Partida Rol por web

Problemas en La Mafia [HLdCN+]

Taller de narraciones

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25/09/2017, 09:34
Darek Houston
Sólo para el director

Mientras tanto

21 de Febrero
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

A Darek siempre le había gustado ser policía. A veces tenía recompensas y a veces penitencias, pero, incluso en los peores momentos, alguien tenía que hacerlo.

Este era sin duda un momento de los malos. A nadie le gustaba perder tiempo y esfuerzo en esclarecer las circunstancias de la muerte de tu enemigo. De alguien que sabes que es el responsable de la muerte de muchos inocentes. El responsable de la muerte de varios de tus compañeros. Pero un crimen es un crimen.

Nadie en toda la comisaría, ninguno de sus subalternos, quería ocuparse de esa investigación. Nadie quería darle justicia al villano. Y Darek protegía a sus hombres, así que había acabado por ocuparse él mismo del caso:
El caso del asesinato de Andrea Grimaldi, líder de la organización criminal Las Cuatro Familias.

Y no iba a engañarse. A pesar de todo, estaba disfrutando. Todo este asunto le había traído de vuelta a la calle y él lo agradecía. Desde que había ido acomodándose en la silla de comisario, cada vez le aburría más su trabajo, y encima, el último año con Fergusson al mando había sido un suplicio. Un poco de acción era lo que necesitaban sus viejos y cansados huesos.

Levantó la mirada y la posó en la mujer que tenía delante. Una mujer afroamericana de unos 45 años de edad que trabajaba como criada para la familia Grimaldi. La familia de la víctima.

Repasemos los hechos: Usted llegó como cada mañana a las 8:00 de la mañana a la mansión Grimaldi. Se puso el uniforme de trabajo y comenzó la limpieza por las estancias del piso inferior. Como cada mañana, aproximadamente a las 10:00 AM, usted de encontraba limpiando la habitación de la víctima cuando encontró su cadáver junto a la cama.

Exactamente comisario. Fue horrible. Estaba todo el suelo lleno de sangre y el señor Andrea... ahí... - La mujer ahogo sus palabras en sollozos mudos. Parecía dolor sincero. No entendía como se podía querer a alguien como Grimaldi, pero esa mujer parecía sentir gran aprecio por él.

Y dice que en el tiempo que estuvo en la vivienda no oyó ni vio nada fuera de lo normal

La mujer, incapaz de hablar, asiente con la cabeza.

Esto es una total pérdida de tiempo. La autopsia ya ha fijado la fecha de la muerte entre las 12 de la noche y las 4 de la madrugada. Esta mujer no va a aportar nada. A quién debería estar interrogando es a los sospechosos...

Harto de la situación, pero con amabilidad, Darek pone fin a la entrevista.

Pues eso es todo, señorita. Puede retirarse, lamento la experiencia que ha sufrido y procuraré que no sea necesario volver a citarla para así evitar que tenga que volver a rememorar una escena tan dolorosa.

La mujer aliviada salió de la sala de interrogatorios dejando solos a Darek y al gran espejo, tras el cual se ocultaba el odioso comisario jefe Horace Fergusson.

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25/09/2017, 19:05
Horace Ferguson
Sólo para el director

El comisario jefe vio salir a la mujer de la sala de interrogatorios a través del falso espejo y, en seguida, salió de la sala de escucha y entró donde estaba Darek Houston.

¿Y bien, Houston? ¿por qué deja que se vaya? ¡esa mujer es sospechosa! ¿no comprende que necesito que de carpetazo al asunto del muerto cuanto antes?

Señor, esa mujer no ha podido ser la asesina, la hora de la muerte según la autopsia...

¡Al cuerno! ¡encasquétele el muerto a alguien y centrese! ¡si no es la asesina diga que es la que ordenó la muerte de Grimaldi y la empapela igualmente! ¡Recuerde que necesito cerrar este tema de inmediato! Sólo quedan unos meses para las elecciones y la publicidad que todo esta asunto de la mafia proporcionaría me catapultaría directamente a la alcaldía.

Fergusson, como siempre se comenzó a marchar dejando a Darek Houston con la palabra en la boca. Tenía por costumbre escucharse sólo a si mismo y ya le había prestado demasiada atención al comisario.

Aun así, este intentó una vez más continuar la conversación antes de que su jefe abandonara la sala.

Señor, ya hemos hablado de eso, no puedo encarcelar a una inocente por...

¡Y un cuerno! Houston, le falta visión global. Esta es una oportunidad única. ¡Ah! Por cierto. Quiero que me traiga a esos agentes que han propiciado el encarcelamiento de los dirigentes. Quiero tener unas palabras con ellos.

Y dicho eso, se fue cerrando la puerta.

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25/09/2017, 19:25
Darek Houston
Sólo para el director

Por encima de mi cadáver. A esos agentes no les pondrás tus zarpas encima si yo puedo evirarlo.

Darek, azorado, salió en busca del expediente del caso. Le esperaban varios días de recopilar información e interrogatorios.

Esa morsa de Fergusson no iba a causar una mancha en su expediente.

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25/09/2017, 19:32
Narrador
Sólo para el director

De vuelta en la reunión

El propio comisario, un hombre al que algunos os habíais enfrentado en el pasado, se iba a ocupar de la investigación de la muerte de Andrea.

Lo habíais averiguado por los informadores que la organización tenía dentro del cuerpo. Después de todo, colar topos funcionaba en dos direcciones. En seguida la noticia se convirtió en rumor.

Quizás eso fuera una buena noticia. Era un hombre meticuloso. Seguramente si os manteníais al día de sus avances, la propia investigación de la policía os ayudase a encontrar al verdadero asesino de Andrea.

Notas de juego

Las escenas que se narren en los hilos públicos representan que, de un modo u otro, os habéis enterado de lo que ha ocurrido. Informadores, notas de prensa, sobornos...

Todo lo que en estas píldoras narrativas se diga es información accesible por todos vosotros.

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26/09/2017, 08:40
Henrietta Grimaldi
Sólo para el director

NARRACIÓN UTILIZADA DURANTE EL PRELUDIO

De pronto, Henrietta irrumpe en la sala. Iba vestida de escrupuloso luto, tal y como se esperaba de ella.

En estos días no era frecuente verla en público dadas las circunstancias, por eso os sorprendió verla allí.

Bonna sera. Me alegro de veros a todos vosotros aquí. Confiaba en encontrarme con alguien de cada familia y que se corriera la voz, pero esto es mucho mejor.

Como siempre, apenas había saludado y ya iba directa al grano.

Disculpen la interrupción, pero traigo ciertas noticias. Vengo de ir a visitar a Nicola a prisión. No he podido. Tampoco a Julieta, Marcelo o Claudio. Los han incluído a los 4 en el régimen sin visitas de la prisión y no nos permitirán verlos durante un tiempo. No obstante, estoy segura de que se las arreglarán para comunicarse con nosotros si lo ven necesario. Aunque sea a través de terceros.

Por otro lado, la comisaría ha puesto en marcha la investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte de Andrea. Esta mañana han llevado a declarar a parte del servicio de nuestra residencia.

Pero no debéis preocuparos, no vamos a permanecer quietos. Los asuntos de Familia los resuelve la Familia. Si ellos quieren jugar a los espías, nosotros también sabemos. Seguiremos sus avances y nos adelantaremos a ellos.

La situación se está acelerando. Es de vital importancia que todos los que estáis aquí acudáis a la reunión del próximo 27. Necesitamos a las 4 familias unidas y por eso he invitado al mismo número de miembros de cada una. 5 de cada. Sé que algunos no os sentís acogidos como uno más o tenéis muchas tareas, pero esto es importante. - Mientras habla no centra su mirada en nadie concreto. Salta de uno a otro, pero casi como por azar, cuando menciona las objeciones, fija su mirada primero en Melissa y luego en la Nonna.

Roberta, Tony, Eduard, Joe, Michael. Os necesitamos. Necesitamos la templanza de los Giggio.

Berlus, Hogan, Isabella, Berto, padre Filippo. También necesitamos la inteligencia de los Montesco.

Federico, Nonna Isa, Alessandro, "Cerradura", Fagottino. Necesitamos el ímpetu de los Morosini.

Ivanna, Melissa, Vittorio, Jackie, Estefano. También a vosotros. Necesitamos la intuición de los Grimaldi.

Ahora debo irme, una muerte lleva mucho papeleo y muchos quehaceres, y ahora no dispongo de la ayuda de Nicola. Por favor. Por Andrea. Cuento el 27 con todos vosotros.

Avanza hasta la puerta y se despide de todos uja vez más. Antes de salir del local y de no volver a dejarse ver hasta el día de la reunión, os dirigió unas últimas palabras.

Me encargaré de que os llegue todo lo que podamos averiguar de los avances de la policía. Seguro que antes del fin del día, ya tenemos alguna noticia fiable.

Notas de juego

Este sería el primer mensaje del día 0. Para lanzar hoy, que estoy viendo que decae un poco la escena.

Mañana podríamos lanzar la secuencia anterior de mensajes "mientras tanto"

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28/09/2017, 02:41
Claudio Montesco
Sólo para el director

MONTESCO: PRIMER FLASHBACK

8 de enero de 1954

- Las cuentas no cuadran, Claudio.

El jefe de los Montesco miró al Don fijamente. Se mostraba a la vez perplejo y ofendido.
Cuando hizo que lo llamaran después del almuerzo para visitar una gestoría de prestigio, poco podía imaginarse que el asunto que Grimaldi quería tratar estuviese relacionado con un error contable.
Claudio Montesco podía presumir de no equivocarse nunca y, desde luego, no haría trampas en la contabilidad de las familias.

- ¿Me estás acusando de robar?
- No. Aún no.
– Andrea lo miró con dureza. - En todo caso te estaría acusando de no hacer bien tu trabajo. Y sé que, probablemente, te siente peor parecer un inútil que un ladrón.
- ¿Cuánto?
– No hacía falta precisar a qué se refería.
- Cerca de dos millones. No se puede obviar una cantidad así; es más de lo que movía una familia en todo un año antes de que me hiciera con el puesto de Don.
- Revisaré mis libros y los compararé con los globales.
- Hazlo. Por tu bien espero que haya sido un error del copista.

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28/09/2017, 05:58
Darek Houston
Sólo para el director

Horacio Fergusson: primer sospechoso

27 de Enero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Darek Houston estaba solo sentado. En la mesa, esparcidas distintas notas del expediente del caso Grimaldi.

Horace Fergusson, entra en la sala.

¿Así que estás aquí? Me han dicho que me estabas buscando.

Sí. Quisiera repasar con usted algunos puntos del caso Grimaldi.

Horace, halagado por la consulta se sentó.

Claro, claro. ¿ya ha decidido inculpar al servicio?

No exactamente. Señor, ¿cuánto tiempo llevamos con los infiltrados en la organización?

Años tengo entendido, pero ya sabe que yo llevo menos de un año aquí.

Cierto. ¿y por qué no habíamos conseguido ninguna detención importante?

Por Andrea Grimaldi. Siempre iba un paso por delante. - bufa con sorna Fergusson.

Ajá. Y dígame ¿cuando son las elecciones a Alcalde?

A finales de este verano, ya lo sabe, pero ¿a que viene esto? ¿que tiene que ver con Grimaldi?

Pues verá, señor. Fíjese en estas fotos tomadas por nuestros agentes en el restaurante de la familia el día de año nuevo. ¿ve quién es este de aquí?

Grimaldi. - sus respuestas son tajantes, ya no hay un ápice de sorna

Ajá. Y dígame, ¿este no es usted?. Sí, lo es. Grimaldi sale a recibirle a la puerta, se saludan amistosamente, entran al local. 2 horas más tarde, usted sale del mismo. Pocos minutos más tarde, sale el propio Grimaldi. Dígame, señor - hay ácido en la voz de Darek - ¿Qué hacía usted reunido con el capo de las cuatro familias (nuestra víctima) en su restaurante el 1 de Enero de 1954?

¡Esto es un ultraje! ¡No pienso responder a eso! ¡Usted no puede interrogarme a mi! ¡Soy su superior! ¡¡Le despediré inmediatamente!!

Tiene razón - el tono de Houston es de disculpa - Usted es mi superior y no tiene por que darme explicaciones

¡Exacto! - exclama triunfal.

Darek Houston contesta con voz lobuna.

Pero o me las da a mi o se las da a la prensa. Me pregunto cómo afectaría esa noticia a su candidatura. Seguro que su oponente sabría sacarle jugo al tema...

Horace Fergusson palidece totalmente y sus aires de superioridad se desinflan.

¡No! ¡No haga eso!... Amigo Houston, nos hemos dejado llevar del momento ¿no cree?...

Yo. No. Soy. Su. Amigo. Y ahora dígame, señor. ¿Qué hacía usted reunido con la víctima de mi caso el 1 de Enero?

Notas de juego

No sabes lo agusto que me he quedado xD

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28/09/2017, 06:23
Horace Ferguson
Sólo para el director

Fergusson Flashback

1 de Enero de 1954
Chicago 20:12 PM
Ristorante las Quattro Famiglie

Horace Fergusson se limpia la salsa de tomate del bigote con una servilleta de tela a cuadros rojos y blancos. Delante de él, impoluto, Andrea Grimaldi. Están sentados en una mesa apartada, ubicada estratégicamente para estar protegida de miradas indiscretas. Andrea está en su terreno, se percibe en sus formas y en sus gestos. Horace Fergusson está algo nervioso. Este último, continúa la conversación.

Sabe usted, señor Grimaldi, que este año hay elecciones. El caso es que me gustaría contar con su apoyo para mi candidatura. Ya sabe, un hombre de negocios importante como usted, es capaz de mover muchos votos y de proporcionar financiación importante.
¿El comisario jefe del departamento de policía de Chicago está pidiendo apoyo económico y político al cabeza de familia Grimaldi? - preguntó este divertido
El candidato a alcalde de Chicago, Horace Fergusson está pidiendo apoyo económico y político al presidente de la empresa de cruceros Grimaldi, una de las más importantes del país con sede en su ciudad. - Corrigió Fergusson. Andrea cogió la copa de vino tinto y jugó con su contenido para luego dar un trago. En realidad, rellenaba el espacio necesario para meditar un instante.
¿Y que saco yo de todo esto? - Preguntó al cabo.
Información y ayuda. ¿Y si yo le dijera que existen al menos tres infiltrados de la policía de Chicago en su organización diseminados entres las cuatro familias?
Yo le contestaría que es un farol. Respondo de mi gente. - Pero en su mirada había cierta inseguridad. No sea bobo. Puedo darle sus nombres. - Dijo en tono confidente inclinándose hacia Grimaldi
¡Dígalos! - Dijo Grimaldi dando un golpe en la mesa e inclinándose él también hacia adelante pero en un gesto que resultaba amenazador.
Aún los desconozco. Pero los puedo averiguar. Puedo servir sus cabezas en bandeja. - Respondió Fergusson reclinándose de nuevo en su silla.

Esta vez, Grimaldi meditó largo rato y no lo camufló con ningún gesto ni acción. Su mirada estaba fija en los ojos porcinos de Fergusson. Al fin, se relajó y dijo.

No me interesa. Gracias por la velada. Puede irse.
¡No sea idiota! ¡Es su oport...!
¡HE DICHO QUE SE VAYA DE MI RESTAURANTE! - Su voz hizo un silencio entre el resto de comensales de la sala. Silencio que poco a poco se fue llenando de nuevo con las conversaciones que se reanudaban a toda marcha intentando pasar desapercibidos sus participantes. - No me interesa hacer tratos con gente como usted. Largo. Mientras Horace Fergusson se marchaba a toda prisa asustado le decía
¡Esto no quedará así! ¡Acabaremos con todos ustedes! Le he ofrecido una salida, pero le tengo bien cogido por los huevos. ¡Detendrán a toda su familia! Y si usted se opone... - Dejó la frase en el aire.

Grimaldi se levantó como disparado por un resorte y en pocos pasos llegó hasta Fergusson. Le cogió de la pechera y acercó su cara a la de él hasta que pudo oler su aliento fétido. Puso cara de disgusto por el olor pero apenas se notó pues su rostro estaba cubierto de furia.

Hay que ser muy imbécil para venir a mi casa a amenazarme. Usted no alcanzará el puesto de alcalde. Palabra de Grimaldi. ¡Y ahora largo! Fergusson se marchó corriendo con el rabo entre las piernas

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28/09/2017, 08:03
Darek Houston
Sólo para el director

27 de Enero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

En la sala de interrogatorios Houston tenía todo lo que necesitaba.

Así que organizó su muerte: Andrea Grimaldi fue mas honorable que usted y rechazó colaborar con su causa. Usted perdió los papeles y le amenazó en su propio terreno. Él no olvidaría eso. Además, se había declarado como su enemigo y su campaña correría peligro si Grimaldi decidía hablar o financiar alguno de sus adversarios. No tenía más opción que asesinarle. Contactó a algún miembro de Las Familias y usó su influencia para prometerle el control de la organización con su respaldo desde la alcaldía. La ciudad sin ley.

¡Nada de eso! ¡Son meras especulaciones! ¡Exijo ver a mi abogado!

Hace bien, lo necesitará.

Se levantó e hizo un gesto con la mano derecha al espejo.

Al poco tiempo, dos agentes entraron en la sala y miraron a Houston expectantes.

Agentes, pongan al señor Fergusson bajo arresto como sospechoso del asesinato del señor Andrea Grimaldi.

Pe-pero usted no puede hacer eso. ¡Soy su superior!

¡Usted no es mi superior! - le cortó tajante - Usted es un corrupto, una sucia rata, un traidor. Por su culpa tres buenos agentes están en peligro. ¡Llevenselo!

Uno de los agentes entró en la sala y preguntó.

Entonces... ¿cerramos el caso?.

Darek Houston se rió. Estaba de vuelta en donde siempre debía haber estado.

Nada de eso. Esto no ha hecho más que empezar.

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02/10/2017, 18:07
Narrador
Sólo para el director

28 de Enero de 1954
11:30 AM
Ristorante delle Quattro Famiglie

Poco a poco fuisteis llegando al lugar de la reunión.

A los primeros en llegar os sorprendió encontrar el restaurante recogido y vacío. No había ni rastro de la viuda Henrietta, y retrasarse no era habitual en ella.

Todas las mesas estaban apartadas y amontonadas en un lateral del espacio. Las sillas se alzaban formando torres, como silenciosas atalayas testigos de lo que allí aconteciese.

El espacio del restaurante resultaba casi diáfano en consecuencia, sólo roto por unos esporádicos pilares que apenas entorpecían el paso.

Cuando el reloj marcó las 11:30 en punto y la puerta se abrió para dejar entrar a Mediatore, supisteis sin lugar a dudas que la viuda hoy no se uniría a vosotros.

Al entrar, el recién llegado hizo un breve recuento. Contando con él mismo erais 19.

Il Mediattore se giró sobre si mismo y cerró los pestillos de las puertas de entrada. No esperabais a nadie más.

Mirasteis a vuestro alrededor intentando identificar a aquellos que ya no se encontraban con vosotros.

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05/10/2017, 18:51
Il mediatore
Sólo para el director

Se acumulan las noticias. Intentaré ser ordenado.

Primero, ya habréis notado que Henrietta no se ha unido a nosotros. No es por propia voluntad. En estos momentos, se encuentra en comisaría respondiendo a un interrogatorio sobre el deceso de su marido. La policía sospecha de ella.

Segundo, hoy tampoco se unirá a nosotros el Padre Filippo Cirillo, que Dios le acoja en su gloria. - Con esa sencilla oración todos supisteis quién finalmente había sido pasto de los peces. Si Mediatore le guardaba rencor por el día anterior no lo manifestó en su rostro. Tampoco en su inflexión. A decir verdad, costaba identificar sus emociones. Tenéis la impresión de que sus emociones hubieran sido más fáciles de leer si su rostro fuese una piedra pómez. - Por desgracia, era un miembro fiel a la organización*. Resultó únicamente ser muy pasional. - Mediatore no aclara sus medios para averiguarlo, aunque nadie pone en duda que fuesen cuales fuesen, su muerte era necesaria para poder llevarlos a cabo.**

Tercero, Roberta Pasadena ha sido encarcelada durante una redada nocturna ejecutada por los agentes de policía. No hay ninguna duda de que esa detención ha sido orquestada por los infiltrados. Estamos intentando conseguir filtraciones sobre su expediente para conseguir información adicional sobre ella, pero dudo mucho que lo consigamos. Están sobre aviso y guardan esa información con recelo.***

Es necesario continuar buscando. Todos sabíamos que este proceso entrañaba riesgos. El Padre se opuso a él precisamente por esos riesgos y, probablemente, eso le ha llevado a la tumba. No desfallezcan. Ha sido un golpe duro y lloraremos su pérdida, pero este no es un club de lectura. Todos ustedes saben a qué se arriesgan cuando forman parte de las Familias. Aunque las circunstancias actuales no sean del agrado de nadie.

Nada más. Estaré esperando sus votos para el día de hoy.****

Notas de juego

* El rol del padre era MAFIOSO.
** No le deís muchas vueltas... Esto es un HLdCN. Simplemente lo sabe a ciencia cierta y su muerte era necesaria para saberlo.
*** No se hacen públicos los roles de los detenidos, aunque sí que son conocidos por los infiltrados.
**** La fase diurna del día 2 acabará el jueves 12/10 sobre las 13:00 ~ 15:00. Esta será la duración habitual de las fases diurnas a partir de ahora.

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06/10/2017, 00:41
Darek Houston
Sólo para el director

Henrietta Grimaldi: Segundo Sospechoso

28 de Enero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Me alegro de que haya podido venir avisándola con tan poca antelación

Darek Houston, el experimentado comisario se encontraba una vez más en la sala de interrogatorios por el caso Grimaldi. Delante de él, se hallaba sentada Henrietta Grimaldi vestida de luto.

Permítame que le diga que comprendo la magnitud de los momentos que está usted viviendo con el fallecimiento de su marido y el encarcelamiento de su hijo.

Déjese de formalismos, Houston. Vaya al grano. - le espetó ella.

Siendo sinceros, lo agradecía. Odiaba esa fase inicial de circunloquios alrededor de lo que todos sabían iba a ocurrir. Asintió con la cabeza a la petición de la viuda y prosiguió.

¿Sabe por qué está aquí?

Porque mi marido ha muerto y en más de un 60% de los casos el asesino es el cónyuge. Supongo que el otro 40% será cosa del mayordomo. - Bromeó sin un ápice de humor en la inflexión de su voz.

¿Y bien?

Y bien, ¿qué?

¿Mató usted a su marido?

No. ¿por qué habría de haberlo matado? - una breve pausa y continuó con otro sarcasmo - También le tengo que advertir: no tenemos mayordomo.

Pero sí tienen servicio

¿A dónde quiere ir a parar?

Dígame señora Grimaldi, ¿Era feliz el matrimonio con su marido? - Pareció cambiar de tema Darek Houston.

Por supuesto - respondió tajante.

Su servicio nos ha hablado de disputas recurrentes.

En todos los matromonios se discute.

¿Y también en todos se profieren amenazas de muerte? - Silencio por respuesta. Los labios de la mujer se crisparon.

Sabemos que discutían frecuentemente. Que un poco más de un mes antes de su muerte tuvieron una discusión fuerte. Que se profirieron amenazas. - Más silencio.

¡Oh, vamos! Sabemos perfectamente lo ocurrido. Sabemos que usted quería que él abandonara la organización y él se negaba. Su presencia aquí es un regalo, es su oportunidad de contar su versión. ¡Callar no protege a nadie! Especialmente a usted.

El silencio de su respuesta fue tal, que bien podía estar hablando el comisario con una tumba recién sepultada.

Está bien. Tendré que contarlo yo.

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06/10/2017, 08:04
Henrietta Grimaldi
Sólo para el director

Henrietta: Primer Flashback

7 de Enero de 1954
Chicago 13:14 PM
Comedor de la Residencia Grimaldi

La cena estaba resultando tan apagada y angustiosa como la decoración del comedor.

Muebles de gruesa madera oscura sobre paredes de un tono amarillento que, quizás con la luz apropiada, podría resultar cálido, pero que a la luz de la gran lámpara de araña que oscilaba levemente sobre el centro de la habitación, resultaba lóbrego. El efecto se reforzaba con los gruesos cortinajes opacos que cubrían las ventanas impidiendo tanto la entrada de la luz natural como que el interior de la casa pudiera ser visto o incluso intuído.

Justo en el centro de la habitación, bajo la aparatosa lámpara oscilante, una mesa para 8 comensales. En sus respectivas cabeceras, Andrea y Henrietta, los dos únicos comensales comían en silencio.

Llevaban una semana bastante mala, a pesar de que la situación no era nueva. En verdad, Henrietta siempre había propuesto débilmente retirarse juntos a la Toscana y dejar a las Familias que se gobernasen solas. Con las rentas de accionista y fundador de las empresas de su marido, entre ellas la vaca sagrada de los cruceros, podrían vivir el resto de su vida más que cómodamente y lejos del bullicio y el frío de Chicago.

Con los años, sus débiles propuestas fueron dejando paso a tímidos reproches y finalmente a sangrantes heridas a medio cerrar que se reabrían en calurosas discusiones esporádicamente.

La última herida abierta fue la intrusión en sus vidas del candidato a alcalde Horace Fergusson. Y nada menos que en año nuevo, ¡menudo augurio!. Ese día Andrea había llegado tarde a casa y en el lecho conyugal, había puesto al tanto de lo hablado a su mujer. Seguro que después se había llegado a arrepentir de contárselo, pero la fecha señalada que el político había elegido no dejaba muchas opciones.

A los problemas habituales de la posición de su marido al mando de una organización criminal, se sumaban nada más y nada menos que la presencia de infiltrados en sus filas, la enemistad declarada del jefe de dichos agentes y la voluntad política y policial de acabar con todos ellos. Eso había sido demasiado para Henrietta.

En los días siguientes habían discutido todos y cada uno de los días. Ella no cesaba en su empeño de alejarles de aquello y él, se mostraba firme en su decisión de quedarse.

Finalmente, fue Andrea el que rompió el silencio. Se le notaba algo distante, o quizás pensativo.

No me esperes despierta hoy, con este asunto de los traidores tengo mucho que pensar, muchas cosas que preparar y muchos actos que dejar hechos.

Cuando menos, era una forma enigmática de plantearlo. Henrietta volvió a la carga.

Lo que deberías hacer es comprar los billetes para Italia y reunir a las familias.

Su marido abandonó su comportamiento callado y pensativo para volver a enfrentarse con el problema recurrente. Pero a diferencia de los días anteriores, esta vez la discusión pasó de 0 a 100 en muy pocas palabras, lo que denotaba la tensión de Andrea.

¡Mujer, no me vengas con esas de nuevo! ¡No es momento de tus tonterías! ¡Es un momento difícil!

¿¡A quién te crees que llamas tonta, ingrato!? ¡No tendrías nada de lo que hoy tienes si no fuera por mi! ¡Tú no eres más que un par de ceros! ¡Sin alguien como yo que te convierta en centenas serías menos que nada!

¡¡Sabes de sobra que no te llamaba tonta!! ¡y también que me las puedo arreglar perfectamente sin ti!

¡Sin mi no eres nada! ¡no eres nadie! - Henrietta se dio cuenta de que por esa senda el camino sería muy corto, y retrocedió. Habló entonces con voz suave y conciliadora - Abandona tu quimera de gran estratega. Dale las riendas a otro y ven conmigo a la Toscana a cultivar viñedos. ¿no era ese tu sueño de niño?. - Vió a Andrea dudar un instante y aprovechó para crear presión con un farol - Y si no... quédate. Yo ya tengo mi billete comprado. No voy a quedarme a veros caer. - En el momento en que lo pronunció, supo que su farol era mucho más cierto de lo que esperaba. Sin esperarlo siquiera, supo que lo haría. Se iría sola o acompañada. Pero se iría para siempre de esa ciudad del infierno.

¡¡Basta!! - Dijo levantándose de la mesa y dando un golpe firme sobre ella con la mano abierta. Cuando Andrea se cabreaba no era tan fácil de calmar, quizás Henrietta había infravalorado la presión a la que estaba sometido su marido. - ¡Ni una palabra más!

Dio algunos pasos por el comedor en dirección a la puerta y Henrietta pensó que se había acabado ahí, pero se equivocó. A medio camino, se giró y volvió sobre sus pasos. Después volvió a girarse y seguir caminando. No estaba huyendo, estaba pensando. Andrea se detuvo y tomó una determinación. Al hablar, su voz sonó firme y dura, no era el tono de un marido enamorado, era el tono del jefe de la mafia dando instrucciones a un subordinado rebelde.

Esto se ha terminado aquí. Mi lugar está entre las familias. Más aún en estos momentos. No me iré, bajo ningún concepto. Y tú tampoco te irás. Tú tampoco te irás. - Al repetirlas remarcó cada palabra resultando amenazador - Ahora déjame, ¡tengo cosas realmente importantes que hacer hoy!

¡Ah, no! ¡Eso sí que no! ¡Puedo soportar tus bravatas y tus aires de grandeza! ¡pero no se te ocurra pensar que puedes tratarme como a uno de tus matones! ¡¡Yo me iré si quiero, cuando quiera y a donde quiera!!

¡NO TE IRÁS A NINGÚN LADO HASTA QUE YO TE DIGA! - Dijo Andrea totalmente fuera de si. - ¡No mientras yo esté vivo!

Henrietta respondió entonces sin apenas pensarlo. Su voz sonó extrañamente calmada y amenazadora.

Tú solito estás cavando tu propia tumba. Y cuando estés a 3 pies bajo tierra, me iré para nunca más volver.

Andrea abrió la boca para responder. Su enfado era tal que su rostro había abandonado el rojo para entrar a un tono pálido de furia ciega. Pero no dijo nada. Cerró la boca y se fue a grandes zancadas de la habitación.

Esa noche Andrea no durmió en su residencia.

Notas de juego

En cuanto a la imagen, tenemos esta otra que se ajusta más a la descripción del lugar, pero no hay comensales y habría que pasarla a blanco y negro/sepia con un efecto de powerpoint aunque fuera:

Si encuentras otra imagen mejor adelante

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07/10/2017, 10:49
Darek Houston
Sólo para el director

28 de Enero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

El relato de Darek Houston había hecho aflorar en Henrietta, hasta entonces nada comunicativa, sentimientos muy profundos. Durante la historia, la viuda había ocultado su rostro entre las palmas abiertas y sollozaba.

Houston quisó hacer un descanso. Y habló en tono conciliador.

Dejémoslo por ahora. Salga, de una vuelta. Tome un vaso de agua o de vino.
Continuaremos por la tarde.

¡No! - La voz de la mujer era acero frío - Acabemos con esto. Discutimos, sí, nos amenazamos, sí, pero yo no le maté.

Houston decidió abandonar esa línea. Odiaba esa parte de su profesión. Tensar al máximo a las personas ayudaba a encontrar culpables, pero siempre llevaba al límite a las personas antes de poder saber si eran culpables o no, y eso a veces resultaba terrible.

Su marido mencionó varias veces que tenía asuntos importantes... ¿Sabe qué tenía que hacer su marido ese día?

No

Tambíen durmió fuera de su casa. ¿Sabe donde durmió?

No

Darek suspiró. Se avecinaba otro momento fuerte y la viuda no daba pie a suavizar su llegada. Habló con lentitud y voz suave y amable llamándola por su nombre.

Henrietta, sabemos que su marido tenía una amante. ¿cree usted que esa noche debía reunirse con ella?

Henrietta se mostró fulminada por un rayo invisible. Sorprendida y temblorosa. Su voz perdió fuerza. O no sabía nada, o era una consumada actriz.

Eso... es imposible. Me está mintiendo - en su afirmación había cierta esperanza.

Me temo que no. Lo hemos confirmado.
Si sabe algo no tiene sentido guardar silencio ¿sabe usted quién podía ser esta amante?

En esta ocasión fue a Henrietta a la que le tocó hablar.

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08/10/2017, 22:38
Henrietta Grimaldi
Sólo para el director

Henrietta: Segundo Flashback

10 de Septiembre de 1953
Chicago 17:53
Cementerio de Chicago

El suelo estaba embarrado. Las lluvias habían sido abundantes y feroces pero, como si de una señal del cielo se tratara, habían ofrecido una repentina tregua mientras había durado el entierro del anciano Flavio Morosini.

Aun así, la mayor parte de los asistentes habían optado por acudir con paraguas negros, a juego con la vestimenta dominante. Paraguas que ahora permanecían cerrados y clavando sus puntas aceradas en el mismo barro que ensuciaba los caros zapatos de Henrietta.

Allí estaban representantes de todas las familias incluída, como no podía ser menos, Julietta Morosini. Todos y cada uno de los asistentes habían desfilado por delante de la joven nieta de Flavio. Ella recibía todos y cada uno de los pésames con ojos fríos y calculadores.

Henrietta no había conocido antes a la chica, aunque sí había oído hablar de ella. Sus métodos se habían vuelto fertilizante para las comidillas. De ella se decía que era capaz de todo por ascender y también de conseguir todo lo que se propusiera. A Henrietta le cayó mal desde el principio.

Mientras todos permanecían quietos y en silencio mirando el descenso del ataúd asistido mediante poleas y escuchaban las palabras del obituario del padre, Henrietta miraba fijamente a Julietta, que se encontraba de espaldas a ella imperterrita. Pensó entonces por qué le caía mal.

Este sentimiento probablemente se hubiese originado cuando ella y su marido acudieron a darle el pésame estando en el velatorio. La mirada de Julietta chispeó cuando supo que su marido era Andrea Grimaldi, o quizás ya lo supiera de antes y chispeara por coincidir al fin con él. El caso es que Andrea estaba justo delante de Henrietta en la fila para dar el pésame y Henrietta pudo ver cómo su marido intercambiaba unas palabras con la joven. No pudo oir de qué se trataba, pero si vio que mantenían una breve conversación que terminó con ella acercándose más de lo que era correcto y susurrándole algunas palabras al oído.

Andrea se alejó de Julietta y Henrietta atónita avanzó hasta la chica. Cuando llegó frente a ella, Julietta no le hizo caso. Ni le miró siquiera. Su mirada estaba fija en Andrea mientras este se alejaba. Henrietta hubiese jurado que Julietta le hacía un repaso con la mirada a Andrea.

Henrietta esperó hasta que Julietta centrase su atención en ella y no pudo evitar que su ceño se frunciera. Julietta, sin hacerle aún caso a ella pero si siendo vagamente consciente de que la persona que había llegado a darle el pésame era una mujer dijo en tono confidente:

Ese hombre está como un queso Parmiggiano. No creo que su estirada mujer sea consciente de lo que se mete cada noche en su cama, o sino no le dejaría salir.

La chica entonces centró su atención en Henrietta y, sin reconocerla, continuó

Será cuestión de tiempo que esa pobre infeliz se arrepienta de no preocuparse más por los asuntos de la organización. Y por los asuntos de su marido. En fin, gracias por asistir al entierro de mi abuelo a darme sus condolencias señora... - dejó la frase en el aire esperando que Henrietta la completara presentándose.

Grimaldi. Henrietta Grimaldi - dijo ella cargando cada sílaba y con la satisfacción de la que espera ver humillación en el rostro de su agresor.

Pero en lugar de humillación, recibió algo muy distinto. La sorpresa en los ojos de Julietta al reconocer el nombre duró muy poco y fue seguida de una mirada lobuna, amenazadora, segura de si misma, que heló la sangre de Henrietta. No había en su rostro ni en su inflexión el menor rastro de arrepentimiento o vergüenza cuando Julietta respondió con su característica sonrisa de depredador.

Es un placer, señora Grimaldi. Me alegra ver que ha decidido acompañar a su marido. - y acercándose para susurrarle al oído como hiciera con Andrea añadió - Le recomiendo que le ate bien en corto.

Henrietta se quedó muda ante tal desfachatez. ¿acababa Julietta de declarar su intención de seducir a Andrea?

En todo esto pensaba Henrietta mientras veía la espalda de Julietta y su rubia melena. El ataud seguía bajando. Todas las miradas estaban atentas en él. Entonces, como si presintiese que la estaba observando, Julietta giró su cabeza y cruzó la mirada con Henrietta. Otra vez asomó su sonrisa lobuna y Julietta le guiñó un ojo a Henrietta.

Niñata engreída. - pensó Henrietta - Mi marido es demasiado hombre para dejarse embaucar por tus redes. - pero ese pensamiento no le hizo sentirse menos incómoda.

En ese mismo instante, las lluvias pusieron fin a la tregua que habían ofrecido y descargaron con repentina fuerza todas las fuerzas que habían estado acumulando minutos antes.

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08/10/2017, 23:27
Darek Houston
Sólo para el director

28 de Enero de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

El comisario tomaba nota de los detalles de la historia que la viuda le proporcionó. Observó como en sus ojos se había asentado una fría furia acerada.

Por un momento la viuda olvidó dónde estaba y su forme propósito de no colaborar, y Darek lo estaba aprovechando. En eso también consistía interrogar, en hacer que la gente olvidara su intención de no colaborar mediante distracciones covincentes.

Había salido bien. Ya tenía lo que quería de la señora Grimaldi. Pulso el botón de un intercomunicador en la mesa y habló al micrófono.

Agentes, acompañen a la señora Grimaldi a la salida. - soltó el interruptor - Señora, por hoy ha sido suficiente. Permítame que le recuerde que no le está permitido abandonar el país en lo que dure la investigación y que deberá avisarme en caso de que vaya a salir de la ciudad. Sigue siendo usted sospechosa en la muerte de su marido.

Los agentes entraron en la sala y se llevaron a Henrietta. Antes de que el último abandonase la sala, Darek añadió:

Organíceme una conferencia con el alcaide de la prisión federal. Voy a necesitar interrogar a algunos reclusos

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13/10/2017, 15:25
Darek Houston
Sólo para el director

1 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Darek Houston observaba a Julietta Morosini a través del falso espejo de la sala de interrogatorios. La mujer lucía el mono naranja de los presos penitenciarios. Era joven, hermosa y despiadada. Su sonrisa lobuna la delataba.

Incluso en una situación como aquella, con una cadena de hierro enlazando sus dos muñecas firmemente con la mesa, sentada en una sala de interrogatorios y sabiendo que, al terminar, un agente de prisiones le esperaba para devolverla a su celda, transmitía una imagen de estar controlando la situación. De que todos ellos no eran más que peones en su juego.

Un agente interrumpió sus pensamientos accediendo a la sala de observación con una carpeta de expediente en la mano. Se acercó a Darek y le tendió la carpeta. Al hacerlo observó a la mujer y emitió un silbido de admiración.

¡Menuda mujer! ¡Hasta con el mono de preso está impresionante!

Darek fulminó con la mirada al agente y este salió de la habitación algo contrito. Darek cuando hubo quedado solo miró el contenido de la carpeta, suspiró con resignación y, con el expediente en la mano, salió al pasillo para entrar en la sala de interrogatorios.

Avanzó hasta la mesa y dejó la carpeta en el centro de la mesa. Se sentó y de la carpeta extrajo un grupo de fotografías. En todas ellas se veía a Julietta y Andrea en distintas poses que revelaban una relación sentimental entre ellos: Manos entrelazadas en la mesa de una cafetería, pies juguetones, miradas. A medida que iba pasando a otras fotos se veían imágenes más comprometedoras: caricias, besos, fotos saliendo ambos de un coche en la puerta de un hotel. No había fotos subidas de tono, pero no eran necesarias.

¿Conoce usted cuál es el porcentaje estadístico de crímenes pasionales en relación a los asesinatos totales del último año en Illinois? - Le espetó yendo directo al barro.

Buenos días a usted también. Agradezco mucho su consideración al sacarme de prisión para este cómodo paseo, aunque debo decirles que el café no era muy bueno. - Su sonrisa lobuna estaba de nuevo ahí. Si la visión de las fotos la incomodó no lo demostró. Iba a ser necesario más que unas fotos para penetrar su coraza.

No sabía que le hubieran ofrecido un café.

No lo han hecho. Ochenta y tres

¿Cómo dice?

Ochenta y tres por ciento exactamente. Ese es el porcentaje de crímenes pasionales en casos de asesinato. Pero está usted jugando con los números a su favor. Ambos sabemos que de esos, el ochenta por ciento son perpetrados por el cónyuge. Por tanto, sólo uno de cada seis asesinatos es cometido por amantes. Eso significa que ustedes deberían estar interrogando a Henrietta y no a mi. Asumo que si estoy aquí es porque ya lo han hecho y ella ahora ya sabe lo que Andrea y yo teníamos. Saltémonos esa parte, ¿quiere? Vayamos al verdadero móvil del crimen: El ansia de poder. Así yo podré irme antes a mi nueva casa. No es muy acogedora, pero ya me he empezado a hacer a ella.

Darek Houston se sintió totalmente descolocado, aunque ya había sabido que esta partida iba a ser complicada. Su impresión inicial había sido correcta: parecía que Julietta conocía de antemano todas las cartas. Pero quizás aún pudiera sacar un as de la manga.

Llegaremos a eso. Vamos a detenernos un poquito más en este punto.

Como usted quiera.

Dígame, señorita Morosini, ¿cuándo descubrió que sus sentimientos por Andrea eran reales más allá de una vía de ascenso en la organización?

Sus ojos centellearon con furia un único instante. Tan rápidos que Darek pensó que se lo había imaginado. Su sonrisa lobuna se hizo más feroz.

Nunca lo llegué a dudar.

¡Oh! - Dijo Darek teatralmente fingiendo sorpresa - ¿Así que desde el comienzo de su relación usted se sentía atraída por la persona y no por su puesto?

La respuesta que siguió fue más sincera de lo esperado.

Es posible que algo de eso hubiera, pero no me plantee mis motivos. Persona y puesto estaban íntimamente ligados. No tenía sentido ambicionar una sin la otra.

Comprendo. - Evaluó sus opciones. Estaba perdiendo la partida. Ella ganaba terreno. Necesitaba atacar con todo. - Si su amor era sincero, debió ser un duro golpe descubrir que él no la quería.

La furia chispeante volvió a asomar a los ojos de Julietta. Estaba tocando las teclas adecuadas. Su respuesta fue mordaz. - Un mecanismo de defensa, otra buena señal.

Hubiera sido un duro golpe si hubiera sido posible. Por suerte Andrea me amaba tanto como yo a él.

¡Vaya!... ¿Así que su rechazo fue totalmente inesperado?

¡El no me rechazó! - Dijo escupiendo cada sílaba. Ahí estaba. La tecla necesaria. Ella podía ser más inteligente, pero no tenía tanta experiencia como él. Él era perro viejo y ella demasiado impetuosa. Ya la tenía.

Hizo una pausa que invirtió en recoger las fotografías. Dejar al interrogado en suspenso unos segundos cuando había alcanzado un punto de tensión era un método eficaz. La tensión no disminuía, crecía a la espera del siguiente golpe. Y eso hacía el golpe letal.

¿Durmieron juntos usted y Andrea la noche del 7 de enero? - La tensión seguía latente. Casi se podía respirar.

Es posible. Era una situación frecuente. No recuerdo si fue ese día.

Balones fuera, pero su lenguaje corporal la delata. Lo recuerda perfectamente. Ni siquiera ha sido capaz de mencionar el día.

Resulta curioso. Cualquiera diría que usted recordaría la última noche que durmió con su amante. - La tensión era ahora sólida. La chica parecía a punto de estallar. Casi le dio pena. Casi.

No fue la última noche. - Mintió ella.

Y.... ¡ahora!

¿No? ¿Me quiere decir que se acostó de nuevo con él después de que él la rechazara? - La tensión estalló.

¡Él no me rechazó! ¡El muy idiota pensó que podía estar sin mi, pero no podía! ¡Sus palabras estaban vacías!

¡Sus palabras no estaban vacías! ¡Hablaba muy en serio!

Volvió a abrir la carpeta pero esta vez extrajo de ella dos billetes de avión con destino Florencia. Los billetes estaban a nombre de Andrea y Henrietta, la fecha de compra era el 7 de Enero de 1954 y la fecha del vuelo era el 18 de febrero. 4 días después de que fuera hallado su cadáver. No tuvo miramientos. Posó con firmeza los billetes delante de Julietta y esta apartó la mirada como si su sola visión le quemara la retina.

Había comprado estos billetes para huir del país con su mujer. Se los iba a regalar a su mujer por san Valentín. Los compró el día 7 de Enero. Esa misma noche se reunió con usted y la rechazó. Usted ardió de furia como arde hoy sólamente recordándolo... ¡Y entonces decidió matarle! - Continuó Darek sin piedad.

¡Nadie rechaza a Julietta Morosini! - Grito ella - El muy cabrón me quiso abandonar. Pero yo no le maté. Quería matarle. Quizás lo hubiera hecho, ¡pero no lo maté y usted no tiene nada contra mi!

Entonces cuénteme qué ocurrió esa noche.

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13/10/2017, 18:02
Julietta Morosini
Sólo para el director

Julieta Morosini: Primer Flashback

7 de Enero de 1954
Chicago 22:27 PM
Habitación de Hotel Leisure

Julietta aún se sentía muy acalorada. Pocas veces Andrea había estado tan entregado como aquella noche. Había sido simplemente perfecto.

Ella yacía en la cama en camisón, insinuante. Él se había levantado y vestido, pero no tardaría en volver a caer. En cuanto se recuperase.

Vuelve a la cama

El no respondió.

Vamos, Andrea, vuelve a la cama.

Siguió sin responder. Julietta entonces se dio cuenta de que algo iba mal. Le miró con atención y vio que estaba pensativo. Creyó saber qué ocurría.

¡Oh, vamos! ¡Ya hemos pasado por esto!
Estás pensando en ella.

No. No así. No exactamente... En realidad sí. - reconoció él.

¡Deja de sentir lástima por ella! ¡Es una estirada y no te merece! ¡No te sabe tratar!

No hables así de ella. - su voz fue seca.

¡Déjala! Lo hemos hablado mil veces.
¡Mírame! ¡Déjala y ven conmigo! ¿Quién querría un plato de olivas teniendo al alcance caviar?
- preguntó.

Eso pareció hacerle reaccionar.

Exactamente eso estaba pensando.

Andrea acompañó sus palabras de un movimiento. Acudió a su chaqueta y del bolsillo interior sacó unos papeles. Se los dio a Julietta.

Estaba equivocada, no eran papeles. Eran billetes de avión a Florencia.

¿Cómo? ¿Nos vamos de viaje a Europa? - preguntó sorprendida y con una evidente ilusión.

Tú no vas a ningún lado, Julietta.

Ella sorprendida y desubicada miró mejor los billetes y vio los nombres de los pasajeros. Luego vio la fecha de viaje y la de compra.

En un primer momento no supo reaccionar. No comprendió.

Él se acercó y le arrebató los billetes de las manos.

Hemos acabado. Me voy con mi mujer a Europa. - Como si se sintiera obligado a decir algo más añadió - Ha sido divertido

Eso fue demasiado para Julietta.

¡Figglio di putana! ¡¡¿Ha sido divertido?!! ¡Vienes a follarme el mismo día que me piensas dejar! ¡El mismo día que compras los billetes para irte con tu mujer! - preguntó incrédula.

Andrea respondió mientras se ponía la chaqueta para irse. Su voz era calmada y fría.

Julietta, ¿quién querría unas aceitunas teniendo al alcance caviar?

¡¡Stronzzo di merda!! ¡Cabrón! ¡Malnacido! - Julietta estaba fuera de sí. Agarró un cenicero y se lo tiró a Andrea golpeándole en la ceja.

El cenicero de cristal estalló, el golpe empezó a sangrar abundantemente.

¡Hija de perra! ¡Eres escoria! ¡Eres peor que escoria! ¡Te creías que podrías manipularme! ¡Nunca fuiste nada para mi! ¡Sólo un par de piernas dispuestas a abrirse!

Andrea salió de la habitación con paso decidido y chorreando sangre por la cara. Julietta, aún tendida en la cama furiosa e impotente gritaba.

¡¡Te mataré hijo de puta!! ¡¡Arderás vivo!! ¡¡¡Nadie se burla de Julietta Morosini!!!

Las últimas palabras se las gritaba a la puerta cerrada que Andrea dejó tras de sí. Entonces, Julietta rompió a llorar.

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14/10/2017, 06:00
Darek Houston
Sólo para el director

1 de Marzo de 1954
Comisaría 29 del Departamento de Policía de Chicago.
Sala de interrogatorios.

Le amenacé de muerte y podría haberle matado con mis propias manos. Pero no le maté. - Sentenció Julietta sin un ápice de debilidad en su tono. Ni lloros, ni lamentos. Sólo una fría cadencia impersonal. Como si estuviese hablando de otra persona.

Darek Houston hizo una pausa y leyó sus anotaciones del relato de Julietta. Las declaraciones siempre se grababan, pero a él le gustaba tomar nota de aquellos puntos que le resultaban relevantes. Aquello que no encajaba del todo.

Julietta aprovechó la pausa para sosegar su interior y ponerlo acorde a su exterior frío y monotono.

Dice que Andrea le acusó de intentar manipularle.

Julietta tuvo que meditar un instante. Le parecía de lo más irrelevante en su relato.

Sí... él me acusaba de intentar provocar su ruptura con Henrietta

Darek Houston negó con la cabeza.

No. Eso no encaja. Usted le proponía eso abiertamente con frecuencia. En su relato al menos lo mencionó un par de veces. Eso no podría considerarlo manipulación. Era demasiado directo. Él le dijo según sus palabras "te creías que podrías manipularme". La estaba acusando de tener doble intención.

Julietta volvió a meditar. Sus ojos centellearon una vez más. Se le había ocurrido algo.

Es posible. - concedió al fin. Pero Darek sabía que había algo más.

Él pensaba que usted estaba vendiendo su cuerpo para adquirir poder. ¿Por qué pensaba eso? ¿le había dado usted pie a pensar así?

Ni por asomo. - Ella fue categórica en esto.

¿Entonces por qué pensaba así? ¿alguien malmetía contra usted?

Henrietta, supongo - Mintió de nuevo.

Darek volvió a negar - No. Usted misma dio a entender que ella no sabía nada de su relación extramatrimonial. Ella no pudo ser.

Julietta no contestó pero pudo oir sus pensamientos maldiciendo su error al inicio del interrogatorio, dando demasiada información cuando se sentía confiada.

Usted sabe quién es, ¿verdad? ¿quién conocía su relación?

Volvió a guardar silencio. Debía darle un motivo para hablar. Julietta era una mujer impulsiva de sangre italiana. Debía darle ansias de venganza.

Se levantó de la mesa recogiendo los documentos y con aire triunfal.

Bueno. Da igual. Tenemos lo que necesitamos. Sea quien fuera se las arregló para que Andrea desconfiara de usted, para que le utilizara. Consiguió que usted engañase a alguien para asesinarle, así que, fuera quien fuese consiguió lo que buscaba: librarse de los dos. Y el brillante Andrea se lo tragó enterito. Él consiguió que usted para Andrea fuera de usar y tirar.

Hablaba mientras se dirigía a la puerta, y aunque estaba de espaldas a ella y no podía verla, sabía que sus palabras estaba haciendo efecto. Hinchando el globo de su furia. Un poco más y estallaría solo.

Lanzó el resto cuando tomó el pomo dispuesto a salir de la habitación. Se giró hacia ella y añadió:

¿Cuál era la expresión que había utilizado? ¡Ah, sí! ¡Una diversión! ¡Usted no era más que un divertimento!

Ella no pudo más. Había trasladado toda su furia de Andrea a un tercero y ahora iba a descargarla por entero.

¡Espere!... Claudio Montesco.

Darek se detuvo y la miró. Ella suspiró. Luego añadió.

Siéntese. Le contaré algo.

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14/10/2017, 20:49
Julietta Morosini
Sólo para el director

Julietta Morosini: Segundo Flashback

5 de Octubre de 1953
Chicago 15:30
Taberna irlandesa O'Mailey

Juluetta acudía a una extraña cita. Claudio Montesco le había pedido que se reunieran en privado y le había dado una dirección del barrio europeo apuntada en un papel.

Cuando llegó allí, el lugar le extrañó más aún. Entró y vio a Claudio esperando sentado en la barra. Este se levantó y acudió a recibirla. Juntos no volvieron al sitio de Claudio, sino que fueron a una mesa junto a la ventana.

¿Este es el tipo de lugar que frecuentas? No te pega nada. - dijo Julietta en tono amistoso.

La respuesta de Montesco no tenía el mismo tono. Más bien era seca, lo que en él era habitual.

Nunca antes había estado aquí. Ni yo ni nadie que conozca. Por eso es perfecto

Eres un tipo muy extraño. En fin, dime eso tan importante que tenías que decirme en privado y, al parecer, lejos de oídos indiscretos.

Se lo vuestro

Ahí estaba: Claudio Montesco en estado puro. Era tan parco en palabras que siempre resultaba ambiguo. Julietta odiaba hablar con él porque siempre tenía que completar mentalmente las oraciones. Además, le llevaba a situaciones como esta. Era evidente a qué se refería, pero también era imposible porque habían sido muy cuidadosos, así que se veía obligada a actuar como una estúpida y hacerse la loca para evitar que el estúpido de Claudio le sacara información cuándo se estaba refiriendo a alguna otra tontería.

En honor a la verdad, Claudio no era estúpido. Era muy inteligente. Pero del tipo de inteligencia equivocada. La inteligencia valiosa para Julietta, la que le permitiera entablar relaciones sociales, brillaba por su ausencia. Esto convertía a Claudio en un estúpido inteligentísimo o en un inteligente estupidísimo.

¿Qué nuestro? ¿quiénes nosotros? - Y por ese tipo de cosas odiaba a Claudio. Porque le obligaba a comportarse como una estúpida.

Andrea y tú.

Julietta suspiró. No sabía como lo habría averiguado, pero lo sabía.

No te metas. Ambos somos mayorcitos.

¿Y Henrietta?

Ahí estaba otra vez, tremendamente estúpido. Era como hablar con una máquina de escribir en lugar de con un ser humano.

Es una estirada y una ingenua. Ella solita le está empujando a mis brazos

No hables así de ella. Se enterará. La haréis sufrir. Eso está mal

¡Oh, vamos! ¡Despierta! ¡No entiendo qué veía mi abuelo en ti! - bajó la voz - Perteneces a una banda criminal. Haces cosas que están mal cada día. ¿Ahora te preocupa la ética?

Es distinto. - Claudio hizo una pausa. Seguramente para reordenar sus pensamientos. Al final optó por la vía más simple. - Vais a dejarlo.

¡Ja! Tú no eres mi padre. - Julietta empezaba a perder la paciencia - ¡Que coño! ¡Ni siquiera eres mi amigo! ¡No eres nadie! ¡No vales nada! ¡No eres más que un contable! - La última palabra estaba cargada de desprecio. Había sonado más denigrante que si le hubiese llamado cucaracha.

Claudio se ofendió y se enfadó. Era fácil notarlo, porque sus oraciones pasaron a tener más de tres palabras.

Escúchame bien, niñata. Si estás aquí hoy es en deferencia a tu abuelo. Te estoy dando una oportunidad y no te voy a dar más. Tienes dos opciones: o lo dejas con Andrea o yo me encargaré de que te arrepientas. No hoy ni mañana, pero te arrepentirás. Y cuando lo hagas sabrás que he sido yo. ¡No voy a dejar que hagáis daño a nadie!

Julietta rió con desprecio.

¿Y qué vas a hacer? ¿vas a hablar con Andrea? ¿A decirle que lo que hace está mal?

Claudio fingió firmeza, pero Julietta sabía que era tan inepto con la gente que su plan no iba más allá de esa noche. No había pensado qué hacer si ella se negaba.

Hablaré con él. Sí. Y él te dejará. Llegaré a las últimas consecuencias si es necesario.

Julietta se siguió riendo con una carcajada cruel. Claudio se levantó enfurecido y se acercó a la barra. Pagó la consumición que había tomado mientras esperaba dejando un billete en el mostrador y se fue.

Justo antes de salir por la puerta, se giró y miró a Julietta a los ojos. Esgrimió media sonrisa. Una sonrisa consciente y peligrosa. A Julietta se le cortó la carcajada en la boca. No sabría decir por qué exactamente, pero Claudio la dejó muy intranquila. Esa noche no dormiría bien.