Partida Rol por web

Aun cerca de aquella sierra que había actuado como cobertura ante el primer disparo de la bestia los disparos empezaron a desestabilizar a la criatura aunque no puede forzar su camino cuando empecé a escuchar un ruido de metal en rotación. Cuando la primera bala enemiga paso cercana lo comprendí y me refugie nuevamente en la sierra. ¡¿Quién demonios le había dado una Gatling a aquella cosa!?

—¡Es más fácil decirlo que hacerlo!— Grite a Lyn entre el estruendo de la metralla impactando contra la sierra a mi espalda.

Cuando los disparos finalmente cesaron y empecé a escuchar el golpeteo metálico de las espadas de mis compañeros golpeando a la criatura volví a asomarme de mi cobertura y empecé a disparar de nuevo a las patas.

- No me pidas mucho más - le dije a Lyn con la respiración entrecortada -. Puedo mantener su estado, pero estoy sin fuelle para más.

El esfuerzo me estaba empezando a consumir. Con mi magia en las últimas, no me podía permitir mantener más de un efecto a la vez, así que la versión gigante de mi martillo dejaba de ser una opción. De todos modos el pequeño aún podía servir, era un arma a la que ya estaba acostumbrada. Me acerqué aún más a la criatura, aún dando bocanadas cortas y rápidas, y golpeé con todas mis fuerzas una de sus pinzas para dejarla inutilizada y limitar su capacidad de ataque, si es que aún podía después de la salvaje retahila de golpes que los espadachines le habían propinado.

La bestia continúa retrocediendo, ahora ya casi está al borde de la fosa, pero es finiquitada mucho antes llegar allí. Lyn le salta encima con un magnífico despliegue de cortes que parecen frenéticos y descontrolados, aunque muy lejos de serlo, pues rebanan la diminuta cabecita que sobresale del torso con un tajo limpito y preciso. El problema es que del agujero que queda, donde pueden ver una sustancia viscosa y ardiente como si se tratara de magma, sale inmediatamente un tentáculo húmedo y asqueroso que sin previo aviso sujeta a la samuninja por el cuello.
No le da tiempo a hacer mucho, ya que inmediatamente aparece Hanzo desde atrás y ensarta su espada en el punto débil de la cosa, la cara se contorsiona y suelta un alarido de dolor, a la vez que de sus huecos salen luces, hasta que finalmente estalla y deja a la intemperie el interior del torso: una mezcla de carne, metal y ¿magma? o bien podría ser acero fundido, qué sé yo.

El bicho se empieza a derretir hasta que queda sólo un charco de algo espeso y desagradable en el suelo, y una esfera luminosa de color naranja fuerte. Las sierras se detienen y se produce un buen silencio que al cabo de pocos segundos es roto por unos aplausos que vienen desde donde entraron. La cortina de humo que obstruye el portón se ha disipado.

—Excelente —pronuncia Alighieri mientras sigue aplaudiendo—. Creo que hasta ha sido tiempo récord.

Se acerca hasta ustedes y recoje la bola rara del suelo.
—Esto es mío, con permiso.
Oprime el puño y el objeto es absorbido por él. Acto seguido, pone el otro brazo delante de sí, como si mirara un reloj, y aparecen tres pantallas holográficas donde se pueden apreciar los combates en vivo de los demás grupos.
—No han podido retirar el núcleo sin destruirlo primero, pero, por otro lado, ¡fiuu! ¡Dos minutos y quince! Buenísimo. Los felicito por el trabajo en equipo, que eso es lo más importante de toda esta evaluación.

El profesor tiene sus manos y antebrazos cubiertos con vendas y ahora trae con él una espada enorme cuyo mango también esta vendado.

—En fin —sostiene su espada y se coloca en una posición de guardia— ahora viene la fase final de la prueba, si no consiguen derrotarme en treinta segundos quedan todos expulsados.

...

—Nah, es broma. Lo han hecho de maravillas, han conseguido el rango oro, de hecho.

Da media vuelta y empieza a alejarse.

—La llave del pedestal sí es la verdadera, nunca crean todo lo que les dicen. Abre la puerta de la habitación que les toca. Las clases de hoy terminan ya y tienen el resto de la tarde libre para husmear por ahí. Pórtense bien y no rompan nada.

Se pierde de vista por las escaleras, aunque pueden alcanzarlo, ya que deben ir por allí para salir del recinto.

Mi respiración era agitada, tenía las manos apoyadas en las rodillas con el torso echado hacia delante. Los de aquella escuela estaban un poco locos. No esperaba que nos enfrentaran contra una criatura así el primer día.

Según comenzaron las palmadas me gire alerta para encontrar al profesor, tras confirmar que no era una amenaza seguí mirando al suelo. Tenía que mejorar un poco mi forma física, o al menos dormir más, quizá era el motivo por el que estaba tan cansado.

Cuando escuche hablar sobre derrotarle en treinta segundos mis ojos se abrieron mientras me incorporaba. Mis manos ya tenían las pistolas en las manos preparado para disparar. Después de la prueba normal, aquella afirmación sobre derrotarle no me parecía disparatada. Gracias a dios era una broma.

—Creo que voy a dormir lo que resta de día.—Dije girándome al grupo finalmente.—Creo que no fue buena idea trasnochar ayer…—Agregue mientras bostezaba.

—¿Entonces la llave se supone que es la de nuestra habitación? ¿Compartida?.— Pregunte algo confuso pensando en si estaría dividido de alguna forma para mantener la intimidad.— ¿Vamos a verla? A todo esto… ¿Cómo volvemos a la academia?

La sensación del tentáculo alrededor del cuello había sido repugnante, por suerte el contacto había sido mínimo gracias a Hanzo, pero no hubo tiempo para agradecer cuando el maestro se presentó frente a ellos.

La mención del combate puso en guardia a Lyn al instante, en aquel punto se esperaba cualquier cosa de los locos que habían utilizado un monstruo con ametralladoras y cañones contra sus estudiantes. Por suerte, parecía que sólo era un broma y mejor aún, habían batido un record , la joven no pudo evitar sonreír con cierto orgullo mientras el profesor se retiraba tan rápido como había aparecido.

-¿Dormir? No digas tonterías, vamos a la habitación, una ducha y nos vamos a buscar un buen restaurante donde celebrar el record.- La samurai sonreía de oreja a oreja mientras apoyaba a Keira en su hombro para ayudarla a andar puesto que parecía la más desgastada del grupo.- Supongo que seguimos aquel camino y llegaremos¿no?.- Comentó señalando el lugar por donde el profesor había abandonado el lugar.

Me tome la libertad de empezar a dar grandes bocanadas de aire para relajarme una vez que la criatura. Estaba echa polvo, pero eso no me impidió ponerme en posición de combate lista con el martillo en mano en cuanto escuché los aplausos, mirando fijamente al profesor que acababa de entrar. Me volví a relajar un poco cuando mostró las pruebas de los demás grupos, y ya me estaba lanzando contra él cuando dijo que era una broma el tener que derrotarle. Finalmente me dejé caer sobre Lyn, ya que se ofrecía a aguantarme.

- No se yo - respondí a la pelirrosa -, eso de dormir suena a planazo para mí. Aunque quizá deba pasar por un médico primero, me gustaría conservar la sangre que me queda - realmente era todo cortes superficiales, pero las manchas de sangre a Lyn no se las quitaba nadie salvo el detergente adecuado -. Pero primero de todo salgamos de aquí, anda, que este sitio ya me está dando claustrofobia.

 Con la criatura acabada, podría tomarme un respiro mientras guardaba mi espada y escuchaba al profesor llegar, el cual revelaría la prueba siguiente mandando a la basura cualquier momento de relajación que pudiese tener en mente, empuñando de inmediato mi arma.

 ¿Treinta segundos? ¿Teníamos que derrotarle en treinta segundos? Aquella cosa nos había tomado significativamente más que eso, y él claramente era más fuerte que esa cosa, ¿como podríamos...?

 -Ah... -pero resultó ser broma, lo cual en mi rostro no reflejó precisamente gracia, aunque tampoco disgusto: no me causó ni fu ni fa. -. Nos vendría bien descansar un poco, pero creo que nos merecemos una buena comida... -concluí, haciendo desaparecer mi arma antes de unirme al grupo en su caminata hacia el lugar por donde se había ido el profesor.

Cuando salen tienen que recorrer nuevamente el pasillo por donde bajaron, donde se cruzan a Alighieri subiendo las escaleras.
—¿Hm? Ah, no, usarán los deslizadores.
En efecto, hay cinco aparcados junto a la entrada hecha de roca de hoy. Son como motocicletas alargadas de forma aerodinámica, sin ruedas, que se deslizan a medio metro del suelo y de ahí viene el nombre, alcanzan velocidades de entre doscientos y trescientos kilómetros por hora, dependiendo de la marca, algunos hasta cuatroscientos. Son unos vehículos eléctricos tremendamente caros y las matrículas de estos de aquí indican que son propiedad de la academia. 
—El que no se ponga casco tiene amonestación —exclama el profesor mientras se sube al suyo, sin ponerse ningún casco él.

De un pedalazo arranca su deslizador, el motor emite un sonido agudo y sordo.

—Miren ahí —el profesor señala un árbol cercano, que tiene una marquita en el tronco—. Agradezcan que su compañera tuvo la amabilidad de señalar el camino de regreso. Cuando lleguen a debajo del precipicio continúen por el oeste hasta la empinación y suben por ahí. Los deslizadores los dejan aparcados en el estacionamiento correspondiente.
—Y antes de que me olvide, tú y tú —se dirige a Lakyus y a Keira—. Molly me pidió que los enviara al laboratorio, traten de pasar por allí hoy antes de que acabe el día. Por ahora tengan esto para calmar el dolor.
Le lanza a Keira un blíster de analgésicos antiinflamatorios muy efectivos.

-¡Waaa!- La cara de Lyn se ilumina ante la presencia de los deslizadores, claramente eran uno de los nuevos modelos sacados por laboratorios Falmberge, una autentica belleza. Estaba orgullosa de su moto la cual había modificado con sus amigos pero, hasta ella sabía que no podía compararse a la tecnología de vanguardia.- _{No puedo esperar a ver a cuanto podemos ponerla, jejeje} - Fue un susurro claramente audible que declaraba sus intenciones de disfrutar de aquel cacharro.

La chica había ignorado el comentario del agradecimiento hacia ella, estaba demasiado inmersa en analizar los deslizadores y tampoco es como si le importara.- Si alguno no sabe o no puede conducir puede venir de paquete conmigo- Apoyando a Keira sobre uno de los deslizadores se montó en otro y se colocó el casco, esperando ansiosa a sus compañeros, claramente estaba disfrutando como un niño pequeño con un juguete nuevo.

Mire los vehículos alzando una ceja durante unos momentos mientras mi mano se rascaba la cabeza escuchando al profesor. ¿Por qué me solicitarían otra vez en el laboratorio? Sin mucha más respuesta asentí dando confirmación de que iría cuando pudiese.

Cuando escuche a Lyn hablar diciendo que alguno podría ir de paquete si no sabía conducir me encogí de hombros.
—Pues yo nunca he conducido uno, pero tampoco será difícil ¿no?— Dije mientras pasaba una pierna por encima de la moto y empezaba a ponerme el casco. Cuando ya lo tenia puesto puse las manos en el manillar— Supongo que será como una bicicleta ¿no? Frenar con la cosa esa y en vez de pedalear acelerar esta otrAAAAH!.—Mi voz se perdió entre los arboles cuando el aerodeslizador arranco y salió disparado hacia delante. Esperaba que el freno fuera realmente lo que había dicho que era... o estaría en un problema.

 A diferencia de Lyn, mi expresión seria más de curiosidad que emoción, observando aquellos vehículos con cierto interés examinándolos con la mirada. La invitación de la chica, si bien seria escuchada, la rechazaría ante el comentario de Lakyus: desde mi punto de vista, tampoco debía ser complicado manejar una de esas, por lo que decidí a subirme en una propia para conducirla yo.

 -... -y a diferencia de nuestro compañero, que salió disparado claramente sin un control sobre la moto, yo si que saldría sin descontrolarme... Porqué iba a velocidad mínima: no era tan lento como para que no se apreciase que me estaba moviendo, pero igual alguien que empezase a correr o caminar rápido podía superarme fácilmente: y aún así, en mi cara se podía notar la presión de manejar un vehículo como ese, como si temiese que con un simple movimiento acelerado pudiese acabar como Lakyus.

Lancé de vuelta el blister al profesor antes de que se fuera.

- No, gracias, ya he superado mi adicción a estas. Ahora mismo me preocupa más el sangrado, las heridas son superficiales, pero son muchas.

Una vez en el deslizador, me eché hacia atrás y respiré profundamente, tratando de recomponerme lo suficiente como para poder conducir. Mientras lo hacía, Lakyus optó por estamparse. Me puse el casco y miré a Hanzo moviéndose como si no supiera  conducir.

- Haz el favor, si no sabes conducir Lyn se ha ofrecido a llevarte de fardo. Es menos embarazoso que lo que sea que estés haciendo.

Salí entonces tras Lakyus para hacer lo propio por el muchacho.

- Luego venimos a buscarla para que no te metas en problemas, y la próxima vez no intentes conducir algo que no sabes conducir.

Accediera a subir o no me dirigí hasta el aparcamiento frente a la escuela - si había que dejarlo en otra parte, culpa del profesor por no especificar dónde. Desde ahí me dirigí hacia el laboratorio, preguntando por el camino.

Los vehículos se encienden mediante el reconocimiento de sus huellas dactilares, es probable que sólo funcionen con alumnos registrados o personal de la academia.
Resulta entretenido el paseo a toda velocidad hasta el predio frontal, esquivando árboles y, cuando ya van por el jardín, gente. Al llegar hay un estacionamiento donde hay media docena más de estos cosos, todos aparcados prolijamente ne hileras, donde ven que hay varios espacios vacíos.

Casi es mediodía, está por sonar la campana que anuncia a los de otros cursos la hora del almuerzo, pero a ustedes eso no les afecta tanto, ya que los de primer año tienen libre este día, por lo tanto, pueden pasarse por el comedor a la hora que se les antoje, siempre y cuando lo encuentren abierto.

La academia parece grande por fuera, pero en realidad consiste en algunos salones pequeños, la cafetería, la biblioteca, algunas salas comunes para propósitos varios, salas de estar y los dormitorios. La cafetería ahora está casi toda vacía, el servicio de comida cierra a eso de las tres para luego volver a abrir al a hora de la cena; aunque a las horas que cierra no haya personal atendiendo, a eso de las cinco las mesas están repletas de bocadillos y hay jarras de café, leche caliente y fría , yogur y batidos. Toda la comida disponible viene incluida en la cuota de cada mes, así como también los servicios de limpieza y la biblioteca.

En la biblioteca se puede encontrar información de todo tipo, está dividida en sectores, uno para el estudio y otro para el entretenimiento, con material acorde a cada uno, y en ambos se debe guardar absoluto silencio. Los chicos del comité bibliotecario hacen su mejor esfuerzo por ser amables y estar al servicio de todos, resolviendo cualquier duda que haya. Si se desea retirar algo, se debe fijar una fecha de devolución, y el tiempo máximo depende de la disponibilidad del material.
También hay mesas con ordenadores modernos, los del espacio de estudio están preparados con todos los programas de utilidad que se les puedan ocurrir, mientras que en el espacio de entretenimiento disponen de videojuegos y películas. En cualquiera de los dos sectores pueden iniciar sesión de usuario usando las huellas dactilares o reconocimiento de iris, cada usuario puede modificar la configuración disponible a su gusto.

—Buenas.
Luego de bajarse de los vehículos, ven que los esperaba un muchacho rubio allí cerca, menudito, de casi metro setenta, con un rostro aniñado que les sonríe amigablemente. Su voz parece como si aún no hubiera pasado la pubertad.
—Así que ustedes fueron los primeros en terminar, ¡felicidades!

Junto a él ven parado a otro compañero que parece el polo opuesto, de unos dos metros de alto, ancho y fornido, con la cara afilada, parece como su hubiera pasado por la pubertad varias veces. Al verlos les hace un gesto de pulgar hacia arriba, sonriendo y sin decir nada.
—Mi nombre es Gurce Goldsworthy y él es Bernard Mills —continúa hablando el rubio—. Queríamos invitarlos a celebrar esta tardecita al café de mi familia.
Les entrega entonces unos folletitos: "The Golden Experience" ponen de título, una letra bien pituca, decorada con florituras y espirales. Aparecen fotografías de trozos de pasteles, postres, helados, bebidas. Debajo de todo hay un número telefónico, dirección de correo y página web.
—Y ya no los estorbo más, ¡que tengan una linda jornada libre!
Da media vuelta girando sobre sus talones para irse, el grandote lo sigue.

Desde ahí me dirigí hacia el laboratorio, preguntando por el camino.

 —Es bien fácil llegar. Pasando el vestíbulo por el pasillo del medio, te metes a la sala de espera tras la primer puerta que encuentras, si te citaron allí, te atenderán enseguida. ¿Quieres que te acompañe?

—No, no, creo que le he cogido el truco—Respondo a Keira arrancando el aerodeslizador y, esta vez si, haciéndolo avanzar de manera adecuada. Cuando llegamos finalmente a la academia bajo la velocidad del vehículo y poco a poco voy mirando la fachada del edificio, mas tarde tocaría explorarlo.

Mi ceja se alza al aparcar la moto cuando uno de los alumnos, que parece de un curso superior, nos da unos panfletos promocionando el local de sus padres. No me solía gustar ese tipo de tácticas, pero parecía amable y los platillos del panfleto tenían buena pinta.

—Gracias.— Le respondo mientras agito ligeramente el panfleto y miro mis compañeros.— ¿Nos esperáis explorando el sitio mientras vamos al laboratorio o nos vemos en la habitación? Supongo que se olvidarían de decirnos algo… Bueno, nos vemos en un rato, creo que el aire de deslizador me ha despertado asi que podríamos ir a celebrarlo como dijo… Lyn.—Tarde unos momentos en recordar el nombre.

Era curioso como una pelea contra una criatura que disparaba un cañón no me había despertado y la brisa del trasporte si, o lo mismo el café empezaba a hacer efecto. Tampoco iba a discutir con mi propio cuerpo y además, si me ponía a dormir en ese momento mañana durante las clases estaría para el arrastre.

Lyn había disfrutado el trayecto todo lo que había podido más dentro de las posibilidades de no estamparse en el bosque, se notaba que tenía práctica conduciendo. Estaba bastante satisfecha con el juguete que les habían prestado y no paraba de preguntarse cuantas mejoras podría llevarse a su pequeña a lo largo de los años en la academia.

Pero las sorpresas agradables no parecían parar y un estudiante de la clase superior decidió aparecer para ofrecerles un lugar donde comer dulces. Aquellos pasteles tenían un pinta tremenda y estaba deseando que llegara el momento de probarlos.

-Haciendo propaganda a los novatos desorientados, buena estrategia.- Lyn sonrió al superior delgaducho y le dio unas fuertes y sonoras palmadas en la espalda de forma amistosa- Prometo pasarme a probar esos pasteles, podéis llamarme Lyn.- Luego se giró hacia los dos que debían ausentarse para responder a Lakyus- Perfecto, exploramos de camino a la habitación y nos vemos allí cuando acabéis. Tengo que preguntar por un sitio para la práctica matutina y ver si ha llegado mi moto, además del equipaje. ¿Vienes Hanzo? – Sin esperar demasiado, Lyn emprendió la marcha, sin tener demasiada idea de a donde iba, ya preguntaría por el camino.

 -Hmph... -asentí a las palabras de Keira antes de detener el vehículo, esperando unos segundos en completo silencio antes de bajarme y aceptar la oferta de Lyn de llevar a alguien, desviando sutilmente la mirada como si nada estuviese pasando.

 Ya en el destino, y viendo quienes nos recibían, conservaría uno de esos folletos promocionales y asentiría a las palabras de los chicos que nos los entregaron, siendo que seguramente acabaría visitando también el lugar para darle una prueba a lo que ofrecían.

 -Me parece bien... -respondí al plan de exploración de Lyn, uniéndome a ella en su caminata hacia quién sabe realmente donde...

El laboratorio lo encuentran pasando por el pasillo tras las puertas dobles al medio del vestíbulo, en la primera entrada a la derecha, donde se les presenta una salita de espera con sofás, una mesita con revistas, un dispensador de agua y otra puerta con timbre.

—Ah, ya la llamo.
Se asomó por esa puerta un sujeto pálido y enjuto, con el cabello largo, grasiento, recogido más o menos, y una túnica de laboratorio con una etiqueta que lleva su nombre: Dr. Rampton.
—Aguarden un minuto.
Deja la puerta entreabierta al irse.

Fue menos de un minuto, porque al ver cambiar el número de la derecha en el reloj digital es cuando oyen la voz de Molly agradecerle a Rampton por avisarle y luego los pasos de sus tacones avanzar hasta donde están ustedes.

—Vinieron rápido, ¿por qué no almorzaron primero?
Pasa dentro de la salita y cierra la puerta detrás de ella, se sienta entonces en uno de los sillones.
—Da igual, seré breve. —Se sirve un vaso con agua y continúa—: Es sobre sus elementos. No entraré en profundidad ahora, pero tengo la obligación de decirles que los casos de ustedes dos necesitarán entrenamiento teórico, además del que tendrán con Alighieri. Sus elementos están relacionados muy estrechamente con las fuerzas fundamentales que rigen la naturaleza y, en las manos equivocadas, o mejor dicho, manos estúpidas, pueden ser terriblemente peligrosos para todo lo que existe.
Le da un trago al vaso y arruga la cara.
—¡Qué carajo hacen con los filtros! ¡Esto tiene un gusto a cloro asqueroso! —Estruja el vaso de plástico y lo estampa de mala gana en la papelera—. Ejem, decía, que durante el período extracurricular que tendrán en la tarde, tienen que rendir al menos seis horas semanales de mecánica clásica y cuántica, termodinámica y astrofísica. De no cumplir, se les privará de usar su magia incluso dentro del predio de la academia hasta que recuperen las horas establecidas, puede que incluso se les castigue con aislamiento y contención. ¿Queda claro?

Al ratito de separarse de los otros dos compañeros, Lyn encuentra el otro estacionamiento, donde están los vehículos del personal del laboratorio y de algunos alumnos. Allí hay un señor de mameluco que tiene toda la pinta de ser de esos conserjes mecánicos que sirven para de todo.
Está durmiendo en una silla, con los pies apoyados en el transversal de la verja, de brazos cruzados con una gorra tapándole la cara. La moto de Lyn está aparcada cerca de allí, en la misma hilera que otras dos más, a varios espacios de distancia entre cada una.

El equipaje es otra historia. Saben que los cuartos están en el segundo piso, pero no les han dado más información. En la planta baja encontrarán la biblioteca y el comedor, con algunas salas de estar para tertulias, mientras que en el primer piso están los salones, tanto para clase como para actividades extracurriculares y recreación.

—Si te amigas con alguno de curso superior, podrás pedirle acceso a la sala de peligro —Gurce no estaba tan lejos aún y oyó a Lyn hablar sobre práctica—. Bueno, imagino que era eso a lo que te referías. Si no, para hacer deporte, detrás está el gimnasio.

— ¿Qué?—Pregunto sorprendido mirando a la profesora. — ¿Qué no hay clases de forma habitual por la tarde?

Al ser un centro con residencia incluida había presupuesto que la jornada lectiva era de mañana y tarde, que en todo caso para nosotros pos parecía que iba a ser así, pero seis horas durante toda la semana no era mucho.

— Yo no tengo problema ¿Pero no hay horario establecido para esas clases?—Pregunte ahora pensando más en serio sobre el tema. — Es decir, no puede ser que haya un profesor pendiente de cuando nosotros queramos ir a esas clases. ¿O son autodidactas sin profesor?

La chica estuvo a punto de saltar sobre su moto al verla, aquel color rosa oscuro metalizado, las curvas y el diseño deportivo alargado, las llantas cromadas, los visibles tubos de escape modificados y el motor apenas visible que no coincidía con el modelo de fábrica. Su bebe volvía a estar frente a sus ojos pero el superior a su espalda había mencionado algo interesante, demasiado para dejarlo pasar, además el conserje al que preguntar estaba dormido...

Su mente se debatió entre su bebe y la sala de peligro mostrándose el conflicto en su cara durante unos instantes hasta que giro sobre sus pasos y se volvió a acercar al superior con una sonrisa.

-Un amigable superior como Gurce ¿no?, El gimnasio suena bien, pero, esa "sala de peligro".... ¿Qué es y como dices que podemos entrar?