Partida Rol por web

... Que hablando de lumbre...

-Poh si hay que quemarloh, hacemoh una barbarcoa ahí en las brasicah, zagaleh. Y tenemoh comida pa to el pueblo, pa varioh día y to- dijo el Murciano, que él eso de comer le gustaba muncho y cocinar más. -Y loh que sobren poh loh meto en el congeladoh del bar- de paso barría una poqueja pa casa, que con toa la carne c'había ahí podía estar haciendo arroz con conejo de menú pa tol año. Y sin casi costes ni na, que tol mundo sabía que lo más caro era siempre la carne, que los carniceros cuando te descuidabas metían el dedico en la pesa pa ponerte más peso. ¡Que eran mu avispaos!

-Pos con la mierda las pistolicas d'agua, como no los quememos ya se va a liar pardísma- añadió el Paco Pepe, que con su tajao acostumbrado, estaba buscando el mechero en sus bolsillos. Siempre llevaba uno, como to hombre de bien. En el bolsillo no podía faltar: mechero, navaja y el llavero abridor. Cosas indispensables de la vida d'un gañán pa su día a día, mire usté.

Consiguió al final sacar el mechero y empezó a darle vueltecicas a la rueda pa que saltara la chispa, con mucha dificultá. -Míralo el jodío, c'ahora no'nciende...- la cara del concentración del Paco Pepe era mayor que cuando le intentaron vender aquellas vacas y pollos y le dijeron el precio en un tojunto, que no sabía que costaba cada cosa, se hizo la picha un lío y apareció por casa con una mula vieja con la pata vendá. Le dijo a la Pitones qu'es qu'era más barata... 'Ende entonces no deja comprar más na al Paco Pepe.

Lo de la idea de la parrillada al guiri le gustaba. Lo del gamusino frai chiken no iba a cuajar, pero al menos podían comer alguno de los platicos del murciano, questaban bien ricos. El guiri miró a toa la gente q'abía allí reunía chusmeando a ver que pasaba con la fragoneta.

-Okei, lisen yu ol... Ai min... Tos atentos. Mi va a abrí la puerta de la fragoneta. Tos atentos pa cogé a tos los conejos rarunos. Andeluego los asamos y el Murciano nos invita a tos a conejo con tomate. Ridi??? Gou!!! -Y sin más va y abre la puerta de la fragoneta dispuesto a cazá alguno de los gatetes.

Nada más escuchar al guiri pegué dos palmás y me puse en la parte de atrás de la furgoneta asín inclinao pa alante con el culo en pompa, como si fuese a tirarme pa lante.

- ¡Ea, Yosua! Abre ahí. - Le dije al guiri como si fuese un portero de furgol. - No me se va a escapar ni uno. Ya veréis, ya.

-Valee Josua- Dice Evaristo no mu seguro de que la cosa vaya a sali bien, a sabe cuanto corren las cosa esa, si na mas que hay que ve la que tienen monta en la discoteca, que estan peor que el hijo la Gertrudi, que un dia cuando la madre no sus lo miraba acabo er solo con tre tableta chocolate, que luego er zagal ni coge el lapi podia de lo que le temblaba la mano.

-Pero que sepai que yo de prende fuego nah, eso ya vosotro si querei, que el chino dira lo que quiera pero yo no me fio.

Me llevé las manos a la cabeza.

- ¿!PERO QUE HACÍS!? !CIERRA LA PORTÁ DESGRACIAO!!HAY QUE METELE FRUEGO A LA FLAGONETA ENTERA, COPON! !CIERRA LA PORTÁ!- exaltada, al ver que el guiri habría la  puerta. Debía estar muy tocado ya de los porros esos. Se me olvidó hasta lo de la Pascuala, que delató a mi Misinda. Pero a mi Misinda no la devolvía, así tuviera que matar al chino de mierda.

Al sentir el voceo de la Pitones el guiri cierra to de golpe las portás de la fragoneta. Porque tol mundo sabe que las yoyas que casca la Pitones no son moco de pavo, y el pobre Yosua ya se veía empotrao contra la paré del bar del Manolo, como cuando llegaron los paliduchos aquellos de la ciudá y destrozaron medio pueblo y el bar entero.

-Oquei, no abrir. Pero tampoco pegar fuego a la fragoneta, ques mía... ¿Algo pudemos hacer, no? ¿Cerrar bien y esperar al amanecer. Luego abrimus las portás y que se churrasquen... Aunque yo hubiera preferío caldereta de conejo...

El Guiri cerró las portás de la fragoneta tan rápido como pudo, pero una vez abiertas, los bichos no'speraron ni una miaja pa salíse por el bujero c'había dejao el jodío Guiri. El caso que antes de que abriera, por dentro se veían lucecicas de que l'estaban desmontando la fragloneta por dentro con to lo que tenía. Parecían mi entreteníos.

Sacaban cables, de la arradio, la cafetera, las cámaras de fotos toás con los carretes por fuera y liaos alrededor de los gaticos. Y en cuanto vieron la puerta abríse, fue como en los documentales de la dos cuando las leonas rondan su presa.

D'allí salieron 3 gaticos corriendo y al cuarto el guiri le pillo la mano, que se quedó colgando de la puerta de la fragoneta. Se movía con mi mala leche, asín intentando pegáles con la mano libre. Que se mordía el brazo atascao pa arrancáselo y to. Mu locos los gatetes.

La cara de susto del guiri al abrir la puerta no tié desperdicio. No sesperaba que l'estuvieran desmontando la fragoneta to pol dentro. Cuando los gatetes salen escapaos se le quea cara de bobo y cierra to de golpe al chillío de la Pitones, pillándone la mano a un gatete que quería salir. El jodío se revolvía y tó p'arañarle. Pero mu tarde... Tres gatetes iban to corriendo por la plaza, como en las fiestas patronales que sueltan a los gorrinos embreaos pa que los zagales se rían un rato.

-¡¡¡AAAHHhhh!!! ¡¡¡Que m'an roto la fragonetaaaaaa!!! Joios gamusinos... Si al finás va ser mas mejó questén estinguíos...

Evaristo hecha un vistazo cuando las puertas se abrieron y casi le salta uno de los gatete o moglis o lo que fueran en la cara, el primer impulso fue intenta coge uno.

-Bueno y esta cosa como se cogen ahora, se pescan, se pone cepo o que?-Pregunto Evaristo confundido

Yo estaba acostumbrada a cazar a las ternera casi a vuelo, a las liebres y a to. Por eso, según que los gaticos malignos se escapaban del la fragoneta, me lancé a por tuno. Asín, con toas mis carnes. Que no se diga que no estoy en forma, quien tuvo retuvo. Y yo tuve en grandes cantidades, sino que le digan a mi Paco.

- !Me caguen to! !Mestan tocando ya el choto! !A dos manos! Ya verís como me lie a hostieja fina, ya veris...

La Pitones pilló uno de los gatetes, ella había ido a coger conejos cuando era joven y un gatete de aquellos era pan comío. El puto gato le pegó un bocao en la mano pa intentar soltáse, dando patadicas y to. El Guiri estaba intentando despegar al c'había atrapao con la puerta, cuando por acto reflejo cogió otro gatete más. Había que jodése con el Guiri, que tinía reflexivos como las pilículas d'acción d'esas. Sí hombre, como las de la Castilla La Mancha, que sale el hombre ese con bigote que los calienta a tos... Sí pijo, el Guolker ese.

Al Cabronero un gato le saltó a la cara, lo tiró al suelo y l'arañó. Aquellos gatetes estaban gordos y tenían muncha fuerza. El caso qu'ese gatete salió corriendo y se perdió entre tanta batalla de pistolicas d'agua. Habían cogío tres de los cuatro gatetes, pero uno s'había perdío y aún quedaban tos los de la Bocagrande, que a saber cuánto habían criao.

-Si tú tenel mi mogwai, yo quelel- le soltó el chino al Paco Pepe, haciendo negocietes a espaldas de la Pitones.

-Yo te doy el gatete, que si eso cría otra vez se lía la de cristo. Pero amos a lo importante, ¿tú tiés licor d'ese con un lagarto dentro? Que yo siempre lo he querío probar- el Paco Pepe ya estaba vendiendo al gatete por lo que le interesaba, un buen lingotazo y probar cosas exóticas.

-Güadafak... Quisir... La viiiiirgen. Tinimos que coger al que s'ascapau, y a tos los de la Bocagrande, porque esto sestá yendo de madre cosa mala. -El guiri coge una pala que lleva en la fragoneta pa desenterrar cepos. No es mu grande, pero un palazo bien dao a un gatete seguro que lo deja esclafao del tó. -Amos leches, no sus quedéis ahí empanaos.

Y como era d'esperar, el gatico con tanta pistolica d'agua acabó chorreandico. Entonces aquello explotó otra vez en más gaticos, a cada vez parece que parían tres o cuatro. Ahora tenían cinco gaticos nuevos que iban pa un lao y pa otro de la plaza. Uno de ellos le pegó una tollina a mano abierta en tol cachete derecho al nieto de la Bocagrande y le quitó la pistola.

El puto bicho comenzó a mojar a sus compañeros, asín a traición, pero eso hizo que hubiera más de por tos laos. Uno d'ellos saltó al perol ande el Murciano había traído un moje, con su tomatico y su atún y to pa contribuir a la fiesta. El Muguai ese se bañaba y salpicaba tomate a las vecinas, tirándoles cachicos a la cara. 

Otro s'estaba almorzando las chuleticas de cordero c'habían empezao a asar, le pasaba los huesos a un Muguai que tenía asín cara de faltarle un hervor. Ese los estaba chupando y mordisqueando como si fuera un perrete.

Otros cuatro l'habían quitao las tejas del caliche a los jubilaos y habían tumbao al Pichabrava ande se ponía el caliche y le habían puesto el caliche entre las piernas. Los bichos estaban asín tirando sobre el pobre hombre sin atino alguno, por suerte pa él, que iban a desgraciálo. Lo habían atao con una montoná de tomizas y en la boca pa que no gritara tenía su gorra de la caja rural.

El Muguai que se había escapao se había plantao delante de nuestros gañanes y acabó de mojáles con la pistolica y con el agua que le quedaba en ella. Luego les hizo una mueca y salió corriendo, la virgen lo que corría el bicho, más que el Ambrosio el brincaliebres, que cuando estaba mozo lo habían llamao pa correr en las culimpiadas y salir en la tele y to. Pero él no se quiso ir porque estaba encaprichao con la chiquilla del Zampabollos, que luego le puso los cuernos con el Cagarrias.

El caso... Que bichos más malos... Aquello había que pararlo. Había Muguais por tos laos, que d'enseguida iba a haber más que personas allí. L'estaban quitando las boinas y to a los hermanos viejos pa ponérselas, fumándose sus puros y bebiéndose su pacharán.

El guiri, entre palazo y palazo a un muwai desos miraba de reojo al chino... Putos chinos... toa la culpa es suya. Y asina al finás se lencara otra vez y tó.

-¡¡¡Toesto es culpa tuya!!! A vé que cohone é el jodío bicho este, ¡si é peor que una bomba de rilojiria! Pa que narices ties semejante pesadilla. Ya me dirás tu como leches arreglamos to esto.

Le pegué una tollina al Paco Pepe, cuando soltó aquello de que le iba a dar al puto chino mi Misinda.

- ¿!Pero que dices, desgraciao!? - digo a la par que le doy con toa la mano abierta en el cogote. Anda que...- Debajo de un matojo se va agachar tu madre, por lo menos hasta que me acuerde - amenazar con tema maritales a los esposos siempre funcionaba. Sobre to si son tan fogosos como mi Paco Pepe.

En eso estoy cuando veo que todo se va de las manos. El bicho moja a los otros bichos, y asin y asin...Madre mia, toa la placica llega. 

- !Ay copón que se va llenar el pueblo! ¿!Que hacemos ahora chino mierda!? - asín toda alterada.