Partida Rol por web

Que siga la función

[La partida] Que siga la función

Cargando editor
22/10/2020, 17:35
Ramón Moreira

Estaba cansado, dolorido, y cubierto de espuma. Pero había funcionado. Parecía haber funcionado al menos. Miró unos segundos al mechoro mientras recuperaba el aliento y procedía a limpiarse de la espuma que ahora le cubría, retrocediendo poco a poco. No dejaba de pensar en lo que había visto, en como habían reaccionado todos.

- Señor Cifuentes, el ser parece que tiene algún tipo de querencia relativa a usted. Ahora mismo parece que ya no está siendo controlado. Úselo. Ordénele que vuelva al lugar de donde salió. Quizás le haga caso.

No tenía claro que fuera a funcionar pero, por lo que había visto hasta el momento, el señor Cifuentes tenía un alto grado de... digamos capacidad para convencer al resto. Siguió hablando mientras se limpiaba y, en la medida de lo posible, retrocedía hacia donde se encontraban Lucía y, con un poco de suerte, Enrique.

- No debemos separarnos. Vayamos junto a Lucía y Enrique antes que ellos o nosotros nos hagamos matar. Es pronto para considerar que hemos logrado salir de esta con vida.

Cargando editor
22/10/2020, 17:44
Gerardo Cifuentes

Como se temía el mechoro no fue a ningún sitio cuando los signos desaparecieron del escenario, al menos parecía confundido y no les atacó. Se volvió para mirar a Ana y observó al señor Moreira embadurnado de espuma del extintor y no pudo evitar una sonrisa a pesar de la situación, sin embargo su atención se centró en Ana.

- No se ha ido, tenemos que aprovechar que parece confundido para ir tras la señorita Góngora y el bloquero, se guardó para sí lo de borracho. Tenemos que salir de aquí o nos acabará matando a todos, huyamos y atranquemos esa puerta.

Era una petición, casi un ruego, pero si Ana no abandonaba el escenario Gerardo no sería capaz de dejarla a su suerte.

Entonces el señor Moreira le pidió que lo expulsara cuál sacerdote salido película, volvió a mirar a Ana.

Notas de juego

No hago movimiento en espera de la respuesta de Ana (si dejara los dos hechos se podría hacer metajuego con las tiradas):

- Si decide quedarse, Gerardo aprovechará la confusión para intentar matar al mechoro

- Si decide irse junto a Moreira, Gerardo intentará bloquear la puerta hacia los camerinos tras él.


Nos hemos pisado Ramón, añado un posible tercer movimiento si Ana lo pide:

- Magnetismo para intentar expulsar al mechoro, si Ana lo pide

Cargando editor
23/10/2020, 10:08
Ana Losada

Ana dudó un instante. Gerardo estaba dispuesto a exponerse a la criatura. Negó con la cabeza. Unas voces percutían dentro de su cabeza instándole a actuar correctamente. Miró nuevamente al mechorro confundido pero finalmente se dejó llevar por Gerardo.

—Hay que encontrar al titiritero. Solo así podremos acabar con esto —dijo Ana acompañando a Gerardo.

Cargando editor
23/10/2020, 10:32
Gerardo Cifuentes

Gerardo acompañó a Ana y el señor Moreira hacia las escaleras de bajada del escenario, había conseguido que la mujer reculara y quería apartarla del peligro antes de que el mechoro saliera de su estado de atontamiento y se lanzara de nuevo a por ellos. 

- Buscad algo con lo que atrancar la puerta de entrada a los camerinos, dicho esto se giró hacia el mechoro y esperó que el crítico tuviera razón en que podía expulsar a esa criatura. Levantó los brazos llamando la atención del ser y gritó: ¡Vuelve a los infiernos de los que has salido! Le pareció algo dramático, más típico del Señor de los Anillos que del Exorcista.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me temo que pago las buenas tiradas anteriores, "mi destino" estaba escrito XD

"Elige una opción, pero uno de los presentes se obsesiona contigo y quiere tenerte, retenerte y no compartirte con nadie. El director hace un movimiento." > Elijo "Consigues que alguien haga lo que le pides." que no sé si es posible

Cargando editor
23/10/2020, 21:55
= DEMIURGO =

Gerardo hizo aspavientos hacia el mechoro mientras todos los demás retrocedían. Por desgracia el monstruo, en lugar de volver a los infiernos de los que podría haber salido, saltó como una fiera hambrienta a por el muchacho1. Los otros ya estaban en el umbral del pasillo y fue por los pelos que pudieron cerrar la puerta mientras la criatura se lanzaba contra ella. Buscaron algo con que atrancarla a la desesperada.

Vieron en ese momento que Lucía estaba parada ante una de las puertas que iban a los camerinos2, que estaba cerrada, mientras que al fondo escuchaban música de ópera que venía de otro. De Quique no había ni rastro.

Notas de juego

[1] @Gerardo: Pues no, no tiene sentido que obedezca tu orden porque no eres un hechicero que puedas desterrar a alguien a base de magnetismo. Por desgracia el efecto logrado es el contrario: el mechoro se obsesiona contigo.

[2] @Bran Bresal adivirtió que estaba bastante liado así que he dejado a su personaje en la misma posición que estaba y os reencontráis en el pasillo.

El pasillo es largo, de unos doce metros, y hay varias puertas que dan a camerinos a ambos lados. Delante de una cerrada está Lucía. Un poco más adelante, justo donde el pasillo hace un recodo, al final hay otra puerta entreabierta de la que viene la música. Os imagino a Ramón y Gerardo aferrando la puerta para que el mechoro no la cruce, por suerte una puerta de metal que da al escenario. Pero no hay llave ni veis nada que pueda atrancarla. ¿Qué haréis?

Cargando editor
23/10/2020, 23:11
Lucía Góngora

«¡Gordo cabrón!» pensó Lucía al ver cómo Quique salía corriendo en vez de echarles una mano. Aunque en el fondo sabía que el bloguero tenía toda la razón del mundo, porque tenían que estar como una cabra para quedarse allí teniendo la oportunidad de irse corriendo.

De forma inconsciente, avanzó en la dirección en la que había corrido el hombre, pero se paró de repente al ver las puertas de los camerinos. Ana tenía razón, tenían que encontrar al hombre que había invocado esa criatura. Avanzó por el pasillo, sin darse cuenta de que estaba perdiendo de vista al resto de sus compañeros en el escenario1, y se paró de golpe. La música sonaba en uno de los camerinos del fondo (¿era Wagner? La ópera no era su especialidad), pero un movimiento de una puerta un poco antes le indicó que allí había alguien.

Lucía se quedó parada, congelada en el pasillo, notando cómo su corazón le latía fuertemente. Había visto al actor que había degollado a esa chica en la obra, pero ¿qué podía hacer ella sola? Todo esto había sido un error. Si al menos pudiera obligarle a seguirla hacia el escenario. Pero, ¿cómo?

Entonces, una vez más, recordó. El intenso olor a su alrededor, la pasión de los actores, su compañero acercándose a ella antes de que se rasgase la realidad y apareciera esa criatura. El conocimiento profundo de que, de alguna forma, ella la había llamado. Inspiró con fuerza, tomando valor. Esa sensación que había tenido entonces, ese ambiente cargado de magia a punto de estallar, lo había vuelto a notar en este teatro. Sabía que, si se concentraba lo suficiente, podría conseguir atraer al hombre que estaba tras esa puerta hacia ella, canalizando ese poder que flotaba en el aire a través de su interpretación. Pero también sabía que, si se dejaba llevar demasiado, algo malo ocurriría. Marcos había muerto por eso y, en el fondo de su ser, Lucía sabía que era el motivo por el que nunca había logrado un papel protagonista, pues cuando expresaba toda su capacidad de actuación sucedían cosas extrañas a su alrededor. Podía ser una gran ventaja, pero también era su maldición2 pues nunca había sabido controlarlo.

Luchando por tranquilizarse, buscó algo de inspiración. ¿Cómo podía atraer a alguien hacia ella? ¡La música! Seguramente esa ópera estaba puesta esperando llevarles hacia el lugar en el que sonaba, dejando atrás el camerino en el que realmente se escondía el hombre que había invocado al mechoro. Pero ella también podía usar la música a su favor, como una sirena que atrayendo a su presa hacia las rocas.

Respiró con fuerza un par de veces y empezó a caminar hacia atrás, lentamente, tarareando una canción al principio suavemente, luego con más fuerza3. Cuando, al fin, llegó a la frase de la Sirena, proyectó su voz hacia el camerino.

Sail to me. Sail to me. Let me enfold you.

Retrocediendo hacia el escenario, siguió hablando, metiéndose en su papel, tratando de atraer a su presa citando una adaptación del canto de las sirenas de la Odisea. — "Detén tu nave, ven a escuchar nuestras voces. Tras deleitarse con ellas quienes las escucharon se van alegres".

- Tiradas (1)

Notas de juego

1 Literalmente. Si me lo dices antes, me lo planteo dos veces, pero de perdidos al río...

2 Como te dije al principio, quería que la maldición de Lucía estuviera relacionada con su ventaja de Inspiración Prohibida. Y, tal y como están las cosas, o vuelvo al escenario para atraer a todo el mundo, o intento utilizar esa ventaja para atraer a quien invocase el mechoro hacia el escenario. Y, dado que es un desafío mensual, que falta una semana, y que hemos venido a jugar, voy a optar por la segunda opción.

3 Me he tirado media tarde pensando en alguna obra que me encajase para poder atraer al tipo, pero no me encaja ninguna del conejo de Alicia, así que me he tirado por un canto de sirena más clásico con cita final de la Odisea.

La idea es atraer al tipo conmigo mientras vuelvo al escenario. Si consiguen romper el conjiuro, igual el mechoro se come al que le invocó, aunque seguramente no caiga esa breva y la esté liando a base de bien.

¡Bueno a tirar! Tengo un +1 adicional por el movimiento anterior (al fin y al cabo, estoy intentando atraer aquello que debería buscar), pero no tengo muy claro si tengo un -1 por heridas o no (cuando Lucía se quedó inconsciente no me dijiste si tenía también una herida adicional, que podía tenerla), así que no aplico el bonificador. ¡17! ¡He trucado tus dados! Eso me da dos opciones:
- La primera, evidentemente, es Seducción: atraigo al hechicero para que venga hacia mí.
- La segunda, la verdad es que es casi más una movida que otra cosa. La inspiración está clara, hay algo sobrenatural, así que tendrán que ser Visiones: me gustaría ver la realidad del conjuro, para tratar de encontrar una forma de romperlo o volverlo contra el lanzador.

---

Has escrito para todos mientras yo ponía todo este tocho, así que cambio los destinatarios para añadir al resto.

Cargando editor
26/10/2020, 16:03
Ramón Moreira

Todo se desmoronaba. Al ver como el señor Cifuentes no lograba nada con su torpe intento, Ramón sintió una punzada profunda de remordimiento. Había interpretado las obvias capacidades hechizadoras del joven como algún tipo de indicación de conocimientos ocultos, y había interpretado la reticencia del mechoro en atacarle como una especie de salvaguarda.

Pero al ver como se lanzaba contra él se dio cuenta de lo equivocado que estaba.

- No puedo dejarlo así- pensó, para luego, con una mezcla de estupefacción, horror y maravilla escuchar los acordes maravillosos entremezclados con la ópera wagneriana. No pudo dejar de pensar, entonces, en aquel poema que tanto había disfrutado de joven: No digas que fue un sueño.

¿Era, entonces, el final? No podía estar seguro, pero bien podría ser el final. Y pensó, entonces, en el poema. Mira a la Alejandría que tú pierdes. Pero no con súplicas propias de cobarde. Como te corresponde a ti, que de una ciudad tal has sido digno.

El recuerdo de lo perdido, de lo no disfrutado, de la mucha belleza a la que había consagrado su existencia, le hicieron sonreír, un segundo, antes de volver a centrarse en el aquí y el ahora.

El mechoro, en todo caso, había sido invocado. Tal vez en sus conocimientos hubiera algo sobre como expulsarlo, como romper la invocación. Y a eso dedicó todo pensamiento, tratando de salvar a sus compañeros, y a sí mismo.1

- Tiradas (1)

Notas de juego

1. Sé algo sobre como expulsar en esta situación al mechoro. Tú dirás, jefe.