Partida Rol por web

Las cosas no iban nada bien, parecía que entre Ben e Yrion no estaba claro quien iba a llevarse más votos, no entendía la posición de Ûngak, por lo que empezaba a temer también que ella pudiese ser una infectada, lo que nos faltaba, la supuesta líder, era de risa. Aún así confiaba en que Ellis y Zhou votasen a Yrion y así por fin nos deshiciésemos de aquel tipo que con su forma de hablar era más que claro un infectado.

- Estoy de acuerdo en que no podemos simplemente encerrar a quien votemos, pero por eso mismo tenemos que pensar en quien lo hacemos, no deberíamos tomarlo tan a la ligera - digo mirando a Yrion.

—No querías condenar a nadie inocente, Ungak, pero votaste por la doctora Takeno. Y has votado, hasta ahora. ¿Qué ha cambiado? —Si Ungak era una de esas cosas, y todo indicaba que sí, estaban perdidos —. Demuestra que eres humana. Si me votas a mí, me matarás. Y yo soy humano. Si votas a Yrion, le matarás. Pero él es una Cosa. Si aún tienes dudas, vota en blanco. O vota a un “inocente”, como dices. Pero si votas por mí, no solo me estarás asesinando, sino que condenarás al grupo. Ya no habrá vuelta atrás. Perder otro de nosotros significa la destrucción —ellos no lo veían, pero las matemáticas no fallaban. Votos, personas, individuos, criaturas. Probabilidades. Todo estaban en contra —. Yo no he mentido, me he equivocado. Siempre he supuesto, basado en deducciones, salvo en el caso de Ellis y Zhou, que entonces lo sabía. Ahora ya nada es seguro. Ostap confió en mí y yo confié en él. Lo hicimos todos. Se me acaban las opciones —contestó con resignación —. Jeffry me engañó. Casualmente Yrion votó por él, y el propi Jeffry. No estoy diciendo que sea una conspiración entre vosotros tres, pero…es una opción —dijo mirándoles a todos tras sus lentes.

—Siempre he dicho la verdad. Es la única herramienta que he tenido hasta ahora. No me opondré si decidís acabar conmigo —acarició a Blue —. No deja de ser curioso que siendo tú su cuidadora, Ungak, Blue haya permanecido a mi lado hasta ahora. Nunca he tenido un perro. Y ahora, creo que me hubiera gustado.

Hablaba como un hombre muerto. Era un el karma. Se equivocó con Jack. Y con Jeffry. Con Yrion lo tenía seguro?

—Hay cuatro votos sobre mi cabeza, Cosa Yrion. Has contado mal, pero claro, eso te conviene. Lo expondré, como he hecho siempre. Yo trato de razonar, de analizar, de usar la lógica. Es lo único que me queda, mi única herramientas —se colocó las gafas —. Los votos sobre mi cabeza son el tuyo, los dos de Ungak y el de la Cosa Ellis o la Cosa Zhou, cuatro. Tras la votación de esta noche veremos quién es humano y quien no. Para mí está claro. Yo votaré por ti, Cosa Yrion. Y puede que Maika o Lyra, si me creen, harán lo mismo. Ellas son humanas. Aquel que no sea la cosa, Ellis o Zhou, votará por Yrion. Cuatro contra cuatro. La líder decide entonces. Si ella es humana, podrá condenarte Yrion, pero si es una de esas cosas…o si la habéis engañado, me condenará. ¿Weber eligió bien? Puede que sí, entonces, cuando Ungak era más callada y prudente, pero si Ungak ha sido contaminada…—Sintió un frío terrible, uno que no provenía de la nieve. Infierno blanco, decían, pero el auténtico infierno estaba dentro de él, entre sus miedos, remordimientos y errores —. Si perdemos a uno de los nuestros, ya habrá tres de esas cosas y solo tres humanos. Así que pensadlo bien. Mi voto es para la cosa Yrion. Yo…—ahí le tembló la voz —. Siempre he sido transparente. Puede que me haya equivocado, o me hayan engañado. Solo trataba de ayudar.

Luego, sollozos enmascarados por el ruido del motor.

Zhou se sentía como la chica que los perros y eso era probablemente lo que más le dolía. No la explosión, no la carne maltrecha, ni siquiera la firme convicción de que ya no necesitaba seguir escribiendo a su madre.

Había perdido toda capacidad lógica y se veía en la discordia de escuchar a dos pseudocientíficos tirar de sus neuronas ya secas de todo impulso eléctrico. 

Zhou se creía sencillamente inútil. 

- Yo ... - masticó el aire olvidando pedir tanda para hablar- escuché en el ruido blanco de la detonación a mi madre pedirme que escuchara al señor Hudson. Fue casi como una revelación santa. Sigo rechazando confiar en él, como sigo rechazando la idea de que la señorita Maika sea la misma que fue hace ya una eternidad demasiado larga para contarla.

Se detuvo un instante para devolverle la mirada de desagrado que le había lanzado minutos atrás y se recreó en el desprecio que sentía hacia la ciencia que jamás había demostrado conocer. 

- Si bien, en lucha contra el sentimiento que grita desesperado que estoy en un error, creo que es correcto el apunte hecho por y hacía la señora Ungak. Y hoy votaré por el señor Yrion.

¿Por qué?

Habló Ellis tras un largo rato callado.

¿Por qué?

Preguntó, un poco más alto. Negaba, hasta que finalmente se vio obligado a asentir a las palabras de Ben y su tono se volvía más profundo y pesado, casi ausente.

Todo lo que he intentado es salir, escapar... también me ha extrañado el voto de Ungak. Pero con lo que dicen Ben y Jesús la cosa está clara: la humanidad está jodida. Cuatro votos contra Ben contra cuatro votos contra Jesús, y el líder desempata. Si todas las infecciones unen sus votos... podrían montar una fiesta ahora mismo y no podríamos hacer nada.

Miró a los demás. Él era doctor en Ciencias Exactas, le gustaban los números porque no mentían, así que explicó lo que ambos decían por si alguien no lo había entendido.

Cuatro humanos, cuatro votos.

Tres infectados, si tienen a la líder, cuatro votos.

En caso de empate... la líder manda.

Incluso si no fuese la líder, los humanos matan a un infectado, ellos matan un humano, quedarían tres contra dos. Y todo un nuevo campamento para infectar, si no nos acribillan nada más enterarse.

Les miró, no pintaba bien en ninguno de los casos, aunque al menos con la huida tenían la posibilidad de llegar a un nuevo campamento en el que conseguir ayuda, que era más posible que una muerte larga y agónica.

Tampoco podemos olvidar que aunque el voto de Ungak es raro, ha acertado sobre una de esas cosas...

Pensaba en voz alta.

Jesús observó con delicadeza cómo todo iba a desarrollarse, a fin de cuentas, todo parecía que iba a tener un final más cercano que tarde, aún con todo este permanecía tranquilo, frío, casi como un témpano de hielo a la espera de que la gente decidiera dejar de hablar y comenzara a actuar.

-Por lo que puedo ver, Ben, Lyra, Maika y Zhou van a votar por mi muerte... ¿Acaso eso es este el fin para la decencia y la moralidad?. ¿Este es el fin de las palabras Santas y nos adentraremos en una era de oscurantismo donde esa fría ciencia se impone ante los valores Cristianos?.

Era una pregunta retórica, evidentemente. No por convicción ni por burla, sino por la más pura y simple necesidad; a fin de cuentas: ¿Quién siquiera hacía caso a Jesús a estas alturas?. Todas sus preguntas al final tenían que ser retóricas.

-No. -Se auto-respondió- Tal y como bien dices Ellis, los votos de Ûngak como líder, mi voto y si tu decides confiar en mi... podemos forzar un empate, dejando el resultado a manos de la líder de la expedición. Lo cual, a mi modo de ver, creo que es lo correcto.

-Además, no puedes negar que Ben va a aprovechar la primera que pueda en pedir tu cabeza... pues Zhou se ha adelantado a ir a lamerle el trasero...

La inuit escucho, era evidente que todos los presentes la pondrían a prueba y no les culpaba, sus decisiones eran suyas pero las explicaciones se las debían ha aquellos que preguntaran.

-Con los votados anteriormente fue diferente, no votábamos por matarlos sino por encerrarlos, aun luchando contra las múltiples trampas de Blair, entonces aun mostraban humanidad por incluso los sospechosos, pero desde ayer ya no hay esa opción, lo entiendo, pero no puedo con ello. -Ella, como Ben dijo, tampoco había mentido nunca y no empezaría ahora por raro que sonaran sus convicciones. -Y aun así, aunque no lo crean, lo tire a suertes entre los cuatro posibles a votar y fue Kaida quien salio elegida por azar, sabiendo además que mi voto no cambiara absolutamente nada la votación, como esperaba que sucediera con la de Jefrey.-Y Ben cambio un segundo de tema a uno mas familiar.

-Yo soy su cuidadora no su dueña. Supongo que necesitaba ha alguien a quien proteger para sentirse útil tras la perdida del resto de la jauría. Él es sabueso, pero las circunstancias cambian incluso para los perros. -Sonrió al cánido, aun si le doliera.

-Yo aun no entiendo una cosa. Si Jefrey era parte de la cosa y dices que Jesus lo es. Y puede ser lo mas posible, pues su actuar ya dista de egoísta a egolatría. -Miro entonces al predicador.

-Pero entonces porque votar por uno de los suyos. Porque el otro no votar. No se... Entiende que también es posible que seas tu parte de ello y estés manipulando a la gente para que te siga contra él mas toxico de nosotros aquí presentes, una opción fácil para señalar como la cosa, después de todo su actuar es mas que errático y se ha ganado el desprecio de muchos, si no de todos. -Miro a los presentes. -Puede que vosotros lo veáis fácil, seguir a alguien así como así y no tener miedo a condenar a muerte a un inocente por loco o pesado que sea, pero yo no lo veo tan fácil, aun tengo dudas y aun tengo tiempo para pensarlo. -Agacho entonces la cabeza, buscando sus pies.

-Por eso preferiría que no dijeras a quien se supone que ya he votado Jesus, porque aun no lo he decidido. -Termino dirigiéndose a Yrion, por primera vez desde hacia mucho tiempo.

Jesús se encogió de hombros ante las palabras de aquella esquimal, si aún no había votado tenía que hacerlo cuanto antes pues una cosa es ir perdidos en mitad de un desierto blanco, y otra muy distinta era ir perdidos en mitad de un desierto blanco con una clara amenaza de morirse en cualquier momento.

-Todos sabemos que una vez que Ben Hudson decida crucificarme la siguiente vas a ser tu por no haber seguido sus designios en el pasado; pues el Demonio tratará de asesinar a Lyra o a Maika cuando tenga ocasión. Y luego confirmará por ciencia infusa que tú eres un Demonio pues... ¡Tus ojos están muy apretados!. Eso es sospechoso... O algo así.

Jesús esbozó una leve sonrisa antes de continuar.

-Cuando Ben Hudson sea castigado por sus actos, entonces sí tenemos una oportunidad de sobrevivir. Pues mientras ese siga con vida amenazará nuestra propia existencia como seres humanos que disfrutan de ingerir alimentos, líquidos y a veces sales minerales.

—Todo depende de ti, Ungak. Si eres humana, si no eres una de esas cosas, si tu voto por Jeffry fue fruto del azar, sobre tus hombros recae toda la responsabilidad. Cada noche, tenemos que eliminar a una de esas cosas —era una opción, pero la esperanza se vendía cara—. Cuando Ostap señaló a la doctora yo señalé a Yrion. Argumenté como argumento ahora. Nada ha cambiado. Y si Yrion resulta ser humano...entonces es el peor enemigo de la humanidad. Pero yo no le señalo por su personalidad, sino por los hechos — pero podía equivocarse aunque, con Yrion, se jugaría el brazo derecho a que era una de esas cosas.

Se centró en Ungak, era la llave y la esperanza.

—¿Por qué Yrion votó a Jeffry si es una de esas cosas? Una artimaña, un peón que sacrificar para que ganemos confianza. Esa criatura es todo uno. ¿Por qué Jeffry se votó a si mismo? Es más, ¿Por qué le votó Yrion si dice que yo soy el Demonio? No tiene sentido. Ellos decidieron hacerlo. Quizás tu voto fue accidental y lesnl descubrió. O quizás eres una de esas cosas y formas parte del engaño. Pero si eres humana... piensa, Yrion confiaba en mí, lo dijo. Pero ahora soy un demonio.

Se encogió se hombros. Era ridículo. Todo lo que giraba alrededor se Yrion lo era.

—Si me toca a mí, seréis un humano menos. No sé si los demás sobrevivireis a la noche. Si lo hacéis, que mi cadáver de ser humano os de la prueba que necesitáis para señalar a Yrion. De hecho, los votos de esta noche van a ser esclarecedores.

No podía hacer más. El podía sacrificarse pero, de haberlo, estarían en igualdad contra esas cosas, tres contra tres. Diablos, él sabía lo que era. Ojalá pudiera hacer que los demás lo vieran.

Su rival era Yrion. De verdad, era absurdo.

—Yrion no ha aportado más que confusión, dehsde el principio. Él no estaba tan chalado antes de que todo empezara. De verdad, entiendo que pudiérais tener dudas si mi palabra se enfrentase a la de cualquier otro. Pero Yrion, ¿De verdad? Venga... tenéis que ser capaces de verlo.

Pero quizás no lo eran.

Viendo como Ben comenzaba a acusar a Ungâk de forma velada, Jesús decidió volver a intervenir en aquella conversación; lo cual iba a ser la última intervención que iba a tener en todo eso. Pues era evidente que el tiempo se les caía encima, y el hecho de dudar era algo desagradable.

-Si yo soy un Demonio, Ûngak la líder también es un demonio como sugieres, y si Ellis o Zhou es un demonio; con que los tres votemos de manera conjunta y que Ûngak desempate contra tí será suficiente como para acabar con TODOS durante estas votaciones. ¿Por que dudar si quiera en hacerlo si eso implica la victoria de los Demonios?.

Negando con la cabeza, el hombre daría su último coletazo.

-Por lo que esto es un adiós. Si todos hacen lo que deben, habremos terminado con la amenaza evidente que supone Ben Hudson. ¿Quieres que te dé la extremaunción?. Pues esto es una crónica a una muerte anunciada...

Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Henoc y a Elías de la muerte común a los hombres.

Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Lot de Sodoma y de las llamas del fuego.

Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a Daniel en el foso de los leones.

Libra, Señor, el alma de tu siervo, como libraste a David de las manos del rey Saúl, y de las manos de Goliat.

Y así como libraste de atrocísimos tormentos a tu dichosísima virgen y martir Tecla, así también dígnate librar el alma de tu siervo, y concédele que contigo pueda gozar de los bienes del cielo.

Finalmente emito mi voto, con todo lo que había dicho cada uno me había podido hacer una idea de quien podía estar infectado y quien no. Así que sin decir ni una palabra más, voto y espero que quien muera esta noche no sea un humano, teníamos que erradicar a los infectos, y teníamos que hacerlo rápido.

Incluso en el mejor de los casos, si no llegamos antes a otro campamento, quedaremos un humano contra un infectado, siendo el líder que haya en ese momento quien decida, suponiendo que nunca llegue ese puesto a manos de los infectados.

Terminó de calcular. Suspiró y miró alrededor, para luego fijar su mirada en Jesús con un aire furibundo.

Debí haber acabado contigo cuando todo esto comenzó. Ahora la humanidad está jodida.

Emitió su voto.

Supongo que sólo puedo intentar asegurar lo poco que pueda.

Su gesto se tornó melancólico, lanzó una rápida mirada a Maika y se esforzó por sonreír.

¿Quizá deberíamos poner un poco de música?

El tiempo se agotaba como cada día desde que empezó aquella pesadilla y como cada día debían de votar por una persona a ser juzgada, aunque ahora el juicio seria a muerte, por necesidad. La actual líder, un cargo que nunca pidió y de la que siempre pensó que no era digna de ello, estaba indecisa, tanto así que decidió esperar lo máximo posible a tomar una decisión y la que esperaba fuera la correcta o al menos la que ella pensara correcta. Así pues sin anda mas que añadir por su parte y por la obvia parte de los dos acusados, hecho un ultimo vistazo al estado de Blue, antes de emitir su voto, como el resto ya hubiera hecho antes.

El día avanzó lento como el tractor de vapor.

El infierno blanco a su alrededor había abandonado muy al comienzo de la mañana cualquier intento de parecer medianamente habitable o incluso terrestre, si es que alguna vez lo había sido. Desde que se adentraran en lo que era a casi 4 kilómetros de profundidad el lago más grande de la Antártida, el Vostok, habían desaparecido todos los intentos por parte del paisaje de simular una orografía natural y solo quedaba una inmensa planicie aparentemente alienígena, pálida y tan reflectante que hacía doler los ojos a la más mínima luz solar. Y frío. Mucho frío. Más frío del que hubieran sentido nunca.

A pesar de todo, habían mantenido un ritmo constante y exento de imprevistos habiendo conseguido salvar 180 kilómetros de los 250 que les habían separado de la base Vostok. Para no perderse en su ruta habían marcado las coordenadas de geolocalización en la consola del vehículo, ya que con una brújula y métodos analógicos hubiera sido totalmente imposible orientarse habida cuenta de que, desde el Gran Imán, todas las direcciones posibles eran el Norte.

Ahora, al finalizar el día, era necesario montar el campamento secundario. Esto era utilizar todo aquello que habían preparado para remolcar con el tractor y, utilizando el motor del vehículo de fuente eléctrica, agolparse en torno a él e intentar descansar.

Pero antes, hicieron el recuento de votos. Las facciones estaban claras y sólo quedaba cierta desesperada esperanza de que aquel resultado arrojase algo distinto a una sentencia final.

No fue así.

El empate dejaba en manos de la líder impuesta por dedocracia la decisión final.

El grupo miró expectante la decisión de Ungâk hasta que, finalmente, esta dio su fallo. Gritos de alegría y de consternación de unos y otros sonaron en el silencio de la Antártida, pero aún quedaba ver cómo se llevaría a efecto la resolución de la votación.

Fue Jesús, que había hecho campaña durante todo el día en contra de Ben el que se adelantó haciéndose con una barra de hierro. Las chicas que habían votado contra él se levantaron con intención de interponerse, pero Blue fue más rápida. Se plantó delante del predicador y comenzó a gruñir con agresividad.

Entonces un trueno retumbó en el lugar creando un estruendo y el desconcierto de muchos, que miraron al cielo con rostro confundido. Pero no había ningún rastro de tormenta. Ungâk gritó y su grito os llamó la atención sobre el perro. Blue cayó al suelo y comenzó a sangrar profusamente por la barriga manchando de rojo la nieve. Entonces comprendieron lo ocurrido.

Ellis, separado del grupo y del revuelo que se estaba formando apuntaba hacia el grupo con un arma de fuego. Un arma obtenida de la armería.

Lo siento, pero no queda más opción.

No quedó claro si se disculpaba con Ungâk, con Ben o incluso con Maika, pero lo cierto es que no lo sentía en absoluto.

Ben, incluso con tus equivocaciones, has sido valioso.

Un nuevo disparo resonó y una bala impactó en la frente a Ben haciéndole desplomarse, cayendo del tractor y quedando su cuerpo junto al de Blue, que le había protegido hasta la muerte. El grito ahogado de Zhou, los lloros de Maika y los insultos de Lyra acompañaron al estupor de sus rostros. Lyra quiso avanzar hacia Ellis para detenerle, pero el arma la apuntó y se detuvo en seco.

Creo que ya no tiene sentido continuar con esto.

Ungâk y Jesús se alinearon a los lados de Ellis y quedaron frente a frente con las tres mujeres.

Fue Jesús quien habló entonces.

Es cierto. Ya no tiene sentido continuar.

Hemos estado despiertos durante eones hasta llegar aquí, a este sucio agujero blanco que llamáis planeta. - Ungâk.

Pero ahora volvemos a ser. - Ellis.

Y si aún estamos aquí utilizando este primitivo lenguaje con vosotras, es para daros una última oportunidad. - Jesús.

Podéis ser uno con nosotros. - Ellis.

Ijiraq - Ungâk

Dios - Jesús.

O... no. - Ellis.

Y los tres al unísono inclinaron su cabeza hacia la derecha en un movimiento lento, sincronizado y ligeramente disonante e inhumano.

"No, no, noooooo...."

Intentaba respirar pero cada bocanada era como miles de alfileres clavándose en su graganta, en sus pulmones, en su corazón.... Las lágrimas le restaban visibilidad, y más porque se habia quitado las empañadas gafas, pero le permitieron desplomarse sobre los cuerpos de Ben y Blue. Después de todo, siempre había llevado las gafas más como escudo protector que porque le hicieran mucha falta.

"¿Porqué?.¿Porqué?.¿Porque?"

¿Había respuesta a aquello? Desde luego que no. Ella ya lo sabía, pero no había querido verlo. Se había aferrado a la esperanza. Inútil y demoledora como un meteorito. Como una gran estrella en el cielo que cuando acaba su vida intenta reutilizar el helio de su núcleo como combustible para sobrevivir, pero solo logra explosionar...

Sus manos temblorosas acariciaron el rostro de Ben mientras recordaba la canción de la pelicula favorita de su hermana ¿Habia sido el una estrella intentando sobrevivir? Desde luego que si. No podia permitir que aquellas cosas lo tomaran. No a él ni Blue. No a Lyra ni Zhou. Al menos si podía evitarlo. Quizás no acabaria con ellos, pero los miembros de la expedición que habian sobrevivido a aquel horror no serían esas cosas. JAMÁS.

Mientras se encontraba sobre el cadaver del cientifico habia metido su mano en el bolsillo y sacado el mechero con disimulo. Luego se incorporó lentamente. Sintió un escalofrio de terror al ver aquel movimiento sincronizado de los tres. Las mejillas de la joven astrofisica mostraban pequeños cristales de hielo al haberse congelado sus lagrimas...

Miró a Lyra y a Zhou, quizás a modo de despedida. Si podía, iria directa al depósito de combustible del vehículo y prenderia  los pelos que le habia arrancado a Ben antes de echarlos dentro. Si le daba tiempo...