Partida Rol por web

Quintos, sabiendo que su presencia no pasará desapercibida, se limita a concentrar los sensores auditivos y visuales en Devi y sus alrededores. Ella puede hablar y convencer a alguien de que cante mucho mejor que él; pero él hará lo posible por protegerla.

Keira toma un ultimo y largo trago, apurando el baso de licor antes de levantarse con calma y discreción para reunirse con su informador al otro lado de la cortina. La mujer llama a Orday por su nombre, y tras recibir una respuesta, entra para conocerlo.

Después de un rato aclimatándose al bar, los acólitos deciden acercarse al privado en el que esta su contacto. Aunque no todo el grupo lo hace tan solo las féminas del grupo se acercan mientras los varones (y Quintos) prefieren mantener la distancia para tener la situación controlada desde la perspectiva.

Ambas llegan hasta el privado que menciono la camarera, esta en la parte trasera del lugar en una zona especialmente mal iluminada. Cuando Devi descorre la cortina ven a un hombre entrado en canas pero fornido, de unos 50 años y recostado frente a una mesa de piedra, hecha a partir de un pilar cortado de forma horizontal. En una de sus manos sostiene una jarra de cerveza; en la otra una pistola bolter que apunta directamente a la cabeza de la granuja y que al comprobar la intención de sentarse amartilla haciendo que la mujer se lo replante y se quede quieta.

Una sonrisa sin humor de lo mas inquietante se dibuja en su rostro, sus dientes parecen el destello de un relámpago en la oscuridad del rincón.

-¿Estáis buscando a alguien?

Cuando la soronitas menciona su nombre, parece asentir levemente como si fuese la respuesta correcta pero no baja la guardia y mucho menos el arma.

-¿Quién os envía?

La mujer hace un respetuoso saludo a Orday y seguidamente se presenta con mayor cortesia y proceder que su compañera.

-Disculpe la intromisión, señor Orday, soy Keira Bloodhands y esta de aquí... -dice indicando a su atrevida compañera- ...es la señorita Devi. Somos amigos de la familia Strophes. Fue el señor Laurent quién nos habló de usted y nos facilitó esta reunión.

El hombre asiente una vez mas al escuchar el nombre de la familia Strophes.

-Tomad asiento, Claris tiene buen ojo con la gente, pero de todas maneras... uno debe ser precavido.

Tan rápido como amartillo el arma, la volvio a asegurar y esta vez si que la guardo, aunque no cabía la menor duda de que ese hombre era rápido con las armas. 

-Así que de parte de los Strophes... Sea cual sea el encargo ofrecido por ellos, no lo deberíais aceptar. No harán mas que meteros en líos demasiado grandes.

Se le ve claramente preocupado por algo relacionado con el encargo que hizo para los nobles.

Los acólitos que quedaron en la mesa tenían una buena visión de lo que ocurría, a pesar de que el ruido de fondo del lugar era demasiado elevado para escuchar la conversación.

El privado se encontraba en el lugar menos iluminado del lugar, por lo que no eran capaces de distinguir los rasgos del contacto. Se pudo apreciar como cuando las mujeres retiraron las cortinas para entrar se quedaron totalmente quietas de golpe, pero a los pocos segundos parecieron relajarse.

pues? dice Devi, puedes decirnos algo que no sepamos? alguna cosa que deberiamos saber y por la cual has mencionado esas palabras?

Este hombre podria darnos informacion sobre nuestros empleadores, y siempre es bueno saber con quien estas trabajando, asi que si me dice algo mejor que mejor.

A pesar de haber sacado el mismo el tema no parece que Orday este demasiado dispuesto a hablar sobre el, pero después de pegarle un par de tragos a su bebida, parece cambiar de opinión.

-Muy bien, vosotras ganáis. Pero después no me vengáis con que no os lo advertí ¿vale? Strophes siempre ha pagado con puntualidad, una cualidad bastante rara en un noble. Pero por desgracia, el rencor entre los de su clase no es extraño. Un par de peces gordos han averiguado que he conseguido algunos de sus juguetitos, junto con algunos datos que no debería tener. Parece que el Coro del Júbilo tiene aliados poderosos entre el Magistratum.

Antes de continuar observó alrededor, como si temiese que alguien mas fuese a entrar en cualquier momento. Quizás ahora comprendais mejor por que era tan precavido.

-Aunque ese no es el verdadero problema ¿Habéis oído hablar de la farcosia? Mierda desagradable. Tanto que dicen que los arbites andan investigando... Es un narcótico potente y muy adictivo. Averigüe que la sobrina de Strophes estaba enganchada, aunque no creo que el lo supiera. Sospecho que muchos miembros del Coro lo están. Creo que los chicos del Coro la están distribuyendo. Es una droga cara, mas allá de lo que cualquiera aquí abajo pueda permitirse Pero... ¿entre quienes se mueve normalmente el Coro del Jubilo, eh?

Keira escucha atenta los escabrosos detalles, cosas que preferiría no saber si se daba el caso que la interrogaban, pero así era el servicio al Emperador.

Que los nobles estuvieran detrás de aquel movimiento de iluminados y los trapos sucios de los Strophes era un verdadero problema, no era conveniente tener a los pomposos nobles de su contra, llevaban las de perder.

-Lo tendremos presente, pero hable más sobre el Coro del Jubilo ¿Que sacan los nobles respaldando a un grupo así que podría ser considerado traidores del Imperio?

Raven sonrió a sus compañeros de mesa tras dar un vistazo a los alrededores del bar. - Señores, yo voy a echar una partida. - Se levantó y se dirigió cerca de alguna mesa en la que se estuviera jugando a algo, antes de juegar le gustaría saber de que va el juego y como funciona, lo primero es enterarse.

Devi no interrumpio la pregunta de Keira al considerarla muy interesante, este hombre era una mina de informacion y habria que sacarsela, si esk daban en los puntos adecuados.

Una vez mas os disgregais, Raven decide que con dos ojos vigilando a las mujeres es mas que suficiente, por lo que se acerca a una de las mesas de juego.

Te acercas a la mesa en la que unos tipos duros juegan a las cartas, cuando te acercas te miran de reojo pero enseguida siguen a la suya, no desentonas para nada en ese ambiente.

A primera vista es un tipo de juego de cartas bastante común en todo el Imperio, ya has jugado alguna que otra vez. Aun así esperas un par de manos para asegurarte de las reglas de la zona, pues cada sitio varia en una o dos cosas aunque en esencia suele ser lo mismo. Sin duda lo has pillado.

Tras un nuevo trago a su bebida, Orday continua.

-Eso mismo me pregunte yo, y como suele decirse "La explicación mas lógica suele ser la verdadera". Yo creo que estos tíos se han montando todo el rollo del culto para quedar bonito cara el publico, pero en realidad lo único que hacen es facilitarles a los nobles la droga y un sitio donde poder chutarse sin que nadie les moleste. Lo más probable es que la sobrina de Strophes se pasase de dosis y la palmo, y los del Coro se encargaron de que su cadáver desapareciese discretamente para que no llamase la atención.

Sus conclusiones podrían ser muy validas, pero los acólitos sabían que había algo mas en todo ese asunto, pues eso no explicaba lo del "medido de felicidad" hecho con tecnología xenos y que detectaba la energía psíquica, claro que eso Orday no lo sabia.

-Entonces me dije... Meter tanta mierda en la parte alta de la colmena no puede hacerse sin soltar unos tronos. Tenia que haber gente del Magistratum que estaba aceptado sobornos. Así que embosque a un consejero mayor del Coro y le robe una placa de datos y esos cacharritos que utilizan para medir la felicidad. El juguete se lo di a Strophes como prueba de que había cumplido, pero la placa sigue en mi poder y sospecho que hay vienen los nombres de los oficiales corruptos que aceptan los sobornos.

- si nos dejas la placa un momento, tenemos un amigo que podria leer toda esa informacion seguramente. luego le podiasmos decir lo que contiene, dice con aire de despreocupacion, mientras piensa en el medididor de la felicidad, que no sabe como preguntarle algo de el, por su tubiera mas informacion.

Quintos, mientras observa el lugar con una pequeña cantidad de sus procesadores, aprovecha el momento para reciclar los sistemas y purgar los bancos de memoria, dejando libres los condensadores de reflejos en el caso de que sea necesario actuar con rapidez.

Orday vuelve a sonreír de esa manera tan inquietante una vez mas.

-Si, estoy seguro de que podría. La cuestión es que a mi me pagaron por conseguir cierta información que ya he conseguido así que digamos que esto seria un extra, si sabeis a lo que me refiero. A mi lo que haya en el interior de esa placa de datos me la trae sin cuidado, no me interesa desvelar la corrupción de esta colmena, lo que me interesa es seguir viviendo. Pero por lo que se ve a vosotros si os interesa aunque sea un poco.

Su sonrisa se intensifico, la conversación había llegado justo al punto que pretendía.

-La cuestión es... ¿Cuanto os interesa?

Acompaño la frase con un gesto de mano, frotando la yema del pulgar con la del resto de dedos, para dejar claro que se refería a Tronos.

Tus periféricos de entrada de imágenes y sonido no parecían captar nada que se catalogara de inusual. Las mujeres seguían enfrascadas en una charla, no parecía haber problema y Raven había comenzado a jugar con unos tipos de pinta tan dura como el.

Keira aprieta la mano oculta contra el mango del arma, esperando que el hombre no se percatara de que la tenia oculta desde hacia un buen rato. Las leyes de aquel local podían favorecerla si era la primera en atacar. Orday les había mostrado su mejor arma, con suerte la única. Si Keira le disparaba solo podría responder con un arma del mismo tipo o con las manos desnudas... eso si el hombre sobrevivía con un disparo láser a quema ropa, por debajo de la mesa y a su entrepierna. Debía ser cautelosa y hablar del precio, mas que por interesarle, para despistarlo.

-¿Cuanto pedís? -dice fríamente y preparándose para un precio desorbitado. Tomaría aquella placa por las malas si era preciso.