Partida Rol por web

Uoooooooo! genial ^^ ya está.

Hasta te puse la imagen y todo XD, bueno, cuando llegue te posteo algo decente. Nos vemos dentro de unos cuantos minutos XD

Siii! Genial lo de la imagen ^^

Y ok, esperaré tu post! ;)

Un dia como cualquiera, tan lleno de mierda como todos los anteriores y los que seguirian a este. Hacia un par de dias que se le habia acabado la comida, estaba viviendo a base de agua gracias a la ultima lluvia. Tenia que comer algo sino moriria debilitado o devorado. No le agradaban ninguna de las dos opciones. Miro al cielo, preguntandose si los que morian iba alli.

-Puta madre Johner, estas en el infierno, ya no hay cielo para nadie...

Observó a lo lejos un lugar, sin zombis aparentemente, aunque no se fiaba, la ultima vez encontro encerrados en un supemercados a una cincuentena de esas bestias. Por poco no la cuenta....

Kaylee: Abrazo a mi muñeca, Sofía, contra mi cuerpo al caminar. Llevo unos días perdida, con hambre y sed, y el silencio me da tanto miedo como el ruido. El ruido por los zombies, claro; y el silencio...porque me recuerda que me he quedado sola. Y eso me lleva a recordar cómo me quedé sola, y el silencio se rompe para que en mi cabeza se repitan los gritos de mi madre en la última vez que escuché su voz.

Cansada y triste, me agacho hasta sentarme en el suelo y empiezo a llorar abrazada a mi muñeca. No sé dónde ir, ni qué hacer. Era mi padre el que nos guiaba a todos, ¿qué voy a hacer yo ahora?

Cada crujido de la basura bajo su bota provocaba una nueva andada de insultos y maldiciones. Caminar en esa maracha de escombros era todo un suplicio, sobre todo cuando el menor sonido atraeria a una turba de hambrientas bocas. Preferia estar cerca del mar, el sonido de las olas ocultaban los suyos... Aunque ahora escuchaba algo...

-Que demonios es eso- penso con el corazon en un puño mientras sacaba su pistola-. Que mierda de arma...

Su machete se quedo donde lo dejo clavado: en la cabeza de un zombi, justo cuando cinco mas se le tiraban encima. Tuvo que correr y abandonar su arma. Ahora, con esa pistola, podia matar de lejos... y atraer a todo zombi a dos kilometros a la redonda.

Estaba por dar la vuelta, irse hacia el lado contrario y perderse para siempre. Pero algo lo hizo seguir. El destino quizas o la suerte. Sentada, sucia y delgada, habia una niña. Las lagrimas habia abierto surcos en la mugure de su rostro. Abrazaba una muñeca como si esta fuera su posesion mas preciada.... de seguro lo era.

-Date la vuelta- se dijo-. Vete de aqui antes de que te vea...- sus pies no se movieron-. Con un demonio estupido, no puedes ayudarte ni a ti mismo...vete...

Pero se quedo alli, contemplando a esa criaturita solitaria y desvalida, como lo habra estado su hijo hace como un año.

Kaylee: Me sorbo la nariz y me limpio la cara a mi muñeca antes de alzar la mirada y descubrirle mirándome.

Al principio, me creo que es otro ser maldito, y me agazapo mas contra la pared, como si así no pudiera verme. Mi mirada curiosa se cruza con sus ojos. Es un hombre mayor, con un montón de cortes en la cara, pero no parece malo.

- ¿Eres malo? - me sale preguntarle con una vocecilla algo aguda.

La voz de la niña provoca una especie de cosquilleos en su interior, recuerdos dormidos despues de horas de huir y horrores. Ahora lo ha visto, sabe que es un hombre... ¿pero es bueno? Seguro que no. Pero tampoco se consideraba un malo...

-No soy malo- dijo con un susurro, ronco e inhumano. ¿Cuando fue la ultima vez que hablo?-. ¿Donde esta tu grupo?

Que pregunta mas estupida, era obvio que no tenia a nadie. Todos los que debio conocer estaran muertos o deambulando por alli en busca de carne en el peor de los casos. Estaba sola al igual que él, pero eso no cambiaba nada, no podia ayudarla...

Kaylee: - Mis papás murieron - respondo a su pregunta - Y mi hermanito. No tengo grupo... ¿Y el tuyo?

Justo como penso, la niña estaba sola, era una muerte tragica buscando el lugar donde producirse. Johner suspiro, pues aun dentro suyo daban vueltas esos sentimientos que creyo olvidados.

-No tengo grupo...- ¿Por que estaba hablando con ella? Deberia irse de una buena vez y no mirar atras. Quizas lloraria, eso atraeria a los zombis... trago saliva pensativo. ¿En verdad la dejaria morir?-. ¿Tienes hambre? Yo tambien- empezo a hablar sin saber porque-. No tengo nada pero pensaba entrar en esa casa, parece un lugar intesante ¿no crees?

Empezo a caminar hasta la casa, maltratada como todas las demas. Asegurandose de que nada hubiera dentro a su alrededor rompio la puerta de una fuerte patada. El sonido parecio repetirse por todo el lugar...

Kaylee: A pesar de estar viéndole, me da un pequeño escalofrío al sentir el golpe que le da a la puerta para abrirla. No debería hacer tanto ruido, eso es lo que les atrae.

- Tengo mucha hambre... - susurro, aunque él no me escucha ya.

Me levanto del suelo, aún abrazada a mi muñeca y me acerco caminando despacio, aunque mantengo una distancia con el desconocido.

La casa en la que entro estaba vacia, al menos no habia ningun zombi, el hedor era mas que nada de encierro. Aun asi no se confio. Jamas lo hacia. Detras suyo los sigilosos pasos de la niña apenas se oian, lo cual era bueno aunque no entendia porque.

-En verdad estas pensando en llevartela. ¿Estas loco?- decia dentro de su cabeza el sobreviviente en el que que se habia convertido-. En una cria, no sirve para nada, terminaras muerto o algo peor por su culpa.

Pero por primera vez no oyó a esa vocecita que tantas veces le salvo la vida. Quito de su chaleco una cantimplora sucia y maltratada, con manchas de sangre en la correa que la envolvia y se la tendio a la niña mientras revisaba en interior.

-Vigila, si ves algo me avisas ¿Ok?

Kaylee: Abro mucho los ojos al ver la cantimplora. ¡Agua!

Aún así, controlo mi ansia por beber, mirando al hombre. Cuando me dice que vigile, asiento con la cabeza, y es cuando se da la vuelta para buscar en aquel lugar, que llevo el agua a mis labios.

Qué placer mas sencillo y que difícil de encontrar en este mundo.

Con la cantimplora en la mano, miro fuera donde todo sigue tranquilo. Después, paseo por la estancia mientras imagino la familia que viviría aquí antes del desastre.

Hay varias fotografias en el suelo, Johner pasa sobre ellas sin misericordia, ha aprendido a no verlas, son dolorosas y distraen la atencion de lo primordia: comida. Cada tanto levanta su cabeza y mira a la niña, como si se asegurara que aun estuviera alli. Se abrazaba a si misma, como cuando la encontro, quizas tendria frio...

Arranco una amarillenta cortina, cubierta por partes iguales de tierra y agujeros, tiene flores amarillas aqui y alla. La gente de esa casa si que tenia mal gusto. Pero eso dejo de importarle hace tanto tiempo que ni lo recuerda, una vez uso una mochilla de Kytty durante tres meses, hasta que encontro otra mas grande.

-Cubrete con esto niña- le da la cortina luego de arrancarle un par de tiras-. Hace frio a la noche... todo lo que vez aqui podria servirnos, desde una cortina hasta un pedazo de vidrio...

Ve un armario, semiderruido y podrido. Lo abre con cautela, una vez abrio uno que contenia un cadaver, no un zombi, un cadaver. El susto de su vida. Encuentra lo que parece una lata de algo. No tiene etiqueta.

-Sorpresa, sorpresa- murmura sin gracia, buscando un poco mas encuentra una tabla llena de termintas-. Desayuno de campeones- le informa a la niña con una sonrisa espeluznante de su parte.

Kaylee: Hago una mueca, no me gusta eso de "sorpresa, sorpresa", ¡y mucho menos me gustan las termitas!

- Yo no pienso comer eso... - niego cubriendo también a Sofía con la cortina que me ha dado - Te pondrás malo si te lo comes tú.

Yo también me acerco para mirar pero este no es el lugar adecuado para buscar comida. Camino hacia la cocina y me subo en la encimera para alcanzar los armarios mas altos.

Saco una bolsa de patatas y estoy a punto de alegrarme...hasta que veo la fecha. Está caducado. Pongo morros y sigo con mi búsqueda.

Johner se encoge de hombros y toma una gorda termita, la mete en su boca y la mastica con deleite. Los insectos eran una gran fuente de alimentos, gusanos, grillos, langostas, menos las cucarachas...odiaba esos bichos asquerosos. La niña no querria comer lo mismo que él, eso era un problema.

-Razon de mas para dejarla- penso con el ceño fruncido-. Podrias aprovechar ahora que esta en la cocina...

Pero en vez de irse va detras de ella, generalmente la cocina estaba siempre vacia, pues era el primer lugar donde todos ibana saquear. Pero se sorprende cuando la pequeña encuentra una bolsa de patatas.

-Buen trabajo niña- dice tomando la bolsa cuando ella la dejo-. Estaran un poco verdes pero la sal nos hara bien... La misma bolsa vale lo suyo, podemos evitar que algo se moje con ella....- da vueltas, ladeando la mandibula como si pensara, suspira diciendo:- ¿Cual... cual es tu nombre?

Kaylee: Me lo quedo mirando, curiosa, ¿come bichos y patatas verdes? ¿Y no está malo? ¿No se enferma?

Yo no pienso comer bichos...aunque igual las patatas verdes no están del todo malas.

- Kaylee - le respondo - ¿Y tú? - le tiendo su cantimplora de vuelta, tampoco quiero terminarme el agua; es suya - ¿No nos enfermarán las patatas? - pregunto ahora.

-Johner- murmuró tomando la cantimplora, la niña si que tenia sed-. No hay que comerlas todas juntas, pero sirven para otras cosas. Podemos ponerlas sobre una... un conejo, asi le da mas sabor- en realidad iba a decir rata, pero llego a la conclusion que mientras menos sepa, al menos de momento-. Tu estomago se volvera fuerte, pero no comas cosas verdes sin antes quemarlas o cocinarlas- habia conocido a un sujeto que murio por botulismo al comer una lata que encontro semi abierta-. Y esto- señala la tabla llena de insectos-. Es como si fueran caramelos, muy buenos...

La niña parecia mucho mas lista de lo que deberia ser una niña de unos cinco años*, pero él de niño era un idiota, asi que no podia juzgar en base a su experiencia.

Kaylee: Miro los insectos con desconfianza. ¿Caramelos?

- ¡Pero no son caramelos! - exclamo - Son...¡bichos! - hago una nueva mueca de asco - ¿Y cómo vamos a conseguir un conejo? Hace mucho que no veo ninguno... - aprieto los labios - ¿Tú sabes dónde hay? - ladeo la cabeza, mirándole.

-Claro que son como caramelos, solo que algo crocantes, sobre todo al quemarlos un poco- tal como penso la niña no se trago el anzuelo, muy lista para él-. Se donde hay conejos y como atraparlos, con las papas quedaran geniales- tenia razon en que no habia mas conejos, esto habian huido cuando una marabunta de zombis invadio los campos en busca de mas humanos, de hecho no habia visto ni siquiera perros o gatos, se ocultaban bastante bien los malditos, pues ahora eran comida con patas alli donde fueran-. Las cosas han cambiado mucho Kaylee, lo sabes, eras lista. Entiendeme algo- Oh dios, lo voy a hacer-. Si vas a venir conmigo, tendras que sacar de esa pequeña cabeza tuya la palabra "no puedo" o "no lo hare", de ahora en mas es "yo puedo" y "lo hare demonios". ¿Entiendes? Tienes que ser fuerte, tan fuerte que te sorprenderas de lo que eres capaz de hacer- mierda en verdad lo hice.