió - Le recomiendo que le ate bien en corto.

Henrietta se quedó muda ante tal desfachatez. ¿acababa Julietta de declarar su intención de seducir a Andrea?

En todo esto pensaba Henrietta mientras veía la espalda de Julietta y su rubia melena. El ataud seguía bajando. Todas las miradas estaban atentas en él. Entonces, como si presintiese que la estaba observando, Julietta giró su cabeza y cruzó la mirada con Henrietta. Otra vez asomó su sonrisa lobuna y Julietta le guiñó un ojo a Henrietta.

Niñata engreída. - pensó Henrietta - Mi marido es demasiado hombre para dejarse embaucar por tus redes. - pero ese pensamiento no le hizo sentirse menos incómoda.

En ese mismo instante, las lluvias pusieron fin a la tregua que habían ofrecido y descargaron con repentina fuerza todas las fuerzas que habían estado acumulando minutos antes.

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10/10/2017, 10:21
Darek Houston

28 de Febrero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

El comisario tomaba nota de los detalles de la historia que la viuda le proporcionó. Observó como en sus ojos se había asentado una fría furia acerada.

Por un momento la viuda olvidó dónde estaba y su firme propósito de no colaborar, y Darek lo estaba aprovechando. En eso también consistía interrogar, en hacer que la gente olvidara su intención de no colaborar mediante distracciones covincentes.

Había salido bien. Ya tenía lo que quería de la señora Grimaldi. Pulso el botón de un intercomunicador en la mesa y habló al micrófono.

Agentes, acompañen a la señora Grimaldi a la salida. - soltó el interruptor - Señora, por hoy ha sido suficiente. Permítame que le recuerde que no le está permitido abandonar el país en lo que dure la investigación y que deberá avisarme en caso de que vaya a salir de la ciudad. Sigue siendo usted sospechosa en la muerte de su marido.

Los agentes entraron en la sala y se llevaron a Henrietta. Antes de que el último abandonase la sala, Darek añadió:

Organíceme una conferencia con el alcaide de la prisión federal. Voy a necesitar interrogar a algunos reclusos

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10/10/2017, 13:02
Bonny "Cerradura" Vizancy (Morosini)

La caída del padre no le sorprendió, tal y como había augurado fue el chivo espiratorio perfecto para mas de uno y a diferencia de lo que pudieran pensar mas de uno, él si creía culpables a aquellos que hicieron campaña contra él.

-Si tiene que haber un depredador entre nosotros sin duda es aquel que acuso directamente a Giggio. No tengo duda que al menos entre quien lo voto de primeras sin esperar una consolidación, había un poli. Por allí deberíamos empezar. -Se sincero con todos los presentes. -Sr.Busquemi, creo que justamente por ser votos desacertados y oportunistas por lo que no debemos olvidarnos de aquellos que le votaron. Las ratas atacan a la presa mas fácil.

Y no dijo nada mas, pues las dudas por parte de Melissa ya fueron aclaradas.

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10/10/2017, 14:35
Isabella (Montesco)

- Pobre Padre Filippo, Dios lo tenga en su gloria. - Me santiguo. - Por querer ser justo, ha pagado el primero. Pero claro, era de esperar que los infiltrados fuesen directamente contra él. Es peligroso ser leal a la familia, ¿verdad?

Al hablar miro directamente a todos los miembros de la mía, antes de continuar.

- Estoy de acuerdo con "Cerradura" en sus conclusiones, en parte. Las ratas atacan a la presa más fácil y los cuervos aprovechan y se la quitan.

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10/10/2017, 15:15
Estefano Buscemi (Grimaldi)

- Cualquiera de las tres opciones expuestas:

  1. Votar al cabeza de turco (cosa que hicieron Salvatore, Jackie y Vic),
  2. votar en masa (estrategia de Morosinis y Giggios) o
  3. no votar (que fue lo hicieron Melissa y Alessandro).

Son opciones tan oportunistas como poco esclarecedoras, aunque de esas tres opciones, sólo una de ellas me parece además VENTAJISTA, lo digo recalcando la palabra, y esa es por supuesto votar en bloque a un miembro de otra familia, porque seamos sinceros, 5 votos eran mucho más determinantes que votar al Padre Filippo o no votar.

Agradecería a los presentes que si tienen intención de designar a dedo al próximo candidato a hacer compañía al Padre Filippo, acordando un nuevo racimo de votos con los de su Familia, o lo que es peor, con la colaboración de dos familias, nos lo haga saber para no hacernos perder el tiempo al resto.

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11/10/2017, 00:13
Berto (Montesco)

Había muerto alguien de su familia. Era duro, y más sabiéndose que no era un policía. Berto había optado por apuntar a quel que no había hablado, aunque muy cerca del final lo hizo. No porque sospechara de él, si no porque prefería que de caer inocentes cayera alguien que no aportara nada.

-Era difícil acertar ayer, muy difícil. No obstante, supongo que muchos votasteis contra alguien que os daba malas pulgas- como parecía haber pasado con Filippo- otros lo hicimos contra los que creíamos estaban más ausentes que presentes y veo que algunas familias votaron en masa. No digo que no sea normal que entre todos se pongan en común sus sospechas, pero espero que nadie se olvide en que tratamos de cazar policías y no eliminar a la competencia para beneficio personal.

Por supuesto, no tenía claro que hubiera sido así, pero tenía que decirlo por si acaso. También se decía que las ratas podían haber votado al débil para librarse. Sin duda, a él e parecía válido.

-Yo sí creo que es posible que una rata o dos votaran a Filippo para que no cayera uno de ellos. Era una víctima fácil y supondrían que se llevaría más de un voto y podrían pasar desapercibidos. No obstante, no creo que votaran en masa a Filippo si no que más bien dividieron sus votos entre cuyos nombres más sonaban o incluso al azar. No creo que quieran ser descubiertos y votar en masa a Filippo por parte de los policías solo tendría sentido si otro de los nombres que más sonara fuera el de otro policía. Pero dado que no teníamos apenas datos ayer y que las ideas estaban muy divididas, lo más probable es que votaran de manera algo separada y no con un solo voto común, para no delatarse.

Pero hasta el momento, Berto se sentía igual que el día anterior.

-¿Que hay de hoy? ¿Alguien tiene una mayor idea que ayer?

 

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11/10/2017, 09:04
Federico Morosini

Federico llevaba un tiempo en un rincón pensativo. Si alguien le hubiera observado, habría visto que sacaba su libreta roja y su pluma del bolsillo interior de su chaqueta. Había estado estudiando las notas del día anterior y tomando otras nuevas. De vez en cuando se había llevado la pluma hacia la boca, la apoyaba sobre sus labios unos instantes y continuaba trazando líneas y tachones. Arrancaba alguna hoja que arrugaba y guardaba en el bolsillo del pantalón. Estuvo unos momentos sin escribir nada nuevo, asintió para sí mismo. Guardó la pluma y se dirigió al resto. - Voy a pronunciarme, temo que no voy a ser de mucha ayuda pero hemos de ser precavidos. Si fuera una rata iría a por los más fuertes, a por los que tengan más información y a por los más influyentes en ese orden y en cualquiera de ese grupo me incluiría a mí mismo per se, así que no voy a alardear y a dar pistas de si es así o no. Apretó los labios y arrugó las cejas, diríais que estaba meditando bien sus palabras. Por primera vez mostraba algo de debilidad. ¿Tenía... miedo? - Tengo mis listas de sospechosos, inocentes y de los que no tengo una idea creada todavía. Me he basado en las votaciones y en los comentarios para crearlas. El hecho de que no se participe, como a muchos, me da una idea de que algo se oculta. Otra cosa en la que me baso es en las votaciones en masa, no sé si ha sido un error o no, pero ha beneficiado a los infiltrados. Ha podido ser casualidad porque apenas teníamos pistas y cada uno ha hecho lo que ha creído mejor, pero no puede volver a suceder, hemos puesto en riesgo a lo que pueden ser tres compañeros fieles más Roberta. Podíamos haber perdido a cuatro en total. Yo tengo casi decidido mi voto. Voy a esperar si alguno más se pronuncia pero será difícil que cambie de opinión. Dicho esto levantó la palma derecha invitando al resto a hablar.

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11/10/2017, 11:04
Michael Rodgers (Giggio)

- Debo corroborar las palabras de Eduard como parte de los Giggio. Votamos en bloque en parte para despejar sospechas dentro de la familia, pero me temo que por decepcionante que sea, no seguiamos ninguna pista más allá de corazonadas. Por suerte, en este caso las consecuencias de nuestros votos no fueron negativas, aunque aceptaré que podrían haberlo sido. Mis disculpas a Jackie.

Suspiró lentamenté pesadamente.

- El caso es que, después de la noche, vuelve el día y no estamos más cerca de las respuestas que buscamos. Los Giggio hemos tenido nuestra propia perdida con Roberta en prisión, aunque confio que pueda sacarsele provecho con aquellos que puedan visitarla. La duda, como bien dice Berto, es saber si hoy tenemos algún dato que ayer no teníamos. ¿Lo tenemos?

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11/10/2017, 11:08
Il mediatore

Mediatore mira su reloj.

Quedan 24 horas y aún nadie ha iniciado las votaciones. Estos debates son necesarios, pero, por favor, no descuiden esta responsabilidad.

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11/10/2017, 13:55
Federico Morosini

- En una misión suicida, voy a poner tres nombres sobre la mesa y me gustaría que todos hiciérais lo mismo para mover un poco las conversaciones. Primero he de decir que son un poco aleatorios porque no tengo muchas pistas. Con esto espero también facilitar a que los que tengáis pistas de verdad no quedéis al descubierto. Mis nombres son Vic, Bonny y Tonny. Pido perdón por adelantado a los que he colocado la diana, entiendo que hagáis lo propio conmigo. Y así acabó su discurso, con la voz algo temblorosa mezcla de ira por saber que estaba siendo objetivo de la policía mezcla de enfado por la pasividad de sus compañeros.