Partida Rol por web

- Joder, no sabía que hoy había salsa party, putos puertorriqueños – García le soltó una colleja que Barry esquivó porque sabía que iba directa hacia él. Los dos mafiosos se sonrieron.

El sonido de los timbales y las trompetas de la música hacia mover a un grupo de bailarines sincronizados en el escenario principal. Los hombres iban vestidos con un pantalón blanco y una camisa roja con grandes cuellos. Las mujeres, vestían una falda y un top blanco, ambos con lentejuelas. Los giros y los pasos de baile eran espectaculares y eso el público lo agradecía con grandes aplausos y vitores.

Los músicos golpeaban el pie en el suelo al ritmo de la música, haciendo del escenario del Studio 54 un show inigualable. Decenas de parejas se unían al espectáculo bailando entre ellas, ocupando toda la pista en un sinfín de giros.Un tipo alto y repeinado que parecía que trabaja allí, se acercó a Barry y a García para saludarlos calurosamente. Con un gesto con la cabeza, les indicó que les siguiera. Los ingenieros seguían los pasos de los dos mafiosos y detrás de ellos un portero.

Las mujeres saludaban a Barry a García a medida que avanzaban. Por consiguiente, los ingenieros también “pescaban” algún guiño o un roce con la mano, pues ya eran del “equipo”. Una sensación simultánea de vergüenza y de éxito se apoderó de los ingenieros.

Las escaleras laterales, que subían al piso superior donde se encontraban los palcos hacían un pequeño giro hasta llegar a la planta VIP. Allí, Big-C se encontraba sentado en un sillón observando el espectáculo de salsa. Una mesa central y varios asientos vacíos la rodeaban. Con él, dos hombres de seguridad.

García, que se mantenía expectante a la situación, se giró hacia Liam mientras se encendía un cigarrillo. El puertorriqueño, más abierto y expresivo que Barry, quien estaba inmerso en la situación de poder y de fama que le proporcionaba el hecho de ser un tipo conocido en la ciudad, conversó con el ingeniero.

- A veces hacer que no escondes nada es la mejor opción de llamar la atención. Además, un sábado noche siempre te muestra como la competencia se mueve. Puedes ver quien se deja ver por la discoteca y si vienen en serio o no. Esta noche es la noche, y mejor tenerlo todo atado en el momento. De aquí a un par de horas, según veamos a los hombres de Gambrino, actuaremos más tarde o más temprano.

Chin. De aquí no veo nada que sea un buen interruptor de corriente.   ¿Puedo bajar allá abajo a bailar un poco antes de ... que llegue quien están esperando?  -preguntó, muy sencilla.  De hecho, ya se estaba empezando a mover de baile así, naturalmente, así que la petición le salía más natural.

No me voy a escapar.  Tienen a mis amigos y pues, Big-C siempre encuentra a quienes se le escapan, así que no haría tal tontería.

O baje uno de ustedes.  Y a la hora acordada volvemos a subir.   

Es famoso en mi tierra este Estudio. -No se imaginaban lo que de hecho significaba.  Ni la élite de la élite puede llegar aquí, por estar en el pasado.   ¿Usarían nuestra máquina con fines recreativos los ultra-millonarios?  Ahh.  -Todo era posible. 

Liam se apoyó en la barandilla del palco, teniendo así una buena vista de lo que sucedía en la sala. "La cantidad de problemas que me hubiera ahorrado si hubiera tenido un lugar así cuando salíamos de fiesta" pensó el ingeniero, recordando alguna mala experiencia. 

Pero la repentina intervención de Dharma tomó la atención de Liam, quien arqueó una ceja ante su pregunta. Conocía de sobra el don de palabras de aquella mujer, pero el ingeniero no podía sino sentir incredulidad ante la posibilidad de que pudiera salirse con la suya en semejante situación. Desde luego, ella era el elemento impredecible del grupo

Karim iba a poner su plan en marcha cuando Dharma pareció haberle leído los pensamientos. Con una intención muy similar pidió muy amablemente que la dejaran bajar a bailar a la pista ¿Qué tramaba? Sólo esperaba que esta vez fuese en beneficio de todos y no sólo de sus primeros fines...

Ahora había que esperar y depositar la poca confianza que tenía en su compañera, pues tenía en sus manos, una cez más el destino de los cuatro.

- ¡Bienvenidos una noche más, Miami! – gritó Jessie DJ mientras subía a la cabina – Gracias, gracias, un espectáculo impresionante, como siempre. ¡Un aplauso para los chicos de Ritmo Latino! – el público aplaudió ferozmente.

La gente comenzó a bailar, a moverse a la barra para pedir… la noche había comenzado con Jessie en los discos.

- Bueno, bueno veo caras nuevas hoy aquí, ¿verdad? – dijo mientras que hacía como que buscaba con la mano de visera - ¡Tú, tú eres nueva, nunca se me escapa una chica guapa, cariño! – dijo con voz cómicamente sensual el dj.

La chica rubia que señaló se ruborizó entre los abrazos de sus amigas, que la felicitaban abrazándose a ella mientras gritaban de emoción.

- Entonces… ¿Qué tal si rompemos el hielo moviendo el esqueleto un poco, eh? – propuso mientras se colocaba los cascos y los sujetaba con el hombro mientras tocaba los discos - ¿Tenéis pareja de baile? ¡Eso no es problema! ¡En Studio 54... todos somos pareja!

Poco a poco toda la pista se fue organizando para comenzar el sábado noche.

Barry acaba de sentarse cuando Dharma le propuso la idea de bailar. Le echó un vistazo de arriba a abajo y después sonrió.

- Claro, ¿por qué no? Hemos venido a eso, ¿verdad? - dijo mientras hacía un gesto con la cabeza a uno de los seguridad. Este asintió mientras decía algo por su micrófono de solapa.

En ese momento, una chica con un vestido elegante y un tipo con la cabeza afeitada, camisa blanca y unos vaqueros ajustados, que marcaban más de lo normal en las partes inferiores, se acercaron a la mesa. El hombre, de complexión fuerte y de aspecto cubano, se ofreció a Dharma mostrando su mano y una sonrisa impoluta. La chica se acercó a Liam. 

- ¡Es hora de comenzar la fiesta, Miami! - gritó Jessie por el micro - ¡Última canción y comenzamos el espectáculo!

Te das cuenta de que la chica que te está ofreciendo bailar es la chica que estaba en la piscina de Big-C cuando llegásteis a su mansión, la que no paraba de miraros con gesto serio. Se acerca a ti con el mismo gesto, como de preocupación, y hace un pequeño gesto con la cabeza para que la saques a bailar.

-Después de usted, señorita- Dijo Liam, mientras la invitaba ha seguirlo hacia las escaleras con un gesto de manos, que acompañó con una sonrisa ligeramente perturbadora. El hombre estaba oxidado, y eso era evidente hasta para él, pero no quiso pensarlo demasiado. No es como si su habilidad para seducir fuera a serle de utilidad en esa situación...¿Verdad?

Recorrieron un parte de las escaleras sin mediar palabra y Liam ,de vez en cuando, miraba a la chica por el rabillo del ojo, para volver a encontrarse la misma expresión seria con la que lo había recibido arriba. -Eh... ¿Trabaja para el señor.. para Big C, señorita?- Dijo finalmente, rompiendo el silencio. 

¿Una más y el espectáculo?  Wiii -dijo a sus compañeros, para indicar que, fuera lo que fuera, ya pronto pasaría. 

El objetivo de Dharma era identificar los puntos donde se podría causar un corto circuito, algo que apagara las luces y causara algo de caos pero no incendios. 

Cuando comenzó a bajar por las escaleras a la pista de baile con su acompañante, claramente un elemento de seguridad intra-club, venía pensando-   ¿Qué dirían mis amigas de verme con este hombre con estos pantalones?  Pobre, debe ser como las zapatillas de pies vendados a las princesas orientales, tortura para verse dizquebonito.  Mare, que sociedad que somos a lo largo de los tiempo.   ¿Cual será su equivalente ahora?   -¿"Ahora", Dharma?, ¿en serio?

Pero bueno, bajó con la intención de detectar, así que movería a su compañero de baile por todos lugares: pistas y pasillo, atrio, y demás.  Un ojo al gato y otro al garabato.    Si llegara a detectar algo, pondría en acción su segunda parte del plan:  -Un poco de judo para aventarlo de la forma correcta a un grupo de alegres bailantes, quizá gresca o enbolitamiento, y mientras, saboteo taimeado y regreso, con una vuelta de bailer para rematar.   En el apagón, los compas se darán cuenta de que ese es el cue para escapar. 

Dio una buena vuelta, de sus bailes adolescentes en antro.  Seguro nada que ver con la época pero, imitaría lo sufcientemente bien lo suficientemente pronto.   Esto no era "Caballo Dorado" ni breakdance ni nada parecido, esperaba.

Pero bueno, ojo a ellos también por si veo a alguien con problemas de salir de ahí... 

Liam parecía que iba a seguir a Dharma en su plan. Todavía no sabía si iban a tratar de escabullirse entre el bullicio o planeaban algo más elaborado. Pero conociendo a ambos estaba seguro que tendrían un as en la manga. Visto lo visto, Karim pensó que lo mejor que podía hacer por ahora era disimular, incluso ganarse la confianza de uno de los mafiosos. Penso en García como su próximo objetivo. Quizá este fuera el eslabón más débil...

Karim se acercó a Brian y le comentó en voz baja. - Voy a ver si consigo que me presten atención y de paso conseguir algo más... 

- Me gusta como se lo monta tu jefe. Un casoplón con piscina, cochazos, chicas, pase VIP en la mejor disco... todo lo que un hombre puede desear. Ya que estamos aquí. Cuéntame algo de ese "Gran Golpe", vamos. Seguro que "el gran C" os te confiando parte de su plan. Parece que eres su mano derecha. - insinuó para ver si Barry reaccionaba. Bailarle el agua a García quizá sirviera para ver si pecaba de orgulloso y se iba de la lengua. 

- Y si nosotros vamos a trabajar juntos... estaría bien que empecemos a llevarnos bien ¿no? - les preguntó esperando tocar la tecla adecuada para que empezara a cantar. La jugada era peligrosa, pues ya había intentado lo mismo con Barry hacía unas horas y no había funcionado. Además si alguno de los dos se daba cuenta de que estaba intentando camelarse a García a base de ponerlo por delante de Barry, la cosa podría ponerse fea.

García se encontraba sentado en uno de los sillones al lado de Big-C, mientras con un brazo se apoyaba en la barandilla que daba a la pista de baile, donde Dharma y Liam habían llegado con sus respectivas "parejas".

- No todo es tan sencillo, mi pana. Aquí ves todo pero le ha costado mucho al señol conseguirlo, ya tu sabes, Miami no es una ciudad fácil. Aunque usteden eran de... Boston, ¡ay! seguro que no es ni la mitad de diveltida que nuestra divertidad ciudad. Si hacéis vuestra parte del trabajo con éxito, os aseguro que podréis disfrutal de todo lo que nosotros tenemos. ¿Tu novia no era la morena, parse? No juntes trabajo con mujeres, al menos con novias, es una pérdida de tiempo.

García se encendió un cigarillo y miró con los ojos entornados al ingeniero.

- ¿El plan? Quizás todavía sea pronto para entrar en detalles - dijo el puertorriqueño mientras fijaba su vista en Karim.

Y si nosotros vamos a trabajar juntos... estaría bien que empecemos a llevarnos bien ¿no? 

García miró hacia los lados, asegurándose de que los demás acompañantes y jefes estaban pendientes de sus bebidas y del espectáculo. El puertorriqueño torció una sonrisa mientras miró su bebida dándole vueltas a la sombrilla que la adornaba.

- Está bien, pana... pero haz como si ná cuando el boss te lo explique, ¿estamos? - el mafioso arrastró su silla hacia delante, para poder hablar con Karim y Brian más cerca -. Esta noche iremos a casa de Gambrino. Necesitamos entrar en su mansión para hacernos con varios documentos para pisarle los puntos de entrega y reparto. Con la libreta que robamos esta mañana podemos acceder a varios sitios de la mansión, pero el sistema de seguridad no lo controlamos - echó un ojo rápido alrededor -. Vosotros os encargaréis de desmantelal los sistemas para poder entral dentro y así conseguir la información para adelantarnos a sus movimientos y poder hundil a esos mamahuevos de una vez por todas y que el señol se haga con su territorio.

García se reclinó sobre su asiento, como triunfante, esbozando media sonrisa, sin saber que estaba siendo engañado.

Teniendo en cuenta el año en el que estaban Brian se dio cuenta de que el plan implicaba su presencia física en el escenario de la mansión. Un sudor frío recorrió su espalda, pues se imaginaba asaltando la fortaleza de aquel otro mafioso con fatal resultado.

—Pero, pero, García, ¿cuánta gente vamos a entrar en esa casa? —preguntó sin poder ocultar su nerviosismo—. Las probabilidades de que nos descubran y todo termine en un tiroteo aumentan, no sé —hizo un cálculo mental rápido—, al menos en un 66%.

García se giró hacia Brian, que hasta ahora había permanecido callado.

- Está todo controlado, pana. Nos dividiremos en dos grupos y así podremos hacerlo más sigilosamente. Nosotros iremos con vosotros, el boss no nos perdonaría que os hirieran, al fin y al cabo, sois la "llave" de la caja fuerte. Un trabajito fácil para vosotros.

El puertorriqueño giró la cabeza hacia una camarera que pasaba con una bandeja y levantó la mano. La chica de curvas pronunciadas, dejó una bebida en la mesa. García, sonrió agradecido.