Partida Rol por web

 Ciertamente, no me había equivocado al asegurar que ellos podrían hacerse cargo del problema, aunque tal vez no me tomé tantas molestias como debería para mantenerme oculto, pues antes de darme cuenta ya tenía la cabeza asomada mirando en silencio hasta que alguno del grupo se diese cuenta.

 -Nada mal -les alagué, claramente refiriéndome a como se hicieron cargo de los "cosos", saliendo entonces de mi escondite.

 El resto podría fijarse en que era un chico cualquiera de cabello largo y desordenado recogido en una coleta, con unos ojos azules, un Haori con un diseño a cada mitad y una especie de uniforme negro debajo. No llevaba en esos momentos mi arma.

 -Temía toparme con gente débil y acabar metido en su grupo, pero creo que puedo confiar en ustedes -de inmediato dejaba en claro mis intenciones al haberme quedado escondido en lugar de haber entrado a ayudar: probarlos. -. No se yo si una paradoja sea lo que necesitemos... Ha de ser algo más complicado que una frase, ¿no...?

Tan pronto Lyn acaba la frase, el suelo tiembla y la hendidura de la roca se ilumina de abajo hacia arriba, para luego comenzar a abrirse hacia afuera. Son unas escaleras que descienden a un túnel, las paredes, el piso y el techo son de acero sólido, pero con ductos de ventilación cada varios metros e iluminado por tubos de luz.

Terminado el mecanismo que abre eso, regresa el silencio que había antes.

Noté de inmediato el olor de una cuarta persona en el lugar, pero al verle asomar la cabeza simplemente, dejo de parecer una amenaza clara. Me fui a juntar con el resto de mis compañeros, aún con el martillo de la mano y con el oído fijado en él. Cuando decidió salir al público, mi martillo se había detenido a escasos centímetros de su cabeza.

- Parece que el cobardica por fin se digna a mostrarse - ante la explicación que dio el chico no pude sino poner los ojos en blanco -. Lo que nos faltaba, uno que se lo tiene tan creído como la princesita. Casi habría preferido al de las burbujas.

Con aquellas palabras el martillo desapareció de mis manos mientras la muchacha resolvía el acertijo. Ignorando por completo al último miembro del grupo me dirigí hacia la otra chica para darle una palmada en la espalda.

- Buen trabajo... - dije intentando recordar su nombre, pero ella no lo tuvo publicado en la máquina -. Soy Keira, encantada de hacer equipo contigo y este campeón - remarque señalando con la cabeza a Lakyus -. En fin, parece que este es el camino. No parecéis tener suficiente carne en los huesos como para aguantar un ataque sorpresa, así que iré yo delante.

Sin esperar a que nadie tratara de impedirselo, Keira empezó a bajar por las escaleras, invocando esta vez un martillo de carpintero como arma, más practico para lugares estrechos.

Para su sorpresa la puerta si que se había abierto con su frase, pero ahora se quedaría con la duda de si la frase de Lakyus hubiera funcionado igual…

Parecía que el último miembro del grupo había aparecido por su propio pie también, y por como sonaba había estado observando desde hacia un rato sin dignarse a ayudarlos con las marionetas, claramente no estaba dando la mejor de las primeras impresiones de cara a formar un grupo, no obstante sólo el tiempo lo diría.

-Oh cierto, presentaciones, como he visto vuestros nombres en la maquina y con el jaleo de las marionetas se me ha pasado. Soy Lyn, llevémonos bien. – Comentó hacia todos con tono alegre. Luego  comenzó a buscar entre las caras que recordaba haber visto en la pantalla sin recordar al nuevo miembro.- Tu… no estabas en la presentación ¿no? – En ese momento Keira se adelantó sin esperar respuesta, por lo que Lyn cesó la charla a la mitad  y comenzó a seguirla rápidamente.- Espera, te cubro, vosotros no os quedéis atrás.

 Mis ojos se abrirían ligeramente por la sorpresa al encontrarme repentinamente con el martillo de Keira a centímetros de mi rostro, escuchando sus palabras antes de corresponder su mirada con un blanqueamiento de ojos como el suyo.

 -Disculpame por ser precavido... -solté con cierto sarcasmo hasta que la chica finalmente se apartó, viendo entonces como la entrada se abría gracias a la paradoja soltada por Lyn causando que me tragase mis palabras.

 Escuchando entonces que empezaban con las presentaciones, haría lo propio mientras me acercaba más al grupo para unirme alrededor del camino que tendríamos que tomar.

 -No, me perdí la presentación, pero oficialmente soy estudiante como el resto. Soy Hanzo Mutsurugi -respondí a la duda de Lyn antes de presentarme al resto.

 Viendo que la pelirroja tomaba la iniciativa, y la chica energética le seguía, no tardaría en unirme a ellas siguiéndolas a ritmo relajado.

Me encogí de hombros ante la aparición del último miembro y las palabras que le dirigieron. Finalmente cuando empezaron a bajar, pase el brazo por encima del hombro de Hanzo
—Ni te preocupes, yo me habría quedado también mirando.— Dije antes de quitar el brazo y darle un par de palmadas.— Solo los locos y temerarios corren hacia una pelea sin la información suficiente. Si hubieras entrado sin avisar podrías haber quedado atrapado en campo de la pelirroja,  haberte llevado un tajo de Lyn o un disparo mío.

—Aunque lo de ver si éramos débiles ha quedado prepotente. ¡Eso no te lo niego Keira!.—Digo riendo en un tono más alto de voz para que lo escuche la pelirroja que va en primer lugar mientras comienzo a bajar con ellos en la retaguardia.—Lakyus Unglaius, Laky para los amigos.—Agrego finalizando las presentaciones.

Llevaba solo una de las pistolas desenfundada y lista para disparar, a diferencia de su gemela que descansaba en mi cintura, la que iba  en mi mano tenía un cañón rectangular en vez de cilíndrico. A decir verdad, si mis compañeros habían prestado atención en la pelea anterior, la que estaba en mi cintura aun no había sido disparada.

El pasillo continúa derecho por un rato, iluminado desde el suelo por los tubos de luz, hasta que llegan a una bifurcación. Hacia la izquierda ven una estatua de mármol, es un guerrero que lleva una armadura antigua y un yelmo que le cubre la cara, está hincado, apoyando las manos y la frente en una espada enorme clavada en el piso. Ese recorrido acaba ahí.
Por la derecha hay unas largas escaleras que bajan hasta un rellano amplio y luego siguen más escaleras hasta una abertura que da a una estancia enorme, según consiguen ver desde donde están. El silencio mientras bajan esas escaleras es casi sobrenatural.

Al llegar a esa salida se les presenta sala circular enorme. Es un suelo de acero con algunas hendiduras en línea recta atravesándolo en varias direcciones, en los bordes hay un espacio abierto de unos cinco metros que lo separa de la pared y no consiguen ver el fondo.
En el centro hay un pedestal con algo encima brillando.
Tan pronto uno de ustedes da otro paso al frente, de cada hendidura, que resulta mucho más profunda de lo que parecía, salen sierras chirriantes y ruidosas, que giran a velocidad peligrosa mientras sacan chispas al rozar, para luego comenzar a desplazarse de lado a lado, rodeando el centro donde está el objetivo. El techo está a una altura considerable, posiblemente diez o quince metros, y ven que de él cuelgan estalactitas que en realidad son pinchos de acero que amenazan con desprenderse.

-Supongo que lo del altar es la llave, o algo para desactivar todo esto....Se han tenido que dejar una pasta aquí- Lyn observó los alrededores verificando la velocidad de las sierras y buscando posibles puntos para pasar entre ellas. Tras un breve instante giró hacia el compañero que tenía un arma a distancia - Lakyus, ¿crees que puedes tirar los pinchos de ahí arriba? Si caen lo mismo nos cargamos las sierras, o tal vez con la gravedad de Keira... - Comentó recordando el poder de su compañera- Si no, puedo correr hasta el altar coger lo que haya encima y confiar en que no se ponga peor a la vuelta.- . Se sentía bastante confiada de poder esquivar todas las sierras y llegar hasta el altar, y si caía algún pincho en solitario podría cortarlo o saltar a un lado- Aunque si cae todo el techo a la vez…creo que no podría hacer mucho.

—Sí, se han dejado un dinero— Comente mientras veía como se movían las sierras. Cuando escuche la pregunta negué con la cabeza.—Puedo disparar, pero tengo la sensación de que acabaríamos sepultados.

Aún estoy pensando cómo resolver la situación cuando Lyn menciona el poder correr hacia el altar.— ¿Estás loca? Como te pillen esas sierras tendremos que recogerte con una pala. Dejame pensar antes de jugar a “quien quiere tener sus extremidades amputadas”.

Me cruce de brazos mientras miraba como se movían las sierras. No tarde mucho en agacharme y golpear con los dedos el suelo de metal.

—Las sierras tienen que estar siendo movidas por algún mecanismo y, dado que no lo vemos, solo puede estar bajo suelo.— Tras dudar un momento coloque la pistola a ras del suelo. Si funcionaba igual que como había ocurrido la primera vez que las había invocado podría levantar parte del suelo y echar un vistazo allí abajo. —Si tenemos suerte podremos apagar el motor o destruir el mecanismo para hacer que las sierras se detengan.

Respire un momento antes de darle al gatillo de la pistola de forma rápida y rezando a que el disparo acabara disperso en metralla como había ocurrido en el bosque.

- Lo estais pensando demasiado - dije mientras hacía desaparecer el martillo e hice restallar las articulaciones de mis dedos -. Como bien ha notado Lakyus, no se nos ha dado ninguna indicación de que no podemos dañar las instalaciones durante la prueba, así que no tenemos que limitarnos a jugar en el escenario que nos dan cuando podemos moldearlo como queramos. Si las sierras pesan lo suficiente, no serán capaces de subir. Si todos los pinchos caen, dejan de ser un peligro y como ha dicho Lyn pueden romper las sierras. Solo necesito un momento.

Respiré profundamente, y tras unos segundos coloqué mis manos al frente como si estuviera tratando de aplastar algo, mientras mi mirada se concentraba. La sala retumbó un momento, y las estalactitas de acero se precipitaron a una velocidad inusitada, clavándose y entrerrándose en el suelo, incluidas las lineas por las que las sierras salían. Tras semejante espectáculo me sacudí las manos.

- Ale, problema solucionado. Si tenéis miedo no pasa nada, puedo llegar yo solita - sentencié, empezando a caminar hacia el centro de la sala.

 Asentiría a las palabras de Lakyus sobre los peligros de haber entrado repentinamente al combate como si estuviera de acuerdo y ya lo hubiese tenido en cuenta antes, aunque realmente nunca pensé en nada como eso: realmente solo me quedé mirando para no hacer nada y ver que tal era el equipo.

 Llegados entonces a la siguiente prueba, observaría con los ojos un poco abiertos la cantidad de trampas que habían en el camino antes de adoptar nuevamente aquella expresión vaga en el rostro.

 -Tal vez podamos... -iba a opinar, pero Lyn se me adelanto, con preguntas de las cuales ninguna iba dirigida a mi. -. ¿Y si...? -pero Lakyus tenía otros planes, unos más técnicos al parecer. -. Entonces... -y decidida a ir con todo, Keira se las arreglaría para hacer caer los picos de acero sobre las cierras y sus caminos. Al final era yo el que no había hecho nada... -. Ten cuidado, podría ser una trampa -advertí a Keira, adelantándome con ella atento a los alrededores por si habían más cosas de las cuales preocuparnos.

_{(Ojo el volumen)}

A Lyn se le complica seguir las sierras con la mirada para sincronizarse con ellas, no tanto porque se muevan demasiado rápido, sino porque son demasiadas a la vez. Mientras la muchacha hace el intento, Lakyus daba unos pasos adelante para observar el terreno y comprueba que no se trata de ningún mecanismo, las sierras están animadas con magia, la única forma de detenerlas es destruirlas.

Y eso hace Keira, siguiendo uno de las sugerencias de Lyn, procede a destruirlas, valiéndose de su elemento incrementó el peso de los pinchos del techo, pero no fue suficiente como para desprenderlos. Casi estuvo a pundo de bajar los brazos hasta que en un determinado momento se oyó un crujido y uno de ellos se vino abajo, así que, metiéndole otro poco más de ganas, la pelirroja consigue tirar unos cuantos más, deteniendo varias de las sierras que obstruyen el paso y, de esa forma, abrir un camino.

Al haber menos sierras funcionando ahora hay mucho menos ruido y los pasos de Keira resuenan por la sala a medida que se acerca a la pila que tiene el objeto brillante adentro. Cuando estira la mano para retirarlo, el brillo cesa y descubre que se trata de una llave que tiene una notita atada con un listón: "¿Quién te dijo que soy la verdadera llave? Tehee." y una carita con la lengua afuera, dándole completamente la razón a Hanzo.

De inmediato surgen unos pilares de luz desde el suelo y Keira da un saltito hacia atrás para que no le den a ella. Sale uno, dos, tres, como si se encendieran focos enormes apuntando hacia arriba, hasta que oyen un ruido metálico venir desde dentro, aparece una garra gigante que abre esos pilares como si se trataran de una cortina, asomándose y saliendo fuera. Lo que ven es una criatura de aspecto bizarro hecha de acero y carne a la vez, tiene cuatro patas articuladas como las de un cangrejo, todas acabadas en pinzas, tenazas del tamaño de ustedes. Lo que vendría a ser su torso es casi cuadrado, con una cabeza relativamente pequeñita que se asemeja a un yelmo con cuernos con dos puntos rojos y amenazantes dentro; en vez de brazos tiene ametralladoras gatling también de tamaño considerable y el centro de su "pecho" presenta una cara grotesca de cuya boca sale un cañón.

Al mirar hacia atrás descubren que la entrada ahora está siendo obstruida por una pantalla de humo viscoso y gris que impide ver hacia el otro lado, posiblemente también pasar. Es evidente que nadie saldrá de ahí hasta que esa cosa deje de moverse. O de existir, lo que ocurra primero.

Un potente rugido metálico les destruye los oídos y al instante dispara algo de ese cañón hacia donde están ustedes.

Aun con el centro de gravedad cercano al suelo y sin haber terminado de levantarme, los eventos empezaron a sucederse. Mis ojos se abrieron ante aquella criatura. Quien lo hubiera diseñado, tenia unos gustos muy grotescos.

En cuanto vi lo que se preparaba por hacer grite.
—¡Dispersaos!.—Aquella cosa iba a disparar y debido a la posición que teníamos podía impactarnos a todos en línea recta con el mismo ataque. Teníamos que separarnos si para que no pudiera atacarnos a todos a la vez.

Mis ojos se fijaron en una de las sierras que había quedado interrumpidas de su movimiento y corrí hacia ella para ponerme a cubierto. O al menos para ocultarme de aquella criatura.

El destrozo de Keira se merecía un aplauso, y así se lo dio Lyn mientras avanzaba con el grupo.

Luego aquella criatura apareció, demostrando una vez más que quien diseñara aquella prueba tenía poca o ninguna consideración hacia la vida de sus estudiantes. No obstante, prefería aquella aberración a algo que le copiara sus técnicas de espada.

-¡Voy por su izquierda!-Sin pensarlo un instante y unido al grito de Lakyus, la joven comenzó a correr hacia el flanco de la aberración, retirándose lo más rápido posible de la trayectoria de lo que fuera a salir de aquel cañón pero sin dejar de analizarla en busca de puntos débiles.

- ¿En serio? Esto es jodidamente infantil.

Di un salto hacia atrás al ver lo que se nos echaba encima, sin embargo yo estaba demasiado cerca como para tener la posibilidad de esquivar. Sufrir daño no era una de mis mayores aficiones, pero en este caso no podía hacer más que aguantar como la campeona que era. Multipliqué mi peso varias veces para no salir volando y estamparme contra el muro, me agaché para reducir superficie de contacto y puse los brazos en cruz frente a mi cabeza para protegerla. Segundos mas tarde me hallaba dos metros más atrás, con marcas de arrastré en el suelo. Sentía los brazos agarrotados y me pitaban los oídos por el ruido del cañonazo, pero estaba bastante bien para haber recibido semejante traca a bocajarro, solo tenía heridas por todas partes, pero no demasiado profundas.

Moví mis dedos para tratar de restaurar circulación y recuperé el aliento mientras me alejaba. Mis reservas estaban bajo mínimos, pero aún quedaba espíritu de combate en mi interior. El enemigo estaba aún ahí, y seguramente confiaba en su propia estabilidad. Veamos cuanta le quedába si podía eliminar su peso.

 -¡Es que lo sabía! -aseguré cuando quedó claro para todos que se trataba de una trampa, ¿de verdad se pensaron que sería tan fácil?

 La maquina-criatura era cuanto menos desagradable a la vista, pero más allá de su físico también representaba una amenaza significativa con ese armamento que no tardó en utilizar, siendo que me uniría a Keyra al salir volando algunos metros antes de caer y rodar por el suelo, deteniéndome justo a centímetros de una de las sierras detenidas en el rostro.

 -... -pasado el breve susto de podido morir, me levantaría rápidamente y vería como el grupo se ponía en acción, ante lo cual yo no me quedaría de brazos cruzados, siendo que más específicamente empezaría a moverme intentando no ser un blanco fácil mientras me tomaba mi tiempo para analizar a la maquina. -. ¡Debe tener algún punto por el cual poder atacarle!

—¡Intentar llevarlo al borde!— Grite a mis compañeros tras comprobar que todos estaban enteros.—Si lo atacamos al azar no conseguiremos nada, hay que limitar sus movimientos y ataques. Quedaos todos separados para dificultar sus ataques y tratemos de llevarlo a borde de la plataforma, con algo de suerte le haremos caer.

Según gritaba la idea a mis compañeros me deslice fuera de la cobertura que me había proporcionado la hoja de la sierra y apunte con mi arma a una de las piernas que sostenía aquel ser. Si conseguía dar a alguna de las articulaciones, con suerte haría que se moviera hacia uno de los laterales de la plataforma.

Luego de concentrarse con ganas, Keira puede ver un cambio en la postura de la criatura, sus movimientos ahora se han vuelto torpes y parece como si le hubieran anulado la fricción con el suelo. Patina.
Ya resignándose a recuperar su estabilidad, se dedica ahora a abrir fuego nuevamente, sus gatling disparan al frente y abren un fuego de contención sobre Lakyus. Extiende también una de sus garras, que son además pinzas y con eso intenta atrapar a Hanzo.

Mientras esquivan sus arremetidas, pueden ver que la parte posterior resulta ser un punto ciego, ya que carece de armamento efectivo para atacar a la retaguardia y la placa de metal que cubre su torso es más fina de ese lado. También hay una cara grotesca allí, con la boca abierta, adentro parece haber algo brillante.

Al haberle eliminado el rozamiento con el suelo, los disparos de Lakyus hacen que en vez de retroceder, resbale y se destartale, consiguiendo limitar los ataques con sus pinzas, ya que tiene que usarlas para levantarse, cosa que le cuesta horrores conseguir debido a, nuevamente, su carencia de peso.

 Al ver aproximarse las garras de aquella criatura, intentaría retroceder de un salto para evitar ser agarrado y perder movilidad, pero mi movimiento no seria lo suficientemente veloz para evitar ser alcanzado por la punta de las afiladas pinzas de aquel enemigo, abriéndome unas heridas menores pero notables en el pecho.

 -Hay que acabar con esa cosa rápido... -indiqué a mis compañeros, empezando a correr alrededor de la criatura buscando el momento indicado para atacar, siendo que una vez había encontrado su punto débil me dispondría a llamar su atención e intentar que uno de sus ataques se dirigiese a mi, de esa manera poder esquivarlo, siendo que estando Desestabilizado lo tendría difícil para adelantarse a mi veloz movimiento hacia su Retaguardia, sumando a eso que gracias a Keira su cuerpo había pasado a ser mucho más lento, dándome tiempo suficiente para posicionarme y saltar mientras desenfundaba la katana de mi cinturón, buscando alcanzar aquella cara grotesca que sobresalía por encima de todo, viéndolo como un claro Punto Débil en comparación al resto del cuerpo, y atacar con una feroz ráfaga de cortes mientras le pasaba por encima.

De alguna forma había escapado de aquel cañonazo con apenas una rozadura gracias a saltar tras aquellas sierras. No se podía decir lo mismo de algunos de sus compañeros que lo habían recibido de lleno, aun así ninguno había quedado incapacitado y todos se habían dispuesto a comenzar el contraataque.

-Aumentemos la velocidad pues.- Las palabras de Hanzo fueron como un interruptor que hizo sonreir a Lyn, la cual salió como un tiro para lanzarse con su compañero espadachín.- Lakyus mantente disparando para desestabilizarlo, Keira utiliza alguno de esos trucos de gravedad.

Aprovechándose de la torpeza del ser generada por Lakyus, Lyn se movió ágilmente entre las patas del ser hasta su retaguardia donde Hanzo ya estaba saltando para golpearlo desde arriba, en ese punto Lyn comenzó a girar con sus dos katanas sin control con tajos ascendentes, era como si una de las sierras de la sala hubiera cobrado vida y se hubiera quedado estancada en la parte baja trasera del ser. Cada vez que la tormenta de golpes de Hanzo hacian descender al engendro, los de Lyn lo levantaba una vez más gracias a la ligereza creada por Keira, sometiendo el punto débil a una tormenta ineludible de cortes.