Partida Rol por web

Los hombres habían asentido frente a este, y muchos indicaron que no tenían conocimiento alguno sobre el uso de armas ni practicas militares.

Finalmente el anciano se acercó a Umberto.

Muy bien, las provisiones que te deberían alcanzar para tu viaje tienen un costo de 30 monedas oro. Espero que te sea útil para el resto de tu viaje, al menos hasta llegar a otra aldea.

Al ver que el anciano pareciera firme en decir que eran treinta monedas de oro veo que Mike que estaba algo dubitativo al oir ese precio, pero al ver los peltrechos que nos ofrecía eran los suficientes, podría decir que sobraban hasta cierto punto pregunto al anciano... ¿no serán demasiados?... no queremos que su pueblo se queden sin provisiones, el duro invierno esta aquí y vamos ha hacer mas paradas... al ver que el anciano negaba con la cabeza pido a Mike que me diera la bolsa con el dinero y en vez de dar las doscientas monedas de oro, doy algo mas... el anciano me va a devolver el sobrante pero yo le vuelvo a remitir lo del invierno y si no lo necesitaba podría ayudar a los demás aldeanos...

El anciano había aceptado finalmente las monedas dandole las gracias a Umberto. Este veía realmente muy complacido.

Mike observó a este de forma muy negativa.

Bah, que desperdicio de oro hombre. En fin, ¿continuamos por el pueblo de Vitolli? Necesitamos más hombres.

Despido al anciano con un fuerte apretón de manos y me pongo a organizar la partida con los quince hombres que se habian prestado voluntarios... cuando Nike se me acerca y me comenta reclutar mas hombres... Nos dijeron que no había mucha gente mas que se prestase voluntaria... una opción seria hablar con el (alcalde) para ver si pudiera decirnos si hay algún aldeano mas que se pudiera apuntar... pero a las bravas... no se... no se...

Sigamos por el pueblo de Romulus, será lo mejor - se encoge de hombros -.

Ambos toman sus caballos y los demás hombres irían a pie. Obviamente ya la velocidad de tu tropa es mucho más lenta teniendo eso en cuenta, así que demoran muchas horas en llegar allí.

Encuentras en medio de la noche, ruidos provenientes de la taberna, así que te diriges allí. Los hombres han terminado su trabajo y se encuentran bebiendo y divirtiendose un poco.

Me encamino a los ruidos de dentro de la taberna... en la puerta se oye el jolgorio montado dentro... el follón era tremebundo pareciera mas una pelea de gallos que gente pasándoselo bien... al entrar en ella veo por una parte al tabernero debajo de la barra asustado y volándole jaras de cervezas por encima de su cabeza... ¡eshhe tabehr... nerhho... odra... jarrahh...!... mientras las risas no paraban, otros dos al fondo dandose de puñetazos por vete a saber por que razón... y varios tirados por las mesas cantando algo incomprensible...
Vamos a tomar algo antes de irnos a dormir, Mike, a ver entre estos beodos encontramos a mas hombres, es posible que con el alcohol alguno se anime... busco al tabernero por la barra hasta que lo encuentro debajo de la barra... tabernero... disculpe... sírvanos una jarra de cerveza a mi compañero y a mi...
Refiriendome a los presentes desde la barra pregunto... ¿Señores... de fiesta?... ¿puedo invitarles a una ronda?...

El tabernero les servía una jarra a estos y luego observó la acción del mismo que intentaba adentrase en el grupo de los demás campesinos.

Mike miró a ambos, y se sintió un poco incómodo, ya que consideró que la entrada de Umberto fue un poco grosera y repentina.

Los hombres se hallaban tranquilos y pasaban un buen rato, tras tantas horas laboriosas. Antes de descansar siempre comían algo allí y tomaban, y pasaban un buen momento haciendo bullicio. Las cosas que uno hace para poder despejarse un poco y soportar la rutina de trabajo que acostumbra a todos los días.

Uno de ellos miró a Umberto detenidamente, y se levantó de forma un poco abrupta.

¡Arghh! Como detesto a los malditos extranjeros que vienen a nuestro pueblo para venir a robar mujeres, o tomar nuestras bebidas, o lo que sea.

¿Quién puñetas eres? ¿Y qué quieres aquí?

Los hombres se habían callado al instante. Era evidente que la figura de ese sujeto infundía mucho respeto en el pueblo, y todos le seguían.

¡Habla! – Este ponía su mano sobre el mango de su espada, demostrando estar atento a cualquier movimiento – Que tus palabras sean inteligentes, muchacho. Podrían ser las últimas. 

Me acerco a los presentes con varias jarras de cerveza... miro a Mike y le digo con la mirada "tranquilo, vamos a ir de buenas"... con voz calmada y pausada... mi nombre es Umberto, barón Umberto, si me permiten quisiera ofrecerles estas jarras de cerveza... las dejo en medio de la mesa y me distancio un poco al ver el recibimiento acontecido... estoy aquí por un tema de la corona... el Rey me ha mandado en una misión de reclutamiento para combatir a los Purkianos que han atentado a su vida...  doy un trago a la cerveza y espero contestación...

¡Ja Ja Ja! ¡Eres un embustero, vamos, no jodas! ¿Vestido de esta manera? ¿Y ofreciendo cuanta jarra de cerveza logra caber en tus manos? ¿Y quieres que te crea que eres un barón y que el rey te ha mandado a reclutar gente?

No me gustan los mentirosos chaval. Mejor toma tu espada rápido antes de que se termine prematuramente tu vida.

Este tomaba su espada y se pone en guardia para atacarte. Si no tomas la tuya rápidamente, el ataque de este ya te habrá dado y terminaras muriendo. 

Saco de mi chaqueta el papel del Rey e intento por todos los medios explicar al hombre que soy quien demostraba en el papel... pero me lo arrebata de las manos con un giro inesmerado de su espada, al ver que pasaba eso, desenfundo la mia y antes de asestarle el golpe le repito que era quien decía el papel... al ver que se acercaba con la espada en alto... intento no matarlo... hacerle daño para que se resintiese y tirara la espada...

Estos comienzan a cruzar sus espadas y Umberto logra desarmarle fácilmente, ya que Tristan estaba bastante borracho y agotado tras las tareas del campo que fueron llevadas a cabo durante todo el día.

Este perdona su vida y sigue insistiendo sobre el papel que se le había quitado, donde este afirmaba tener ese título otorgado por el rey.

¡Joder! Llevo una cruda que ya no veo ni medio. Muy bien, te ganaste mi respeto el día de hoy. Podrás seguir con vida.

Este escupe a un lado y se toma de la cabeza, parecía aturdido tras la pelea.

Pero no significa que me crea que eres un barón del reino, por mi ese papel te lo hiciste tu o lo robaste, ni idea.

Cojo la jarra de cerveza de la mesa que antes habia dejado y la acerco a la suya para hacer un brindis... entonces... siendo o no siendo barón... que viniendo te lo podré demostrar mas adelante, ¿estaríais dispuesto a uniros a nosotros para ayudar al Rey?...

Tristan comenzaba a reírse bastante y de forma muy sonora. La gente del pueblo le acompañó en sentimiento ya que le seguían de forma ciega. Este tomó la jarra de cerveza que tenía Umberto y bebió un trago bien largo, para luego eructar.

¿El rey me necesita a mí? Dios santo, que mal debemos estar para llegar a eso. Mejor vayámonos a dormir. Barón Umberto, si así gustas que te llame aunque no crea en tu identidad, pregúntales a ellos si quieren seguirte a morir. Por mi parte, tengo que seguir laborando mañana, y ya estoy para irme a la cama.

Antes de que saliera de la taberna, para intentar picarlo me refiero a los que quedaban dentro de la taberna... ¿y ustedes, estan dispuestos a dar la vida por el Rey o van a irse como ese hombre que sale por la puerta con el rabo entre las piernas?, si nos ayudan, estoy seguro que el Rey estará muy agradecido y podrá ayudarles a sus familias mientras que esten fuera.. ¿que deciden?...

Estos se observan entre sí. No les agrada demasiado la idea, pero no niegan el hecho de que se avecina una guerra, además de que algunos se sorprendieron con el hecho de que Umberto haya logrado vencer la batalla con Tristan.

Finalmente, unos 10 hombres se hacían de pie, dispuestos a unirse a tu hueste.

Mike se había sentido totalmente irritado por la escena anterior. Quiso sacar su espada y darle por la espalda a Tristan para vengarse por hacerle pasar tal vergüenza a su colega, más considerando la situación tan delicada por la que pasa el reino. Sin embargo, se quedó quieto y tranquilo en la barra bebiendo por petición del propio Umberto, a sabiendas de su duro carácter que haría una intervención que resultase poco favorable en medio de la riña. Puesto que Umberto sabía que no valía la pena iniciar una pelea a gran escala, ni enojar a los lugareños.

Terminada la pelea y con los 10 sujetos que se hicieron de pie, este se acercó a Umberto.

Muy bien, hemos conseguido algo al menos. Creí que ese borracho lograría matarte, pero en verdad eres duro de roer – reía a carcajadas -.

Venga, consigamos un sitio donde dormir, y mañana vamos a otro pueblo para seguir con este reclutamiento.

Le agarro el hombro... Venga dejalo pasar... Mike... lo importante es reclutar a mas hombres, venga, vamos a buscar a algún sitio para planchar la oreja...