Partida Rol por web

New York. Hall del Edificio Fisk Industries. Pasada la medianoche.

En la calle no hay apenas tráfico pero se oye de fondo la alarma de la pastelería del otro lado de la calle sonando incansablemente. Un grupo de chicos han irrumpido en el edificio, todos muy jóvenes para ir a la cárcel o para morir. Dos hombres adultos yacen en suelo presumiblemente inconscientes o muertos. Sus ropas los delatan como vigilantes de seguridad. El grupo que está dentro se compone de un chico rubio con pinta de nerd, un jocker con pinta de paleto de pueblo, una niñita japonesa, un negrata de barrio agachado rebuscando entre los bolsillos de los uniformes de los dos hombres del suelo y una adolescente latina vestida con estilo.

Al otro lado de la puerta de cristal que da acceso al Hall hay un trío no menos peculiar: una chica rubia vestida como una stripper (pero de las caras eh!), un asiático y un jocker de instituto vestidos con ropa elegante y muy cara pero con aspecto de haber sufrido algún tipo de accidente por lo revuelto de su aspecto.

Pero lo más gracioso es que la stripper y el nerd parecen conocerse.

New York. Escaleras del Edificio Fisk Industries. Es todavía medianoche?

Niobe y Marshall siguen arrastrándose por las escaleras interminables, cada vez con menos energías. Los músculos de las piernas empiezan a temblarles horriblemente y aún queda mucha distancia por recorrer. Cuantos pisos llevais ya? 5, 10, 15? Por vosotros os parece que ya habeis pasado por veinte mil pisos, habeis perdido todo sentido del tiempo y el espacio, sólo podeis ver los escalones que teneis delante y los que habeis dejado atrás. Y si mirais por el hueco de la escalera sólo veis eso, escalera arriba, escalera abajo, todas las plantas os parecen exactamente iguales: paredes blancas, barandillas de metal plateadas, mármol blanco en los escalones y en el suelo de los rellanos y una maldita puerta blanca de acero blindado de entrada que da acceso al interior de la planta del edificio. Empezais a creer que teneis que haber cabreado a alguien mucho para haber acabado en el infierno de las escaleras.

Escaleras

Y yo que creía que estaba en forma.

Esto no se acaba, y lo peor es que Niobe sigue caminando. Deja de subir escaleras, joder, que sino yo tampoco puedo parar. ¿Ni un descansito? ¿De verdad? No me voy a quedar atrás, así que sigo. Y sigo. Y sigo. Y sigo. Desde cuando un edificio es tan alto. Tendría que haber contado los pisos para saber en cuál estamos ahora, pero no me serviría de nada porque esto es interminable. Ojalá poder dar saltos enormes, o algo así. Niobe tiene cara de mono; a lo mejor sabe trepar por las paredes. Me dan ganas de preguntárselo, pero estoy tan cansado que creo que no voy a tener aire suficiente como para hablar. Ahora mismo me cuesta hasta existir. Llega un momento en el que ya apoyo las manos en los escalones que tengo por delante, ayudándome para no caer rendido. Menos mal que nunca me dio por fumar, porque sino ya estaría más que muerto. 

- Oye, tú que vas de cabeza pensante del grupo, cuánto falta -le exijo saber a Niobe. Ya que se cree la líder y la lista y blablabla, por lo menos que actúe como tal. En realidad espero que no lo sepa para que quede como la subnormal que es. Es más, me doy cuenta de que debe de estar tan perdida como yo, así que como me diga algún piso en concreto le voy a decir que es una mentirosa y que no me creo nada-. Da igual, ni me contestes. No existe ningún universo en el que tú sepas algo y yo no -en realidad esto parece muy hiriente, pero si tienes en cuenta que estoy a cuatro patas, acabo por apoyarme en la barandilla y mis frases son entrecortadas a causa de los jadeos, pues pierde veneno-. Podrías hacer algo útil y llevarme a caballito; por lo menos uno de los dos no llegará reventado a la cima. 

En serio, esto no es normal. Quiero decir, hemos subido muchos pisos, a mí no me cuadra. Maldito Jason y sus ideas de MIERDA. ¿Es que no hay ningún mutante que vuele? Inútiles que son. Seguro que uno de los esbirros de Kingpin tiene poderes mentales o algo así y nos ha metido en un laberinto lleno de escaleras. Este es un círculo del infierno que no conocía todavía, y mira que he pasado por muchos desde que salí de Nueva Orleans.

Espera. ¿Y si es verdad? 

- Te imaginas que uno de los mutis de Kingpin nos haya metido en un laberinto mental. Ja ja -suelto, como si fuera una broma, por si Niobe lo encuentra demasiado ridículo. Tampoco quiero quedar como un retrasado. 

Otra vez todo se mueve demasiado rápido y no me entero de lo que está pasando, Desliza... si ni siquiera se su verdadero nombre, sólo Desliza se ha quedado embobada viendo al rubio y probablemente dentro de poco se tapará las vergüenzas, Travis, que después de reventar la luna de la tienda parece mudo... y el montón de chavales que están entrando en el otro edificio.

Esto no puede ser casualidad. Me acerco a la furgoneta con una mirada temerosa de reojo dedicada a los dos tipos tumbados, y digo de forma temblorosa con mucho acento señalando a la furgoneta...

—La policía llegará en un momento... ¿Qué tal si nos vamos?

Sí, no creo que me dejen irme con ella sólo y está claro que tenemos que largarnos. No se en quién posar los ojos, si en los occidentales, en la chica latina o en el negro, todos me parecen tan... exóticos.

¿Quéeeeeeeeeeeeeeeeeee? ¿Qué acaba de pasar aquí? A ver, recapitulemos: el rubio es un friki. Un frikazo de aúpa que vale, estaba haciendo mucho más de lo que yo podía hacer en mi propia empanada mental, pero que además parece conocer a la otra friki pero de otra clase mucho superior. Que además es recíproco. ¡Y que además nos habían querido levantar la furgo! Nueva York no es tan pequeña, coño; ¡ni en Atlanta pasan estas cosas! A ver, la gente se mata a tiros, desaparece, se queda preñada de un día a otro... esas cosas. Pero si ya empezaba a parecer esto una peli rancia desde el momento en que aparecieron esos mutis en casa de mi tío, acaba de ponerse peor. ¿Nosotros no íbamos para arriba? ¡Pero la furgo! ¿Y si tenemos que hacer una huida estratégica? No, joder; ¡si se han metido a robar ahí al lado haberse birlado su propia nave de emergencia!
- ¡¡Eso no es tuyo, chino!! - le aviso con un dedo acusador dirigido hacia él. Lo siento, pero entre la furgo y la misión suicida de mi grupito me quedo con la furgo. - Rubito, tienes amigos muy poco educados. -¿y qué clase de mote es Desliza, tío? Frikis, joder...

No sabía donde me encontraba, no sabía casi no quién era, lo que era, quienes eran ellos ni qué me deparaba el futuro. Pero aún así si que sabía algo con absoluta y brillante claridad, y es que la chica morena, lista, lo que es lista... no era.

-Madremia... -suspiro llevándome las manos a la cara-. Si es que estamos destinados a morir, por qué aplazarlo más -sigo hablando, bajando los dedos por la cara, estirando sin darme cuenta la piel de los mofletes y los labios hacia abajo, lo que me aportaba un aire de desesperación-. Pero matadme ya para que vaya al cielo, que como me deis un segundo más mato a alguien.

Hm. Pues al final va a resultar que el negro no es tan tonto ni salvaje como indica el color de su piel. Y me acaba de ahorrar de subir 11 pisos a patita. Me acerco al grupo (que vaya grupo) y me cruzo de brazos, mirando al rubito en plan "bueno, es verdad que no eres tan inútil, pero no te lo diré" y dejando que haga sus cosas con sus aparatitos.

Me impacienta el estar de pie sin hacer nada, nunca me ha gustado, me recuerda mucho a estar encerrado en el cuarto de las escobas, mirando la pared por hacer algo. Entonces oigo el chillido de la sudaca y me percato también de unos pavos con los ojos demasiado puestos en nuestra furgo.

- ¡Eh! -Exclamo también, acercándome a los sospechosos y a MI furgoneta. - Eso es demasiado para vosotros, niños. -Me doy cuenta de la chica semi-desnuda. - Aunque tú podrías subir un rato a la parte de atrás, si quieres. -Sonrío. Bueno, en realidad es broma, pero he visto a gente que lo hacía y le salía bien. Qué coño.

Oh, dios. He conocido a lo largo de mi corta edad a mucha gente pesada. De hecho, recuerdo perfectamente a un tipo con pintas extravagantes que se pasaba mucho por el gimnasio de los hermanos y el tio era horrible de aguantar . Los chicos siempre me mandaban a mi a atenderle, por eso de que "Nio, chica, tienes un don para tratar con esta gente". 
Vale, ¿cómo he llegado a acordarme de esto? ¡Ah, sí! Marshall. Madre mía... Qué tio. Vale que le prefiero conmigo, porque así no lía a ninguno de los demás a hacer alguna gilipollez, pero esto va a ser muuuuy duro. Confío en que Haruka se apañe con los demás, sobretodo con Jason (por problemas obvios).

El caso es que estas escaleras parecen eternas las hijas de puta, y yo empiezo a sentir las piernas quejarse. Vamos, que solo les falta gritarme que me esté quieta ya de una vez, pero tenemos un asunto importante entre manos y ahora no puedo ponerme a pensar en lo cansada que empiezo a estar. Lo que sí está claro es que necesito hacer ejercicio. Desde que...destruí...el gimnasio y me largué con Haruka, no he vuelto a hacerlo.

Escucho a Marshall hablarme y mi mente, que a veces de por sí sola me pone las cosas fáciles, empieza a seleccionar lo que quiere y no quiere entender de sus palabras. 

- También podría empujarte escaleras abajo y así cerrarías esa bocaza - pongo los ojos en blanco pero después me embronco mentálmente a mi misma y me paro para girarme hacia él - Oye, yo también estoy cansada, ¿vale? Pero no podemos dejarlo ahora... Estoy...casi segura de que queda poco - no, no lo estoy, pero no puedo decírselo a él. 

Entonces él dice eso de que podría ser que uno de los mutantes de Kingpin nos esté haciendo una jugarreta mental, y lo pienso unos segundos frunciendo el ceño. ¿Podría haber un mutante que hiciera eso? Seguro que sí, quiero decir... Viendo lo que podemos hacer nosotros y la gente que nos recogió, todo parece posible aquí.

Me paro un momento para descansar los dos y vuelvo a mirar el hueco de las escaleras bufando después. Sí que molaría volar, sí, así podríamos colarnos por el hueco y subir hasta donde nos diera la gana.

- Venga, sigamos - le hago un gesto a Marshall para seguir o nos tiraremos la vida aquí.

Tirad todos intuición a dificultad verde plis ^^

Shizuro fulminó con la mirada a la chica que le señalaba con el dedo. No... ¡No podía haberle llamado eso!

He cambiado una sala llena de tías buenas vestidas como la rubia y dispuestas a satisfacer todos mis deseos por unos niñatos... ¡Que me llaman chino!

Los sentidos de Shizuro se agudizaron... ¿Qué estaba pasando ahí?

Me rasco el paquete, porque me pica y para disuadir a cualquiera de los extraños que quieran tocar MI furgoneta. Si la tocáis, os toco.

Está claro que la furgoneta es el gran tesoro, mi reino por un vehículo chachi con las llaves puestas! Todos parecéis llenos de adrenalina y ganas de zurrar a algo o a alguien, cada uno por motivos distintos. Y en medio están Desliza y Cifra intentando aclarar la situación, que por lo demás es algo absurda.

-Se os ha ido la olla o qué? Se suponía que tu eras el soso boyscout!- se oye decir a la chica rubia, Desliza, que parpadea incrédulamente ante la insinuación de Jason. Sonríe entre cínica y exasperada -No te preocupes, que de tí me ocupo cuando acabe con el Señor Mehevueltotontoderepente- su tono es aún más irónico, mirando directamente a Jason.

-Eh! Un poco de respeto, que llevo más en esto que tú!- responde Cifra indignado, la verdad es que las discusiones con chicas sexis vestidas con poca ropa (por llamarlo de alguna manera) no han sido nunca su fuerte -Que soy un hacker! Buscado!- finalmente añade en un intento de mejorar su posición en la discusión. La chica se vuelve a girar hacia él con una ceja enarcada y cara de ya y que más?

-Qué demonios hacéis aquí? Y porque no responden en la Escuela, maldita sea!- vuelve a la carga.

-Invasión alien vale? Ahora mismo la línea no está disponible para misiones "humanitarias" y esto también es importante! Alguien tiene que hacer el trabajo sucio!- Cifra ahora empieza a presentar cierta coloración rojiza en la cara que delata su cabreo por la poca credibilidad que parece tener.

Mientras discutís sobre quién se queda con el "niño" o porque estáis ahí, violando la entrada de un edificio privado de un multimillonario mafioso, el tiempo pasa y seguís ahí inmovilizados. Jamal se remueve intranquilo y Haruka se entretiene dando saltitos a vuestro alrededor de lo aburrida que está ya a estas alturas.