Partida Rol por web

Muestro entusiasmo al ver el personaje de Bernard.

—¡Hala! ¡Tienes una armadura de Guiverno Negro! ¿Y acaso eso es un anillo de supresión elemental? ¡Y ese gorro es del evento del pasado otoño! ¡Tu personaje también mola! Parece que voy a tener que ponerme serio con el mío si no quiero quedarme atrás...

Esbozo una amplia sonrisa cuando acepta la solicitud de amistad.

—Avísame cuando vayas a hacer una misión de élite. Siempre es mejor hacerla en compañía pues aumenta el drop.

Cuando veo que Gurce y la chica gremlin sacan sus armas suspiro hastiado mientras guardo mi consolas.

—Qué fastidio...— extiendo mi mano derecha haciendo aparecer 2 orbes, y ambos involucrados se ven restringidos y aislados por sendos campos de fuerza. Mi expresión en la cara es de absoluta desgana —Calmaos los dos, no peleéis aquí por favor. Será un fastidio si armáis un escándalo pues no podremos comer ni relajarnos. Cuando os calméis os...

Entonces Welt me da un par de huevos recordándome el castigo que me impuso Molly.

—Oh, es verdad. Gracias, eeeh... te llamabas Welt, ¿verdad?— bajo la mano, sin embargo tanto Gurce como Phoebe seguían atrapados en mis campos de fuerza —Os liberaré cuando me haga unos huevos fritos, mientras tanto aprovechad para reflexionar sobre hacia dónde debería ir vuestra relación y si os conviene llevaros así en el futuro, y de paso aprovechad para enfriar vuestros ánimos. ¿Vale? Ah, y no os recomiendo que soltéis escupitajos ahí dentro, por si por un casual se os ocurre intentar eso.

Cojo un guisante del plato de un compañero.

—Con permiso...

Ese guisante lo lanzo hacia Gurce, quien puede ver cómo al chocar el guisante sale rebotado y me impacta en la frente, quedándose incrustado como un pegote.

—Creedme, sería una asquerosidad si lo hicierais dentro...

Dicho esto me quito el guisante de la frente y me lo como, y acto seguido me dirijo hacia la cocina para pedir permiso y hacerme allí los huevos fritos. Seguramente los acompañe con unas patatas fritas y unas hamburguesas, o las meta dentro de la hamburguesa. Ya veremos qué decido cuando lo haga.

Mi mirada viaja de Phoebe a Gurce como si estuvieran disputando un partido de tenis. Por la manera de comportarse da la sensación de que son pareja o más bien, por el rumbo que toma todo, que lo fueron en algún momento.

Dándole pequeños bocados a mi sándwich observe interesado en ver como se iba a resolver la situación hasta que finalmente Lance los detuvo con sus escudos.

—Oh… empezaba a recordarme a la telenovela que ponía la criada mientras limpiaba la casa. Solo faltaban los nombres con varios apellidos y un final de capitulo donde dejan sin aclarar si la protagonista es “pura” o no..—Exclame en voz baja a quienes me rodeaban antes de seguir con la conversación que estábamos manteniendo.—No es vergüenza, es más saber si es lo adecuado. Aunque quizá si me acompaña alguna de vosotros estaría bien. No la conozco bien y no sé si se sentirá incomoda con solo mi presencia.

Durante un momento pensé en mis propias palabras.

—¿Quieres venir tu Vic? Rampton es la única quien no votó, podemos decirle que aún no se desvelaron los votos y que vote a quien quiera, si somos uno de los dos tendremos el asunto solucionado… Si vota a cualquier otro pues seguiré pensando que fue un desempate algo injusto.—Dije sonriendo antes de tomarme el ultimo trozo de sándwich.

Con la mirada fija en el espectáculo, Lyn degustaba la comida visiblemente feliz. Ignorando el comentario de la pureza, por algún motivo aquella riña daba una sensación de “el roce hace el cariño”, por lo que al contrario que con el lame-caras del día anterior de Keira, no veía la necesidad de intervenir.

-¡Lance no seas así, déjales coquetear en paz, no es como si estuvieran destrozando el comedor!- Al contrario que los susurros del resto de personas, ella había preferido gritar su opinión de forma perfectamente audible para todos, y acto seguido desentenderse del tema y unirse a la otra conversación.

-Si vais los dos estaría bien, no es como si todos nos conociesemos mucho, lo importante es ver si esta bien,  solo no os matéis delante de la enferma- Parecía agradarle el ver a los dos que hacia unas horas se odiaba intentando llevarse bien- Aunque si alguno se siente incomodo puedo ir yo, tengo que preguntarle una cosa de todas formas.

- Pfff. La pureza está sobrevalorada - comenté antes de que se pusieran a pelear.

Me quedé mirando con cara rara al ver a quienes se suponía nuestros superiores actuar de una forma completamente pueril. Suspiré sonoramente para dejar clara mi decepción.

- Será mejor que vayas ahora - le dije a Laky -, y no creo que a Molly le importe lo que tenga que decir sobre la votación, el sitio ya es tuyo te guste o no, ahora aprovechalo. Y vosotros dos, nuestros "ejemplos a seguir" - dije mirando a la parejita encerrada - si tenéis tantas ganas de pelear, venid conmigo afuera y os peleáis conmigo. A ver que tal os han enseñado

—¿Pero qué es esto? —pregunta Phoebe, perpleja.

Gurce hace un gesto con la cabeza, señalando a Lance, quien se pone a explicar lo que acaba de hacer.
—Y ni te gastes, son de verdad duros —añade el rubio, dándole golpecitos con el nudillo al campo de fuerza.

—¿Pero por qué tiene que meterse ese? —pregunta, ahora con fastidio.

Victoria continúa la conversación con Lakyus como si nada raro estuviera pasando cerca de ellos.
—Descuida, vengo de ser delegada de la clase en el instituto todos los años —dice, poniendo una suave sonrisa, llevándose el pelo detrás de la oreja—. No me vendría mal un descanso.
—Em, igual me gustaría acompañar, quiero ver cómo está. Vallstein también, creo que no habría problema si vamos sólo tres.

Gurce ha puesto las manos en los bolsillos, haciendo desaparecer su arma. Con los ojos entornados mira cómo Phoebe, entre gruñidos y quejas, está dándole patadas al escudo que la rodea, sin efecto alguno sobre ellos.
Mientras tanto, cuando Lance va a pedir permiso para entrar en la cocina, la señora que está al otro lado del mostrador niega con la cabeza y le señala un sitio en la pared opuesta. Allí hay varias hornallas, una mesada con fregaderos y dos microondas. Le explica que, si quiere prepararse algo, que lo haga ahí.
Tan pronto lleva la mano a la perilla de la hornalla eléctrica, de ella salen chispazos que lo entumecen brevemente en la fracción de segundo que le toma apartarla por acto reflejo.

—¿Tú tienes idea de con quién estás hablando?
Phoebe sigue enfurruñada, ahora dirigiéndose a Keira con desdén.
—¿Sabes qué? ¡Acepto tu duelo! ¡Te voy a dar una paliza sólo por engrupida! ¿O esperabas que dijera que no? ¡Ahora más te vale que no te retractes!

Gurce suspira y se sienta en el suelo.
—¿Puedo ya terminar de almorzar?
Busca a Lance con la mirada y lo encuentra en la cocina para los estudiantes.
—Te doy mi palabra de que no habrá más víboras —dice, sonriendo de forma amistosa como siempre.

—¡Auch!— exclamo cuando me llevo un chispazo y me sacudo la mano entumecida.

Cuando me recobro de aquello lo intento de nuevo, pero es imposible. ¡Me llevo una descarga todas las veces!

—Qué fastidio...

Voy a buscar a un empleado de la cocina para comentar el problema.

—Mira, hay un problema con el hornillo y no puedo cocinar. ¿No puedo hacer los huevos fritos en otra parte?

Mientras espero que me responda chasqueo los dedos para liberar a Gurce, quien parece claramente calmado. No es lo mismo con Phoebe, quien no deja de golpear y patalear contra mi escudo y para colmo está retando a Keira. Creo que se va a quedar ahí dentro un rato más, aun a riesgo de que cuando la libere decida vengarse de mí.

La empleada que sirve la comida detrás del mostrador queda preocupada por lo que le comentas. Te pide que la acompañes hasta donde estuviste intentando cocinar y prueba ella. La hornalla se enciende y calienta como debería ser.
Cuando vas tú a poner el sartén, te da otra patada y se apaga.

—Qué raro... ¿Será que estás cargado? —comenta, a modo de chiste—. Deberías poner los pies en la tierra.

—¿Cargado? Eeeh... bueno, estoy reteniendo a una buscabroncas con mis escudos. ¿Puede que eso afecte?

Por si acaso me acerco a Phoebe y, con una desgana excepcional, la miro.

—Te liberaré si prometes no atizarme. ¿De acuerdo?

Lance se había ido sumamente tranquilo a la cocina para uso de estudiantes, pero a los pocos segundos regresa hasta Phoebe y le dice algo, también con calma y parsimonia que ya ha demostrado que son típicas en su conducta.

—Claro, lo prometo, a ti no te voy a pegar —le responde ella—. Porque será ella quien recibirá todo el zurraje, ya está establecido.
Señala a Keira vigorosamente con el índice.
—¡A ti te veo luego de clase junto a la fuente!

—Bueno, me conformo con eso— y con un chasquido libero a Phoebe de mi prisión —Y Keira, por favor, no vayas por ahí provocando a la gente, es un fastidio que se arme tanto alboroto.

Tras esas palabras regreso a la cocina y compruebo si ahora puedo usar el hornillo sin que el maldito me electrocute.

Y se repite lo mismo de hace un rato: cuando vas a encender la hornalla te da una patada y apartas la mano por reflejo.

—No pasa nada, comprendo que aún te sea difícil controlar tu elemento —te dice la empleada con amabilidad, que todavía está ahí—. ¿Qué querías cocinar? Puedo preparártelo yo mientras no me soliciten en el mostrador.

Tras decirte eso, recuerdas claramente que Molly dijo que tú lo prepararas.

Nada, no puedo usar el hornillo. Me giro hacia la empleada rascándome la cabeza.

—Gracias, pero es que tengo que cocinarlos yo mismo. Es el castigo que me impuso la profesora Molly por quedarme dormido. ¿No hay otra forma con el que pueda hacer un par de huevos fritos? No quisiera tener que coger prestada una sartén y hacerlos en una hoguera...

—Ah, se trataba de eso...
La sonrisa amable de la empleada se borra un momento, ahora mostrándose preocupada por tu situación.
—Tranquilo, no eres el primero. Ese es el castigo que pone la señorita Moriarty cuando un aprendiz se salta una tarea. Lo que tienes que hacer es usar tu elemento para conseguir el huevo frito.

Antes de dejarte responder, sonríe de nuevo y continúa:
—Ella siempre dice que puedes lograr cualquier cosa que te plantees con tu elemento, si piensas lo suficiente. Lo más seguro es que si coges un sartén de acero o de teflón te electrocutes de nuevo, mejor ni lo intentes. Y no te preocupes, cuando lo logres, dejarás de estar ionizado. Sólo ten cuidado de no tocar nada metálico o electrónico o podrías hacerte daño, ¿sí?

Afortunadamente, tu consola portátil y tu celular no parecen haberse estropeado. Funcionan bien, pero sientes un leve cosquilleo cuando tienes una de estas cosas en la mano.

Debe haberte dejado así cuando te presentaste frente a la clase en la mañana, estabas junto a ella delante del escritorio y la pizarra.

—Ah, entiendo. Gracias por la explicación— digo finalmente, reflexionando sobre qué hacer —Pues nada, tocará hacer los huevos fritos usando mi poder. Qué fastidio...

No esperaba que el castigo fuese tan fastidioso. Por suerte ni mi móvil ni mi consola han sufrido daño, pero ya le vale a la profesora. Mejor no los vuelvo a tocar por ahora.

Salgo de la cocina con los dos huevos en la mano, pensando en cómo me las voy a apañar para freírlos.

—Supongo que haré una hoguera y usaré uno de mis escudos como sartén— reflexiono en voz baja —Bien, necesitaré algo que arda bien, cerillas y encontrar un sitio donde no provoque un incendio.

No necesitan llegar hasta la enfermería para dar con Lilian, puesto que la ven caminando por el pasillo junto con su compañera Selina.

—Está mejor —dice Selina, antes de que pregunten—. Ha sido sólo el susto.

—Sí, gracias por... por preocuparse.

La ven menos pálida, pero camina despacio y mantiene una expresión de nerviosismo. Tiene las manos juntas, delante del pecho, titubeando con los dedos.

—Es la hora de almorzar —canturrea Selina—. ¿Y si comemos algo bien rico?

—No tengo mucha hambre ahora —responde Lilian, en un murmullo.

Mientras se desenvuelve la situación con los compañeros de curso mayor, ven que el grupo que decidió ir a ver a Lilian abandona el comedor.

- Yo no voy provocando nada - dije con las manos tras la nuca -, si se comportan como niños hay que tratarlos como niños. Y la mejor forma de lidiar con ellos es cansarlos.

Entonces pillé a Phoebe por el brazo que estaba usando para señalarme, mientras me comía el bocata sostieniéndolo con mi otra mano.

- De después de clases nada, hay que cansarte ahora que estás muy alterada.

-Muy mal Vi, que me llames Vallstein se siente frío, una verdadera amiga me llamaría Lyn o tal vez usaría un mote cariñoso - Encogiéndose de hombros y haciendo una forzada cara triste, la pelirrosa replicó a la princesa mientras terminaba de comer, aunque en el fondo sólo quería ponerla nerviosa para ver si sacaba aquel lado tímido que había avistado tras la medición de poderes.

-Mmm, aun tienes mala cara- Sin respetar el espacio personal, Lyn da un par de pasos hacia la pequeñaja y coloca una mano sobre su frente buscando problemas en la temperatura .- Con el estomago tocado no es bueno llenarse mucho pero no comer sólo conseguirá que te desmayes, tengo algo de medicina para el estomago en la habitación, van bien cuando alguien se pasa la noche de antes.- Daba la sensación de estar acostumbrada a cuidar de otros en situaciones similares. Apartando la mano y volviendo a tomar la ruta directa pregunto lo que estaba en su mente -¿Tomaste algo anoche?

La princesa mira de soslayo a Lyn, sin responder nada, aunque por el gesto que hace con la cara parece como si quisiera decirle algo. Finalmente suspira y permanece en silencio.

—¿Tomar? —pregunta Lilian, confundida, pero enseguida se percata del contexto y niega efusivamente con la cabeza—. No, no, sólo agua. No quiero beber esas cosas que llevaron...

Victoria alza una ceja, mirándola, a lo que Selina enseguida añade:

—¡Jugo de coliflor! Anoche bebimos jugo decoliflor, pero a ella no le gustó.

—Jugo... ¿qué?

—¡Sí! —Selina pone una sonrisa alegre y amistosa.

—Creo que aceptaré algo de esa medicina, pasaré a buscarla más tarde.

—Va... Lyn, ¿tú no tenías algo que preguntarle a ella?

Tan pronto se sale Phoebe del campo de energía que la encierra, ya está Keira tomándola del brazo.

—¡Ey! ¡Qué estás...!

Y en ese instante, se oye una delicada voz femenina cerca de allí:
—Si siempre los tratas como niños, entonces nunca dejarán de ser niños.
Seguida de un sonido de cascabel que resuena en el punto donde Keira sostiene a Phoebe y, en contra de su propia voluntad, sus dedos se abren y la suelta.
—Si pelean ahora os caerá mal la comida, ahora calma y a prepararse para luego de clases.
Es una muchachita de pequeña estatura y complexión, con un adorable rostro de ojos grandes y tiernos, lleva su pelo negro y brilloso largo hasta los tobillos y con un flequillo recto, adornado con accesorios y un listón rojo. En vez de uniforme, lleva puesto un kimono formal rosa floreado con un haori por encima. Tiene una banda en su brazo derecho, indicando que es la presidente del consejo estudiantil.
—Keira Sullivan, respete su compañera de grado superior y no la subestime.
Habla con un acento yamatés muy fuerte, mezclándose con dialecto arcaico que queda bastante raro.

Cuando Keira intenta de nuevo mover la mano le cuesta horrores, pero finalmente lo consigue. Es como si la hubiera tenido atada y tuvo que forcejear para soltarse.

—Pido perdón si emplear manipulación de su cuerpo le ha incordiado, aprendiz Sullivan, pero lo hallé menester para no escalar la situación.

—Es verdad, hagamos las cosas bien, oye —añade Phoebe, frotándose la muñeca y poniendo morritos.

—Ah, disculpe mi atrevimiento por no presentarme. Este año no pude darles la bienvenida a los de primero, así que no soy una conocida.
Entonces hace una leve inclinación, a modo de saludo.
—Servidora es Suzune Kitanokouji, hija del embajador Kitanokouji de Yamato. —Y se endereza—. Presidente del consejo estudiantil. Es un placer conoceros.