Partida Rol por web

Memorias de un Reino

Han pasado varios años desde la gran ola, el recuerdo de las 12 familias que las furiosas aguas se llevó consigo, se mantiene como un silencioso luto en la memoria de las 8 familias que quedaron. Muchas cosas cambiaron desde entonces, las tierras que el agua hizo imposible de acceder, permanecen hoy en día como un misterio pues el laberinto cambia y es fácil perderse en alguno de los millones de pasillos o puertas.   

Quienes, pese a todas las advertencias de la gente común se atreven a ir más allá y viven para contarlo, se les llama aventureros o, terratenientes. 

Fue una tragedia, si, pero también una bendición. Cuando las aguas se calmaron y la gente finalmente descendió de los elevados costados de la caverna -aquellos picos que podrían ser confundidos con montañas en la lejanía- se encontraron con un mundo más azul y más iluminado. La ola había formado nuevos canales de agua, que como cascadas caían desde las paredes de la caverna. Además también había traído consigo -ademas de gente de otras tierras- a una brillante y resplandeciente estrella del verano que ilumina el techo en conjunto con la propia neblina de esta, creando una ilusión óptica que simula un cielo. Aunque, los anchos pilares de roca, cubiertos de vegetación esparcidos por amplias planicies son más que suficiente recordatorio de la verdadera naturaleza de ese entorno.

Pero el efecto de la estrella del verano según los rumores, escritos y canciones,es tan similar a lo que se supone que alguna vez fue el cielo real que muchos provenientes de otras tierras se sorprenden y admiran.El reino,pese a las perdidas y la destrucción de la estructura, ha renacido como la digna representación de su bandera, para entrar en una era de paz y prosperidad que ha durado varios años.

Malos Augurios

Pero la Economía no está del todo bien, el intercambio de bienes tampoco, cada vez se hace más necesario que los lideres del reino y sus subordinados, entrenados personalmente por ellos, se aventuren más allá de las celosamente resguardadas puertas del reino. 

Principalmente porque la presencia de visitantes de otras tierras, como terratenientes y sus caravanas de comerciantes, se ha detenido abruptamente. Las cosas se han puesto difíciles para los ministros del reino, muchos incluso rumorean y chismocean -ademas de por celos de la juventud del actual vizir- sobre sus decisiones. El pueblo comienza a sentir la necesidad de un incremento en su fondo monetario, además de recursos. Aun no se han manifestado, pero las peticiones están haciendo cada vez más evidente la necesidad de una expedición por parte de la corte ,pero con ello también con sus correspondientes riesgos.No solo para ellos, si no también para el reino sin su resguardo. 

Sin embargo, esto solo conforma una minoría en la población, el resto vive tranquila y despreocupadamente, ya sea cultivando, entreteniéndose en el gremio de utilidad o simplemente en familia. Mientras tanto , en una de las puertas del reino y frontera con el laberinto, ubicado más allá del templo, el lugar más alejado del reino y su población, algo parece comenzar a suceder. Son , aparentemente, aventureros, heridos e inconscientes, siendo llevados por una carroza de calabaza que se detiene en la puerta. La cual, es una vieja forja de hierro cubierta por ramas y vegetación, hasta el punto que parecería imposible que se abriera por medios tradicionales, debido al tiempo que ha permanecido cerrada. La noticia llega inmediatamente al caballero y un miembro de la corte más. (Deciden)

Mientras tanto, en la otra puerta del reino, ubicada cerca del palacio real, se trataría de entrada y salida principal, que hace poco tiempo frecuentaban los visitantes. Muchos de ellos serían de reinos que , o bien fueron totalmente destruidos o son recién formados y sus días a días son en el laberinto, por lo que se aventuran a otras tierras buscando reinos con los que abastecerse de materiales y equipo mientras venden el suyo propio. Pero esta vez y después de tanto tiempo, no son ni comerciantes ni aventureros. Aparentemente, es solo alguien que busca asilo,¿un mendigo?. La noticia llega inmediatamente a la Sacerdotisa y un miembro mas.(Deciden)

Y finalmente , parece que algo le está ocurriendo a cada una de las estrellas del reino. No están enfermas, solo inquietas. Algo parece estarles molestando y además de eso, nimia lleva todo el día desaparecida. 

Para calmar las ansias del pueblo convoco a una rápida junta, Queridos pobladores de la Guacamayeutica Republica Pa'delataría Poliamorosa, sus inquietudes y disgustos no me son ajenos, por ello quiero hacerles saber que las decisiones que se han tomado, aun cuando parezca que no son de veneficio para ustedes, han sido tomadas pensando en las necesidades de la mayoría, aun así las necesidades de las minorías y particulares también las tengo presentes y serán atendidas, respecto a la incertidumbre económica, ya se esta preparando una expedición para conseguir mas recursos, esta tarde nos reuniremos los cortesanos para los últimos detalles, sin mas por el momento les agradezco su... un momento ¿alguien sabe donde esta Nimia?

Me acerco a los pobladores a preguntar, me informan que no ha sido vista en todo el día, gracias, iré a ver que todo este bien antes de la reunión pre-exploratoria.

Parto a investigar el paradero de Nimia.

Christa, acompáñame por favor a la torre de observación, debemos hablar con las estrellas.   -Era la torre más alta del castillo, el lugar que les servía de improvisado observatorio, en lo que construían uno propiamente hecho y derecho, claro, en algunos de los terrenos más favorables para ello. 

Llevaba el rey Hoshi sus tres fragmentos de estrellas, para que le ayudaran a interpretar la inquietud del resto.  Usaría su habilidad como astrólogo, Vox Stellas, para ello.   ¿Tú también puedes hablar con ellas?  -inquirió, curioso, Christa era una alumna ejemplar, entre otras cosas, para la astrología.

Un paje chaparrito le trajo la noticia de los heridos que llegaban por una puerta, y de paso le comentó de la preocupación que daba el que por la Puerta de Comercio comenzaran a llegar mendigos.    No augura bien eso para la prosperidad.  Pidió que se le recibiera y ayudara, si se le juzgaba de buena intención. 

Bien, veamos cosa por cosa, y en la Sala de Consejo compartiremos lo que cada encargado venga a contar.

Y con ello planearíamos nuestra siguiente salida.   El rey pensaba pedirle a Chiyoko que consultara en el templo sobre algún lugar, a la suerte siempre era*, y que los ángeles le contaran de los monstruos y trampas que pudieran encontrar ahí.   Sabedores de eso de antemano, la Corte podría viajar hasta allá y ser más efectiva en recuperar terreno, encontrar materiales, eliminar peligros y, ojalá, encontrar con quienes hacer intercambios o alianzas. 

De tener tiempo, antes de la salida, los planes del rey Hoshi eran deambular un poco por el reino, platicando con lxs pobladores.  Esperaba que ello le diera alguna luz sobre como mejorar sus medios de vida.  Siempre le era muy importante escuchar la voz del pueblo, especialmente antes de las necesarias ausencias.

Asiento ante las palabras de su Majestad, el rey Hoshi. 

- Por supuesto Majestad - sigo a su excelentísima por los pasillos del Castillo, subiendo a la antigua torre. La nueva sería más alta, no me cabía duda. Pero ahora las estrellas no estaban en el cielo, sino en la tierra. Pero era tarea de los astrónomos observar las estrellas y ver qué es lo que nos decían. 

Mis dos fragmentos de estrella habían estado algo callados durante un tiempo, pero había podido "hablar" con ellos durante un tiempo, lo que contestaba a la pregunta del rey - Oh, desde luego, su Majestad. No con tanta experiencia como usted, pero el maestro John me enseñó bien - sonrío al rey cálidamente, como si fuera un padre. Al menos, yo lo sentía así. 

Espero que el Reino prospere. Chiyoko, que la gloria de Manon nos proteja a todos. Maestro, dame suerte, por favor. 

Chiyoko estuvo toda la mañana pensativa, pues era la primera vez que el fragmento de estrella que su amigo Hoshi le regaló hacía un tiempo parpadeaba. De vez en cuando acercaba la cara a la linterna de piedra en donde la tenía atrapada y se preguntaba si estaría enferma y cómo sanarla. Su gran mentora y madre Nimia nunca le había enseñado sanación estelar, sino la terrenal característica de esta región del laberinto. Se preguntó entonces, ¿será posible que existan más tipos de sanación según la disponibilidad del laberinto? ¿Habrá más seres como ella en aquellos lugares? Era una buena oportunidad para visitarla o, en todo caso, podría acudir a las entradas del Reino y preguntar a los forasteros. Se acercó al claro donde solía permanecer la dríada, pero lo único que encontró fue un vacío sordo en una brisa aulladora. Más ululantes fueron sus presentimientos.

Subió, entonces, las escaleras hacia Palacio con el propósito de contactar con el Rey. De camino, tuvo la oportunidad de escuchar el discurso del consejero Rednose. Tras su última frase "les agradezco su... un momento ¿alguien sabe dónde esta Nimia?", su corazón dio una pulsación más palpitante. Tan pronto como se dispuso a levantar el dedo índice para tomar la palabra, fue interrumpida por una mensajera de la Corte.

—Hermana, el Rey solicita su intervención en la Gran Entrada.— Sin dudarlo, Chiyoko apartó la mirada de Arturo y acompañó a la escolta hacia la puerta.

_{(Podéis intercalar conversaciones si alguien más estaba allí en ese momento)}

—No se preocupe, señor, los dioses os han conducido hasta mí. Tome, para usted. —Le entrega un abalorio con el símbolo de Manon. La intención de Chiyo es conseguir más adeptos. Después le entrega un poco de agua y limpia sus mejillas con una doblez de su kimono.— El Reino está protegido por Manon, padre de todos los dioses. Seguro que puede empezar de cero entre nosotros y, si no tuviera suerte, puede ayudarme con las labores del Templo.— Le sonríe inocentemente. En una primera impresión, nadie le parece negativo y, en todo caso, suele dar varias oportunidades a renegados.— Cuénteme más sobre usted y sus orígenes, quizás así podremos ver cómo encajas mejor en estos lares.

¡Otro día amanecía en su glorioso país! Y Enzo no podía estar más contento. Que realmente era raro encontrarle no-contento, pero hoy lo estaba especialmente. Porque había muchas cosas de las que ocuparse, ¡muchas, muchas cosas! El Rey seguramente estaria ocupado con las estrellas, la buena de Chiyoko estaría enfrascada en el templo y Arturo se encontraría rodeado de cazuelas. ¡Pues él iba a acompañar a Lord Gortorda! Habían recibido un aviso, unos soldados heridos habían llegado traídos en una especie de carroza vegetal. Se encontraba en una de las puertas del reino, la que estaba más allá del templo. Estaba un poco vieja, pero seguro que Gortorda con su físico portent-oso podría abrirla.

 -¿No es emocionante? Tenemos una misión de reconocmiento. Aunque no creo que reconozcamos a nadie, ¡no me suena tener amigos que viajen en calabazas con ruedas, jajajajajaja!

Por supuesto, a pesar de su aparente despreocupación, Enzo tenía toda la intención de recoger toda la información posible de aquel evento para después informar al Rey. Esa era su misión, después de todo.

Un montón de aventureros imprudentes no me podría importar menos, pero ya que vicenzo les quiere echar una mano voy a abrir la puerta para ellos.

Que esta pasando... digo algo molesto a los hombres que esperaban en la pueta, hoy planeaba sentarme a beber tranquilamente y este incidente es todo menos de mi agrado, acto seguido cargo hacia la puerta con todas mis fuerzas separandola de la pared.

Quiero esa puerta lista.... a mas tardar mañana.... miro a los ciudadanos que nos avisaron no hay problema verdad?

Esa maldita puerta seguramente llevaba años en esa condición, es totalmente inaceptable tal nivel de vagancia, si las personas en este sitio no aprenden algo de disciplina y empiezan a trabajar con algo mas de diligencia... no me quedara de otra que enseñarles.

Aplausos y reverencias para Arturo, nuevamente han quedado satisfechos, no te resulta demasiado complicado pues la mayoría te aprecia como a una celebridad, pero al alejarte notas también como las sonrisas falsas desaparecen. Esos ancianos...no te preocupan demasiado aún así sabes que no debes descuidarte. Venderían a sus abuelas si pudieran.

Al salir en Busca de Nimia, preguntas a los ciudadanos realizando sus tareas en los alrededores de los pasillos del reino y exteriores, pero nadie sabe nada y ni rastro de su paradero. Incluso la buscas en su jardín personal, aquel angosto pasillo a un costado del laberinto, entre los altos muros del palacio y la alta losa de piedra del propio laberinto, ahora cubierta por vegetación, enredaderas y muchas flores cuidadas personalmente por Nimia. De hecho, es la única que podría pues aquel jardín  se extiende a lo largo y alto como un manto de flores.
l llegar, como es usual , encuentras algunos cuantos ciudadanos teniendo sesiones amorosas, que al verte se detienen y se enderezan, haciéndote una reverencia.
Ellos dicen haberla visto rara en la cima, preocupada antes de fusionarse con la vegetación y desaparecer. Nadie ha sabido nada desde entonces. 

Mientras tanto en la puerta principal, la sacerdotisa acude al recibimiento del extraño visitante. Quién le espera escoltado entre dos guardias, en mitad del estrecho sendero que se pierde a la distancia entre la bruma y oscuridad del exterior.

El Sujeto llevaba un sombrero de plato sobre su cabeza , que lo retiraría para verla, sin dejar su postura desgarbada en presencia de Chiyoko. Su mirada es febril, como si estuviera soñoliento o...ebrio, lo segundo parecía más probable por su olor. ¿Cómo alguien en su estado venía de ahí afuera? Se mantiene silencioso, se tambalea solo un poco, pero mantiene el paso de forma firme sosteniéndose de lo que parece una rama.  - Se encuentra desarmado mi señora.  Indicarían un par de guardias colocando un brazo sobre su vientre y haciendo una reverencia, pero en cuanto comenzarían a moverse ,otros cuantos les seguirían, aunque sabían muy bien que la propia sacerdotisa podía defenderse a sí misma mejor que ninguno de ellos.

El hombre solo se mantenía observándola mientras hablaba, en silencio, hasta que finalmente ante su pregunta dijo. - Orígenes...me gustaría recordarlo, mi señora.- A pesar de su estado ,parecía bastante lúcido y sereno.- Solo soy un sobreviviente...- Cuando comenzaron a adentrarse más en el palacio, cruzando los patios externos del palacio el hombre volvería a colocarse el sombrero ante la cantidad de gente. 

- Estaría bien.- le diría una vez se hubieran alejado de los exteriores. - Puedo...ayudarla en el templo. Estaría bien...- 

En las alturas del palacio, el camino al observatorio es una escalera en el interior del muro del laberinto que sobresale a un ancho cuarto construido en la parte inferior de una serie de picos que sobresalen muy cerca del techo, aquí se puede tener una vista de las estrellas que tililan en la región del palacio, esas pequeñas estrellas que se van durante las "noches" a otras regiones para luego volver. Sin embargo, parece que por alguna razón esta vez, no lo quieren hacer. Parecen tener miedo de salir al exterior. Es difícil hablar con ellas, se distraen mucho, se van volando, hablan entre ellas. Pero tras varias "entrevistas" e intentos logran descifrar algunas palabras. "Devorador de Estrellas". 

Y finalmente, en la puerta más alejada del reino, aquella que por alguna razón que ya se ha perdido en el tiempo se cerró para no volver a ser usada hasta ahora. Se trataba de una gruesa puerta de hierro, pero que sin embargo se encontraba deteriodada por los años, en el cual habían pequeños círculos o zonas con barrotes que permitían observar el espeso bosque que se encontraba detrás. Los guardias les habrían indicado que habían hecho todo lo posible por abrirla, pero la vegetación lo impedía de la forma convencional. Por lo que a lo mejor , separarla de sus cimientos podría haber sido la única opción como logró resolver el caballero. Con un pesado y seco golpe sobre la tierra , se dispersaría la polvareda para revelar lo que habían visto desde el otro lado con más detalle. Se trataba de una carroza viviente, o al menos, lo habría sido hasta llegar ahí. Se quedaría inmóvil e inerte , habría llegado hasta ahí con sus ultimas fuerzas. 

En el interior encontrarían 4 aventureros, 3 de ellos con características más propias de animales felinos que humanos. Y solo una de ellas, la que parecía ser más humana, una guerrera, que recobraría el conocimiento si se le buscara hacer reaccionar de alguna manera. 

Pues si, Christa, las estrellas no se están yendo a otras regiones en las noches, como es su movimiento normal.   Y es por eso que dicen de tener miedo a un Devorador de Estrellas.   Seguro que Nimia lo estuvo investigando.   Sólo espero que la encontremos pronto, y que no haya ido a confrontarlo sólo. 

El rey Hoshi estaba tratando de poner las piezas de ese acertijo juntas. 

¿Dónde está el Devorador de Estrellas?   Debe estar fuera de nuestro reino, pues las estrellas aquí se quedan y no salen.  ¿Hace sentido eso? 

¿O está dentro de nuestro reino, y por eso no salen siquiera volando a otras regiones? 

Y si estuviera fuera, ¿está en la región del Laberinto, más allá de la puerta oxidada?  ¿O en la región de pueblos visitantes, por la puerta principal cerca del palacio?

Miró por la ventana del observatorio, en la dirección de una, y luego la otra, puerta.  Serio, calculando. 

Se me ocurre llevar nuestros fragmentos de estrellas (¿las cascaras dejadas cuando mudan?) a ambas puertas, a ver si detectamos cual es la región donde está el Devorador.  Llevarlas con el mendigo que llegó, y con los heridos, para ver si alguno de ellos vibra con las energías del Devorador y sabemos por qué puerta estar.   O dividirnos, y uno de nosotros deambular por el reino para, que como brújula, los fragmentos de estrella nos apunte a donde podría estar escondido este aciago Devoraestrellas. 

¿Que te parece el plan?  ¿Que recomendarías?

Por sus pintas desaliñadas no sabía a qué raza o grupo social pertenecía, no le sonaba nadie que hubiese llegado por la misma puerta que le pareciera similar. Chiyoko sonrió, estaba contenta de poder ayudar a alguien nuevo. Empezó a caminar hacia el Templo junto a los guardias que hacían mantener una distancia de seguridad. Cuando ya se habían alejado lo suficiente de la entrada por donde vino, frenó el paso. Se giró para verle sin perder su expresión amable. Los guardias posaron sus armas cortantes en el cuello del vagabundo. Ella no se alarmó, lo vio como una actitud acertada.

—¿Usted a qué diosa reza? —Sacó uno de sus ornamentos religiosos  de los pliegues de su kimono y se lo entregó con las manos extendidas.— Esta pieza es general, si quiere ayudarnos en el Templo, debe predicar con nuestro credo. —El hombre se agachó, juntó las manos en dirección a las estrellas y cerró los ojos con la intención de orar.— Eso es, forastero, creo que nos entenderemos muy bien. —Se reía tímidamente con una mano en la boca.

Antes de bajar las escaleras, Chiyoko hizo un gesto con la mano izquierda, indicando a uno de los guardias que partiera a informar al Rey. El otro guardia se quedó para vigilar al recién llegado. Bajaron el tejado del Templo, que ya se hacía visible a varios metros de distancia. No fueron directamente allí, sino que torcieron a la derecha hasta llegar a los baños termales.

—Antes de atreverse a pisar el templo, debe quedar muy bien aseado. Elimine esa peste a alcohol, por favor. —Miró a la mujer guardia que había quedado.— Asegúrese de que se limpia todo el cuerpo. —Sus palabras parecían inocentes, pero sus intenciones eran aprovechar al nuevo visitante para obtener más población en el reino.

Una vez limpio, le dio instrucciones básicas de cuidado en el Templo, ese día tocaba fregarlo a fondo.

Chiyoko partió hacia la Mesa Redonda.

Las palabras de los ciudadanos me preocupan, me acerco a intentar buscar alguna pìsta de lo sucedido entre la vegetacion, lo que encuentro no me aclara del todo lo sucedido, asi que parto a investigar en los libros, gracias por su ayuda, por favor prosigan con sus actividades.

Al estar buscando entre los libros, me pierdo entre tanta informacion, asi que decido partir al palacio, quiza Vincenzo logre interpretar mejor lo que pude encontrar.

El que la puerta estuviera cubierta de enredaderas y otras plantas no fue un impedimento para el bueno de Lord Gortorda. Y por supuesto, semejante apertura de puerta hizo que el bufón empezara a dar saltitos de un lado a otro, riéndose como un demente.

 -¡Jajajajajajaja! ¡Que tiemblen todos los umbrales ante la fuerza de Lord Gortorda, el poder... oso! ¡Jajajajajajajajaja!

En cuanto se disipó la polvareda, Enzo fue el primero en acercarse a la carroza. Avanzó con cautela, investigando todo lo que se encontraba. Parecía una simple carroza vegetal, sin más trampa ni cartón. Y lo que había dentro... Eso ya era menos mundano.

 -¡Son cuatro! Parecen aventureros. Tres varones y una mujer, ¡son gente bestia, con rasgos felinos!

Aquello era interesante. ¡Muy interesante de hecho! Tanto, que el bufón no podía esperar a que aquellas gentes les contaran su historia.

 -¡Despertad, bellos durmientes!- Enzo les pinchaba con el dedo en el torso para que se despabilaran -¡Venga, arriba! ¡Que se os enfría el desayuno!

El Rey Hoshi, preocupado por la inquietud de la gente sobre la economía de la guacamayéutica república, y preocupado por el miedo de las estrellas a salir, se puso a recorrer los terrenos conocidos, buscando siempre ver alguna oportunidad o vislumbrar algún indicio de algo que le sirviera para mejorar cualquiera de esas cosas.   Ya habría tiempo de reunirse en la Mesa Redonda para la siguiente estrategia; ahorita era el momento de recorrer la zona. 

¿Que tal, como les va?  -preguntaba afable a la gente que se encontraba, y se detenía a escuchar sus historias, cortas o largas, no importaba.  ¿Qué les está preocupando ahora?  ¿Qué podemos hacer en la Corte para mejorarlo?  -antes de continuar su recorrido. 

Eso si, siempre que veía una pez-montura voladora, le sacaba la vuelta, no fuera a querer comerle su sombrero de algas tejidas, como ya le había pasado en el pasado.

Tras una investigación en las cercanías del área donde Nimia fue divisada por ultima vez, decido calmar mis nervios intentando distribuir de mejor manera los recursos, es una buena manera de pasar el tiempo mientras el resto de la corte termina de alistarse, por suerte ninguno de los ciudadanos cayo, pero tener la mente en la desaparición de nuestra querida doctora, podría ser terrible para el pueblo, a pesar de darle vueltas al presupuesto no logro enfocarme.

El rey Hoshi oyó los rumores de viajeros o migrantes o nómadas que decía la gente haber visto en la fronteras de la república, así que los siguió, a la gente y los rumores.  Su idea era verles, acercarse, platicar con ellas y ellos, convencerles de que se asentaran, de que se unieran a su pueblo.  Les daríamos protección y cuidados, -les dijo- Sólo les pediríamos el compromiso sería que respeten las reglas y trabajen duro, para sus familias y para el bienestar general del pueblo.   Les habló de sus ventajas, el templo y los almacenes, por ejemplo, siempre al servicio de la gente.   Les habló de la guardia -los espantó un poco, pero no, no los amenazaba, o al menos eso intentó.- y cómo los protegería de las amenazas.   Ya no deambularían más por el laberinto sólos, ahora lo harían en grupo.  Mismos riesgos si, pero en partidas de exploración habría mejores probabilidades de salir avante, siempre. 

Con libertad, vengan a conocer a la Guacamayéutica.   Comencemos con comercio y trueque.  Y si les gusta, podemos ir hablando de lo de la ciudadanía.    -Ninguna oportunidad sería desperdiciada.

Arturo: 

Motivo: Oficinas Tirada: 2d6 Dificultad: 10+ Resultado: 7(+2)=9 (Fracaso) [1, 6]

GM:

Las oficinas fallas, pero lo bueno es que ganas 1 punto de Comando. (6)

~Usar acciones cooperativas: (Rolear como ayudan a otro compañero. Puede o no surtir efecto segun el rol)

Chiyoko se levantó de la Mesa Rendonda cansada por la larga caminata. Sus ayudantes le ayudaron a levantarse del trono y se inclinaron cuando se dirigía a la salida. Cuando salio del Palacio, se cruzó con Arturo, quien parecía preocupado haciendo anotaciones en su libreta de presupuestos.

—¡Oh! Querido angelito, le estaba buscando. —Sonreía con alegría como si hiciese mucho tiempo que no lo veía.— Me preocupa mi mentora Nimia, usted sabe. Sé que se está esforzando mucho en ello, he escuchado algunos rumores de su valentía. Para mí usted es un héroe. —Se acercó un poco más a su lado para echar un ojo a sus anotaciones.— ¡Uh! no entiendo nada de ahí, pero parece complicado, ¿quiere relajarse? Le invito a que asista a nuestro burdel. —Se rió tapandose la mano con los dientes.— ¡Ups! es verdad, no tenemos, pero, mis ayudantas pueden hacer un trabajo similar, así aclara sus ideas y construye el edificio, ¿verdad? No sin antes ayudar a Nimia. —Una de sus ayudantes se acercó, remangandose la falda para enseñar los tobillos.— ¿Ve? Ande, ande y relájese con ella.

Tras de perder de vista a Rednose con su ayudanta, Chiyoko notó que la libreta con sus apuntes se había quedado olvidada en el suelo. La cogió y la abrió por la última página. Intentó entender lo que escribía por su pudiera ayudarle. Después de leer las proposiciones para la mejora en costes del reino, Chiyo ya entendió lo que sucedía.

—Este joven elfo, a veces peca de lo más básico. Las tradiciones antiguas se pierden poco a poco, no podemos permitirlo. No todo son números, señor Rednose.

Dejó su libreta en manos de su otro ayudante, para que se lo devolviese cuando terminase y se dirigió a las oficinas administrativas.

—Necesitamos aumentar nuestro fe lo antes posible, que los ciudadanos sientan que están protegidos. Por favor, instalen un santuario en cada uno de los edificios para que puedan orar sin ir lejos. Repartan figurillas del dios Cerdito Ahorrador. Que Manon os bendiga.

_{(Después del resultado)}

—Hermana, nuestra población es muy, pero que muy devota. Haremos lo posible para que surja efecto.

Las cosas se encuentran movidas en el reino, se puede ver gente moviéndose de aquí para allá haciendo los preparativos para la expedición. Los rumores sobre la desaparición de Nimia se esparcen, así también como la llegada de los recientes forasteros y la amenaza a las estrellas. Kata, el mendigo, había estado limpiando el templo como le había ordenado chiyoko cuando se acercó al árbol sagrado y algo pareció inquietarle, terminó enviándole un mensaje mediante los guardias , ya que estos le cortaban el paso si intentaba ir a cualquier otro lado. El mensaje que envió fue: "Creo que conocí a la tal Nimia..." o en su defecto , se lo diría a otro miembro de la corte que se encontrara cerca.

En la entrada principal, arturo se encontraba haciendo las respectivas investigaciones junto a sus hombres. Habían de alguna manera calculado y medido el comportamiento de la transformación del laberinto usando los registros como las _evidencias, para determinar que la causa de la desaparición de visitantes, podía deberse a simplemente a la conexión espontanea de la ruta con algún dominio de monstruos especialmente fuertes. Al menos, como para detener a las comitivas de terratenientes viajeros. Se había logrado encontrar una entrada escondida , que no parecía haber sido descubierta ni siquiera por los monstruos y habían logrado determinar un número aproximado de enemigos que podría haber en el interior, así como el número de trampas en estas. Y no eran precisamente pocos. Sin embargo, no fue posible conseguir más detalles como el tipo de monstruos o tipo de trampas.

Hoshi había estado inspeccionando y diriguiéndo a su gente, mientras se enteraba, entre otros chismes así como peticiones que no tenían sentido, sobre un grupo de personas en las cercanías. Ya sea por distancias imposibles, u obstáculos, al parecer estos no habían podido reunirse con sus observadores. ¿Pero qué habría sido de ellos?. Su petición fue concedida por Chiyoko, quién logró descubrir, como si hubiera sido un susurro lejano que rebota sobre las paredes del ascensor y habla sobre aquel "Devorador de estrellas". Logra encontrar la entrada, como si fuera una visión, un lugar oscuro, muy oscuro, cubierto por altos arboles moribundos. Hay bestias custodiando la entrada , la tierra tiembla e incluso logras verlas, a las estrellas, apagandose en estallidos , trituradas por gigantescos dientes.

Y más allá en la frontera sur, Vincenzo, mientras examinaba la carroza notó varias cosas. Primero, tenía inscripciones y runas extrañas, que como preguntaría luego, ni siquiera la gente gato conocería. Al parecer esta simplemente les había salvado la vida, pero no era suya. Lo segundo es que esta , a pesar de estar cortada, partida y aparentemente abaleada, podía seguir rodando, solo que ya no por cuenta propia. Tal vez los artesanos del reino podrían buscarle algún uso, al menos su vida no sería en vano. 

A Gortorda, aunque le cuesta un poco y no las entiende, las runas le resultan familiares. ¿Dónde las habrá visto?¿Tal vez,aquellos viejos, muy viejos aliados?